28 de febrero de 2009

- NUESTRA CRISIS -



















Las editoriales cartoneras

Creadores ante la crisis

Tomás Eloy Martínez
Para LA NACION
Noticias de Opinión


Boca iba a perder ante Newell´s Old Boys en la Bombonera la tarde del sábado 14 de febrero, pero en vísperas del partido nadie podía imaginarlo. Los devotos llegaban al estadio con la ilusión de festejar, las banderas en alto, las gargantas inspiradas. Turistas de Israel, Brasil y Alemania peregrinaban desde el cruce de la calle Brandsen y la avenida Almirante Brown, donde por unos pocos pesos se hacían fotografiar abrazados al imitador de Diego Maradona, un muchacho fornido y de rulos que lucía una camiseta de la selección argentina con el número 10. Al pasar por lo que fue un garaje y ahora es un escaparate con más colores que los del espectro solar, en el número 467 de la calle Brandsen, un turista ya calcinado preguntó si la entrada al estadio era por ahí. "Por acá nomás, rubio; derechito, sesenta metros", informó la Osa, servicial, mientras ofrecía: "¿Te pinto la cara de azul y oro? A voluntad, ¿eh?". El muchacho aceptó un corazón con los colores de Boca en cada mejilla y le extendió un billete de diez pesos. "¿Esto es un comedor?", preguntó, apuntando con el índice a una larga mesa tendida en la vereda, a la que se sentaba una decena de personas, cada quien con su plato de pastas. "No, chabón. Esta es una reunión de Eloísa Cartonera. Somos una cooperativa; hacemos libros con cartón. Pero aquí, al lado, te podés comprar un choripán riquísimo."

La Osa vende a bajo precio su excelente arte gráfico, pero no acepta pago alguno por las maravillas de su cocina, los tallarines caseros con estofado que preparó para agasajar a un grupo de amigos de visita en la editorial independiente que la liberó de sus idas y venidas por la ciudad de Buenos Aires para revisar las bolsas de basura. "Por Coronel Díaz yendo a Santa Fe,/juntando cartones, papeles, pedazos/ de viejos diarios, botellitas, plásticos,/ iba solita, toda pintadita/como una muñequita entre las basuritas", escribió Washington Cucurto en "La cartonerita", un poema sobre mujeres como Miriam Merlo, nombre con el que la Osa nació en el Chaco hace veinticinco años. Esta semana ha regresado a su tierra para difundir los libros de Eloísa en la Feria del Libro Chaqueño y Regional.

La Osa cambió el carrito que empujaba en las calles por los cortantes, los esténciles y las témperas con que produce tapas para los libros de "la editorial más colorinche del mundo", según Cucurto, autor de Cosa de negros y El curandero del amor y uno de los fundadores de Eloísa Cartonera. Otras mujeres y otros hombres -y otros niños, tristemente- venden su cosecha de cartones en este pequeño local de la Boca a un precio cinco veces superior al que los intermediarios del reciclaje pagan por kilo.

Eloísa Cartonera es una comunidad artística y social que ha hecho por las personas marginadas de la sociedad de consumo mucho más que las políticas municipales y nacionales que se sucedieron desde el cataclismo económico de 2001. Una ley dice que los cartoneros son trabajadores, pero lo que la ley les concede es sólo un carnet, un par de guantes y una pechera. Para protegerlos, se ha dispuesto por decreto la creación de centros verdes, donde podrían separar sin riesgo los cartones de los vidrios que se arrojan a la basura, pero los centros verdes siguen siendo letra muerta. Reunidos en cooperativas, los cartoneros tienen derecho a recibir del gobierno de Buenos Aires un carrito con ruedas y 200 pesos. María Gómez, estudiante de comunicación social y agitadora partícipe de la editorial, enumera esos reflejos públicos tan escasos para la magnitud del sufrimiento.

Ofrecer la oportunidad de una vida digna parece ser demasiado para el Estado. Los cartoneros, por eso, ya sólo confían en sí mismos y en la fuerza de sus ilusiones. Aquel sábado candente de La Boca pude advertirlo en la pasión con que Ricardo Piña me mostró la pequeña impresora Multilith 550, de la que salen, en pequeñas tiradas, los interiores de los libros. Lo vi también con claridad en la esperanza con que María espera el regreso de las hermanas Carolina y Celeste Portillo, que están ocupadas en la escuela y en la atención de dos hijas pequeñas.

Lo que para los funcionarios quizá sean sólo estadísticas sin alma, aquí son todas historias, nombres propios, seres humanos que dejan en la ciudad la sombra de sus felicidades y sus desventuras. Conocen a la perfección los libros que publican y, cuando los venden, nunca es a ciegas. Segura de sí, la Osa me recomienda El atravesado , un relato del colombiano Andrés Caicedo, que se suicidó a los 25 años en su Cali natal. Me habla de un libro anterior de Caicedo, ¡Que viva la música! , y de la inesperada celebridad póstuma del escritor.

La editorial nació como un recurso de la imaginación ante la crisis. El artista plástico Javier Barilaro y Washington Cucurto hacían poemarios ilustrados en cartulina, pero debieron interrumpir su trabajo de un día para otro cuando la devaluación de la moneda llevó a las nubes el precio del papel. La idea de la editorial lo iluminó a Cucurto en 2003, cuando los cartoneros eran ya inseparables del paisaje de Buenos Aires.

"¿Quién más, sino nuestro editor atolondrado?", dice María. La escritora Fernanda Laguna consiguió un local en el barrio de Almagro, donde se inauguró la cartonería No Hay Cuchillos sin Rosas, y Cucurto pidió a varios autores la cesión solidaria de sus derechos para comenzar. "Buscamos material inédito u olvidado, pero también de vanguardia y de culto", dice. Uno de sus éxitos (casi mil ejemplares) fue el inédito Mil gotas , de César Aira, a pesar de las protestas de Victoria, una anciana cartonera que detestaba al autor. El propio Cucurto se ha convertido, también, en un autor de culto. Su nombre se repite en los congresos académicos de los Estados Unidos y al menos cinco estudiantes de doctorado escriben tesis sobre su obra.

Eloísa Cartonera se ha anticipado a muchas de las editoriales grandes en el descubrimiento y la difusión de autores que luego se vuelven importantes. Vende sus libros a bajo precio, en ediciones destinadas a ser joyas de coleccionistas. Ninguna tapa es igual a otra. Todos los ejemplares son únicos. En el catálogo, de más de 120 títulos, asoman Fogwill, Arnaldo Calveyra, Mario Bellatín, la mítica Salvadora Onrubia, Fabián Casas, Juan Diego Incardona, Marcelo Cohen y Haroldo de Campos. La línea para niños es breve, pero algunos títulos se mantienen en continua reimpresión: El sol albañil y Las casas del viento , de Ernesto Camili. Esta literatura latinoamericana encuentra a sus lectores en el taller de La Boca, en ferias del libro, en quince librerías. Les gustaría obtener permiso para instalar un puñado de puestos en las calles, dice Cucurto: "Nadie nos sostiene, y si no vendemos, no podemos producir. Pero si vendiéramos más, podríamos generar más trabajo".

La mezcla de función social y animación literaria generó una ola de editoriales similares en América latina. Primero, en 2004, fue Sarita Cartonera, en Perú: Sarita es el nombre de una santa que la Iglesia no reconoce, pero a la que el pueblo cree patrona de los marginados. Luego siguió Yerba Mala Cartonera, en Bolivia. En octubre la Universidad de Madison, Wisconsin, organiza un encuentro de editoriales cartoneras. "Será la primera vez que nos veamos todos", cuenta María. Allí estará Animita Cartonera, la idea de un grupo de estudiantes de literatura de la Universidad Diego Portales, de Santiago de Chile. La serie continúa en México (La Cartonera y Santa Muerte), Paraguay (Felicita Cartonera y Yiyi Jambo) y Brasil (Dulcineia Catadora).

