24 de enero de 2009

- GAZA -





Las razones de política interna Israelí


Morir en Gaza




Mario Vargas Llosa
Para LA NACION
Noticias de Opinión
Ilustración: Sabat


¿Hay alguna posibilidad de que la invasión militar de Israel a Gaza pueda "destrozar la infraestructura terrorista" de Hamas -objetivo oficial de la operación- y ponga fin al lanzamiento de cohetes artesanales de los integristas palestinos que controlan la Franja sobre las ciudades israelíes de la frontera? Yo creo que ninguna y que, más bien, esta operación militar en la que, hasta el momento de escribir estas líneas, murieron ya más de 600 palestinos, entre ellos gran número de niños y civiles inocentes, y ha causado millares de heridos, tendrá el efecto de una poda en la comunidad palestina de la que Hamas saldrá reforzada y muy disminuido el sector moderado, es decir, la Autoridad Nacional Palestina, liderada por Mahmoud Abbas.

Para que la razón esgrimida como justificación del ataque por Ehud Olmert y sus ministros tuviera visos de realidad, Israel debería volver a ocupar Gaza con un enorme despliegue militar permanente o perpetrar un genocidio que ni siquiera los más fanatizados de sus halcones se atreverían a asumir, ni, esperemos, el resto del mundo toleraría, aunque la opinión pública internacional ha mostrado ya más de una vez una supina indiferencia en lo que respecta a la suerte de los palestinos.

La verdad de los hechos es que, por más feroz que haya sido el castigo infligido por el ejército de Israel a Gaza, y precisamente debido al sentimiento de impotencia y odio por lo ocurrido del millón y medio de palestinos que viven hambreados y medio asfixiados en esa ratonera, lo probable es que, una vez que el Tsahal se retire de la Franja y se restablezca "la paz", las acciones terroristas se renueven, con nuevos bríos y un deseo de venganza atizado por los sufrimientos de estos días.

Los defensores de los bombardeos y la invasión responden a sus críticos con esta pregunta: "¿Hasta cuándo puede resistir un país que sus ciudades sean víctimas de cohetes terroristas lanzados desde sus fronteras a lo largo de días y meses por una organización como Hamas, que no reconoce la existencia de Israel ni oculta su propósito de acabar con él?".

La pregunta es muy pertinente, desde luego, y nadie que no sea un fanático o un terrorista puede justificar el acoso criminal constante de Hamas contra las poblaciones civiles de Israel. Ahora bien, si se trata de buscar las causas del conflicto es, a mi juicio, deshonesto quedarse sólo allí, en los cohetes artesanales de Hamas, y no retroceder un poco más en el tiempo para entender -lo que no quiere decir justificar, claro está- lo que sucede en ese explosivo rincón del mundo.

La victoria electoral que llevó a Hamas al poder en la Franja no fue un acto de adhesión masivo de los palestinos de Gaza al fanatismo integrista ni a las acciones terroristas, sino un rechazo perfectamente legítimo de los ciudadanos a la ineficiencia y, sobre todo, a la descarada corrupción de los dirigentes de la Autoridad Nacional Palestina. Y, también, un típico acto autodestructivo al que los seres humanos, individuos o colectividades, son propensos cuando llegan a situaciones límite, de indefensión y desesperación totales.

Desde luego que la retirada de Israel de Gaza y el abandono de los 21 asentamientos de colonos que allí había, en el verano de 2005, despertó grandes esperanzas de que este gesto impulsara el proceso de paz que debería conducir a la creación de un Estado palestino que coexistiera con Israel y le garantizase su seguridad en el futuro.

No sólo no ocurrió así. Hamas se alzó con el poder y sus disputas con Al Fatah -con tiroteos y asesinatos de por medio-, por una parte, y, por otra, la política de Israel de incomunicar a Gaza y mantenerla en una suerte de cuarentena implacable, impidiéndole exportar e importar, cerrándole el uso del aire y del mar, permitiendo que sus pobladores salieran de ese gueto sólo a cuentagotas y después de trámites abrumadores y humillantes, contribuyeron al gran "fracaso económico" que hoy día los halcones de Israel exhiben como prueba de la incompetencia de los palestinos para gobernarse a sí mismos.

Me pregunto si algún país en el mundo hubiera podido progresar y modernizarse en las condiciones atroces de existencia de la gente de Gaza. Nadie me lo ha contado, no soy víctima de ningún prejuicio contra Israel, un país que siempre defendí, y sobre todo cuando era víctima de una campaña internacional orquestada por Moscú, que apoyaba toda la izquierda latinoamericana.

Yo lo he visto con mis propios ojos. Y me he sentido asqueado y sublevado por la miseria atroz, indescriptible, en que languidecen, sin trabajo, sin futuro, sin espacio vital, en las cuevas estrechas e inmundas de los campos de refugiados o en esas ciudades atestadas y cubiertas por las basuras, donde se pasean las ratas a la vista y paciencia de los transeúntes, esas familias palestinas condenadas sólo a vegetar, a esperar que la muerte venga a poner fin a esa existencia sin esperanza, de absoluta inhumanidad, que es la suya.

Son esos pobres infelices, niños y viejos y jóvenes, privados ya de todo lo que hace humana la vida, condenados a una agonía tan injusta y tan larval como la de los judíos en los guetos de la Europa nazi, los que estaban siendo masacrados por los cazas y los tanques de Israel, sin que ello sirviera para acercar un milímetro la ansiada paz. Por el contrario, los cadáveres y ríos de sangre de esos días sólo sirven para alejarla y levantar nuevos obstáculos y sembrar más resentimiento y rabia en el camino de la negociación.

Todo esto lo saben, mucho mejor que yo o que cualquier observador, los dirigentes de Israel, que pueden haber perdido los sentimientos y la moral, pero no la inteligencia. La clase dirigente israelí es de muy alto nivel, bastante más culta y preparada que la del promedio occidental.

Y, si es así, ¿para qué desatar una operación militar que no va a acabar con el terrorismo de los fanáticos de Hamas y que, en cambio, va a servir para desprestigiar a un Estado que con acciones punitivas como ésta ha perdido ya esa superioridad moral que tuvo sobre sus enemigos en el pasado, por ejemplo, cuando Yitzhak Rabin firmó los Acuerdos de Oslo de 1993?

Creo que la respuesta es la siguiente: desde el fracaso de las negociaciones de Camp David y de Taba del año 2000-2001, en las que el gobierno israelí, presidido por Ehud Barak, estuvo dispuesto a hacer unas importantes concesiones que Arafat cometió la insensatez de rechazar, la sociedad israelí, profundamente decepcionada, ha vivido un proceso de derechización radical y, en su gran mayoría, llegado a la conclusión de que no hay acuerdo razonable posible con los palestinos.

Y que, por lo tanto, sólo una política de fuerza, de represión y castigo sistemáticos los doblegará, haciéndoles aceptar, al final, una paz impuesta según las condiciones de Israel. Esto explica la popularidad que tuvo Ariel Sharon y el crecimiento del apoyo al movimiento de los colonos, que siguen instalando asentamientos por doquier en Cisjordania, y a la construcción del muro que aísla, cuartea y reduce como una piel de zapa a la Cisjordania palestina.

Y esto explica, también que, desde que empezaron a llover las bombas sobre Gaza, haya subido como flecha la popularidad de los laboristas de Ehud Barak, el actual ministro de Defensa, y de la líder de Kadima, la canciller Tzipi Livni, quienes, gracias a la operación militar contra Gaza, han recortado la ventaja que les llevaba, de cara a las próximas elecciones, el conservador Benjamin Netanyahu. No hay que olvidar que, según las encuestas, más de dos tercios de los israelíes aprueban la acción militar contra Gaza.

"Nuestros corazones se han endurecido y nuestros ojos se han nublado", dice el periodista israelí Gideon Levy, en un artículo aparecido en el diario Haaretz el 4 de enero pasado, comentando la incursión del Tsahal en Gaza. Como todo lo que escribe, su texto transpira decencia, lucidez y coraje. Es un lamento por esa progresiva desaparición de la moral en la vida política de su país, aquel fenómeno que, según Albert Camus, precede siempre los cataclismos históricos, y una crítica a esos intelectuales progresistas, como Amos Oz y David Grossman, que, antes, solían protestar con energía contra hechos como el bombardeo de Gaza y ahora, tímidamente, reflejando la involución generalizada de la vida política israelí, sólo se animan a reclamar la paz. Gracias por demostrarnos que todavía quedan justos en Israel, amigo Gideon Levy.

23 de enero de 2009

- EL SALVADOR -




Dalí o el eterno sonido de la máquina registradora

Se cumplen hoy 20 años de la muerte del genio de Figueres, uno de los creadores más discutidos y rentables de la Historia del Arte

ÁNGELES GARCÍA - El País - España



No hay duda alguna de que el poso del tiempo ya le ha consagrado como una figura clave de la historia del arte del siglo XX. También como un precursor de la autopropaganda y como un genio incomparable de la mercadotecnia. Después de que los expertos hayan separado el grano de la paja, las dudas han dejado de empañar un talento que no siempre estuvo bien rodeado: el de Salvador Dalí, de cuya muerte se cumplen hoy 20 años.





Equiparado por muchos a lo que Elvis representó en el ámbito de la música, Dalí puede ser visto como un rockero en el mundo del arte, pero también como una inacabable máquina de fabricar dinero. No por casualidad, veinte años después de su muerte el genio del pintor de Figueras brilla con más esplendor que nunca: la marca Dalí generó el pasado año 14 millones de euros en concepto de derechos de autor, según asegura Joan Manuel Sevillano, gerente de la Fundación Gala-Dalí, el organismo ideado hace 25 años por el propio artista para preservar su obra.





