30 de abril de 2007

- BIOCOMBUSTIBLE -














Biocombustibles ¿Hacia una revolución energética?


En la actualidad, los combustibles de origen vegetal son centro de la escena. Algunos los ven como una nueva revolución energética; otros temen una competencia global por los alimentos

Por Francisco Seminario
Opinión La Nación



La cuenta regresiva se aceleró dramáticamente hace algo más de medio siglo. Puede durar otros 30, 40 o 50 años -los cálculos varían-, pero todo atisbo al futuro muestra casi sin excepción un planeta sin petróleo, la fuente de energía no renovable que moldeó la historia del siglo XX y cuyo fin inexorable disparó ya el inicio de una carrera contra el tiempo: con mayor o menor urgencia, las grandes potencias (y muchos países menores detrás) buscan sustitutos al "oro negro". Y en esta apuesta estratégica -opinan algunos especialistas- los biocombustibles asoman como una fuente de energía capaz de reemplazarlo.

De hecho, no parece casual que líderes como George W. Bush, Angela Merkel, Tony Blair y Luiz Inacio Lula da Silva, entre otros, desde hace algún tiempo estén abogando con insistencia por una mayor producción de biocombustibles. Su cálculo, en realidad, es tanto económico y político como ecológico: los años del petróleo barato parecen ser historia y los combustibles vegetales podrían no sólo protagonizar la próxima revolución energética y redibujar el mapa geopolítico sino convertirse, además, en una fuente no contaminante de energía. En un plano hipotético, las posibilidades son ilimitadas, aunque resuenen con insistencia las alarmas -justificadas, según muchos observadores- de quienes cuestionan el uso de alimentos como combustibles.

¿Quiere decir esto que dentro de algún tiempo nos moveremos en automóviles, camiones o tractores impulsados, por ejemplo, por derivados de aceite de soja o de girasol, de alcohol de maíz o de caña de azúcar? En rigor, la era de los biocombustibles, si se hace realidad, está aún, por decirlo de algún modo, en pañales. Y además, todavía son muchos los interrogantes que abre esta posible revolución. Por caso: la transformación en gran escala de productos agrícolas en carburante vegetal, ¿es realmente una respuesta "verde" si un posible resultado es la degradación de los suelos debido al monocultivo en vastas extensiones de tierra? ¿Es el "genocidio" de los pobres que auguró Fidel Castro, en alusión al probable encarecimiento de los alimentos a nivel mundial si una porción importante de las cosechas es destinada a la elaboración de combustibles? ¿O es "la solución que el planeta necesita no sólo para generar empleo sino, también, para descontaminar", como dijo a LA NACION antes de su visita a la Argentina el presidente Luiz Inacio Lula da Silva?

A la hora de ponderar alternativas energéticas, por atractivas que sean, opina Juan Gabriel Tokatlian, director de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés, "desconocer el valor crucial de los bienes primarios como base de la alimentación y como recurso estratégico para garantizar la seguridad alimentaria sería un error mayúsculo". Y, del mismo modo, "eludir el debate de los efectos ambientales de un uso excesivo y abusivo de los suelos para obtener productos convertibles en combustibles sería inconveniente".

Estas discusiones van para largo y, sobre la marcha, todo puede cambiar a medida que avanza la tecnología. La investigación de alternativas vegetales y los avances en materia de conversión de biomasa en fuente de energía recién comienzan. Lo cierto, por ahora, es que el mundo parece encaminado a explorar la alternativa de los biocombustibles y difícilmente cambie de rumbo en lo inmediato. "Hay una apuesta internacional por el bioetanol y el biodiésel, pero no hay una agenda mundial sino una serie de países que se han lanzado a la experimentación y la promoción", explicó a LA NACION Cristian Folgar, subsecretario de Combustibles de la Nación.

A juicio del funcionario, no caben dudas de que el mundo ya abrazó el uso de los biocombustibles, pero aún es temprano para conocer tanto sus consecuencias como su potencial. "La foto nos muestra que en el futuro es inexorable el uso de biocombustibles, pero las preguntas abiertas son la parte de la película que todavía no vimos", dijo.

También Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, considera inevitable que las naftas y el gasoil de origen vegetal ganen espacio en el mercado energético. "El mundo -señaló- asume que estamos cerca del peak de petróleo, punto a partir del cual su producción comenzará a decaer inevitablemente, y hay una coincidencia en la búsqueda de una alternativa renovable, más amigable con el medio ambiente. Los biocombustibles son una de estas alternativas, y además tienen la ventaja de ser fácilmente adaptables a los sistemas de distribución y almacenamiento actuales y de no requerir cambios en los motores".

Por lo pronto, tanto en EE.UU. como en la Unión Europea (UE) y un número importante de países -entre ellos, la Argentina-, el "corte" de las naftas y el gasoil con biocombustibles en distintos porcentajes va a ser una realidad concreta en los próximos años, de acuerdo con una serie de reglamentaciones inspiradas en el Protocolo de Kyoto.

Este simple dato ofrece una dimensión de la apuesta internacional por los combustibles vegetales. Permite, también, estimar un horizonte de demanda sostenida en el futuro, uno de los objetivos que tuvieron en cuenta George W. Bush y Lula al lanzar, el mes pasado, su "alianza del etanol", una ambiciosa apuesta estratégica a largo plazo para promover la producción de biocombustibles: si las potencias -léase Estados Unidos- van a necesitar biodiésel y bioetanol para reemplazar parte de los hidrocarburos que ahora importan de Medio Oriente, Rusia, Venezuela o Nigeria, es necesario diversificar la oferta y fomentar desde ahora su producción a nivel mundial. Y Brasil es, hoy por hoy, el gran campeón regional en materia de biocombustibles.

"Todos se verían beneficiados si esta alianza logra sus objetivos", dijo a LA NACION Sidney Weintraub, experto en energía del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales, un influyente think tank de Washington. "Brasil -dijo- propuso esta alianza porque tiene interés en ganar mercados y porque después de 30 años de experimentación cuenta con la mejor tecnología. Pero la región en su conjunto podría beneficiarse y, ciertamente, también Estados Unidos, de dos maneras: en términos económicos, obtendría el biocombustible que va a necesitar, y, políticamente, afianzaría en lo inmediato el vínculo con Brasil y, en el largo plazo, podría no tener que depender del petróleo que hoy le vende alguien como Chávez".