Los despojos de la crisis hicieron que alguna gente se sintiera nada, nadie. Privada de sus derechos básicos, supuso que esa nada la desplazaba de un mercado en el que sólo vale lo que se puede comprar o vender. En vez de resignarse, buscó y buscó en todos los rincones de la imaginación hasta que encontró cómo sostener su ética de vida con trabajos que antes no habían sido explorados, incorporando al mundo objetos nuevos que generan valor, empleo, producción. Ese camino es duro, pero otorga la invalorable libertad que se pierde al engrosar las filas del clientelismo político. Otorga libertad y, sobre todo, deja espacio a la alegría. Hasta ahora, la Osa no ha logrado reunir el dinero que necesita para a ver un partido de Boca, pero descubrió que hay sueños alternativos igualmente bellos, como Salón de belleza , el libro de Mario Bellatín, que es su favorito, y cuyas tapas ha hecho muchas, amorosas veces.

27 de febrero de 2009

- MI BANDERA -




Bandera Nacional








Enarbolación


27 de Febrero de 1812

Manuel Belgrano enarboló por primera vez la bandera nacional en Rosario el 27 de Febrero de 1812; esta bandera había sido bordada por María catalina Echeverría de Vidal; Belgrano, en una nota, aseguró que existía una necesidad imperiosa de llevar la bandera y por eso la había mandado a hacer.





Sobre los colores, la nota sólo decía que éste había tomado como referencia los colores de la escarapela que se utilizaban en aquella época, pero este dato hasta el día de hoy no pudo ser comprobado.





El 23 de Agosto de 1812, en la torre del templo de San Nicolás, se iza la bandera de la patria por primera vez en Buenos Aires, acercándonos cada vez más a la jura de la bandera, el Congreso de Tucumán sanciona el decreto de legalizar esta enseña y su uso.





Nueve días después se declara la Independencia, este suceso llevó a los criollos a utilizar la bandera oficialmente en cuya defensa ya habían perecido cientos de argentinos.





El 18 de Julio de 1816, el diputado de Buenos aires, Juan José Paso, pidió la jura de la bandera nacional, dos días más tarde se aceptó el pedido y se resolvió por decreto que la bandera sería azul celeste y blanco.


26 de febrero de 2009

- MISERIA -





Faltan respuestas para la desigualdad social


Pobrezas del conurbano



Juan J. Llach
Para LA NACION
Noticias de Opinión




Tierrra de paradojas y contrastes, el conurbano bonaerense, y en especial sus amplias y densas zonas pobres, que esperan respuestas que llegan tarde o nunca. Muy malo, porque encontrar soluciones estables para el Gran Buenos Aires profundo es clave para soñar una Argentina mejor.

Sabido es el papel crucial de las migraciones internas y externas en el crecimiento del GBA, movidas, según las épocas, por su imán irresistible o por las magras oportunidades de los migrantes en sus terruños. Como la ciudad a la que abraza, el GBA nació como residencia de trabajadores, solaz de porteños acomodados -las célebres quintas- y cuna de la agroindustria argentina moderna, como los frigoríficos y las curtiembres, desde Avellaneda hasta el Gran La Plata, en tiempos de la integración agroganadera de la Argentina al mundo.

Al mismo tiempo, la crisis de las manufacturas artesanales del interior y una muy desigual distribución de la tierra empujaban a más y más gente al GBA. La crisis del 30 abre el segundo ciclo poblacional, con cientos de miles de migrantes desde tierras ahora menos productivas y dando paso a un rápido crecimiento industrial, amparado por el nuevo modelo de economía cerrada y sustitución de importaciones.

Estas tendencias se acentúan desde la Segunda Guerra, además, porque el proteccionismo agroalimentario de los países desarrollados acentúa el perfil expulsor del agro. También en el interior se afianza en esa época un desarrollo agroindustrial y manufacturero orientado al mercado interno.

La demografía empezó a cambiar. Casi imperceptiblemente, la población de la ciudad de Buenos Aires se estabilizó, desde 1947, en torno a los tres millones de habitantes. Los partidos del conurbano siguieron creciendo, pero a tasas cada vez menores y, quizá para sorpresa de muchos, su máxima participación en la población total del país llegó hacia 1970 (24,4%). Para 2010, la proyección es de 23,6%.

Conjugando ambas tendencias, el conjunto del GBA "tradicional" perdió participación en la población total, desde el máximo de 34,9% en 1970 a un 31,2% previsto para 2010. Es cierto que, paralelamente, ha surgido una cuarta región del GBA, tan heterogénea como el resto, en Escobar, Marcos Paz, Pilar, Presidente Perón, Rodríguez y San Vicente, cuya población seguirá creciendo mucho en las próximas décadas. Esto ocurre en casi todas las grandes áreas metropolitanas del orbe, a las que la gente emigra porque encuentra allí beneficios propios de la aglomeración y ausentes en su lugar de origen. El encarecimiento de la tierra en las zonas más centrales lleva a los migrantes recientes a irse a zonas más alejadas y baratas, pero con grandes costos de transporte.

No obstante, las tendencias de mayor equilibrio económico y social entre el GBA y el interior pueden acentuarse en el futuro. Si, como puede esperarse, el desarrollo de Asia y de los países emergentes remonta con vigor después de la terrible crisis en curso, y si quienes diseñan las políticas internas no cometen errores tan gruesos como en lo que va del siglo, al interior de la Argentina se le seguirán abriendo caminos, mejores que nunca. Para el GBA es una buena noticia, porque disminuirá o incluso se anulará su descontrolado crecimiento demográfico. Pero no bastará para resolver sus problemas.

El largo e irresuelto conflicto entre el agro y la industria se expresa también geográficamente. Por un lado, el interior y, por el otro, el GBA y ciudades como Córdoba o San Nicolás-Villa Constitución.

Soluciones estables para los problemas del conurbano parecen imposibles fuera de una estrategia de desarrollo y empleo que incluya una industria competitiva. Si bien la apertura de la década del 90, con una moneda apreciada, permitió una modernización significativa de algunas industrias, fue para otras tan exigente que resultó en desindustrialización desmedida. Hoy predominan la construcción, el comercio y los servicios, en buena medida, para su propia demanda, sobre todo, de las zonas más ricas. El resto es objeto de asistencias sociales muchas veces clientelistas y denigrantes, y sufre la proliferación del juego sin límite ni control o, peor aún, del narcotráfico.

Esto hace que proliferen amplios y densos bolsones de pobreza, o de miseria. El modelo económico que se sigue desde principios de siglo no ha dado en la tecla. Primero, por una excesiva extracción de rentas del interior que, si no se modifica, puede dar lugar a nuevas oleadas migratorias hacia las villas y barriadas pobres del GBA, Rosario u otras grandes ciudades. Por otro lado, las rentas apropiadas por el gobierno central y repartidas generalmente según criterios electorales sólo en menor medida compensan la exacción de que es objeto el GBA, especialmente desde la ley de coparticipación de 1988 y a pesar de su parcial corrección por el famoso fondo del conurbano. Es crucial que el agro y la industria, el GBA y el interior armonicen posiciones para crecer juntos y superar los círculos viciosos de la pobreza y el clientelismo.

Hay carencia de rumbo, y valiosas propuestas de planeamiento estratégico, como los de la Fundación Metropolitana o la Subsecretaría de Urbanismo y Vivienda de la provincia de Buenos Aires (2007) están aún muy lejos de ser políticas de Estado. Tampoco tienen operatividad suficiente los organismos de coordinación de la Nación, la provincia y la ciudad de Buenos Aires. El caso de los transportes es más que evidente. Debería darse prioridad a proyectos como el del Transmilenio de Bogotá, que ahorra millones de horas/año a los habitantes de sus periferias más lejanas. En todo este marco, y por la insuficiencia de recursos, no rinden todos los frutos que podrían valiosas gestiones municipales, como las de Morón y San Martín. El desafío es nada más y nada menos que dar plena expresión territorial a la democracia. Pero el signo más elocuente del desamparo de los más pobres del conurbano y de la escasa voluntad orgánica de brindarles soluciones de fondo es el de su segregación o aun discriminación educativa. Las escuelas a las que asisten los que más lo necesitan son de mucho menor calidad.

La infraestructura física de las escuelas de gestión estatal de José C. Paz es, en promedio, 30% inferior a las de Vicente López, distante poco más de 20 kilómetros. Es sólo una de las infinitas, hirientes desigualdades del conurbano. Pero es la que más duele, porque mientras no se corrija cierra caminos y esperanzas a los más necesitados, y también limita las posibilidades de crear cientos de miles de empleos de calidad necesarios en industrias o servicios.