El hecho de seguir siendo una imparable máquina registradora a prueba de crisis y un verdadero mercado ambulante dos décadas después de muerto no merma el reconocimiento de su genio como icono del surrealismo. Aunque para Sevillano el dinero no es tan importante como el hecho de que el nombre de Dalí ya no está equiparado al adjetivo de Cantamañanas que muchos le adjudicaron. Cada vez se le discute menos en su estricta dimensión artística... y cada vez genera más beneficios.





Sevillano recuerda que cuando Dalí decidió crear la Fundación, lo que quiso fue convertir su ciudad natal, Figueres, en el centro del mundo. Y a él, por supuesto, en el personaje principal de ese mundo.

Las reediciones que en torno al personaje y a su obra llegan ahora al mercado parecen olvidar las oscuras nubes que rodeaban al artista hace un par de décadas: su complicidad en la falsificación de su obra seriada (litografías, esculturas...), las leyendas según las cuales el artista pasó secuestrado los últimos años de su vida; su simpatía con la dictadura franquista... Lo cierto es que pocos se acuerdan de esos nubarrones y que Dalí es, a día de hoy, un nombre indiscutible en el panorama mundial del mercado del arte.





Su peculiar universo y mundo de símbolos son un negocio en ascenso si tenemos en cuenta el número de visitantes a los museos regentados por la Fundación: el teatro-museo Dalí de Figueras, la casa-museo Gala Dalí de Púbol y la casa-museo de Port Lligat. En total, casi tres millones de personas desfilaron por los tres escenarios a lo largo del pasado año. En la fundación aseguran que los visitantes proceden de todo el mundo y que muchos de ellos entran con la actitud de quien tiene la suerte de husmear en el templo del dios Dalí.





La actividad de la Fundación para limpiar la obra de Dalí se ha centrado en promover exposiciones de tesis sobre la obra del artista y en facilitar la reedición de su obra fundamental. Y, sobre todo, no han parado de actuar en contra de las incesantes actividades que contaminan la imagen del artista.





El gerente de la Fundación asegura no poder precisar el número de pleitos que han desarrollado para retirar del mercado iniciativas que a veces entran en el campo de lo delictivo. "Hemos tenido y tenemos pleitos en España, Estados Unidos y Japón, entre otros países. Te encuentras con todo tipo de disparates. Desde chocolatinas comercializadas bajo el nombre de Dalí hasta subastas de obra procedente de colecciones vendidas por personajes "íntimos del pintor". [Ayer mismo, la Policía informó de la intervención de 81 piezas que iban a ser vendidas en el hotel Kempinski de Estepona (Málaga) con supuestos certificados de autenticidad. Fue detenido un ciudadano francés como supuesto responsable, informa Fernando Pérez].





El gerente de la fundación añade que la defensa de la marca Dalí y el control de los derechos que genera la obra sigue siendo una lucha en muchos frentes porque a medida que se va depurando la imagen del artista aumentan las posibilidades del negocio.

Pero la verdad es que el propio interesado tuvo mucho que ver en su día con este incesante circo.





Hay unos años, vinculados a la estancia del artista en Estados Unidos, durante los que se multiplica su obra y, por tanto las dudas. En la Fundación creen que el mercado se ha conseguido tranquilizar, aunque todavía hay sorpresas. "Es una marca que levanta pasiones y que, en origen, estaba contaminada por el propio Dalí", reconoce Sevillano, "pero frenamos lo que podemos para beneficio de todos. Tenemos inspectores en todo el mundo. Estados Unidos y Japón son países que nos han dado muchos quebraderos de cabeza".





De todas formas, recuerda Sevillano que todos los grandes artistas han tenido problemas con las falsificaciones, aunque no jugaran con su firma como hizo el propio Dalí o su entorno. Y en la Fundación tienen claro que el negocio sólo debe enriqueder al propio Dalí. Con los beneficios obtenidos el pasado año la Fundación adquirió más de 300 obras del artista, entre óleos, esculturas y obra gráfica. Todo ello podrá verse a lo largo del año en los museos de Figueres.

22 de enero de 2009

- TELEFONIA -




Que no avance el monopolio


Henoch Aguiar
Para LA NACION
Noticias de Opinión




El Gobierno decidirá, en breve, qué hacer con Telecom Argentina. En la espera, rugen los lobbys, se enfrentan accionistas, se prueban el saco de nuevos socios diversos grupos económicos. Esta historia tiene condimentos picantes: apoyo personal del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, solicitadas que se cruzan como bofetadas, sospechas de espionaje, intervención de diputados, defensor del pueblo, tribunales y veedores estatales. Tanto árbol puede ocultar el bosque.

Lo que se decide en verdad es si tendremos un sistema exigente y competitivo de comunicaciones, o un mercado atrasado, con usuarios atados a lo que les ofrezcan. Se decide si la economía argentina será protagonista en un siglo signado por las comunicaciones y la informática, o si castigamos a todos los sectores económicos y sociales a la vez, que dependen de la comunicación para crecer.

Los hechos disparadores son simples: Telefónica de España reemplazó al accionista principal de Telecom Italia en 2007. Desde entonces, su opinión impacta decisivamente en la estrategia italiana y mundial de Telecom Italia.

Esta operación es problemática para la Argentina. Un mismo socio, Telefónica de España, está presente en las dos empresas que dominan el mercado argentino, Telefónica y Telecom. Es dueño de una y accionista influyente de la otra.

Para la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia de la Argentina, la transacción europea entre españoles e italianos implicó cambio de control en Telecom Argentina. Sin embargo, ni Telefónica ni Telecom requirieron autorización cuando se concretó, en 2007, tal como está ordenado. El 9 de enero pasado la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) intimó a las partes a hacerlo.

Quedarían escasas posibilidades de competencia en la Argentina si un único grupo está detrás de las dos empresas dominantes. Facturan, en conjunto, más de 25.000 millones de pesos, controlan el 95% de la telefonía fija, así como el 70% de la telefonía celular y de los accesos de banda ancha del país, más una decena de canales de televisión. Concentrados, su dominio del mercado será superior.

La privatización de ENTel creó dos empresas fuertes para que pudieran competir entre sí una vez abierto el mercado. Dos décadas después, las comunicaciones son mucho más estratégicas que entonces. Deberíamos avanzar hacia más competencia todavía, hacia la configuración de empresas nacionales de comunicaciones que puedan no sólo atender nuestro mercado, sino fortalecerse, compitiendo en la región. Volver al unicato de las comunicaciones sería una grave falta de visión estratégica.

La Unión Europea, cuna de los inversores españoles e italianos, no se cansa de exigir mayor competencia. No se entiende por qué lo deseable allá sería desmotivante aquí. Es el único incentivo verdadero y permanente para que los prestadores nuevos y los ya instalados se vean forzados a invertir y a mejorar sus redes.

Los usuarios, además, tenemos derecho genuino a la competencia. El respeto de las normas que la promueven y garantizan hace a nuestra seguridad jurídica, que es para todos, no sólo para multinacionales que amenazan con el Ciadi. Las normas vigentes defienden nuestro derecho y se oponen a esta concentración. Veámoslas.

La Constitución nos asegura libertad de elección de bienes y servicios. Confía al Estado, en su artículo 42, la misión de proveer a la defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados y al control de los monopolios naturales y legales.

La ley de Reforma del Estado ordenó la desmonopolización. En el tratado firmado con la Organización Mundial de Comercio, la Argentina acordó prevenir prácticas anticompetitivas en telecomunicaciones. El pliego de privatización de ENTel prohibió que un mismo operador de telecomunicaciones participara en más de una oferta.

Telefónica ganó las dos regiones en 1990. Sin embargo, tuvo que elegir una. Si lo aceptó entonces, también debe acatarlo ahora. La licencia ampliada, otorgada en 1999, a Telefónica y Telecom les ordenó, de por vida, no tener ni accionistas ni negocios comunes.

No hacen falta más detalles jurídicos. Las normas son contundentes. Intentar torcer alguna de ellas, interpretarla diferentemente, quebraría la armonía que atraviesa toda la arquitectura jurídica sobre estos temas, desde la Constitución para abajo.

Las cartas están echadas. Telefónica y Telecom corren grave riesgo de transformarse en uno solo, aunque mantuvieran fachadas diferentes. Nos afectaría a todos, gravemente, ahora y por muchos años. El Gobierno lo sabe. En el estricto respeto de las normas vigentes, puede aceptar nuevos accionistas que reemplacen a los capitales italianos, restablecer la independencia entre ambas empresas y darle aires nuevos a un mercado del que depende toda la estructura de comunicaciones de la Argentina.