EE.UU. se propone bajar en un 20 por ciento el consumo de naftas durante los próximos 10 años y reemplazar la mayor parte de este porcentaje por biocombustibles. Y la UE decidió en febrero pasado elevar la meta de consumo de biocombustibles al 10 por ciento del total de combustibles para el año 2020, a fin de reducir las emisiones de gases contaminantes.

Panorama local

En línea con estas previsiones, en la Argentina, las naftas y el gasoil deberán ser cortados con un cinco por ciento de bioetanol y biodiésel, respectivamente, para 2010. Así lo dispone la ley 26.093 de promoción de los biocombustibles, cuyo decreto reglamentario firmó el presidente Kirchner en febrero pasado. Estos porcentajes equivalen a unas 640.000 toneladas anuales de biodiésel y 160.000 toneladas de bioetanol. "Dentro de tres o cuatro años vamos a estar introduciendo biocombustibles en el mercado local en forma masiva", afirmó Folgar, reflejando el optimismo oficial.

Entre los productores y pioneros de los biocombustibles, sin embargo, hay un reclamo de reglas de juego más claras y cierto desencanto tras el entusiasmo inicial, porque, argumentan, con el precio artificialmente bajo del barril de crudo en el mercado local no se puede competir. Y aunque muchos están dispuestos a arriesgarse e invertir, tampoco hay garantías de que en el futuro el negocio vaya a ser redituable.

"En el Gobierno hay algunas buenas intenciones pero no tienen una política de Estado, como sí la hay en Brasil", opinó Gastón Fernández Palma, productor de la zona de Quequén y vicepresidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aaprecid), vinculado además a la Asociación Argentina de Biocombustibles. "Tardaron varios años en aprobar la ley y, cuando salió, el resultado fue pésimo: como la ley no fija un marco fiscal previsible y no está claro quién se va a ver beneficiado en el cupo del cinco por ciento de corte de los combustibles fósiles, no alienta las inversiones en el sector", añadió.

¿Está entonces la Argentina a la altura del desafío que plantean los biocombustibles? A priori, según Molina, el país "tiene importantes ventajas comparativas debido a que exporta gran parte de la producción agrícola que produce". De este dato se deduce que, en principio, no hay razones objetivas para que en el país tenga lugar -o al menos gane fuerza en lo inmediato- el debate entre alimentos y combustibles ineludible en otros países. Es decir, no debería replicarse aquí el "efecto tortilla", como se llamó al súbito encarecimiento en México de la popular tortilla de maíz debido al uso cada vez más extendido de bioetanol producido a partir de alcohol de maíz en Estados Unidos.

En el caso de los aceites vegetales, base del biodiésel en un índice de conversión que es prácticamente de un litro por un litro, de los 13 millones de metros cúbicos de aceite que se producen en la Argentina, más del 90 por ciento se exporta en la actualidad. Y si en el país se consumen anualmente unos 12 millones de metros cúbicos de gasoil, según las estimaciones, una operación de regla de tres simple da una idea de las posibilidades hipotéticas.

Si bien no es todavía una revolución, ciertamente el tema despierta fuertes expectativas. Un número creciente de productores grandes y chicos, dirigentes agropecuarios, investigadores universitarios e industriales del sector aceitero de nuestro país están invirtiendo tiempo, dinero y esfuerzo en la exploración de esta alternativa energética; hay quienes ensayan con cultivos alternativos, quienes levantan plantas de biodiésel para autoabastecer las necesidades de sus establecimientos, quienes montan laboratorios de experimentación, quienes promueven la constitución de un polo exportador en Santa Fe. Y hubo quienes, días atrás, hicieron volar un Pucará de la Fuerza Aérea Argentina con Biojet, que contiene un 20 por ciento de derivados de aceite de soja. Fue el primer vuelo a biocombustible del hemisferio sur y el segundo de la historia aeronáutica mundial.

Aunque la Argentina se encuentra todavía varios pasos detrás de Brasil en la materia, todos estos jugadores apuestan, de una manera u otra, a los biocombustibles como negocio rentable y como motor de desarrollo. Pero hay otro aspecto a considerar: "Para el país -observó Tokatlian- podría ser crucial el desarrollo de fuentes alternativas de energía debido a sus limitadas reservas de petróleo y gas".

El horizonte de estas reservas es hoy por hoy del orden de los 10,6 años, indicó Folgar, una estimación que podría variar y crecer con mayores inversiones en el sector petrolero, pero que sin duda tiene un techo. No así los biocombustibles. Y como el signo de los tiempos parece indicar que, aunque puedan durar todavía algunas décadas más, los hidrocarburos serán eventualmente cosa del pasado, bien vale citar una frase que, según el secretario de Combustibles de la Nación, es moneda corriente en el sector: "la Edad de Piedra no llegó a su fin por falta de piedras".

En la Argentina y en el mundo

* Menos petróleo. Cada día se consumen en todo el planeta unos 90 millones de barriles de petróleo, un recurso no renovable que, al ritmo actual de extracción, podría durar entre 30 y 50 años, según los cálculos. Se estima que estamos ya cerca del "peak de petróleo", punto a partir del cual la producción comenzará a decaer.

* La "alianza del bioetanol". Brasil es el segundo mayor productor mundial de bioetanol, sólo detrás de Estados Unidos. Juntos, estos dos países controlan el 72 por ciento del bioetanol que se produce en el mundo y se proponen dar impulso a un mercado mundial de este biocombustible.

* Futuro del mercado local. Para 2010, el consumo interno argentino de biocombustibles deberá ser del orden de las 800.000 toneladas anuales (640.000 de biodiésel y 160.000 de bioetanol), según dispone la ley 26.093, recientemente reglamentada por el decreto 109/07, que prevé un "corte" del 5 por ciento en el gasoil y las naftas tradicionales.

* Biodiésel y aceite vegetal. Para producir una tonelada de biodiésel (unos 1130 litros) se requieren 1030 kilos de aceite crudo (1126 litros). Este aceite puede provenir de la soja, el girasol, la colza y la palma, entre otros cultivos. El grano de colza contiene hasta un 45% de aceite, tres veces más que la soja.

* Bioetanol y alcohol vegetal. Para una tonelada de bioetanol (unos 1260 litros) hace falta moler unas 18 toneladas de caña de azúcar o 3,5 de maíz, sorgo u otro cereal. La caña de azúcar rinde en promedio unas 65 toneladas por hectárea y es el cultivo utilizado en Brasil para producir biocombustible. En EE.UU., en cambio, se utiliza el maíz.