Muchas veces me preguntan si hay políticos que hacen esto a propósito, para contar con clientelas eternamente necesitadas de sus favores, que compran votos. Me resisto a creerlo, pero sí es cierto que desde hace mucho tiempo no surgen los liderazgos con poder y convicción para dar la absoluta prioridad que debería tener la educación, clave central del combate a la pobreza, de la equidad y del desarrollo integral.

25 de febrero de 2009

- CRISIS -





La crisis mundial recuerda a la Argentina de 2001


¡Que se vayan todos!


Naomi Klein
Para LA NACION
Noticias de Opinión



Al ver a las multitudes islandesas que golpean cacerolas hasta provocar la caída de su gobierno, recordé un cantito de los grupos anticapitalistas, allá por 2002: "Ustedes son Enron. Nosotros Argentina". Su mensaje era muy simple. Ustedes -políticos y gerentes ejecutivos apiñados en alguna cumbre comercial- son los despilfarradores y corruptos dirigentes de Enron (por supuesto, no conocemos ni a la mitad del total). Nosotros -la chusma que está en la calle- somos como el pueblo de la Argentina, que en medio de una crisis económica pavorosamente similar a la nuestra salió a la calle haciendo sonar las cacerolas. Ellos gritaban: "¡Que se vayan todos!", y obligaron a dimitir a una procesión de cuatro presidentes en menos de tres semanas.

Lo que dio características únicas al levantamiento de la Argentina de 2001-2002 fue el hecho de que no estaba dirigido contra un partido político en particular, ni siquiera contra la corrupción en general, en un sentido abstracto. El objetivo era el modelo económico dominante? Aquélla fue la primera sublevación contra el capitalismo desregulado contemporáneo.

Ha llevado un tiempo, pero desde Islandia hasta Letonia, desde Corea del Sur hasta Grecia, el resto del mundo finalmente está teniendo su momento de ¡que se vayan todos!

Las estoicas matriarcas islandesas que golpeaban sus cacerolas hasta dejarlas chatas mientras sus hijos saqueaban la heladera en busca de proyectiles (huevos, con seguridad, pero? ¿yogurt?) son el eco de las tácticas que se hicieron famosas en Buenos Aires. También es similar la furia colectiva contra las elites que hundieron a un país floreciente y creyeron que saldrían impunes.

Tal como lo expresó Garden Jonsdottir, una oficinista islandesa de 36 años: "Ya he tenido bastante de todo esto. No confío en el gobierno, no confío en los bancos, no confío en los partidos políticos y no confío en el FMI. Teníamos un buen país, y ellos lo arruinaron".

Otro eco de Buenos Aires: en Reikiavik, los manifestantes, evidentemente, no quedarán satisfechos con un simple cambio de cara en el gobierno (aun cuando la nueva primera ministra sea lesbiana). Quieren ayuda para el pueblo, no sólo para los bancos; investigaciones penales de la debacle, y una profunda reforma electoral.

En estos días también se pueden escuchar demandas semejantes en Letonia, país cuya economía se ha contraído más que en cualquier otro de la Unión Europea, y donde el gobierno también ha tambaleado. Durante semanas, la capital ha sido sacudida por protestas y manifestaciones, incluyendo un disturbio de grandes proporciones el 13 de enero, en el que se usaron adoquines como proyectiles. Como ocurre en Islandia, los letones están indignados porque sus dirigentes rechazan toda responsabilidad por la crisis. Cuando un periodista de Bloomberg TV le preguntó cuál había sido la causa de la crisis, el ministro de Finanzas letón se encogió de hombros: "Nada en especial", respondió.

Pero los problemas de Letonia son indudablemente especiales: las mismas políticas que permitieron al "Tigre del Báltico" crecer a un ritmo del 12 por ciento en 2006 son las que hacen ahora que se contraiga violentamente, con un índice que se calcula en un 10 por ciento. El dinero, liberado de toda barrera, sale tan rápidamente como entra, y mucho se desvía hacia los bolsillos de los políticos. (No es una coincidencia que muchos de los casos perdidos de hoy sean los "milagros" de ayer: Irlanda, Estonia, Islandia, Letonia).

Otra cosa argentinesca flota en el aire. En 2001, la dirigencia argentina respondió a la crisis con un brutal paquete de austeridad prescripto por el Fondo Monetario Internacional: nueve mil millones de reducción de gastos, que en gran parte se quitaron de los sectores de salud y educación. Esto demostró haber sido un error fatal. Los sindicatos organizaron una huelga general, los maestros sacaron sus clases a las calles y las manifestaciones y protestas se hicieron incesantes.

La misma negativa de base a soportar el más duro castigo de la crisis cohesiona a muchas de las protestas actuales. En Letonia, la furia popular se ha concentrado en contra de las medidas de austeridad del Gobierno -despidos masivos, reducción de los servicios sociales y brutal disminución de los salarios del sector público-, todas ellas destinadas a lograr que el país califique para un préstamo de emergencia del FMI (no, nada ha cambiado).

En Grecia, los disturbios de diciembre se produjeron después de que la policía disparara contra un adolescente de 15 años. Pero lo que ha mantenido activos a los griegos, con los agricultores aceptando el liderazgo de los estudiantes, ha sido la respuesta que el Gobierno ha dado a la crisis: los bancos recibieron un rescate de 36.000 millones, mientras que se redujo la pensión de los trabajadores, y los agricultores no recibieron prácticamente nada.

A pesar de los inconvenientes que les causan los tractores que bloquean las rutas, el 78 por ciento de los griegos dice que las demandas de los agricultores son razonables.

De manera similar, la reciente huelga general en Francia -provocada, en parte, por los planes del presidente Sarkozy de reducir drásticamente el número de maestros- inspiró el apoyo del 70 por ciento de la población.

Tal vez el nexo más firme que conecta esta reacción global sea el rechazo de la lógica de las "políticas extraordinarias", la expresión acuñada por el político polaco Leszek Balcerowicz para describir la manera en que, en una crisis, los políticos pueden ignorar las regulaciones legislativas e introducir apresuradas reformas impopulares. Ese truco se está agotando, tal como lo descubrió recientemente el gobierno de Corea del Sur. En diciembre, el partido gobernante intentó usar la crisis para implantar por la fuerza un muy polémico acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos. Llevando a un nuevo extremo la decisión política a puertas cerradas, los legisladores se encerraron en el recinto para poder votar en privado, construyendo una barricada contra la puerta con escritorios, sillas y sofás.

Los políticos de la oposición no estaban dispuestos a aceptarlo: con mazas y una sierra eléctrica entraron en el recinto y protagonizaron una ocupación del Congreso durante 12 días. El voto se demoró, dando lugar a más debate? Una victoria de la nueva clase de "política extraordinaria".

Aquí, en Canadá, la política es mucho más amigable, pero, de todas maneras, ha estado sorprendentemente agitada. En octubre, el partido conservador ganó las elecciones con una plataforma muy poco ambiciosa. Seis semanas más tarde, nuestro primer ministro dejó al descubierto su ideología, al presentar una ley presupuestaria por la que se despojaba a los trabajadores del sector público del derecho a la huelga, se cancelaba la financiación pública de los partidos políticos. Ese proyecto carecía de previsiones de estímulo económico. Los partidos opositores reaccionaron formando una coalición histórica que no llegó a asumir el poder debido a una abrupta suspensión del Parlamento. Los conservadores acaban de volver al ruedo con un presupuesto corregido: las políticas preferidas de la derecha han desaparecido, y abundan los estímulos económicos. La pauta está clara: los gobiernos que responden a la crisis creada por la ideología del libre mercado con una aceleración de la misma agenda desacreditada no sobrevivirán para poder contar la historia. Tal como los estudiantes italianos han estado gritando últimamente por las calles: "¡Nosotros no pagaremos por la crisis de ustedes!"

Traducción: Mirta Rosenberg

24 de febrero de 2009

- TIGLIO -





Marcos Tiglio

Otro porteño dedicado a la pintura




Nació en Buenos Aires el 24 de Febrero de 1903.





Cursó estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes, teniendo entre otros como profesores a Emilio Centurión y Jorge Larco. Frecuentó luego el taller de de Miguel Carlos Victorica.