El autor fue Secretario de Comunicaciones de la Nación

20 de enero de 2009

- LIBROS -





Frases y citas célebres

sobre "Libros"




Una casa sin libros es
una casa sin dignidad.
Edmondo de Amicis

Si tienes una biblioteca
con jardín,
lo tienes todo.
Cicerón

El libro que no se dirija
a la mayoría (en número
e inteligencia)
es un libro tonto.
Charles Baudelaire

Los libros son como los amigos,
no siempre es el mejor
el que más nos gusta.
Jacinto Benavente

Un libro, como un viaje,
comienza con inquietud
y se termina con melancolía.
José Vasconcelos

Los que escriben con claridad
tienen lectores;
los que escriben oscuramente
tienen comentaristas.
Albert Camus

El mundo está lleno de
libros preciosos, que nadie lee.
Umberto Eco

Ningún libro, como
ninguna buena casa,
muestra todo su mérito
desde el principio.
Thomas Carlyle

La obra clásica es un libro
que todo el mundo admira,
pero que nadie lee.
Ernest Hemingway

Los libros tienen su orgullo:
cuando se prestan,
no regresan nunca.
Theodor Fontane

No hay mejor fragata que
un libro para llevarnos
a tierras lejanas.
Emily Dickinson

El buen lector es el
que hace el libro bueno.
Ralph W. Emerson

El libro que no soporta
dos lecturas no merece ninguna.
José Luis Martín Descalzo

La verdadera universidad
en nuestros días consiste
en una colección de libros.
Thomas Carlyle

He buscado por todas partes
el sosiego y no lo he encontrado
sino en un rincón apartado,
con un libro en las manos.
Tomás Kempis

He hecho un curso de
lectura veloz y he leido
Guerra y paz en veinte minutos.
Habla de Rusia.
Woody Allen

Algunos libros son inmerecidamente
olvidados; ninguno es
inmerecidamente recordado.
Wystan H. Auden

Un buen libro es aquel que
se abre con expectativas
y se cierra con provecho.
Aimos Alcott

- EQUIDAD -




La equidad es tambien una razon economica

Distribuir para salir de la crisis


Juan José Llach
Para LA NACION
Noticias de Opinión



En una cola de varias cuadras de largo, desempleados esperan ayuda alimentaria en Detroit, donde hoy se estima que uno de cada tres habitantes vive en la pobreza

La magnitud de la crisis que nos embarga podría haberse moderado si agentes económicos y gobiernos hubieran sido solo un poco más virtuosos. La clave del derrumbe fue la burbuja previa, con inmuebles y otros activos llegando a valores infundados, de cuya caída sólo podían dudarse la fecha y la velocidad. Las causas de las burbujas esperan todavía al premio Nobel que las descubra, pero podemos conjeturar que no son ajenas a comportamientos humanos tales como la codicia a escala global, los desbordes consumistas financiados con deuda en los EE.UU. y algo menos en Europa; y en espejo, los excesos de ahorro en Asia, posibilitados por bajísimos salarios. En fin, gruesas faltas de transparencia y control de los sistemas financieros en el mundo desarrollado. Moderando estos excesos, es cierto, se habría crecido algo menos, pero la burbuja habría sido menor y el final de este ciclo económico tanto más suave. Saber si esa moderación era posible, y cómo, no es una especulación vana; si no se corrigen las causas, pueden reaparecer con fuerza a la salida de esta crisis, llevando a la economía mundial a una situación aun peor.

Estas discusiones suelen confinarse al clásico debate entre mercado y Estado. En clave justiciera, ideologías opuestas buscan las culpas de uno u otro. No les falta razón, porque ambos han fallado. Políticas muy expansivas y deficientes regulaciones cargan el platillo estatal de la balanza. La propia burbuja, más bancos y banqueros irresponsables, o aun delincuentes, pesan sobre el platillo del mercado. Pero los cazadores de culpas no dan cuenta cabal de la burbuja ni de su explosión, y tampoco lo logra el argumento genérico de que las crisis son intrínsecas al capitalismo. En cambio, una mirada a las sociedades y a las culturas ayudaría a echar luz. Están los clichés de humanos codiciosos, gobiernos influenciables por los financieros, americanos consumistas, asiáticos ahorrativos, europeos parsimoniosos, con algo de verdad. Pero hay que analizar más hondo, por ejemplo, en los factores sociales que inciden en el ahorro y el consumo.

El consumo privado de los países desarrollados es casi el 50% del PBI mundial. Y cuanto más envejecida sea la población, menor tenderá a ser el ahorro. También se cree que, dado que los ricos ahorran una mayor proporción de su ingreso, las sociedades más igualitarias serían más consumistas. Sin embargo, la influencia de la demografía no es lineal. En los países en desarrollo, la proporción de adultos mayores de 64 años, en relación con los de 15 a 64, es dos veces menor que en los desarrollados y tres veces menor que en Europa y Japón; pero hay grandes diferencias entre ellos: los asiáticos ahorran el doble que los latinoamericanos y entre los desarrollados ocurre algo similar.

Mirando sólo el ahorro personal, dejando de lado el de las empresas, las diferencias son sorprendentes. Mientras en Australia y EE.UU. el ahorro personal llegó a ser cero o negativo, en Alemania y Japón alcanza al 12% y 18% del ingreso disponible. El argumento de que las sociedades igualitarias ahorran menos se derrumba cuando vemos que los ahorrativos alemanes y japoneses tienen también una distribución del ingreso mucho más igualitaria que los australianos o norteamericanos. Sus pirámides poblacionales más envejecidas no alcanzan a explicar tamañas diferencias.

Una de las claves para resolver sostenidamente los problemas de la economía global es que los americanos se endeuden menos y ahorren más, y que hagan lo contrario los asiáticos, y en menor medida algunos de los europeos. Pero en el corto plazo hace falta que todos consumamos más. Los norteamericanos, cuyo consumo es nada menos que 20% del PBI mundial, ya están gastando menos, y esto es un problema. Para compensar una caída del 5% en el consumo de los EE.UU., se necesitarían improbables subas del consumo del 24% en Asia o del 3.4% en Europa y Japón.

Por ello, las recetas para evitar hoy una depresión no son iguales a las necesarias para una salida más perdurable. Si ampliaran su mirada, los líderes mundiales verían una de las claves para al mismo tiempo evitar la depresión y reactivar de manera sostenible: impulsar políticas globales y nacionales para una distribución más equitativa del ingreso. Un aumento del ingreso de los pobres no sólo les permitiría satisfacer sus necesidades básicas, también daría lugar a un patrón de consumo global más genuino, y por ello más estable,y permitiría además mejorar la seguridad global y nacional desde la equidad social.

Por cierto, esto sería un reconocimiento hacia el mundo en desarrollo, que está sufriendo una crisis muy grave que no generó, y cuyas sensatas políticas de la última década han evitado hasta ahora una debacle aun peor. Claro que un mayor consumo de los países en desarrollo sería insuficiente para reactivar la economía mundial; debería acompañarse, como viene argumentando Krugman, por políticas de aumento del ingreso de los más pobres en los países desarrollados. Es de esperar que el presidente Obama lidere este cambio del enfoque de la globalización. No será fácil. Por dar sólo un ejemplo, subyace el aun sordo conflicto de los tipos de cambio.

Una desvalorización del dólar respecto de las monedas de Asia, en parte ya hecha contra el yen, ayudaría mucho a aumentar el ahorro americano a mediano plazo, vía mayores exportaciones y menores importaciones y, por la vía opuesta, a aumentar el consumo en Asia y, con su impulso, en todo el mundo en desarrollo. Leyendo las notas de Henry C. K. Liu en Asia Times ( www.atimes.com ), se apreciará que subyace un conflicto mayúsculo al respecto, y que Asia sólo se avendrá a revaluar sus monedas en el marco de un programa amplio, renovado y consensuado de reconstrucción global.

Los desafíos para la Argentina muestran algunas semejanzas, y bastantes diferencias. Por un lado, como certeramente argumentó aquí Ernesto Kritz días pasados, es amplio el margen no utilizado para desarrollar genuinas políticas pro-equidad, centradas en preservar el empleo existente, mejorar sustancialmente el seguro de desempleo y la calidad del empleo, atacando el corazón de la informalidad, y construir una red de contención para los trabajadores no protegidos que pierdan ingresos por la crisis.

Por otro lado, estas políticas encuentran dos limitaciones significativas. El ahorro público ha sido insuficiente en los últimos años, y esto acota las mencionadas políticas u otras como las de promover la construcción, cruciales en la coyuntura. El ahorro privado, en cambio, sí ha sido abundante, pero buena parte del mismo se fugó y se sigue fugando del país. Evitarlo es crucial para salir de la crisis creciendo y con mayor equidad. Para ello, lo relevante no es el artilugio del blanqueo, sino regenerar cuanto antes las confianzas perdidas.

El autor es sociólogo y economista

18 de enero de 2009

- MITRE -




Bartolomé Mitre


Un eminente hombre público


Soldado, político, periodista







Mitre acometió en su vida diferentes tareas, con convicción y afán de bien público. Periodista, militar, historiador, legislador, gobernante, diplomático, traductor del Dante, alguna vez prefirió presentarse sencillamente como "Bartolomé Mitre, tipógrafo". Fue al ir a votar en la parroquia de la Merced, estando privado de su jerarquía militar por haber encabezado la revolución de 1874, clamando por la pureza del sufragio.





Nació en Buenos Aires el 26 de junio de 1821. Pasó años de infancia en Carmen de Patagones. Muy joven se inclinó a las letras y publicó sus primeras poesías en un diario de Montevideo. En esa ciudad se casó en 1841 con Delfina de Vedia, con quien tendría seis hijos. En el exilio vivió en Uruguay, Bolivia, Perú, Chile, amplió su visión, se formó como militar, estudió las lenguas aborígenes, ejerció el periodismo.









En 1852 mandó una división de artillería en la batalla de Caseros, que logró la caída de Rosas. Luego comandó las huestes porteñas contra Urquiza, que fueron derrotadas en Cepeda (1859) y triunfaron en Pavón, en 1861. Gobernador de Buenos Aires, en 1862 fue elegido presidente de la Nación unida. Para la Corte Suprema buscó hombres que fueran un contralor imparcial de los otros poderes y "viniendo de la oposición, dieran a los conciudadanos la mayor seguridad de la amplia protección de sus derechos". Organizó el Estado, que recibió con arcas vacías, impulsó los ferrocarriles, creó el Colegio Nacional de Buenos Aires y otros similares en las provincias. Encabezó en el terreno el ejército de la Triple Alianza en la guerra contra el Paraguay.