* Precios en la Argentina. El precio del biodiésel ronda los dos pesos más IVA el litro, y el bioetanol, 1,60 más IVA. Su valor no es competitivo en este momento porque las naftas que se venden en el mercado local parten de la base de un precio del crudo muy menor al internacional, en torno a los 35 dólares el barril.

29 de abril de 2007

- DIA DEL ANIMAL -



29 de Abril

¿Porqué se conmemora el día del animal?

Pocas veces nos ponemos a pensar qué sería de la vida del hombre sin animales; sin caballos, sin vacas, sin pájaros, sin peces, sin monos o sin perros... muy aburrida, por lo pronto; pero también muy incompleta. Por no decir inviable, porque el hombre no es más que un integrante de un inmenso ecosistema que necesita de todo el resto de los participantes para subsistir. Incluso los animales más salvajes, o los que nos parecen más inútiles o dañinos, cumplen su función en el ciclo de la vida.

Si los maltratamos, si los destruimos, estamos actuando contra nosotros mismos.

Ya a fines del siglo XIX, muchos hombres tomaron conciencia de que el desprecio por los animales y la voracidad humana estaban provocando el maltrato hacia mucho de ellos, y peor aún, la extinción de numerosas especies, lo cual una vez que ocurre es irremediable.

Uno de esos hombres fue el ex presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento. Junto con él y otros compañeros el Dr. Ignacio Lucas Albarracin (también sanjuanino) creó la sociedad argentina protectora de animales.

Allí se desempeñó como secretario y, al suceder a Sarmiento, como presidente; Albarracin promocionó la sanción de la ley 2786, de protección de animales (promulgada el 25 de junio de 1891), que establece la obligatoriedad de brindar protección a los animales, de manera de impedir su maltrato y su caza.-

El Dr. Albarracin falleció el 29 de abril de 1926, y en honor a este incansable luchador en defensa de los derechos de los animales, la sociedad protectora de animales, eligió esta fecha para conmemorar el día del animal.

Aunque muchos no lo saben, los animales tienen derechos que los protegen del maltrato del hombre.

La liga internacional de los derechos del animal adoptó en 1.977 y proclamó en 1.978 la declaración universal de los derechos de los animales, que luego fue también aprobada por la ONU (organización de las naciones unidas) y la UNESCO (organización de las naciones unidas para la educación, la ciencia y la cultura).

Por todo esto es que en este día, más que nunca, debemos comprender y difundir la importancia del respeto a cada uno de “nuestros compañeros de existencia”, más allá de lo insignificantes o valiosos que nos parezcan.

No olvidemos que si lo que nos diferencia de ellos es nuestra capacidad para poder “razonar”, entonces... seamos “humanos” y respetemos sus derechos.

28 de abril de 2007

- LLORAN LOS CHELOS -



Adiós a Rostropovich
un músico integral


Mstislav Rostropovich, el destacado chelista que luchó por los derechos de los disidentes en la era soviética, e interpretó, triunfante, suites de Bach ante los escombros del Muro de Berlín, murió ayer, a los 80 años, en Moscú. El músico, que desde hacía varios meses luchaba con un cáncer intestinal, será enterrado mañana en el cementerio Novodevichy, el mismo en el que descansan los restos del ex presidente ruso Boris Yeltsin desde el último miércoles.

Ya sea como fría declaración académica o como afirmación que implica una inevitable resignación, las ciencias biológicas y las humanísticas, cada una con su propia terminología, nos enseñan que, ineludiblemente, una de las características esenciales y axiomáticas de la vida es su finitud. Sin embargo, y no es, por cierto, el único caso que ameritaría tal categoría, Rostropovich, por múltiples razones, debería haber sido eterno. Sin embargo, lo que algún día forzosamente habría de suceder acaba de ocurrir y las sensaciones de pérdida irreparable son intensas. En todo el planeta, hoy se están escribiendo, comentando y reiterando elogios y glorificaciones para quien fue una de las figuras más rutilantes, completas, admirables, artísticas y queribles de la música de las últimas décadas.

Mstislav Leopoldovich Rostropovich nació en Bakú, Azerbaiján, en 1927. Sus primeros profesores los tuvo en la casa. Con su madre, a los cuatro, comenzó a tocar el piano y con su padre, que había sido discípulo ocasional de Casals, a los diez, se inició en el chelo. A los 16, ingresó en el Conservatorio de Moscú, donde estudió chelo, piano, composición y dirección. Fue brillante en cada una de las carreras. En 1942 dio su primer recital de chelo y algunos años más adelante comenzó a ganar concursos internacionales. Paradojas de la vida, en 1950, por su aún brevísima pero notable trayectoria, le fue otorgado el Premio Stalin. A los 32 se casó con la soprano Galina Vishnevskaya y su carrera internacional arrancó desde Alemania, en 1964. Claro, antes de eso, en su país, ya había estrenado obras de Shostakovich, de Prokofiev, de Kabalevsky y de Khachaturian escritas especialmente para él. Además, dirigía orquestas, tocaba el piano como solista o como pianista acompañante y participaba, como músico de cámara, en algunas agrupaciones que marcaron hitos irrepetibles, como aquel trío que conformó con David Oistrach y Sviatoslav Richter.

En pocos años se transformó en una de las personalidades musicales más trascendentes en todo el mundo. Si bien el régimen soviético toleraba sus opiniones en favor de la libertad de expresión y por una mayor apertura, la situación alcanzó un punto límite cuando atacó con duros términos el confinamiento al que fue reducido Aleksandr Solzhenitsyn y que lo llevó a afirmar que no tocaría más en su patria hasta que no hubiera libertades artísticas e individuales. En 1974 abandonó la Unión Soviética y se radicó con su familia en Estados Unidos.

Sumando las glorias anteriores y las que habría de continuar acumulando desde entonces, Rostropovich dejó de ser únicamente el mejor chelista de su tiempo, para ser, tal vez, el mejor de la historia. Pero además de tocar y registrar casi todo el repertorio chelístico escrito desde el Barroco en adelante, el gran músico se afirmó como un director orquestal y operístico admirable y un impulsor y participante activo de festivales y de campañas puntuales para ofrecer la obra integral de compositores como, por ejemplo, Prokofiev, Shostakovich y Britten. También hay que recordar que fue un artista comprometido con la música de su tiempo. A lo largo de su carrera, estrenó como director más de sesenta obras sinfónicas, tres óperas, cuatro óperas de cámara y, como instrumentista, más de ciento setenta obras compuestas especialmente para él. Todo esto, además de cosechar distinciones, doctorados honoris causa y galardones otorgados por instituciones de unos cuarenta países.