Sus envíos al Salón Nacional datan de 1929. A partir de entonces fue continuo expositor de Salones Nacionales y Provinciales. Desde Chile y Brasil fue invitado a participar en muestras colectivas. Se lo galardonó con importantes premios, los que culminaron con la invitación a intervenir en el "Premio Palanza".





En la desaparecida Sala "Nordiska" muestra por primera vez sus cuadros, para regocijo de sus admiradores y periódicamente las más importantes galerías del país se ven prestigiadas por su talento. Su importante retrospectiva en el Museo de Arte Moderno en 1963 dejó deslumbradas a varias generaciones, que desconocían su importante aporte al arte argentino.





Muere en Buenos Aires en 1976.

23 de febrero de 2009

- Y LO DEL CAMPO VA... -





El campo y la derrota de la política


Por Joaquín Morales Solá
Noticias de Opinión
La Nación




Algo se echa de menos y tal vez sea la ausencia de la política. Todos los manuales parecen extraviados. Resulta indescifrable ya, por ejemplo, que el matrimonio presidencial insista todavía en librar batallas en nombre de causas perdidas. El perpetuo conflicto con el campo le propinó la primera derrota política en el Senado; lo convirtió al vicepresidente Julio Cobos en un extraño enemigo político; empujó a la oposición a tres ex gobernadores peronistas (Carlos Reutemann, Felipe Solá y Juan Carlos Romero); amenaza con dejar al oficialismo sin mayoría propia en el Senado, y está a punto de rodear a los productores rurales, otra vez, de una amplia simpatía urbana.

El kirchnerismo avanza hacia elecciones cruciales con pasos políticos torpes y cuando todavía no llegó aquí, aunque comienza a perfilarse, el maremoto de la crisis financiera y económica internacional.

Ningún problema del campo se ha resuelto y todos se han agravado. El conflicto del año pasado era todavía una disputa por la abundancia de gobernantes y campesinos; el de ahora se cifra en la escasez de todos ellos. Ese es el problema. Sin embargo, el Gobierno trata el asunto como si fuera una interna partidaria. Llamó a los dirigentes rurales a una reunión con la ministra Débora Giorgi apenas 15 minutos antes de que se anunciara el paro que está vigente y 24 horas antes de un acto en Córdoba largamente anunciado. ¿Podían los dirigentes rurales levantar por segunda vez un paro por ese gesto casi forzado del Gobierno?

Rebotaba entre la dirigencia rural, además, el caso Biolcati. El presidente de la Sociedad Rural había sido formalmente delatado por el Gobierno como ocasional interlocutor reservado de Julio De Vido. De ahora en más, los dirigentes de la administración sólo podrán dialogar delante de los periodistas. Nadie, bueno o malo, querrá exponerse de nuevo a la traición de los acuerdos que ha cometido el oficialismo. El propio Biolcati debió exponerse a un análisis de lo que hizo delante de los otros dirigentes rurales. Yo no lo hubiera hecho , escuchó de los otros varias veces.

Biolcati cerró la negociación con el desautorizado ministro en un tenso cara a cara. Todavía el Gobierno no había hecho públicos los encuentros entre el ministro y el dirigente rural, pero ya se habían producido fidedignas filtraciones periodísticas. Biolcati le dijo a De Vido que era mejor terminar con todo, porque la propuesta oficial era pobre y porque los encuentros comenzaban a conocerse.

Sólo después de esa última reunión, el martes último, el presidente de la Sociedad Rural se sinceró ante la Comisión de Enlace. Fue un error, pero no hubo nada malo de parte de Biolcati , sentenció luego un importante dirigente de otra entidad. ¿Y la unidad de las organizaciones? La unidad ya está por encima, por debajo y más allá de los presidentes , respondió.

Aquí hay muchas líneas internas , trató de justificarse De Vido ante Biolcati. Yo también tengo líneas internas , le respondió Biolcati, ciertamente crispado. Sí... pero lo mío es muy difícil , concluyó el ministro. No obstante, De Vido lo dejó a Biolcati y corrió a redactar, junto con la propia Cristina Kirchner, el documento que dio cuenta públicamente de todos sus encuentros con el líder rural, supuestamente protegidos por la reserva que pidió el funcionario mismo. Nadie, y mucho menos De Vido, está ya en condiciones de decirles que no a los Kirchner.

Si Alberto Fernández y De Vido, los ministros más importantes que tuvo el matrimonio presidencial, fueron desautorizados en sus gestiones con los productores rurales, ¿qué se puede esperar de una intermediación de Giorgi, una ministra que nunca llegó a escalar la difícil confianza de los Kirchner? Nada. Esa es la conclusión a la que llegaron los productores rurales y por eso decidieron continuar con el paro.

Néstor Kirchner no acepta encuestas que les den a él y a su esposa menos del 60 por ciento de aceptación popular. Echó hace unos días a un encuestador que le llevó cifras sinceras. En rigor, no tiene los índices que él quiere tener y ése es, en el fondo y en el frente, la médula de la crisis política. Reutemann se fue del bloque peronista porque en Santa Fe no se puede hacer campaña en nombre del kirchnerismo.

Intendentes del conurbano están liberando concejales y punteros hacia territorios de Felipe Solá. Repiten el modelo de 2005. Entonces le prometieron a Duhalde una cosa, pero le terminaron cumpliendo a Kirchner. La diferencia consiste en que ahora es al revés: lo serenan a Kirchner, pero permiten las fugas hacia la coalición neoperonista de Macri, Solá y De Narváez.

Reutemann es implacable con las retenciones. Al propio Duhalde, cuando éste era presidente, no le perdonó un aumento arbitrario de las retenciones. La soja es para mí como el petróleo es para vos. Y por defender el petróleo llegaste a decir que Menem era un gran presidente , le recordó Reutemann a Kirchner en la última reunión que tuvieron.

Con un papel y un lápiz, el senador santafecino es capaz de explicar los problemas de los grandes inversores, de los propietarios de la tierra y de los arrendatarios del campo. Pero nunca nadie del Gobierno lo llamó para consultarlo sobre la política agropecuaria. Esto es un crimen , gritó en el Senado cuando se enteró de la resolución 125, hace casi un año. La derrota de Kirchner en el Senado fue una obra prolija y silenciosa de Reutemann, que se llevó primero muchos senadores y luego dejó en manos de Cobos el tiro de gracia. El vicepresidente nunca hubiera desempatado sin el trabajo previo de Reutemann.

Lo mismo ha sucedido ahora en el bloque peronista. Muchos se querían, y se quieren, ir. Reutemann abrió la primera puerta. Detrás de él se fueron Romero y la también salteña Sonia Escudero. Dicen que una decisión idéntica podría tomar en los próximos días el senador cordobés Roberto Urquía. Si fuera así, y tras la ruptura de cinco senadores (incluida la santafecina Roxana Latorre), el peronismo se quedaría sin quórum propio en el Senado.

El previsible giro de Reutemann forma parte de la naturaleza política. El senador está duplicando en intención de votos a su contrincante por la senaduría por Santa Fe, el socialista Rubén Giustiniani, pero el gobernador Hermes Binner, también socialista, tiene una aceptación de entre el 65 y el 70 por ciento. El matrimonio Kirchner ronda el 75 por ciento de rechazo en esa provincia.

¿Qué margen tenía Reutemann para hacer campaña del brazo de los Kirchner? Ninguno, si quería seguir caminando la provincia, como lo hace siempre, y hablando con su gente. La rebeldía del senador no es una novedad: ya venía votando contra el Gobierno en casi todos los asuntos decisivos para la administración. Reutemann siempre dice que su único destino seguro es su natal Santa Fe. Siempre voy a volver ahí y quiero que la gente me quiera o me respete como lo hace ahora , suele deslizar. Kirchner no advirtió esos síntomas previos de la hemorragia anunciada.

Las presidenciales de 2011 son, para Reutemann, un proyecto para después. Sobre todo, para después de octubre. ¿Cómo saldrá entonces Daniel Scioli? ¿Qué será de Felipe Solá? ¿Qué sucederá con Mauricio Macri? ¿Qué será de él mismo? Reutemann conoce demasiado al peronismo como para pensar en otras elecciones antes de una elección. Eso sí: tiene ganas de ser presidente, que es lo único que puede tener por ahora, si es prudente.