Concluida la presidencia, fue senador. "Hijo del trabajo, cuelgo por ahora la espada, que no necesita mi patria, y empuño el componedor de Franklin", dijo en una carta a fines de 1869, al anunciar el advenimiento de LA NACION. Y a su amigo Wenceslao Paunero le escribió: "Me hago decididamente impresor. Haré un remate de mis muebles de lujo y parte de mis libros, con algunos cuadros y curiosidades que pesan en el bagaje de un trabajador, y con esto pagaré mis acciones en la empresa y me quedaré a flote. [...] Sé que voy a emprender otra jornada más larga y fatigosa. Pero soy hijo del trabajo y cifro en ello mi orgullo".





Desde el diario La Nación, así como también lo hizo en la función pública, Mitre dejó su impronta en los debates de las grandes cuestiones del país. Y no cejó en su tarea intelectual, su vocación de ilustración que se evidencia en su enorme biblioteca de libros fichados, leídos y anotados; su investigación metódica, que dio a luz obras como las historias de San Martín y de Belgrano.





Murió en su casa, en la calle San Martín, desde la cual se iba caminando solo a la Casa de Gobierno cuando, entre 1862 y 1868, ejercía la presidencia de la Nación.
Ocurrió un 19 de enero de 1906.
Allí, en su hogar, se imprimió LA NACION desde cuatro meses después de su fundación, en 1870, hasta 1885, cuando levantó al lado un edificio propio para el diario, al que pasaba cada día por una pequeña puerta, que aún hoy se conserva.





En su última semana, el presidente de la Nación Manuel Quintana, con sus ministros, lo visitó diariamente. Dos días antes de morir, le dio la extremaunción el presbítero Antonio Rasore, párroco de la Merced, la parroquia donde había apadrinado, ante la pila bautismal, a nietos y bisnietos.





Pocos años antes, en 1901, el prestigio que en su ancianidad gozaba Mitre en la sociedad argentina se había evidenciado en la celebración de su 80° cumpleaños, que fue calificada de jubileo. El gobierno declaró feriado ese día, la ciudad estaba embanderada y el pueblo desfiló durante 16 horas ante su casa, donde el general, desde la azotea, pronunció una conmovida pieza oratoria.

- Y LA NAVE VA... -



La nave de los locos de los medios


En Historia de la locura en la época clásica, Michel Foucault rescata el mito de la nave de los locos o nef des fous, un extraño barco ebrio que transportaba su cargamento insensato por los ríos de Renania.



Por Jorge Fontevecchia
Diario Perfil




En Historia de la locura en la época clásica, Michel Foucault rescata el mito de la nave de los locos o nef des fous, un extraño barco ebrio que transportaba su cargamento insensato por los ríos de Renania. En 1492, Sebastian Brant escribió su obra maestra, Das Narrenschiff (La nave de los locos), en la que relata el viaje al país de la locura (Narragonia) de personajes de diferente extracción social, cada uno de los cuales encarna un vicio humano. Cuenta Foucault en su libro, y en el capítulo que precisamente llamó Stultifera navis (Nave de los necios), que en la Edad Media se había colocado a la locura en la categoría de los vicios que predecían el reino de Satán y el fin de los mundos. Los pasajeros de la incontrolable nave eran “aquellos que se entregan a la orgía y el desorden e interpretan mal las Escrituras”.

Esa es la impresión que tengo sobre el Gobierno y su política de medios: que interpreta mal las Escrituras. Que los operadores que utiliza para instrumentarla son de “diferente extracción social” pero cada uno “encarna un vicio humano”, como contaba Brant de su Nave de los locos. Y que con sus crecientes intervenciones en los medios, coronadas esta semana con el posible levantamiento del programa radial de Nelson Castro, va camino a crear un perfecto manicomio periodístico.

¿Adónde va, comprando radio tras radio y publicación tras publicación? ¿No comprende que es una locura, que no puede engañar a periodistas, anunciantes y audiencias, y que, como a la nave de los locos, se lo rechaza en cada puerto que atraca?

Esta embarcación es una poderosa metáfora de múltiples significados, entre ellos el del viaje de expulsión que emprenden dementes y lunáticos que no pocas veces conforman una tripulación relacionada con el poder, lo que motivó decenas de ensayos y libros que interligaron locura y poder partiendo del mito de la Stultifera navis.

Si no es desde el desapego de la razón, ¿de qué otra forma explicar que en el canal público de televisión se censure explícitamente la participación del vicepresidente y el gobernador de Córdoba durante el festival folclórico de Jesús María, como hizo Canal 7 el sábado pasado?

Quienes tienen llegada al Gobierno sostienen que hay dos líneas dentro de aquellos que construyen o ejecutan la comunicación de éste: los materialistas y los ideológicos. Entre los primeros se encontrarían Pepe Albistur, secretario de Medios del Gobierno nacional, y Sergio Szpolski, propietario de las revistas 7 Días, Veintitrés, Miradas al Sur y la edición local de Newsweek, más los diarios El Argentino y Diagonales, de La Plata, y el diario económico BAE, quien recientemente compró una parte de Radio del Plata, donde se estaría levantando el programa de Nelson Castro, también acaba de adquirir las radios América y Aspen y le adjudican haber comprado el diario El Atlántico, de Mar del Plata, y radios de esa ciudad.

En el segundo sector, el de los ideológicos, se encuentran varios de los impulsores del grupo intelectual Carta Abierta, quienes dicen horrorizarse al ver al Gobierno aliado con canales como C5N y Radio 10. Ellos critican la política de comunicación oficial, quizá sin comprender que no se trata de la política de comunicación sino de la política a secas, porque el mismo maridaje que se despliega con medios ideológicamente en las antípodas de un pensamiento progresista se concreta con Aldo Rico dentro de su partido. Este sector de intelectuales, sin duda más coherente y sólido ideológicamente, tiene como referente y ejemplo al exitoso director del Canal Encuentros y actual presidente del Sistema Nacional de Medios Públicos, Tristán Bauer, de quien depende el Canal 7 que censuró a Cobos y Schiaretti.

Cada vez que apelan a la censura para silenciar a un medio, un periodista o un político, logran el efecto contrario y esa persona es elevada en la consideración del público. Cada vez que lanzan o compran un medio de comunicación, sólo logran conectarse con una mínima audiencia y hacer insignificante su prédica. ¿Hay otra causa, aparte de la necedad, que justifique que no se aprenda, de una vez por todas, que esa estrategia no sirve? ¿Algo más que un alejamiento de la realidad y una vida encerrada en el círculo de adulones sin contacto con lo objetivo podría explicar tanta recurrencia en el error?

Lo mismo que hoy le hacen a Nelson Castro le hicieron a Pepe Eliaschev, Alfredo Leuco y Víctor Hugo. Los resultados están a la vista: a pesar de que las persecuciones del Gobierno producen daños en el corto plazo, el prestigio profesional de todos estos periodistas y la adhesión que despiertan en sus audiencias no paran de crecer.

Tapar el sol con las manos y duplicar la apuesta son tácticas cortoplacistas que se derrumban solas. Por ejemplo, en diciembre de 2008, la revista Veintitrés publicó una nota de tapa con una solicitada promovida por ella misma y firmada por algunos artistas que manifestaban su repudio a un artículo de la revista Noticias sobre los pagos del Gobierno a los artistas que contrató para eventos especiales. Pocas ediciones después, esa misma revista publicó que yo era el ideólogo de un think tank originado en una fundación filogolpista que integraban, entre otros, el ex general Suárez Mason, usando como único sustento que esa fundación me había otorgado un premio. Cansado por la repetición del ataque, aclaré que nada tenía que ver con esa fundación y mucho menos con el ex general Suárez Mason. Y respecto de la solicitada en contra de la revista Noticias, me constaba al menos el caso de una artista, Graciela Borges, que no la había firmado a pesar de que la revista Veintitrés decía que sí lo había hecho.

A la semana siguiente, la revista Veintitrés publicó que Graciela Borges había llamado a la redacción para desmentir lo escrito en esta contratapa y que la falsedad de PERFIL era doble, porque además yo había recibido el premio de la fundación que dije no haber recibido.

Finalmente, Veintitrés tuvo que publicar una carta aclaratoria de Graciela Borges, donde ella dice “no firmo solicitadas” y “no haría de hecho nada en contra de PERFIL porque me une con Fontevecchia una vieja amistad de más de veinte años”. Respecto a la segunda “falsedad” sobre que yo recibí un premio que dije no haber recibido, Veintitrés reproduce la primera parte de mi párrafo: “Ni fui a recibir el premio”, omitiendo la que dice: “Por una mínima cuestión de buena educación, acepto que los entreguen en la editorial u otra persona los reciba en mi nombre, como fue en este caso”.

Así es la política de comunicación del Gobierno: inconsistente como su ideología, lábil, gaseosa, sinuosa, también brutal y agresiva, pero con pies de barro. Nelson Castro, uno de los periodistas más creíbles del país, no saldrá silenciado, sino al revés: su voz se verá amplificada por la torpeza de un Gobierno que siempre “interpretó mal las Escrituras”, como los locos de la Stultifera navis.