Dignidad del hombre


Sin embargo, este panorama es incompleto si no se recuerda y se señalan sus posturas a favor de los derechos humanos y de la dignidad del hombre. Y fue este compromiso el que le otorga un plus que va mucho más allá de sus incontables y fantásticos méritos de artista superior. Reiteradamente, se manifestó a favor de la paz y en contra de las guerras, de las desigualdades que atraviesan el mundo, de los daños ecológicos y demostró una sensibilidad especial para apoyar campañas internacionales, especialmente a favor de la salud de los niños. Desde 1980, fue su costumbre ofrecer una treintena de conciertos benéficos por año. En este sentido, cabe recordar cuando llegó al país para tocar, ad honórem, a beneficio del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Con su esposa, establecieron la Fundación Vishnevskaya-Rostropovich que, en los últimos quince años, aportó varios millones de dólares para garantizar remedios, alimentos y equipamientos para decenas de hospitales de niños de los países que antes conformaban la Unión Soviética.

El cariño y la admiración que por él sienten sus admiradores debe extenderse también a sus colegas. Cuando cumplió 75 años, en 2002, para homenajear al más trascendente intérprete vivo de música clásica, junto a la Sinfónica de Londres, dirigida sucesivamente por Zubin Mehta, Seiji Ozawa, Yuri Bashmet y Mariss Jansons, se presentaron, en calidad de solistas, Evgeny Kissin, Maxim Vengerov, Martha Argerich y Gideon Kremer, uno de los elencos más increíbles jamás reunido.

Con Rostropovich, se acaba de ir el último eslabón de una generación de grandes músicos que hoy son leyenda. Para los que creen que la vida, más allá de lo que sostienen los biólogos y los filósofos, tiene una continuación en otros confines, pues seguro que Slava debe de andar muy feliz, suelto y de entre casa haciendo música -¿por qué no?-, con Richter, Oistrach, Shostakovich y Britten.

Pablo Kohan

La Nación

27 de abril de 2007

- EL INVIERNO -




PRESAGIOS – INTUICIÓN CANINA


En los últimos días se huele un tufillo enrarecido que hemos olfateado en otras oportunidades... Los reclamos se acrecientan, se hace notar el descontento y la gente protesta... Y cuando la gente se enoja... “Arde Troya”

Nos traen a la memoria cosas como “Algo sucedió camino al foro” ó “Huele a podrido en Dinamarca”, simplemente meros títulos de libros ó films, que hacen recordar tristes y recurrentes escenarios nacionales. Nada se repite, todo se transforma. Seguimos siendo un calco del pasado.

Replicamos una y otra vez tribales / nefastas aunque antiguas recetas de nuestro tumultuoso y negro recuerdo de barbarie. “El que siembra tormentas recoge tempestades” dice un refrán. Es que algunos olvidan que está muy fresco, lo acontecido el 20 de Diciembre de 2001. Todo está “atado con alambre y pegado con cinta”. Nada volverá a ser como antes. Algo se rompió...
Seguramente llevará años limar asperezas, pulir rencores, intentar reparar la dañada y controvertida convivencia social.

Los hechos del sur traerán nuevos aires fríos para este crudo invierno electoral.
Los conflictos docentes muestran a las claras grandes grietas de “una construcción” hecha con escombros y arcilla que hemos dado en llamar “La Patagonia Rebelde”.
Escándalos de corrupción, aplaudidos y estudiados aumentos salariales, la muerte del INDEC, la presión y reacción en el ámbito judicial, los problemas en diputados, la ininterrumpida y creciente inseguridad que nos flagela, los incrementos constantes en las góndolas del súper, los conflictos con el sector carneo, falta que abuelita espere familia y cartón lleno.

Este año (una vez más) habrá que pasar el invierno. Seguramente el frío extinguirá a los mosquitos y despabilará a obsecuentes y delirantes.
¿Hay que abrigarse ó las temperaturas seguirán siendo altas?

Ricardo A. Carrasquet

26 de abril de 2007

- PROPIEDAD INTELECTUAL -



Propiedad intelectual vs. piratería

Se celebra hoy el Día Mundial de la Propiedad Intelectual, creado por la Organización de la Naciones Unidas (UN) con la finalidad de que se reconozca y recompense la creatividad de los autores, artistas e inventores, así como su contribución para mejorar la sociedad.

La ocasión resulta propicia para reflexionar sobre la manera en que la propiedad intelectual influye en todos los aspectos de la vida: gracias al derecho de autor se pueden escuchar obras musicales y ver obras artísticas, cinematográficas y literarias. Por otra parte, los diseños industriales dan forma al entorno, las marcas constituyen signos fiables de la calidad de productos y servicios, y las patentes fomentan el desarrollo de invenciones ingeniosas, constituyéndose en un incentivo para las investigaciones científicas, tecnológicas y médicas que hacen que la vida sea más fácil, rápida, segura y saludable, modificándola a veces por completo.

El derecho de autor es el reconocimiento que hace el Estado a favor de obras literarias y artísticas, en virtud del cual otorga su protección para que el autor goce de privilegios de carácter personal y patrimonial. El respeto por esas normas es fundamental para la convivencia y para el desarrollo económico de un país. Al respecto, desde la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) se señala que "los países sin infraestructura adecuada en materia de propiedad intelectual tienen poco éxito para atraer proyectos de investigación, nuevas industrias, fábricas e inversiones extranjeras". Ello ocurre debido a que las empresas no tienen confianza en invertir en países donde no está segura la propiedad intelectual.

Debido a los avances en el campo de la informática, a la existencia de un ciberespacio sin normativa y a la reducción de costos en la tecnología de la información, la piratería de productos culturales, tales como la música, las películas y el software, se ha convertido en un problema creciente en los países industrializados y en los países en desarrollo, con graves repercusiones en escala local para las actividades culturales, la creatividad y el desarrollo económico. En efecto, en los países donde la piratería tiene una mayor incidencia se produce una disminución de la oferta de productos creativos, con el consiguiente empobrecimiento cultural. Ello sea dicho además del fraude que representa para el fisco, porque no tributan impuestos de ninguna clase.