Y la prudencia es también una inopia de la política argentina. Sectores importantes de la Iglesia le aconsejaron al Gobierno que abriera una instancia de amplio diálogo para evitar eventuales y peligrosas tensiones sociales. Pero Kirchner sostiene que esas cosas son revoltijos propios del duhaldismo. Rechazar la mano tendida, en medio de crisis actuales y por venir, es otra traición a la política.

22 de febrero de 2009

- ZARZUELA -





La Zarzuela

Un género lírico español




La zarzuela es una forma de música teatral o género musical escénico surgido en España con partes instrumentales, partes vocales (solos, dúos, coros...) y partes habladas. Se diferencia de la ópera en que la zarzuela está cantada en español, e incluye partes habladas en lugar de los recitativos cantados de la ópera.





Parece que los primeros autores que aportaron su genio a este nuevo estilo de teatro musical fueron Lope de Vega y Calderón de la Barca. Según las investigaciones, Calderón es el primer dramaturgo que adopta el término de zarzuela para una obra suya titulada El golfo de las sirenas (1657).





Lope de Vega escribió una obra que tituló La selva con amor, drama con orquesta. Lope de Vega dice que es «cosa nueva en España». En el prólogo de 1629 de esta obra se dice: «Los instrumentos ocupaban la primera parte del teatro, sin ser vistos, a cuya armonía cantaban las figuras los versos, haciendo de la misma composición de la música las admiraciones, quejas, iras y demás afectos…». Sin embargo, sólo se conserva la música suficiente en la obra Los celos hacen estrellas de Juan Hidalgo y Juan Vélez, que se estrenó en 1672. Con esta obra se puede tener una idea de cómo era este género en el siglo XVII.





El siglo XVIII da entrada a la dinastía de los Borbones y con ellos se pusieron de moda los estilos italianos en diversas manifestaciones artísticas, incluida la música. Las zarzuelas del siglo XVIII se convirtieron en obras estilísticamente parecidas a las óperas italianas: por ejemplo, las obras de Antonio de Literes. Pero al llegar el reinado de Carlos III, también Borbón, los problemas políticos provocaron una serie de revueltas contra los ministros italianos, hecho que repercutió en las representaciones teatrales y de nuevo imperó la tradición popular española representada, en esta ocasión, por los sainetes de don Ramón de la Cruz. La primera obra de este autor representada en este género fue Las segadoras de Vallecas (1768), con música de Rodríguez de Hita.





El auge de la zarzuela llegó, en el siglo XIX, a partir de 1839, con los músicos Francisco Barbieri y Emilio Arrieta. Muchas veces el éxito de la obra se debía a una o más canciones que el público aprende y da a conocer oralmente, como ocurría con los cuplés. El engranaje de la obra siguió siendo el mismo: números hablados, cantados, coros, que se aderezan con escenas cómicas que, generalmente, son interpretadas por un dúo. Abundaba el género costumbrista y regionalista y en los libretos se recogía toda clase de modismos, regionalismos y jerga popular.





En ésta época se divide en género chico (zarzuelas de un solo acto) y género grande (zarzuelas de tres actos). Se adoptan temas costumbristas, populares, cómicos y bailes españoles. Algunos autores de esta época son Emilio Arrieta, Federico Chueca, Fernández Caballero, Tomás Bretón y Ruperto Chapí. En el siglo XX comenzó el declive de la zarzuela.





Después de la Revolución de 1868, el país entró en una profunda crisis (sobre todo económica) que se reflejó también en el teatro. El espectáculo teatral era caro y ya no se podían pagar aquellos precios. Fue entonces cuando el Teatro Variedades de Madrid tuvo la idea de reducir el precio del espectáculo y, al mismo tiempo, la duración de la representación. Una función teatral duraba, por aquel entonces, cuatro horas y se redujo a una hora. Fue lo que se llamó teatro por horas.





La innovación tuvo un gran éxito y los compositores de zarzuelas se acomodaron al nuevo formato creando obras mucho más cortas. A las zarzuelas de un solo acto se las clasificó como Género chico y Género grande a las zarzuelas de tres actos o más. La zarzuela grande fue batallando en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, pero con poco éxito y poco público. A pesar de esto, en 1873 se abrió un nuevo teatro, el Apolo, que compartió los fracasos con el anterior, hasta que no tuvo más remedio que cambiar el espectáculo al género chico.





Interior del Teatro de la Zarzuela de MadridEn los primeros años del siglo XX, se componen obras de mayor calidad musical como "Doña Francisquita" de Amadeo Vives o, un poco antes Gigantes y Cabezudos)[1] 1898", del maestro Fernández Caballero que supo ganarse muy bien a la crítica componiendo una obra muy del "gusto popular".





La zarzuela se va manteniendo con estas producciones que, a veces, se ajustan a la estructura musical de una ópera italiana, gracias a autores de la talla de Francisco Alonso, Pablo Sorozábal, Federico Moreno Torroba, Rafael Calleja y Jacinto Guerrero. La guerra española abre un paréntesis y en la posguerra, la decadencia es casi total. No existen nuevos autores para este género y no se renuevan las obras. Por otro lado, la zarzuela existente es difícil y costosa de representar y sólo aparece esporádicamente, por temporadas, durante unos pocos días.





En estos primeros años del siglo se empieza a dar el apelativo de género ínfimo a las representaciones conocidas como revistas. Son obras musicales con una conexión de ideas parecida al de la zarzuela pero más ligeras y atrevidas, con números escénicos que, en la época, se calificaron de «verdes», es decir, pícaros, de temas sexuales y con letras de doble intención. Una de estas obras fue La Corte de Faraón, basada en la opereta francesa Madame Putiphar. La música se hizo tan popular que algunos de sus números acabaron siendo verdaderos cuplés difundidos por el público.

21 de febrero de 2009

- TARTAGAL -




Tartagal:

un desastre previsto


La tragedia pudo no haberse evitado, pero sí sus lamentables efectos, consecuencia de una preocupante falta de prevención


Noticias de Opinión
Editorial La Nación




Quiza no pueda afirmarse que la tragedia de Tartagal hubiera sido evitable, pero sí que habría sido posible mitigar sus lamentables efectos. Sin duda, existió una mezcla de causas naturales y humanas magnificadas por una casi total falta de prevención.

En diciembre de 2005, Tartagal vivió un hecho similar: las lluvias y la inundación por el desborde del río Tartagal habían arrasado más de 150 viviendas y aislado a la ciudad con centenares de personas que debieron ser evacuadas por el peligro de derrumbes.

Un año más tarde, un grupo de científicos de la Universidad de Salta fue convocado por las autoridades locales para evaluar las razones del alud. Se encontraron una serie de factores, naturales y provocados por el hombre, que concurrían para ocasionar el desastre. El informe sugería medidas de prevención para evitar situaciones similares; entre otras, un sistema de alertas tempranas a través de estaciones de monitoreo en el curso alto y medio de la cuenca del río, y el control de todas las aperturas de caminos. Todo esto fue prácticamente ignorado y puso al descubierto muchas fallas de carácter político y, por lo menos, una muestra de desidia del ministro de Ambiente provincial, Julio Nasser, de quien dependen el control de la estabilidad de las cuencas hídricas de la provincia y de la extracción de recursos forestales.

Tras el alud, la presidenta Cristina Kirchner firmó en Olivos la demorada reglamentación de la ley de presupuestos mínimos de protección de los bosques nativos y sostuvo que el avance de los desmontes está vinculado a la expansión de la frontera agrícola; también reiteró que la verdadera causa de la tragedia era la "pobreza estructural". Pero el secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Homero Bibiloni, se apresuró a resaltar que la reglamentación de la ley "en modo alguno puede vincularse como una respuesta" a la tragedia de Tartagal, y agregó que el desmonte "no es la causa eficiente y directa" de la tragedia y que "si la reglamentación no se aprobó antes" fue por responsabilidad de su antecesora, Romina Picolotti.

El ministro del Interior, Florencio Randazzo, descartó que en la inundación hubiera tenido que ver el hecho de que las obras de contención del río, que realiza el gobierno nacional, aún no se hayan concluido. A su vez, el ministro de Ambiente salteño sostuvo que el aluvión en Tartagal fue causado por las características ambientales y geológicas de la zona y no por deforestación.