17 de enero de 2009

- STRAUSS -





Johann Strauss


Sinónimo de Vals en el mundo entero


Un supertaquillero para su época que aún perdura




Johann Strauss II nace un 25 de octubre de 1825, en St. Ulrich, Viena, Austria. Compositor austriaco conocido especialmente por sus valses, como El Danubio Azul. Hijo del compositor Johann Strauss I hermano de los compositores Josef Strauss y Eduard Strauss, Johann II es el más famoso de la familia Strauss. Fue apodado como "el rey del vals" y a él se debe en gran medida la popularidad del vals en la Viena del siglo XIX.





Su padre no deseaba que se hiciera músico, sino banquero. Sin embargo, siendo niño estudió violín, irónicamente con Franz Amon, el primer violinista de la orquesta de su padre, la única familiar que le prestó su apoyo fue su madre. No obstante, al ser descubierto por su padre, Johann recordaría "una desagradable y violenta escena" y que su padre "no quería saber nada de sus planes musicales". Al parecer, en lugar de evitar que Strauss se convirtiera en su rival, el padre quería apartar a su hijo de los rigores de la vida de músico. Fue entonces cuando Strauss padre abandonó a la familia y encontró una amante, Emilie Trampusch, cuando Johann tenía 17 años y había decidido concentrarse plenamente en la carrera de compositor con la ayuda de su madre.





Entonces Strauss comenzó a estudiar contrapunto y armonía con el profesor Joachim Hoffmann, quien poseía una escuela privada de música. Su talento fue reconocido asimismo por el compositor Josef Drechsler (también escrito Drexler), quien le enseñó ejercicios de armonía. Su otro maestro de violín fue Anton Kollmann, rèpètiteur del ballet de la Ópera de la Corte de Viena. Armado con esto, el mismo día que su madre había solicitado el divorcio de su marido, se presentó ante las autoridades vienesas para actuar en público. Inicialmente formó una pequeña orquesta, contratando a algunos músicos de la taberna "Zur Stadt Belgrad", donde se podían contratar fácilmente.





Johann II decidió apoyar a los revolucionarios, como lo ponen de manifiesto los títulos de dos obras que datan de este período, los valses "Freiheitslieder" (Canciones de Libertad) op. 52 y "Burschenlieder" (Canciones de los Jóvenes) op. 55, así como las marchas "Revoluciones de Marzo" op. 54 y la agitada "Marcha de los Estudiantes" op. 56. Esta decisión demostró serle desfavorable profesionalmente, ya que la realeza austriaca le negó dos veces la tan codiciada posición de "KK Hofballmusikdirecktor" (Director Musical del Baile de la Corte", posición que fue dada a Johann I en reconocimiento a sus contribuciones musicales.





Por otra parte, el joven Strauss también fue apresado por las autoridades vienesas por tocar en público "La Marsellesa", atizando los sentimientos revolucionarios, pero más tarde fue absuelto. Poco después de su absolución, compuso la polca "Geißelhiebe" (Latigazos) op. 60, que contiene elementos de "La Marsellesa" en su "Trío", como una sección musical riposte a su detención. Strauss padre se mantuvo leal a la monarquía del Danubio y compuso su Marcha Radetzky op. 228 dedicada al mariscal de campo Joseph Radetzky von Radetz que pasaría a ser su composición más conocida.





Cuando el anciano Strauss murió de escarlatina en Viena en 1849, el joven Strauss fusionó ambas orquestas y participó en numerosas giras. Posteriormente, también compondría una serie de marchas patrióticas dedicadas al monarca Francisco José I, como la 'Kaiser Franz-Josef Marsch' (Marcha del Emperador Francisco José) op. 67 y la 'Kaiser Franz Josef Rettungs Jubel-Marsch' (Marcha de Júbilo por la salvación del Emperador Francisco José) op. 126, probablemente para congraciarse con el nuevo monarca que subió al trono de Austria tras la Revolución de 1848.





Él finalmente superó la fama de su padre, y se convirtió en uno de los más populares compositores de valses de su época, viajando por Austria, Polonia y Alemania con su orquesta. Sería habitual que el público viera una sola representación antes de que se trasladara rápidamente a otro lugar. Sería la primera y última representación en cada uno de esos lugares, y en cuyas placas `proclamarían con orgullo "Heut Spielt der Strauss!" o "¡Hoy toca Strauss!".





También hizo visitas a Rusia, actuando en Pavlovsk y escribiendo varias composiciones, allí que más tarde retituló para que se ajustara al público vienés a su regreso, a Gran Bretaña donde actuó con su primera esposa Hetty Treffz, en el Covent Garden, a Francia, Italia y más tarde a los Estados Unidos en la década de 1870, donde tomó parte en el Festival de Boston por invitación del maestro de banda Patrick Gilmore y fue el principal director en el "Monster Concert" de más de 1000 músicos, interpretando su vals "El Danubio Azul op. 314, entre otras piezas de gran éxito.

Entre las más populares piezas de baile que Strauss escribió en este período destacan los valses Sängerfahrten op. 41, Liebeslieder (Canciones de amor) op. 114, Nachtfalter (Mariposa nocturna) op. 157, Accelerationen (Aceleraciones) op. 234 y las polcas Annen (de Ana) op. 117 y Tritsch-Tratsch op. 214.
Después de crear su primera orquesta antes de la muerte de su padre, fundó muchas otras que tocarían en diversos establecimientos de entretenimiento y de baile, como el "Sperl" y el "Apollo", a quienes les dedicó varias piezas con sus nombres para conmemorar sus primeras actuaciones...





Johann fue admirado por otros prominentes compositores. Richard Wagner admitió una vez que amaba el vals "Vino, mujeres y canto" op. 333. Richard Strauss (sin estar emparentado con la familia) al componer sus valses del Caballero de la Rosa dijo en referencia a Johann Strauss hijo: "¿Cómo podría olvidar al sonriente genio de Viena?"
Las mayoría de las operetas de Strauss, sin embargo, no han tenido un éxito perdurable al comparararlas con sus piezas de baile, y gran parte del éxito se lo adjudican El Murciélago, Una Noche en Venecia y El Barón Gitano. A pesar de la falta de popularidad de sus operetas, hay muchas piezas extraídas de ellas que fueron recibidas calurosamente, como el "Vals Cagliostro" op. 370 de la opereta Cagliostro en Viena, el vals "Oh, hermoso Mayo" op. 375 (Príncipe Matusalén), el vals Rosas del Sur op. 388 (El Pañuelo de Encaje de la Reina) y el Vals del Beso op. 400 (La Guerra Divertida).





También escribió una ópera, Ritter Pásmán, que tiene numerosas fallas en el libreto, pero muchos atribuyen su fracaso al uso de valses y polcas, lo que indicaría que era incapaz de escribir música seria. De hecho, para su tercera y más exitosa opereta de todos los tiempos, El Murciélago de 1874, los críticos de música de Viena profetizaron "que el motivo de las melodías serían valses y polcas". Sin embargo, su mayor crítico e irónicamente firme defensor Eduard Hanslick escribió en el momento de la muerte de Strauss en 1899 que su desaparición supondría el final de los tiempos felices en Viena.





Johann Strauss murió de neumonía en Viena el 3 de junio de 1899 a la edad de 73 años y fue sepultado en el Zentralfriedhof de Viena (Cementerio Central de Viena). Al momento de su muerte, se encontraba trabajando en su ballet Aschenbrödel (Cenicienta).

La música de Strauss es interpretada regularmente en el Concierto de Año Nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena, como resultado de los esfuerzos de Clemens Krauss quien realizó un programa especial dedicado a Strauss en 1929 con la orquesta vienesa. Varios intérpretes de Strauss, como Willi Boskovsky, continuaron la tradición de dirigir violín en mano como era costumbre en la familia Strauss, así como Herbert von Karajan y Riccardo Muti. Además, la Orquesta de Viena Johann Strauss que se formó en 1966 le rinde homenaje durante las giras de esta conocida orquesta.





Operas

Indigo und die Vierzig Räuber, Índigo y los cuarenta ladrones (1871)
• Der Karneval in Rom, El Carnaval en Roma (1873)
• Die Fledermaus, El Murciélago (5 de abril de 1874 en el Theater an der Wien, Viena)
• Cagliostro in Wien, Cagliostro en Viena (1875)
• Prinz Methusalem, Príncipe Matusalén (1877)
• Blindekuh, Gallina ciega (1878)
• Das Spitzentuch der Königin, El Pañuelo de encaje de la Reina (1880)
• Der lustige Krieg, La guerra divertida (1881)
• Eine Nacht in Venedig, Una noche en Venecia (1883)
• Der Zigeunerbaron, El Barón gitano (1885)
• Simplicius (1887)
• Fürstin Ninetta, Princesa Ninetta (1893)
• Jabuka - Das Apfelfest, Fiesta de la manzana (1894)
• Waldmeister, Asperilla (1895)
• Die Göttin der Vernunft, La Diosa de la Razón (1897)
• Wiener Blut, Sangre vienesa (1899)