A partir de las nuevas tecnologías, nunca ha sido tan fácil el acceso a los productos pirateados, que son bastante más económicos. Y la misma tecnología que ha facilitado una distribución generalizada y legítima al consumidor ha hecho relativamente fácil y económica la venta de productos pirateados y falsificados en todo el mundo. Delincuentes ingeniosos que forman parte de grupos criminales organizados utilizan Internet para contravenir los derechos de autor y de marca registrada creando y vendiendo productos como programas de computación, que parecen legítimos pero no lo son. Estas organizaciones se esconden en las sombras de la economía clandestina y explotan cualquier debilidad de las acciones para el cumplimiento de la ley, empleando las ganancias generadas por sus apoderamientos ilegales para financiar otras actividades delictivas.

Si bien delitos como la sustracción de propiedad intelectual pueden parecer inofensivos a algunos, la realidad puede ser terrible. Los delincuentes que fabrican y venden productos falsificados plantean un riesgo considerable a la salud y seguridad de nuestros ciudadanos. Al respecto, cabe recordar el caso de aquella joven rionegrina de 22 años que recibía un tratamiento contra la anemia en un hospital de Viedma y murió después de que se le suministrara una droga a base de hierro falsificada, según informaron en aquella ocasión el Ministerio de Salud de la Nación y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).

Las medidas para proteger la propiedad intelectual y, en consecuencia, para combatir la piratería deben estar dirigidas a la modernización y mejora de la legislación, de manera que resulten más efectivas en ese combate; al refuerzo en la aplicación de la legislación ya existente, y a la realización de campañas de información destinadas a promover la sensibilización de la opinión pública sobre las graves consecuencias culturales y económicas de la piratería y de la necesidad de salir a enfrentarla y combatirla.

Editoral La Nación

25 de abril de 2007

- EL PEOR ESCENARIO -



La peor amenaza a la seguridad mundial

Por Margaret Beckett
Para LA NACION


El 16 abril se realizó en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas un debate sobre el cambio climático. El delegado congoleño señaló: "No será la primera vez que la gente se enfrente por tierras, agua y recursos, pero esta vez el enfrentamiento será a una escala que tornará insignificantes los conflictos del pasado".

Los franceses dijeron que el cambio climático es "la amenaza número uno para la humanidad". Y los belgas manifestaron que, en respuesta a esa amenaza, no podemos hacer menos que reformular por completo nuestra concepción de la seguridad.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, afirmó que las perspectivas que enfrentamos son alarmantes.

Nuestro clima, cada vez más inestable, ya no se considera principalmente una cuestión ambiental o económica. A medida que la amenaza que enfrentamos fue creciendo en magnitud y perfilándose con mayor claridad, a lo largo de los últimos dos años, y a medida que las últimas pruebas científicas confirmaron y en algunos casos agravaron nuestros mayores temores respecto del impacto físico que nos espera, también se tornó cada vez más evidente que el cambio climático trae aparejadas consecuencias que alcanzan a los aspectos más fundamentales de la agenda de seguridad. Las inundaciones que causan enfermedades y hambre generan, a su vez, migraciones a una escala sin precedente en zonas donde ya se registran fuertes tensiones entre diversos grupos humanos. Las sequías malogran los cultivos y esto produce competencia por alimentos, agua y energía en regiones donde los recursos ya están al límite. Corremos el riesgo de un descalabro económico de la magnitud prevista en el informe Stern del año último, sin precedente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Esta no es una cuestión limitada a la seguridad nacional. Afecta a la seguridad colectiva en un mundo frágil y cada vez más interdependiente. Y lo trágico es que serán nuevamente los más vulnerables y menos capacitados para enfrentar el problema quienes sufrirán el golpe primero. Sin duda, no se trata de elegir entre la estabilidad climática y la lucha contra la pobreza. La primera es condición necesaria de la segunda.

A cualquiera que desee identificar el nexo entre lo que nos dice la ciencia sobre el impacto físico del cambio climático y las repercusiones más amplias para nuestra seguridad le recomendaría leer el alarmante informe que la Junta de Asesoramiento Militar publicó el lunes 16 de abril. Este organismo está integrado por algunos de los más respetados almirantes y generales retirados de los Estados Unidos.

Durante sus respectivas carreras, ellos se enfrentaron con todo tipo de situaciones, desde la necesidad de contención y disuasión de la amenaza nuclear soviética en la época de la Guerra Fría hasta la más reciente lucha contra el terrorismo y el extremismo. Están en las antípodas del clásico estereotipo del activista ecológico. Y, sin embargo, en su informe afirman categóricamente que las proyecciones de cambio climático representan una grave amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos. Según ellos, es una "amenaza multiplicadora de factores de inestabilidad en algunas de las regiones más volátiles del mundo". En otros términos, la inestabilidad climática tornará más frecuentes y más severas las tensiones y conflictos que enfrenta día tras día el Consejo de Seguridad.

Son, pues, estas preocupaciones las que sustentaron la decisión del Reino Unido de aprovechar su ejercicio de la presidencia del Consejo de Seguridad para convocar a este debate sin precedente. Y son estas preocupaciones las que llevaron a 53 países, número muy poco frecuente para esta clase de reunión, a registrarse para hacer uso de la palabra.

Llevar el tema al Consejo de Seguridad no constituye una alternativa que excluya el trabajo que pueda realizarse en otros ámbitos de la ONU o de la comunidad internacional. Yo he sido durante más de cinco años la principal negociadora británica en la convención marco de la ONU sobre cambio climático. Por eso, soy la última persona que querría perjudicar esos otros esfuerzos de carácter multilateral.

Pero los miembros del Consejo de Seguridad somos responsables por el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales y podemos realizar un aporte único al desarrollo de una visión común de lo que significa la inestabilidad del clima para nuestra seguridad individual y colectiva.

Las decisiones a las que lleguemos y las medidas que tomemos en cualquier foro a medida que construyamos una economía global con bajo nivel de carbono serán mejores, más sólidas y más eficaces, porque estarán basadas en el máximo conocimiento posible de todas las implicancias del cambio climático, entre ellas el imperativo de seguridad.

El martes 17 de abril fue un día histórico. Marcó el reconocimiento del cambio climático como problema fundamental de seguridad. Demostró que la amplia mayoría de los miembros de la comunidad internacional ahora perciben la inestabilidad del clima como una amenaza sin precedente que debemos enfrentar con mayor urgencia y ambición. Si tenemos éxito en este esfuerzo conjunto, todos gozaremos de mejores perspectivas de seguridad. El cambio climático es una amenaza que nos puede unir si somos lo suficientemente inteligentes como para impedir que nos separe.