La rápida respuesta de las autoridades parece más una lastimosa actitud de echar culpas o de deslindar responsabilidades que de asumir una actitud reflexiva y responsable con miras a que estos hechos no se repitan en el futuro. Negar la realidad es un reaseguro para que esta situación no constituya un aprendizaje. Es imprescindible contar con funcionarios capaces de mostrar la realidad sin miedos, planteando soluciones y no excusándose o buscando chivos expiatorios. Sólo asumiendo una actitud proactiva más allá de las conveniencias coyunturales se podrán evitar hechos similares, y se podrá construir sobre los errores ajenos, e incluso sobre los propios.

20 de febrero de 2009

- CORONADO -





Martín Coronado


Periodista, poeta y dramaturgo.




Cantó las cosas sencillas y los sentimientos humildes, y porque supo penetrar en el alma del pueblo, fue durante muchos años el más popular de nuestros poetas.

En 1873 publicó su primer volumen de versos y en 1876 estrenó su primera obra teatral, el poema dramático "La Rosa Blanca", representada en el teatro de la "Opera", (C. F.).





Otro estrenos suyos fueron "Luz de Luna y Luz de Incendio", "1810"", "Salvador", "Un Soñador"; "La Flor del Aire", "Cortar por lo Más Delgado", "Parientes Pobres", "Justicias de Antaño", "El Sargento Palma", "La Piedra del escándalo" y "La Chacra de don Lorenzo".

En 1902 la compañía de José J. Podestá estrena en el teatro "Apolo" la que sería su inmortal obra, "La Piedra del Escándalo", drama con el que se afirma definitivamente el teatro criollo y que lo consagra como primer dramaturgo argentino.





En esta famosa obra cantó el gran Pablo Podestá el estilo del mismo nombre con versos suyos, que rebasó todos los límites de la popularidad y cantaron los troveros de la época, incluidos Gardel y Razzano. (Este grabó de él "Canción de Mayo" con música de Víctor Pedro Donato, en 1929).

Tratamos de hallar algún indicio sobre tratos con Carlos Gardel y no encontramos, aunque no se descarta la posibilidad de que los hubo, pues por ahí se dice que alguien se lo recomendó cuando empezó en su adolescencia con sus trinos.

Coronado nació en la Ciudad de Buenos Aires el 14 de julio de 1850 y falleció un día como hoy, el 20 de febrero pero de de 1919.





Recordemos que llevan su nombre, una localidad bonaerense y también una de las salas del Teatro San Martín, del Complejo Teatral Buenos Aires.

19 de febrero de 2009

- MALOS ESTADOS -




La Argentina y el síndrome Van Evera


Por qué los estados creen tonterías


Juan Gabriel Tokatlián
Para LA NACION
Noticias de Opinión




STEPHEN VAN EVERA es un reputado profesor de relaciones internacionales del Massachussetts Institute of Technology (MIT) y autor de un interesante ensayo titulado Por qué los estados creen en ideas tontas ( Why States Believe Foolish Ideas: Nonself-Evaluation by States and Societies , 2003). Van Evera inicia su argumentación remarcando la importancia de que los estados tengan la capacidad de comprender, adaptarse y aprovechar el sistema internacional. Para ello, es esencial tener la aptitud y la voluntad de evaluar el entorno global y el propio. Una buena evaluación "genera innovación y cambio". Sin embargo, la innovación y el cambio producen reacciones y resistencias.

En efecto: Van Evera indica que las organizaciones gubernamentales tienden a reprimir la evaluación interna, ya que, como resultado de ella, se pueden perder empleos, influencia, prebendas, contactos y recursos. De hecho, existen diversas tácticas para hacerlo; desde cooptar a los evaluadores y aleccionarlos hasta ignorarlos, descalificarlos o atacarlos.

Esto sucede porque la evaluación puede afectar la distribución de poder político y social. Pero la no evaluación frena el proceso de aprendizaje de una nación y sirve para mantener mitos (militaristas, narcisistas, chauvinistas, de grandeza o de excepcionalidad). Así, en última instancia y en un caso extremo, se imponen la parálisis, la frivolidad, el fanatismo y/o el oscurantismo.

Podemos hablar del síndrome Van Evera cuando concurren un conjunto de factores y fenómenos diversos que llevan a que la ignorancia resulte más funcional que el discernimiento al momento de identificar las condiciones para llevar a cabo un reacomodamiento significativo en las relaciones exteriores de un país.

Como señala el experto del MIT, las fuerzas de la destrucción de conocimiento son, muchas veces, superiores a las que favorecen la creación de conocimiento. "En consecuencia -dice-, los Estados tienen una tendencia inherente al pensamiento primitivo." Esto refuerza la desinformación, la mistificación y la trivialidad. Uno de los antídotos frente a ese síndrome es estimular, proteger y premiar social, cultural e institucionalmente la evaluación, tanto de propios como de ajenos.

La Argentina debe superar, en materia de política exterior, el síndrome Van Evera, que padece desde hace décadas. Una de las principales tareas del país en este comienzo del siglo XXI, en el marco del Bicentenario y en el contexto de la grave crisis global, es discernir una gran estrategia internacional. Y para esto es crucial una evaluación honda y seria de la inserción externa del país.

En esa dirección, una gran estrategia tiene que precisar las amenazas probables a la seguridad del Estado y a la sociedad, así como los retos al bienestar y a la autonomía. Debe también diseñar los remedios y las respuestas políticas, económicas, militares, tecnológicas, educativas y de otro tipo para hacer frente a esos peligros y desafíos.

Las mutaciones de orden externo y las transformaciones de orden interno que vienen produciendo ya una constelación de encrucijadas obligan a esclarecer la naturaleza y el alcance de esa gran estrategia. En ese sentido, y previo a cualquier evaluación, es importante distinguir elementos clave para una eventual buena estrategia internacional.

En primer lugar, es importante asumir que las relaciones externas y la política interna están inexorablemente entrelazadas.

Ahora bien: las variables externas no son completamente determinantes. La política doméstica y las estructuras internas son imprescindibles para entender las opciones y los límites de la política exterior. Un país puede asumir los estímulos y constreñimientos internacionales de un modo distinto en razón de su poder relativo en el plano exterior y de la fuerza estatal en el terreno doméstico.

En segundo lugar, las instituciones son fundamentales. Ante la envergadura de las transformaciones internacionales, un Estado no tiene otra alternativa que asumirlas. Una fuerte rigidez institucional hace difícil la adaptación y el acoplamiento y, por lo tanto, el cambio interno se tiende a posponer.

La permanencia de un Estado copado y maniatado por intereses particulares y sin una autonomía elemental lo hace inflexible y, en consecuencia, con una profunda aversión a la reforma y la renovación.

En tercer lugar, una gran estrategia debe asimilar el hecho de que hay que combinar política exterior y política de defensa y que se necesita más complementariedad entre el ámbito estatal y el no estatal. Hoy prevalece una situación en la que se evidencia el valor de una interacción sincrónica entre la diplomacia y la defensa y se requiere una mayor concertación doméstica entre agentes del Estado y actores no gubernamentales. Lo interno y lo externo, lo político y lo militar, lo estatal y lo no estatal no pueden verse, analizarse o instrumentarse de manera escindida.

Y en cuarto lugar, la ausencia de una gran estrategia es funesta para los intereses nacionales. El aislamiento político, la desconexión económica con el exterior y el ensimismamiento cultural, la fragmentación entre diplomacia y defensa y la ausencia de concertación entre los sectores estatal y no estatal (por ejemplo, sectores productivos, ONG, científicos, trabajadores, entre otros) son nocivos para un país que aspira a lograr un bienestar material extendido y una influencia externa reconocida.

En esta coyuntura, entonces, se hace imperativa una evaluación del modelo de inserción global de la Argentina. Anticipando los escollos que menciona Van Evera respecto de las maniobras de los gobiernos para no autoevaluarse sistemáticamente, es posible que una opción sea que el Estado convoque a académicos, expertos, intelectuales y especialistas, nacionales y extranjeros, para que elaboren un diagnóstico sobre los dilemas y desafíos externos e internos que enfrenta la Argentina y en torno a las recomendaciones adecuadas que el Estado y la sociedad podrían instrumentar para proteger y avanzar los intereses del país en el largo plazo.