Valses

Sinngedichte op. 1 Epigramas (1844)
• Gunstwerber op. 4 Procurador de favores (1844)
• Faschingslieder op. 11 Canciones de Carnaval (1846)
• Jugendträume op. 12 Sueños juveniles (1846)
• Sträußchen op. 15 Ramilletes (1846)
• Sängerfahrten op. 41 Viajes de cantantes (1847)
• Lava-Ströme op. 74 Corrientes de lava (1850)
• Rhadamantus-Klänge op. 94 Ecos de Rhadamantus (1851)
• Mephistos Höllenrufe op. 101 Gritos de Mefistófeles desde el infierno (1851)
• Liebeslieder op. 114 Canciones de amor (1852)
• Phönix-Schwingen op. 125 Balanceo Fénix (1853)
• Schneeglöckchen op. 143 Narciso de las nieves (1854)
• Nachtfalter op. 157 Mariposa nocturna (1855)
• Man lebt nur einmal! op. 167 ¡Sólo vives una vez! (1855)
• Accelerationen op. 234 Aceleraciones (1860)
• Immer heiterer op. 235 Siempre alegre (1860)
• Karnevalsbotschafter op. 270 Embajador del Carnaval (1862)
• Leitartikel op. 273 Editorial (1863)
• Morgenblätter op. 279 Diario matutino (1863)
• Studentenlust op. 285 Alegría estudiantil (1864)
• Feuilleton op. 293 Folletín (1865)
• Bürgersinn op. 295 Espíritu ciudadano (1865)
• Flugschriften op. 300 Panfletos (1865)
• Wiener Bonbons op. 307 Bombones de Viena (1866)
• Feenmärchen op. 312 Cuento de hadas (1866)
• An der schönen blauen Donau op. 314 En el bello Danubio azul (1867)
• Künstlerleben op. 316 Vida de artista (1867)
• Telegramme op. 318 Telegramas (1867)
• Die Publicisten op. 321 Los publicistas (1868)
• G'schichten aus dem Wienerwald op. 325 Cuentos de los bosques de Viena (1868)
• Illustrationen op. 331 Ilustraciones (1869)
• Wein, Weib und Gesang op. 333 Vino, mujeres y canciones (1869)
• Freuet Euch des Lebens op. 340 Disfrutad la vida (1870)
• Neu Wien op. 342 Nueva Viena (1870)
• Tausend und eine Nacht op. 346 Las mil y una noches (1871)
• Wiener Blut op. 354 Sangre vienesa (1873)
• Bei uns Z'haus op. 361 En casa (1873)
• Wo die Zitronen blühen op. 364 Donde florecen los limones (1874)
• Du und du de El Murciélago op. 367 Tú y tú (1874)
• Cagliostro-Walzer op. 370 Vals Cagliostro (1875)
• O schöner Mai! op. 375 ¡Oh, hermoso Mayo! (1877)
• Rosen aus dem Süden op. 388 Rosas del Sur (1880)
• Nordseebilder op. 390 Imágenes del Mar del Norte (1880)
• Kuss-Walzer op. 400 Vals del beso (1881)
• Frühlingsstimmen op. 410 Voces de primavera (1883)
• Lagunen-Walzer op. 411 Vals de la laguna (1883)
• Schatz-Walzer op. 418 Vals del tesoro (1885)
• Wiener Frauen op. 423 Damas vienesas (1886)
• Donauweibchen op. 427 Doncellas del Danubio (1887)
• Kaiser-Jubiläum-Jubelwalzer op. 434 Aniversario Imperial (1888)
• Kaiser-Walzer op. 437 Vals del Emperador (1888)
• Rathausball-Tänze op. Gran Viena (1891)
• Seid umschlungen Millionen op. 443 Sed abrazados por millones (1892)
• Klug Gretelein op. 462 Astuta Gretel (1895)
• Trau, Schau, Wem! op. 463 ¡Ten cuidado en quien confías! (1895)







Polcas

Explosions-Polka op. 43 Polca Explosiones (1847)
• Harmonie Polka op. 106 Polca Armonía
• Annen op. 117 Ana (1852)
• Veilchen op. 132 Violetas
• Aurora op. 165
• Champagne-Polka op. 211 Polca Champán
• Tritsch-Tratsch op. 214 (1858)
• Maskenzug op. 240 Baile de máscaras
• Demolirer Polka-française op. 269 Polca francesa de los demoledores (1862)
• Vergnügungszug op. 281 Viaje en tren (1864)
• 'S gibt nur a Kaiserstadt,'s gibt nur a Wien! op. 291´¡Sólo hay una Ciudad Imperial, sólo hay una Viena!
• Kreuzfidel op. 301 Muy alegre
• Lob der Frauen Polka-mazurka op. 315 Elogio a las mujeres
• Leichtes Blut Galop op. 319 Galope sangre ligera (1867)
• Figaro-Polka op. 320 Polca Fígaro
• Stadt und Land Polka-mazurka op. 322 Ciudad y país, polca-mazurca
• Ein Herz, ein Sinn! Polka-mazurka op. 323 ¡Un corazón, un sentimiento!
• Unter Donner und Blitz op. 324 Bajo truenos y relámpagos (1868)
• Freikugeln op. 326 Cazador libre (1868)
• Fata Morgana Polka-mazurka op. 330
• Éljen a Magyar! polka schnell op. 332 ¡Larga vida al magiar!, polca rápida
• Im Krapfenwald'l Polka-française op. 336 En los bosques de Krapfen
• Im Sturmschritt op. 348 ¡En paso de carga!
• Die Bajadere op. 351 La Bayadera
• Vom Donaustrande op. 358 Por las orillas del Danubio
• Bitte schön! Polka-française op. 372 ¡Si tú lo pides! (1875)
• Auf der Jagd! op.373 ¡A la caza! (1875)
• Banditen-Galopp op. 378 Galope de los bandidos (1877)







Marchas

Patrioten op. 8 Patriotas (1845)
• Austria op.20 (1846)
• Fest op. 49 Fiesta (1847)
• Revolutions op. 54 Revolución (1848)
• Studenten-Marsch Marcha de los estudiantes op. 56 (1848)
• Brünner Nationalgarde, op. 58 Guardia Nacional de Brno (1848)
• Kaiser Franz Josef op. 67 Emperador Francisco José (1849)
• Dance of the Gay Piper op.93 (1849)
• Triumph op. 69 Triunfo (1850)
• Wiener Garnison op. 77 Guarnición de Viena (1850)
• Ottinger Reiter op. 83 (1850) Caballería de Ottingen
• Kaiser-Jäger op. 93 "Unidos con fuerza” (1851)
• Grossfürsten El Gran Duque op. 107 (1852)
• Sachsen-Kürassier op. 113 Coraceros sajones (1852)
• Wiener Jubel-Gruss op. 115 Alegre saludo vienés (1852)
• Kaiser-Franz-Josef-Rettungs-Jubel Op.126 Júbilo por la salvación del Emperador Francisco José (1853)
• Caroussel op.133 Carrusel (1853)
• Kron Corona op.139 (1853)
• Erzherzog Wilhelm Genesungs Convalecencia del Archiduque Guillermo op.149 (1854)
• Napoleon Napoleón op.156 (1854)
• Alliance Alianza op. 158 (1854)
• Krönungs op.183 Coronación (1856)
• Fürst Bariatinsky Príncipe Bariatinsky op.212 (1858)
• Deutscher Kriegermarsch Marcha de guerra alemana op.284 (1864)
• Verbrüderungs op.287 Confraternidad (1864)
• Persischer op.289 Marcha persa (1864)
• Ägyptischer op.335 Marcha egipcia (1869)
• Indigo-Marsch op.339 Marcha Índigo (de Índigo y los cuarenta ladrones)
• Hoch Osterreich! op.371 ¡Viva Austria! (de Cagliostro en Viena)
• Jubelfest op.396 Festival de júbilo (1881)
• Der Lustige Krieg La guerra divertida op.397 (1882)
• Matador op.406 (sobre temas de El pañuelo de encaje de la Reina) (1883)
• Habsburg Hoch! op. 408 ¡Vivan los Habsburgo! (1882)
• Russischer Marsch op.426 Marcha rusa (1886)
• Reiter op. 428 (de Simplicius) (1888)
• Spanischer Marsch op. 433 Marcha española (1888)
• Fest op. 452 Festival (1893)
• Živio! op. 456 ¡A su salud! (1894)
• Es war so wunderschön op.467 Fue tan maravilloso (de Waldmeister) (1896)
• Deutschmeister Jubiläums op. 470 (1896)
• Auf´s Korn! op. 478 ¡Al grano! (1898)

16 de enero de 2009

- SE IGUAL -




¿Y usted quién sos?


Hábitos lingüísticos que señalan la confusión generacional

Santiago Kovadloff
Para LA NACION

Opinión


El tuteo es, desde hace mucho, la modalidad pronominal de uso casi exclusivo entre los jóvenes argentinos. A las personas mayores, las conozcan o no, las tratan como a iguales en ese único terreno: el del tuteo. Sólo allí pareciera acortarse la distancia intergeneracional que, día a día, se acentúa en tantos órdenes.

Otro hábito lingüístico, no obstante, empieza a cundir entre los jóvenes y a minar la hegemonía, hasta ahora invicta, del tuteo. ¿Cuál es y qué lo caracteriza? Bastará un par de ejemplos para hacerlo evidente.

Hace unas semanas, arreglé con el veinteañero productor de un programa político radial una entrevista telefónica que, al día siguiente, me haría su conductora. A la hora convenida, él me llamó. Intercambiamos unas palabras y, al despedirse, le oí decirme: "No corte. Esperá en línea. Ya lo comunico con Marta Clara".

El martes pasado trataba yo de llegar con mi coche hasta la avenida Gaona al 2300. En un momento dado y para orientarme mejor desde donde estaba, le pregunté cómo hacerlo a un muchacho apostado en la puerta de un edificio. "Tome en la segunda a la izquierda", me dijo. Y añadió: "Después le metés siempre derecho".

Las mías no son sino apreciaciones intuitivas, apoyadas en el módico respaldo que puede brindarles la experiencia cotidiana. Aun así, creo advertir que abundan cada vez más, entre los jóvenes, estos trastornos pronominales que van del vos al usted y del usted al vos. Ellos no parecen advertirlo, pero su frecuencia es innegable y me induce a preguntar cuál es la percepción que, de las personas mayores, tienen quienes no lo son y cuentan con más de quince años.