La autora es secretaria de Estado de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña.

24 de abril de 2007

- GOOGLE & YAHOO -



Cómo incrementar

el rendimiento de la inversión.


Los grandes anunciantes ya no debaten si Internet debe formar o no parte del mix de marketing tradicional y la inversión publicitaria contempla a este medio como necesario para cualquier campaña. Sin embargo, la discusión se ha trasladado a las herramientas que deben utilizarse y en este sentido dos expertos de la red, como Google y Yahoo, coinciden en que los buscadores son efectivos a la hora de perseguir posicionamiento o incremento de ventas, pero cuando lo que se persigue es una acción de branding se debe recurrir a los banners, micrositios y otras novedades interactivas. Las industrias que más lo aplican, según datos de 2006, son automotrices, entretenimiento y telecomunicaciones, con creciente participación de bancos, alimentación y bebidas, higiene y cuidado personal. Para este año se espera un incremento de la inversión del 35% con la participación de nuevos anunciantes teniendo en cuenta la efectividad de los recursos y el campo de acción que abre el medio.

Posicionamiento vs. branding en la web. Las propuestas de Google y Yahoo

La penetración de Internet ya no merece discusiones y los cambios que ha producido en el consumidor son notables. No sólo que este medio le ha sacado protagonismo a los tradicionales como la televisión, con quien muchas comparte la audiencia casi de manera simultánea, especialmente en el target joven, sino que también dio forma a un nuevo consumidor que se destaca por su profesionalidad, es decir, cuando va a efectuar una compra puede tener más conocimientos que el mismo vendedor. En el caso de los concesionarios de autos esta situación es donde más se hace evidente.

Cantidad y calidad


Según Matías Galimberti, Director de investigación MindShare Argentina y Gabriela Cés, Directora de Client Service ID/Millward Brown, la cantidad y calidad del recuerdo publicitario son dos aspectos afectados directamente a partir del contexto de sobreexposición, convergencia y multiplicidad de audiencias repercutiendo directamente en las medidas de diagnóstico de efectividad publicitaria aun cuando el consumidor siga disfrutando de las piezas. Se observa entonces una tendencia decreciente en los niveles de relevancia de lo que se comunica mientras el clutter, es decir la saturación publicitaria entendida como cantidad de impactos comerciales (audiovisuales) que una persona recibe semanalmente aumenta. Esto deja en evidencia la importancia de la identificación de verdaderos insights como elementos desde donde trabajar y reforzar los mensajes para quebrar esa tendencia.

Es decir, ante un escenario de mayor complejidad dada por una mayor saturación se hace necesaria una mayor presión o refuerzo en las pautas. Se necesita más para alcanzar lo mismo.

La alternativa de Internet

Ante este contexto las principales industrias eligen estar en la web además del resto de los medios tradicionales, y la inversión que destinan ya forma parte del plan de medios tradicional, que se incrementó en los últimos años.

De acuerdo a los datos del Interactive Advertising Bureau de Argentina (IAB), entidad que agrupa a las principales empresas de Internet, la inversión publicitaria on line durante 2006 fue de $91 millones. Esta cifra representa la inversión publicitaria neta realizada en Internet en Argentina, estimación que a partir de una nueva metodología incluye tanto las inversiones en formatos tradicionales (banners y “rich media”) como publicidad en buscadores y guías.
Por otra parte, un dato interesante es que las empresas que pautaron en Internet en 2005 volvieron a hacerlo en el 2006 y con un mayor presupuesto, ya que los medios interactivos representaron un 1,87% de su inversión. Las industrias con mayor presencia en campañas online, fueron automotrices, entretenimiento y telecomunicaciones, con creciente participación de bancos, alimentación y bebidas, higiene y cuidado personal.
Las proyecciones en materia de inversión publicitaria on line para el 2007, indican un crecimiento del 35 % respecto al año pasado, mientras que su participación en el mix de medios global se espera que sea superior al 5 %, cuando en mercados maduros como Estados Unidos este porcentaje ronda el 8 %”

Para grandes y chicos


Durante una presentación sobre marketing en buscadores que organizó la Cámara Argentina de Anunciantes, un dato importante que destacó Gonzalo Alonso, gerente Regional de Google, es que la importancia que ha ido tomando el medio como formato publicitario se manifiesta no solo en el aumento de las inversiones, sino en la incorporación de pequeñas y medianas empresas que fueron descubriendo las ventajas de la web. De esta forma, el directivo explicó metafóricamente que se genera la Teoría de la Cola Larga: se trata de un cometa donde se ubican las 500 empresas que forman parte de Fortune, pero que por donde va pasando, va dejando su estela que impacta en todos los demás. De esta manera, todas las industrias, desde las más grandes a las más chicas, van dilucidando la importancia de estar on line.

En cuanto a la opción de los buscadores, Alonso destacó que el costo por clic todavía es muy bajo en Latinoamérica ya que no ha llegado a su máximo desarrollo, y que el que no se suba ahora a este recurso, en dos años sufrirá las consecuencias ya que el 95% de las personas que prueban el marketing en buscadores lo aceptan e implementan.

Propuesta clara

Según Mariano Burstein, gerente general de Yahoo, para hacer una campaña de search marketing hay que tener en cuenta algunos componentes básicos que son la definición del objetivo, es decir, si lo que se quiere es lograr tráfico o ventas, entre otras cosas; y la acertada elección de las palabras claves, teniendo en cuenta que de esta definición dependerá en gran parte que la información sea encontrada por el usuario.

Por otro lado hay algunas claves para saber como mira los resultados el usuario, teniendo en cuenta que en primer lugar se suele realizar un recorrido rápido de la página, deteniéndose en las tipografías negritas, y luego se hace una lectura más detallada de lo que llama la atención.

¿El anuncio más llamativo o el más objetivo?

Es la gran pregunta que se lleva a debate a la hora de hacer marketing en buscadores, pero según Burstein, hay que tener en cuenta que el usuario de Internet busca soluciones rápidas por lo cual hay que llevarlo lo más cerca posible de lo que está buscando. De esta manera, el anuncio funciona como un filtro, siempre y cuando se hayan elegido correctamente las palabras claves que es la función que deben tener los buscadores.