No hay que ir muy lejos para observar mecanismos de este tipo: la cancillería de Colombia acaba de instalar una comisión sobre política exterior con las características mencionadas. La dimensión de la crisis global y el agotamiento de esquemas ortodoxos de vinculación internacional llevaron a Bogotá a establecer un grupo de trabajo compuesto por colombianos y extranjeros que pondere las alternativas de inserción regional y global del país andino. Muchas veces no se trata de mirar al Norte. Con que emulemos algunas buenas iniciativas del Sur nos podría ir algo mejor.

El autor es profesor de Ciencias Políticas.

18 de febrero de 2009

- MORES -




Mariano Mores


Cumpleaños de un gran artista


Prócer viviente de nuestra música



Mariano Mores es un famoso músico argentino, pianista, compositor y director de orquesta de tango. Se lo considera uno de los mejores pianistas del mundo.





Nació con el nombre de Mariano Alberto Martínez en el barrio San Telmo, Ciudad de Buenos Aires, un 18 de febrero de 1918.

Estudió en el conservatorio D’Andrea en Lanús Oeste. Hizo el Profesorado de Música clásica en sólo tres años; a los catorce años ya trabajaba en el café Vicente de la calle Corrientes. Fue acompañante en el conjunto criollo La Cuyanita y por un tiempo fue pianista de Roberto Firpo.





Estrenó sus primeras composiciones en el Trío Mores, que integraba junto a las hermanas Margot y Myrna Mores. Se casaría con Myrna (cuyo verdadero nombre es Guillermina Morales) y adoptaría el apellido Mores como nombre artístico. En realidad él era simplemente Marianito, el pianista de las Hermanas Mores, el apellido se le agregó por usos y costumbres: "Actúan los Mores" o "El trío Mores" Después de su casamiento Myrna dejó de cantar profesionalmente para dedicarse a su hogar e hijos, pero siempre acompañó a su marido a las giras mundiales junto a su orquesta.





En 1938 compuso varias obras para la película Senderos de fe, que no tuvo éxito, pero que le dio la oportunidad de conocer gente del ambiente, por ejemplo Roberto Sciammarella y Alberto Vaccarezza.

Fue piano solista en la orquesta de Francisco Canaro entre 1939 y 1948; formó su propio grupo y ese mismo año debutó en la sala del Teatro Presidente Alvear, dirigiendo una gran orquesta.





Tiene más de 300 grabaciones. Su primer cantor fue su hermano Enrique Martínez, con el seudónimo de Enrique Lucero. Por su orquesta desfilaron muchos vocalistas:

el uruguayo Mario Ponce de León
Aldo Campoamor
Carlos Acuña
Susy Leiva, Virginia Luque y Tita Merello (en "Buenas Noches Buenos Aires")
Miguel Montero
Hugo Marcel
su hijo Nito Mores (fallecido en 1984)





Actualmente cantan junto a Mariano Mores y su orquesta, su hija Silvia Mores, su nieto Gabriel Mores (hijo de Claudia y Nito Mores). Su sobrino Ariel Mores y el cantante uruguayo, radicado en la Argentina Daniel Cortés (quien anteriormente cantara con su verdadero apellido Cuffos y fuera rebautizado por el maestro M. Mores como Daniel Cortés).





En sus giras internacionales, no solamente llevaba su orquesta o sexteto, y sus cantores, siempre lo acompañaron diversos ballets de Tango y Folklore, ya que en sus presentaciones jamas dejó de lado las danzas folkloricas. En la década del 50, el Ballet Soler-Evans, en la del 60 El ballet de Victor Ayos, quien también fue su coreógrafo en la recordada "Buenas Noches Buenos Aires", tanto en su versión Musical para Teatro o en su versión cinematográfica, bajo la direccion de Hugo del Carril, Mariano Mores y Cecilio Madanes.





En lo que se refiere a materia discográfica, Mores realizó la mayor parte de sus registros comerciales en el sello Odeón, aunque el primer sello que grabó fue Mercurio. En Odeón grabó entre 1954 y 1969. A partir de aqui el maestro Mores grabaría muy poco, en 1972 apenas un disco de cuatro temas en México, un LP (Enteramente Argentina) para el sello Microfón, en 1977, otro LP (Ok Mister Tango) para el sello CBS, en 1986 y un CD en vivo para Leader Music en 1994. Actuó con su orquesta en la película documental Café de los maestros (2008) dirigido por Miguel Kohan y en el álbum Café de los Maestros Vol. 1 y 2 (2005) producido por Gustavo Santaolalla en el que registró las regrabaciones de Tanguera y Taquito Militar.






Algunas obras

Cuartito azul, con Mario Battistella, su primer tango, estrenado en 1939
En esta tarde gris ( 1941)
Tu piel de jazmín (1941)
Grisel (1942)
Uno (1943), con letra de Enrique Santos Discépolo
Cada vez que me recuerdes (1944)
Cristal (1944), con Enrique Cadícamo
Copas, amigos y besos (1944)





A quién le puede importar (1945)
Adiós, pampa mía (1945)
Sin palabras (1946), con Enrique Santos Discépolo
Cafetín de Buenos Aires (1948) con José María Contursi
Una lágrima tuya (1949), con Homero Manzi
El patio de la morocha (1951)





Taquito militar (1952)
La calesita (1953), con Cátulo Castillo
El firulete (1958)
Por qué la quise tanto (1961)
Frente al mar (1963)

17 de febrero de 2009

- LA POBREZA -












El presupuesto social

De la pobreza extrema a la hipocresía extrema

Preguntonta: ¿alcanzan $ 130.000 millones para aliviar el problema de la pobreza extrema en la Argentina? Es probable que no. Pero $ 130.000 millones es mucha plata, aun para mí. Y $ 130.000 millones es el monto transferido en los últimos seis años por el Gobierno nacional al sector privado.

Por Enrique Szewach
Diario Perfil


Y $ 130.000 millones es el monto transferido en los últimos seis años por el Gobierno nacional al sector privado. Obviamente, este es sólo un rubro del Presupuesto, al que volveré en un minuto. Esta cifra, no incluye los pagos de salarios, jubilaciones, obras públicas, salud, etc. Tampoco incluye el gasto provincial y municipal. Es decir, no incluye lo que cualquiera de nosotros llamaría “gasto público total”, que está en niveles históricos récord, aproximadamente un tercio del PBI argentino.

Resulta claro, a estas alturas, que si después de seis años de crecimiento “alla China” y de una participación creciente del sector público en ese crecimiento, los problemas de pobreza extrema aún persisten, la solución requiere algo más que plata y vocación.

Vuelvo, entonces, a esos $ 130.000 millones acumulados en estos años, exclusivamente como transferencias directas al sector privado, en la forma de subsidios, planes de ayuda, rebajas en los precios de ciertos bienes y servicios.

¿Quiénes han sido los receptores de esos fondos? Es cierto que una parte de ese dinero se destinó a los planes de ayuda social del Gobierno nacional y otra a mantener bajos los costos de servicios que utilizan los pobres –principalmente transporte público–. Pero no es menos cierto que el crecimiento más explosivo de este rubro estuvo ligado a la maraña de subsidios destinados a evitar aumentos en la electricidad y gas residencial, en los combustibles que utilizan los autos particulares, en especial los combustibles “premium”, los peajes en las rutas y ciertos alimentos, sin discriminar entre pobres y ricos.

Por supuesto que los fondos necesarios para cubrir estas transferencias surgieron de la recaudación de impuestos. El IVA, y la inflación, que pagan relativamente más los pobres, y los impuestos a la exportación, que pagan productores ricos y productores pobres.

Como reconoció el propio Gobierno nacional en las voces de la Presidenta y sus ministros más importantes, los exorbitantes aumentos de la electricidad y el gas anunciados y observados en los últimos meses obedecen al hecho de que “…los pobres no pueden seguir subsidiando a los que más tienen…”. A confesión de parte, relevo de pruebas, dicen mis amigos abogados (¡sí!, algunos tengo).

Esta descripción se agrava si se analiza el esquema “federal” del reparto del crecimiento de la economía de los últimos años. En efecto, una parte importante de ese crecimiento se originó en un extraordinario cambio de precios relativos a favor de las producciones regionales en general, y de la agropecuaria en particular.