Por medio de los ejemplos brindados puede notarse que ya no estamos ante la mera preeminencia de una confianza abusiva en el trato, sino ante un fenomenal desorden en el empleo de los pronombres personales que mucho dice sobre la desorientación reinante, entre tantos muchachos y chicas de distintos sectores socioeconómicos, en lo que respecta a la forma de dirigirse a los adultos. También aquí, se diría, la brecha intergeneracional podría estar creciendo y empezando a hacer sentir sus efectos de ruptura.

Ignoro si en otros idiomas está ocurriendo lo mismo que en el castellano de nuestro país. Muchos paraguayos humildes nos arrancan una sonrisa de perplejidad y simpatía, por lo menos a quienes tenemos más de sesenta años, debido a la caprichosa alternancia del vos y del usted en la que suelen incurrir cuando se dirigen a nosotros en castellano. Pero, en su caso, la cosa se explica porque en guaraní, lengua materna de todos ellos, no existe el usted como forma pronominal explícita. En nuestro caso, en cambio, la razón, estimo yo, es otra.

Son interdependientes, a mi ver, la decadencia general de la educación, la pérdida de valores compartidos entre una generación y otra y este ejercicio caótico en el empleo de los pronombres.

El fenómeno en cuestión viene a sumarse a otros síntomas de empobrecimiento idiomático del que tantas pruebas tenemos a diario, ya sea en lo que se dice, ya en lo que se escribe. Pero en lo que atañe a la preocupación que inspira estas líneas, lo que importa resaltar es otra cuestión. Lo que nos revela este anárquico desplazamiento del usted al vos, y viceversa, es que los jóvenes no saben ya cuál es el estatuto significativo del otro cuando ese otro es un adulto.

Los desaciertos y las torpezas de la enunciación a que me refiero podrían ser, pues, consecuencia del carácter difuso que ellos revisten para quienes no atinan a saber en qué términos abordarlos. Se los designa con inseguridad, en una especie de errancia pronominal que los dibuja y desdibuja sin cesar porque no se comprende cabalmente ante quiénes se está.

Es que los adultos, para esa muchachada que anda a los tropezones entre el vos y el usted, no encarnan nada claro en los tiempos que corren. Más precisamente: se han extinguido, ante sus ojos, como portadores de una identidad definida. Al no saber razonablemente qué significan, no pueden advertir a qué distancia se encuentran de ellos: si a la distancia atenuada que implica el vos o a la más pronunciada que implica el usted.

No faltará algún conservador que, con sentido del humor, entienda que es preferible esta pendularidad sin fin en la que, al menos de a ratos, retorna, como expresión de un tratamiento más respetuoso, el usted, a ese tuteo inmediato en el que los jóvenes incurren frente a cualquier persona mayor con la que no tienen ningún grado de cercanía. El problema, sin embargo, es serio. Atañe al estatuto indeterminado que los adultos tienen para las nuevas generaciones.

El recuerdo del relato bíblico acerca de la confusión de las lenguas irrumpe como un eco insoslayable al considerar estos flamantes desvaríos. "¿Qué tal, qué dice?", me saludó el mozo, un muchacho de no más de veinticinco años, a mi llegada al restaurante. Luego, viéndome ya sentado, se aproximó, me tendió el menú y me preguntó: "¿Ya sabés que vas a tomar?".

¿Cómo no presentir, en enunciados como éste, la resonancia de aquella miscelánea memorable que perpetúa el nombre de Babel? El tuteo viene ahora a enhebrarse con el uso del usted para dar vida a un híbrido, hasta aquí inédito, que va ganando terreno en las filas juveniles. Y repito: tamaña anarquía pronominal califica a los adultos como seres inespecíficos en la apreciación de quienes no lo son todavía.

Algo representan no obstante, que tras haber sido reconocible en el pasado, ya no lo es y sin embargo está ahí. El uso indistinto y simultáneo del vos y el usted refleja una opacidad de los mayores para los jóvenes, que, convengamos, no es casual ni es arbitraria.

¿Son realmente adultos los adultos del mundo occidental contemporáneo? Vale en nuestras latitudes lo que Alain Finkielkraut afirma con respecto al Viejo Mundo: "Ya se vuelva hacia los profesores, los artistas, los periodistas o los filósofos, el adolescente contemporáneo no encuentra, salvo excepciones, más que a sí mismo. «Europa envejece», comprueba la demografía. «Pero ¿adónde han ido los adultos?», pregunta la antropología."

Siempre y en todo hay desvíos de las tendencias dominantes, claro está. Pero ¿esa tendencia, en nuestro caso, qué señala? El tránsito convulsivo hacia esta modernidad tardía en la que agoniza la modernidad clásica ha barrido prácticamente con la consistencia de los valores que, durante siglos, operaron como verdades estables y orientadoras. Ni siquiera la identidad sexual, ese baluarte de la certeza, se ha salvado de la caída en el relativismo.

El matrimonio, la paternidad, la educación, la fe religiosa, el ahorro, la política (su versión democrática, en particular) se entreveran unos con otros en ese notorio derrumbe de lo discernible en lo indiscernible. ¿Qué orientación son hoy capaces de brindar los adultos a los jóvenes? O como bien podría preguntarle uno de esos jóvenes a cualquier persona mayor: "¿Usted quién sos?".

No sólo, según se ha señalado, se va acentuando la brecha cultural (y por lo tanto axiológica) entre las generaciones más recientes y las previas, a consecuencia del papel desempeñado por la tecnología en la formación y en la concepción de lo real de unas y otras. Los adultos, que se desviven por parecerse más y más a los jóvenes, han invertido la función tradicional de los paradigmas de identidad.

Así es como se empeñan en preservar, como si pudiera seguir perteneciéndoles, lo que, por razones de edad, ya no les corresponde. Han contribuido con ello a su propio descrédito, por más que se empecinen en presumir que una andanada de enmascaramientos les garantiza el acceso a la fuente de Juvencia.

Absurdamente, pretenden ser vistos como jóvenes y ser oídos, a la vez, como gente de experiencia. Detestan el paso de los años y, al unísono, se adjudican una larga veteranía. Semejante contradicción no se les escapa a los auténticos jóvenes. Mediante el usted que pasa a ser un vos y el vos que se transforma en usted, retratan, sin proponérselo, el patético espectáculo que se les brinda.

14 de enero de 2009

- HOMERO -




Homero


POESIA CLASICA


LITERTURA GRIEGA




Homero (en griego antiguo Ὅμηρος Hómēros; c. siglo VIII a. C.) es el nombre dado al poeta y rapsoda griego antiguo al que tradicionalmente se le atribuye la autoría de las principales poesías épicas griegas — la Ilíada y la Odisea.





Desde el periodo helenístico se ha cuestionado si el autor de ambas obras épicas fue la misma persona; sin embargo, anteriormente no sólo no existían estas dudas sino que la Ilíada y la Odisea eran considerados relatos históricos reales.

No cabe duda que es el pilar sobre el que se apoya la épica grecolatina y, por ende, la literatura occidental.








En palabras de Hegel, Homero es «el elemento en el que el mundo griego vive como el hombre vive en el aire». Admirado, imitado y citado por todos los poetas, filósofos y artistas griegos que le siguieron, es el poeta por antonomasia de la literatura clásica, a pesar de lo cual la biografía de Homero aparece rodeada del más profundo misterio, hasta el punto de que su propia existencia histórica ha sido puesta en tela de juicio.





Las más antiguas noticias sobre Homero sitúan su nacimiento en Quíos, aunque ya desde la Antigüedad fueron siete las ciudades que se disputaron ser su patria: Colofón, Cumas, Pilos Ítaca, Argos, Atenas, Esmirna y la ya mencionada Quíos. Para Simónides de Amorgos y Píndaro, sólo las dos últimas podían reclamar el honor de ser su cuna.





Aunque son varias las vidas de Homero que han llegado hasta nosotros, su contenido, incluida la famosa ceguera del poeta, es legendario y novelesco. La más antigua, atribuida sin fundamento a Herodoto, data del siglo V a.C. En ella, Homero es presentado como el hijo de una huérfana seducida, de nombre Creteidas, que le dio a luz en Esmirna.











Conocido como Melesígenes, pronto destacó por sus cualidades artísticas, iniciando una vida bohemia. Una enfermedad lo dejó ciego, y desde entonces pasó a llamarse Homero. La muerte, siempre según el seudo Herodoto, sorprendió a Homero en Íos, en el curso de un viaje a Atenas.











El nombre de Hómēros es una variante jónica del eólico Homaros. Su significado es rehén, prenda o garantía. Hay una teoría que sostiene que su nombre proviene de una sociedad de poetas llamados los Homēridai, que literalmente significa ‘hijos de rehenes’, es decir, descendientes de prisioneros de guerra.





Dado que estos hombres no eran enviados a la guerra al dudarse de su lealtad en el campo de batalla, no morían en éste. Por tanto se les confiaba el trabajo de recordar la poesía épica local, para recordar los sucesos pasados, en los tiempos anteriores a la llegada de la literatura escrita.





También se ha sugerido que lo que podría contener el nombre Hómeros es un juego de palabras derivado de la expresión ho me horón, que significa el que no ve.