Los beneficios son diferentes si lo que busca el anunciante es realizar branding de su marca, y ahí si aparecen las limitaciones de los buscadores. En este sentido, el gerente de Yahoo considera que esta alternativa es eficiente para los pequeños anunciantes, pero no así para las grandes corporaciones que si deben recurrir a otras estrategias como es el caso de los banners o micrositios.

Ventajas de los banners

Según datos de Yahoo, en promedio, la exposición a banners aumentó un 26% la búsqueda de las marcas solicitadas. En cuanto al incremento de las compras on line, se dio en total un crecimiento del 244%: un 50% provino sólo de banners y un 210% de search.
En relación al aumento en share de compras on line, un 23% corresponde solo a banners y un 102% a search.
También hubo un incremento de compras off line, donde un 9% fue por banners y un 42% por search.

La propuesta de Yahoo es que ambas alternativas ayudan a incrementar las ventas, por lo cual se debe usar banners para construir awaraness y para reforzar la imagen de marca a lo largo de una audiencia masiva y sugieren usar search marketing para concretar las ventas fáciles, cuando se trata de gente buscando productos que el anunciante ofrece, el search permite llevar un experiencia relevante para un target relevante y las ventas aumentan.

El caso garbarino y Repsol YPF

Garbarino fue pionera en el lanzamiento de venta por internet. Su site fue presentado en 1999. La sucursal virtual factura hoy lo mismo que una sucursal mediana de la compañía y el sitio recibe un promedio de 20.000 consultas mensuales.

La principal ventaja de esta propuesta es permite llegar de manera efectiva a todo el país, muchos clientes utilizan Internet como medio de consulta previa o como reemplazo de la compra telefónica y el 100% de las compras se reconfirma telefónicamente con lo cual el nivel de fraude tiende a cero.

En el caso de Repsol, la petrolera lanzó un micrositio para el mundial de fútbol de Alemania 2006. La propuesta buscaba que la marca, sponsor oficial de la Selección Argentina, se pudiera subir al evento de una forma novedosa, teniendo en cuenta que es una industria totalmente distinta a ese deporte.

Sin embargo la propuesta de micrositio fue un éxito y se lograron 30.000 usuarios registrados nuevos en menos de un mes y el portal creció un 174% siendo un 28% del tráfico proveniente de la sección de fútbol. Acá quedó demostrado que la generación de contenido es otro de los factores más importantes de la web.


Guillermina Fossati
Revista Infobrand

23 de abril de 2007

- NUESTRA SOCIEDAD -





¿NOS HABIAMOS AMADO TANTO?

Cada día más, la gente en general, en lo cotidiano se maltrata y contradice. Nada importa del prójimo ni de las supuestas convicciones (en muchos casos no se tienen). Esto no es patrimonio de la mal denominada “clase política” solamente.

Días atrás, viendo TVR, me enganché en un sinnúmero de contrasentidos de muchísimas personalidades, que un día dicen blanco, mañana negro y pasado gris. Una suerte de “borocotización” de una parte de la sociedad argentina.

Además se “pegan con todo” y reparten culpas sin asumir jamás las propias. Otra forma es desprestigiar al otro y denostarlo, es parte de la moda socialmente vigente. Es realmente muy preocupante y muestra en grado de deterioro en el que estamos inmersos y no hago mención de los menos pudientes ni menos instruidos, casualmente.

La persona media que ve TV en su casa, asiste azorada a que digan cualquier cosa, venga de donde venga, a cualquier hora y de boca de quien sea. El COMFER está totalmente dibujado.

Pero aparte de criticar la falta de control de éste órgano Federal Estatal, quiero hacer mención a estas cosas: Un día un señor dice que “No le vamos a pagar más al FMI” y el parlamento aplaude.

Tiempo después otro mandatario cancela la deuda (que en realidad es una mínima parte de lo que la Argentina debe) con el FMI y la misma gente aplaude... son casi los mismos que defendieron a “capa y espada” cosas muy distintas en los tan malvados y tenebrosos ’90.

¿Qué es lo que pasa? ¿Son todos reversibles y muliuso? Lamentablemente no hay memoria colectiva y moral en gran parte de nuestra sociedad. No es posible que a la gente “le vendan” cualquier cosa y sistemáticamente “la compren” , amén de que muchos “se compran y se venden al mejor postor” y “por un plato de lentejas” ó un “choripan y una coca”.

Ciertamente pienso que algunos les “han lavado ó quemado el cerebro”, de otro modo no se entiende que se asista a tremenda contradicción, olvido, cambio de rumbo, vereda ó color.

Todo lo acontecido en los últimos sesenta días, es emergente de la “tilingada” ó “gataflorismo” en el que navegamos constantemente y se nos va “haciendo carne”.

Sería más que importante, casi trascendental, que intentáramos cambiar ó tal vez, nos demos cuenta cuando sea demasiado tarde...



Ricardo A. Carrasquet

22 de abril de 2007

- CRISIS TOTAL -




La crisis del principio de autoridad



El principio de autoridad genuina está hoy, en la Argentina, debilitado. Está en crisis, en primer lugar, la autoridad de la ley, que en un régimen institucional republicano es, sin lugar a dudas, la más importante de todas. Allí donde la ley no es respetada, los derechos de los ciudadanos no están debidamente garantizados y la convivencia pacífica, valor supremo de toda sociedad organizada, se encuentra permanentemente en riesgo.

La autoridad de la ley es desconocida por una razón a la vez simple y grave: falta en el país la voluntad de cumplirla y de hacerla cumplir. Estamos en falta los ciudadanos, que no nos preocupamos por respetar las normas de derecho vigentes. Y está en falta el Estado, que no se preocupa por asegurar la primacía del orden legal. La anomia -es decir, la ausencia de disposiciones jurídicas con efectiva vigencia- es una de las enfermedades más devastadoras que puede sufrir una sociedad. La Argentina padece esa enfermedad y nada indica que estemos en camino de empezar a combatir ese inquietante mal.

No sólo está debilitada la autoridad de la ley. Está en crisis también la autoridad de los poderes públicos, que se enfrentan unos con otros, y vulneran y avasallan sus respectivas esferas de competencia. Por un lado, se reiteran violaciones del principio que garantiza la independencia del Poder Judicial, provenientes casi siempre de los responsables del poder político. Por el otro, existe también un permanente desconocimiento de la autoridad del Poder Legislativo, debido a que el Poder Ejecutivo no cesa en sus desembozados avances sobre aquellas esferas de responsabilidad que la Constitución nacional consideró exclusivas del Congreso de la Nación.