Sin embargo, el Gobierno nacional interfirió fuertemente en la forma en que tal mejora de los precios internacionales se difundió en las provincias. Primero, afectó la producción de lácteos y carnes, petróleo, gas, impidiendo el aprovechamiento pleno de ese boom de precios en las provincias productoras. No sólo subsidió directamente el consumo, sino que, además, prohibió exportaciones y fijó precios máximos para el mercado interno.

Segundo, y a través de las retenciones a la exportación, le restó capacidad de recaudación a los gobiernos provinciales. Las retenciones no se comparten con las provincias en forma automática, y reducen la base del el impuesto a las ganancias que sí se coparticipa, y la base imponible de impuestos provinciales.

Tercero, al concentrar políticamente el gasto en el Conurbano bonaerense, con los recursos restados a las provincias, se mantiene el círculo vicioso de la pobreza extrema. Con menos recursos para educación y salud en las provincias, la gente emigra hacia “dónde está la salida”, en el Gran Buenos Aires, provocando hacinamiento, congestión, necesidades de más infraestructura.

Cuarto, sin inversión en rutas adecuadas y habiendo destruido el mercado de aerotransporte comercial, los costos de flete y las dificultades para el turismo receptivo también conspiraron contra una mejora en el bienestar de la población del interior del país.

Y, por último, la falta de reforma política, en serio, para ir a la “nueva política”, mantuvo, también en las provincias, salvo honrosas excepciones, la organización feudal de dependencia casi total de la discrecionalidad política de intendentes y gobernadores.

En síntesis, si en estos años, con un crecimiento económico impulsado desde el interior del país hacia los grandes centros urbanos, gracias a la demanda mundial, y con una apropiación del Estado de una parte importante de los fondos originados por ese crecimiento (el gasto público total aumentó 10% del PBI en cinco años), no pudimos solucionar los problemas de pobreza extrema, da toda la impresión de que se necesita una reforma institucional seria, y no sólo discursos y lamentos. Un paso inicial podría ser sincerarnos como sociedad y, al menos, limitar la hipocresía extrema.

16 de febrero de 2009

- GROUSSAC -




Paul Groussac


Aniversario de su nacimiento


Para conocerlo mejor



Paul-François Groussac (15 de febrero, 1848 — 27 de junio, 1929) fue un escritor, historiador, crítico literario y bibliotecario Franco-Argentino. Nació en Toulouse de Catherine Deval y Pierre Groussac, un descendiente de una vieja familia de Languedoc.





En su juventud en Toulouse estudió los clásicos. Es enviado a la casa de su abuela en Sorèze por unos meses, luego de morir su madre en 1858; allí estudia en el colegio de los dominicos, donde conoce al padre Lacordaire, un escritor romántico que ejerce influencia sobre él. Víctor Hugo es en esta época, su máximo inspirador.





En 1865 se matriculó en la École Navale de Brest, pero optó por no ejercer la carrera militar. Se anotó en la Escuela de Bellas Artes de Toulouse, pero disgustado con el rigorismo de la carrera, decide abandonarla antes de comenzar a curar. Este mismo año, obtiene de su padre permiso para realizar un largo viaje, pero una vez llegado a París, nota que tiene muy poco dinero para continuar y, no queriendo regresar en esas condiciones, decide gastar el dinero que le resta en un viaje de segunda mano en el primer buque que zarpara. Es así como se sube al velero "Anita", con destino a Buenos Aires (influyó en su decisión de emigrar el disgusto que le ocasionaron las nuevas nupcias que había contraído su padre.) Traía una carta de recomendación del filósofo y antiguo alcalde de Toulouse, Adolphe Gatien-Arnoult, para su ex-colega universitario Amadeo Jacques (que había emigrado a la Argentina y estaba casado con la patricia Benjamina Augier Echagüe). Groussac se queda en Buenos Aires el resto de su vida.





En sus comienzos, trabaja como ovejero en San Antonio de Areco, pero una carta de su padre lo insta a regresar a la vida civilizada.

Durante los próximos diecisiete años, dicta clases de matemática en el Colegio Modelo, comienza sus estudios autodidactas en la biblioteca, trabaja como catedrático, da clases en la Escuela Normal y en el Colegio Nacional. Se interesa profundamente, convirtiéndose en un gran estudioso, en el idioma español; publica en la "Revista Argentina" y dirige "La Unión" (periódico del gobierno tucumano—provincia donde permaneció once años—, por encargo del gobernador Federico Helguera;) escribe para el diario "La Razón" (en el cual realiza un polémico estudio acerca de una posible radicación de los jesuitas en la provincia tucumana) y, más tarde, asume su dirección. Dirigió la Escuela Normal de Tucumán; es nombrado Director de Enseñanza en Tucumán e Inspector Nacional de Educación (en 1874), participa del primer congreso pedagógico como defensor del laicismo presentando una conferencia (que más tarde publica) bajo el título de Estado Actual de la Educación Primaria en la República Argentina. Publica un artículo en "Le Figaro" de París durante su breve estadía en 1883 y, desde París también, envía sus impresiones parisinas publicadas por "El Diario".





En su regreso a Buenos Aires funda "Sud-América" (un diario de ideas liberales opuesto al gobierno porteño; además de él, fueron socios fundadores Lucio V. López, Delfín Gallo, Roque Sáenz Peña y Carlos Pellegrini); en 1885 vuelve a ser designado inspector de educación y jefe de la Biblioteca Nacional (año en la cual se nacionaliza; antes era la Biblioteca Pública de Buenos Aires) por orden del presidente Julio Argentino Roca. Ocupó este cargo hasta su muerte, cuarenta y cuatro años más tarde. Este mismo año, tiene grandes desacuerdos con la prensa clerical y los defensores por la educación religiosa, en el debate nacional sobre Ley de Educación.

Para 1894, ya escribía en La Nación y Le Courrier du Plata, y había publicado numerosos artículos acerca de sus viajes por América. Ese mismo año, funda un diario en francés, "Le Courrier Français, journal du matin, politique, littéraire & commercial", con la colaboración financiera del industrial Clodomiro Hileret; que suspende a los dos años. El resto de los años venideros, se dedica profundamente a la Biblioteca, ordenándola, administrándola y aumentando su patrimonio enormenmente gracias a grandes donaciones que él promovió.
Tras una operación glaucoma en 1926, pierde la poca vista que conservaba, pocos años antes de morir, a los 81 años.





Sus obras más destacados son La Biblioteca (1896) y Anales de la Biblioteca (1900), que fueron antologías de ensayos críticos, relatos históricos de la biblioteca y documentos pertinentes a la historia del Río de la Plata. Como redactor de la revista Sud América, Groussac se encontró en el centro del mundo literario de Argentina. Sus obras subsiguientes, como Estudios de historia argentina, Ensayo histórico sobre el Tucumán y Mendoza y Garay se destacaron por una riqueza de factos, descripciones vívidas de personajes y sus entornos, y un estilo lúcido y esmerado.





Otras de sus obras significantes son Fruto vedado (novela,) Relatos argentinos, La divisa punzó, Crítica literaria, Las islas Malvinas y sobre todo (por la pasión que sobre él infundía), la "Biografía de Liniers", finalmente publicada como libro en 1907, luego de adelantar capítulos en la revista de la Biblioteca.





Su póstuma reputación fue apoyada por menciones frecuentes en los ensayos críticos de Jorge Luis Borges, quien escribió su necrología. En el ensayo autobiográfico La ceguera, Borges mencionó la influencia de Groussac sobre Alfonso Reyes, a quién apreciaba mucho: "Alfonso Reyes me dijo: Groussac, que era francés, me enseñó cómo debe escribirse en castellano."





Como crítico, Groussac fue muy conocido por su carácter despiadado y intratable, y por su sarcasmo fulminante. Borges analizó unos de sus insultos literarios en Arte de injuriar (1933), un artículo de Sur.





También hay unos paralelos biográficos entre Groussac y Borges: entre 1955 y 1973 Borges ocupó el viejo puesto de Groussac en la Biblioteca Nacional. Además, fueron ambos ciegos durante sus respectivas ocupaciones.





Está enterrado en el Cementerio de La Recoleta.