- SIN CONTROL -





El Comfer, sin respuestas


Jesús María Silveyra
para LA NACION
Noticias de Opinión



EL 20 de agosto de 2008, harto de la falta de control de los contenidos que se exhiben por TV, presenté una denuncia ante el Comfer contra un programa de TV e inicié una campaña pidiendo que se exigiera al organismo público que publicara en su página web los programas y canales que son multados por violación al horario de protección al menor, así como el monto de la multas aplicadas. De esta manera, los ciudadanos podríamos no sólo quejarnos ante los anunciantes que financian con su publicidad la TV basura, sino ejercer un control. Dada la falta de respuestas del Comfer, tanto a mis denuncias como a mi solicitud, haciendo uso del derecho al acceso a la información pública, establecido por el decreto 1172/03, solicité al jefe de gabinete información para el período 2007-2008 sobre sanciones y multas aplicadas, así como sobre los cobros efectuados. Tras el análisis de las respuestas oficiales recibidas sobre los cinco canales de aire, durante el período 2007-2008, detecté las siguientes anomalías:

1) Las sanciones y multas se aplicaron varios meses después de la fecha de infracción. En algunos casos, hasta dos años después de cometidas.

2) Las multas fueron por montos irrisorios, comparados con lo que cuesta el segundo de publicidad. Esos valores no se han ajustado desde 2002.

3) En ningún caso se aplicaron sanciones a los actores, conductores, etc., pese a que la ley de radiodifusión lo permite.

4) La cantidad de infracciones por año calendario sancionadas por violación del horario de protección al menor fue insignificante, inferior a una por día para el conjunto de los cinco canales;

5) De ese total, la mitad fue por promoción de programas para adultos en el Horario de Protección al Menor, lo que se califica de falta leve.

6) Casi la mitad de las multas fueron por violación al artículo 72 incisos f) y g) de la ley de radiodifusión, relacionado con la falta de difusión de mensajes de interés público o campañas oficiales dispuestas por el Comfer.

7) Los canales se demoraron en el pago de las multas. Un canal privado no abonó ninguna durante el período analizado.

8) Las apelaciones judiciales se convirtieron en una vía para demorar los pagos.

9) El Comfer me informó que no se había publicado la información de sanciones y multas de 2008 en la página web por "razones técnicas".

La conclusión es que el Comfer no cumple con sus obligaciones, porque no informa de sus actos como debería hacerlo, que sanciona muy poco, lo hace tarde, con multas irrisorias, que le cuesta cobrar y, en el 50% de los casos, sólo defiende el espacio para la propaganda oficial o la llamada de interés público.

Sería muy sencillo revertir esta situación tomando las siguientes medidas:

1) Establecer un plazo máximo (30 días corridos) desde que se recibe una denuncia de los usuarios o desde que funcionarios del Comfer detectan una infracción para la aplicación de sanciones y multas. (Hoy ni siquiera se cumple con los plazos establecidos en la "Carta de compromiso con los ciudadanos" a la que supuestamente está adherido el Comfer).

2) Publicar en la página web del Comfer las multas y sanciones aplicadas, con detalle de programa, horario, canal y tipo de sanción, así como información sobre la evolución en el cobro.

3) Ajustar los valores de las multas establecidos por la resolución 830/2002, por lo menos en un 100%, dada la inflación que hemos tenido en los últimos seis años. En lo posible, se debería optar por aplicar como monto de la multa la alícuota establecida sobre el gravamen pagado por los medios sobre la base de la facturación bruta mensual de las empresas, de manera tal que hubiera un ajuste automático respecto de los valores de la publicidad vigentes en el momento de haber sido cometida la infracción. Obligar al Comfer a controlar el gravamen que pagan los canales y radios, cosa que en la actualidad no hace, ya que están bajo la órbita de la AFIP.

4) Aplicar sanciones a los actores, conductores, comentaristas y guionistas, de manera tal de comprometer a quienes salen al aire con la defensa del horario de protección del menor.

5) Establecer un límite máximo de infracciones tolerables por programa y por medio, para que se produzca en forma automática el levantamiento del programa o la inhabilitación del medio o el retiro de licencia. Sería un sistema similar al scoring . (Hoy no existe un límite automático).

6) Modificar la clasificación que distingue entre faltas graves y leves, establecida por la resolución 830/2002, definiendo con mayor precisión dicha clasificación. Agravar el tipo de faltas hoy consideradas leves e introducir nuevas faltas, teniendo en cuenta contenidos que afecten los valores familiares.

7) Destinar al menos un grupo de diez personas de la enorme dotación de ese organismo (según datos del Ministerio de Economía y del propio Comfer, tiene 309 empleados de planta permanente y 268 contratados) para que controlen el cumplimiento del horario de protección al menor, empezando por los cinco canales de aire.

8) Cambiar el sistema de seguimiento del proceso judicial de las apelaciones a las multas, tercerizando el manejo y abonando honorarios sobre la base de los resultados, y que se exija el pago correspondiente en el caso de sentencias firmes. Caso contrario, inhabilitar a los medios o se les retire directamente la licencia.

Todo esto puede ser modificado si hay voluntad política e ideológica de proteger a los menores de nuestro país, algo que evidentemente está en duda hasta que no se demuestre fehacientemente lo contrario.

13 de enero de 2009

- LE PERA -




Alfredo Le Pera


El gran letrista y libretista de Gardel


Otro enigmático personaje de nuestra música





Alfredo Le Pera Sorrentino nace en San Pablo, Brasil, un 8 de junio de 1900.
Poeta, escritor y periodista brasileño. Respecto a su nombre real y fecha de nacimiento, existe también la versión de su hermano, el Dr. José Le Pera, quien afirmó que se llamaba Alfredo Alfonso De Paula Le Pera y había nacido el 6 de junio, y no el 8.





Cuando Carlos Gardel fue a Francia a filmar para la empresa Paramount en Joinville, se vio necesitado de reunir un núcleo de colaboradores, con la desventaja de que ya no se encontraban en París el experimentado Manuel Romero ni los artistas argentinos agrupados en la compañía de revistas del teatro Sarmiento de Buenos Aires. Gardel acudió a su amigo Edmundo Guibourg, pero éste le sugirió el nombre del poeta Alfredo Le Pera.





Alfredo Le Pera nació en São Paulo, Brasil, pero sus padres (de origen posiblemente calabrés) se trasladaron a Buenos Aires un par de meses después. Vivió en el barrio de San Cristóbal y cursó el bachillerato en el Colegio Nacional Bernardino Rivadavia, situado en Chile entre Solís y Entre Ríos. Allí tuvo como profesor al crítico teatral español Vicente Martínez Cuitiño, quien influyó en su vocación como poeta. También estudió piano, lo que le permitiría tener nociones básicas del pentagrama. Impulsado por su familia, comenzó la carrera de medicina, pero en el curso del cuarto año prevaleció su inclinación por el periodismo.





Más adelante, se dedicaría a escribir argumentos para obras de teatro, además de algunas letras para tango. Su éxito mayor —antes de asociarse a Carlos Gardel— sería "El Carrillón de la merced", con música de Enrique Santos Discépolo, inspirado en la impresión que le causó a Le Pera la visita a la iglesia de Nuestra Señora de la Merced, en Santiago de Chile.








En 1920 hizo sus primeras armas en las páginas de espectáculos de El Plata, colaborando además en El Mundo, Última Hora, La Acción y El Telégrafo, diarios para los que trabajó en las secciones de información general y crítica teatral.
También se desempeñó como autor de teatro: su primera obra fue la revista “La Sorpresa del Año” (1927), escrita en colaboración con el empresario Humberto Cairo.





Le siguieron luego “Los modernos mandamientos”, escrita junto con Alberto Ballestero y D. Gainza; “Gran circo político”, con Julio Filiberti Escobar; “Melodías de arrabal”, “¡Qué quieren los brasileños!”, “Piernas locas”, “Rojas bocas”, “La vida se va en canciones”, “Está abierta la heladera”, “Ya están secando con Broadway” y “La plata de Bebé Torre”, en colaboración con Pablo Suero y Manuel Sofovich y con la actuación de Pepe Arias; “Opera en jazz”, “Piernas de seda” y “Un directo al corazón”, realizadas en equipo con Antonio De Bassi, Antonio Botta y Carlos E. Osorio. Desde su posición como jefe de la sección “Teatros” de El Telégrafo entabló muy buenas relaciones con importantes hombres del espectáculo, como Augusto Álvarez, empresario del teatro Porteño y luego del Broadway.





Por motivos profesionales realizó varios viajes a París. Al volver a Buenos Aires comenzó a trabajar en la traducción y confección de títulos para películas silentes, realizando dicha tarea junto con Leopoldo Torres Ríos, quien más tarde sería un relevante director del cine argentino.





Tiempo después, su oficio de traductor de películas facilitó un nuevo viaje a París a fines de 1931, donde ingresó en la compañía cinematográfica Artistas Unidos para traducir al castellano las leyendas impresas de las películas mudas. En ese tiempo conoció a distintas figuras de la cinematografía y redactó notas para Noticias Gráficas, en las que reflejó el impacto que le produjeron dos destacados directores, el francés René Clair y el inglés Alfred Hitchcock.

Junto con Carlos Gardel escribió un buen número de temas, entre los cuales puede mencionarse "El día que me quieras", "Cuesta abajo", "Soledad" y "Sus ojos se cerraron". Asimismo, sería el guionista de las películas de Gardel tanto en Francia como en los Estados Unidos.





El 24 de junio de 1935, Alfredo Le Pera integraba la comitiva de Carlos Gardel, entre los que se encontraba también el guitarrista uruguayo José María Aguilar (el Indio Aguilar, ver su biografía para una descripción del accidente). Todos ellos fallecieron al chocar dos aeroplanos a punto de despegar, sobre la pista del aeropuerto Enrique Olaya Herrera de la ciudad de Medellín (Colombia).