Está en crisis, asimismo, la propia majestad de los órganos de la rama ejecutiva para fijar los límites de la protesta social mediante el ejercicio responsable y ponderado del poder de policía. Como consecuencia de esto último, la autoridad policial carece hoy del poder necesario para impedir que la calle sea ocupada por los grupos que salen a manifestar su descontento y a peticionar y presionar a las autoridades. Ninguna instancia institucional se siente hoy con fuerza para poner un límite a los desbordes y afectación de los derechos del resto de los ciudadanos con que piqueteros y manifestantes acompañan sus reclamos .

Desde luego, está en crisis también, por descontado, la capacidad de las estructuras policiales para reprimir el delito y para ofrecer a la población niveles mínimos de protección ante los embates de una ola de criminalidad cada día más agresiva y perversa. Esto se patentiza y se evidencia con la sola observación de la realidad cotidiana y con la lectura atenta de las crónicas policiales de los medios de comunicación. Desde esta columna editorial hemos reclamado mucha veces del poder público el restablecimiento de la seguridad individual y colectiva en los ámbitos urbanos y rurales de todo el territorio nacional.

La falta de acatamiento de las normas de tránsito -y su principal consecuencia: el elevado índice de mortalidad que se registra en las rutas y en las calles- debe ser mencionada también como un ejemplo contundente y concreto de la situación que estamos atravesando los argentinos.

La superposición de la crisis del principio de autoridad con la tendencia de la administración a la acumulación de poder -simultaneidad, en verdad, paradójica- constituye un fenómeno que puede ser atribuido a diferentes motivaciones históricas y sociales. Acaso el Estado esté pagando las consecuencias de los dilatados períodos de autoritarismo político que sufrió la Nación. La destrucción de los controles establecidos para garantizar la transparencia del sistema de gobierno republicano determinó -de 1930 en adelante- que las Fuerzas Armadas se incorporaran de hecho al sistema institucional argentino, mediante la virtual institucionalización de los golpes de Estado. En múltiples oportunidades -en 1930, en 1943, en 1955, en 1962 y en 1966-, las instituciones armadas se adueñaron del poder político, consolidando la supremacía de las vías de hecho por encima de los principios que consagraban la legalidad y el orden democrático. En más de un caso, por cierto, la sublevación militar fue una respuesta a notorias desviaciones previas del sistema institucional imperante. Tal fue el caso de la revolución de 1955, que derrocó -como es sabido- a un gobierno personalista y dictatorial. Pero, por un camino u otro, la autoridad del sistema se vio irreparablemente mellada.

Hacia la década del 70, la irrupción del terrorismo subversivo en la escena nacional determinó que la sociedad argentina se viera sometida trágicamente al fuego cruzado de una sangrienta ofensiva criminal, con apoyo en los polos opuestos del extremismo ideológico. El desenlace a que condujo esa explosión de violencia es conocido: el gobierno militar instalado en 1976 llevó a un período de nuevas violencias y nuevos abusos. Como resultado de todo ese descontrol, se precipitó a la Nación en una guerra irracional en el Atlántico Sur, con las consecuencias que todos conocemos, sin olvidar que a fines de 1978 estuvimos al borde de un enfrentamiento bélico con Chile.

Ese largo proceso causó sensibles daños en la estructura moral argentina. Y determinó que una propaganda insidiosa, maliciosamente impulsada desde sectores ideológicos extremos, provocara un creciente descrédito del concepto mismo de la autoridad y de todo poder institucional, incluido no sólo el de las órbitas militares y policiales, sino también el de las esferas de la vida civil. Es probable que en la base del fenómeno que condujo al deterioro del principio de autoridad hayan gravitado factores psicosociales de profunda incidencia, estimulados con insidia desde sectores políticos interesados.

No es fácil reconstruir las estructuras de la autoridad pública allí donde se han desintegrado. La autoridad -ya se sabe- tiene siempre una base de sustentación que toca las fibras espirituales de una sociedad. El poder de las instituciones reposa, básicamente, en su ascendiente moral. En la base del respeto que sus integrantes inspiran hay siempre un sedimento vinculado con la esfera de las relaciones psicológicas y morales.

Toda reconstrucción institucional comienza con la recomposición de un prestigio y una autoridad que sobrepasa lo material. Los argentinos tenemos por delante, en ese sentido, una dura tarea. Hay que reconstruir la autoridad en el núcleo mismo de la vida familiar. Hoy el sistema de costumbres padece las consecuencias de la falta de autoridad en los grupos familiares. Y no es que la autoridad tradicional de los padres haya sido reemplazada en todos los casos por el diálogo que acerca y dignifica a todas las partes. En muchos casos, lo que se advierte es el avance de nuevas formas de incomunicación y una distancia intergeneracional que nadie sabe cómo se debería acortar.

Hay que reconstruir, asimismo, la autoridad en el campo educativo. Cuando en el aula no existe la disciplina necesaria para que el trabajo conjunto de maestros y discípulos fructifique y progrese en un ámbito de auténtica armonía y de fecundo entendimiento, la educación queda herida en el núcleo mismo de su estructura creativa y se desvanece su principal fuente de energía moral.

Hay que reconstruir, desde ya, la autoridad de las fuerzas policiales, de modo que la seguridad pública quede garantizada y la lucha contra la delincuencia sea librada con el rigor necesario. Que la Argentina vuelva a ser un país confiable y que la presencia policial en las calles vuelva a ser una garantía de tranquilidad y protección para todos los habitantes. Que esa misma policía sea capaz de asegurar la paz y la convivencia social en todo el territorio de la Nación y que el espacio público vuelva a estar a total disposición de los ciudadanos, libre de las interferencias que impiden el libre tránsito de las personas o el libre desenvolvimiento de las actividades privadas.

Esas tareas de reconstrucción no están separadas unas de otras. Forman parte de un proceso de recomposición integral con el cual deberemos comprometernos todos los argentinos sin excepción.

Hay que dejar de buscar culpables históricos o institucionales. El principio de autoridad debe retornar de la mano de la reconciliación, de la superación de los enconos del pasado, del encuentro de cada argentino con su propia esencia y con sus mejores tradiciones históricas. Necesitamos volver a ser un país que cree en sus propios valores y confía en su propia capacidad de recuperación.

Si somos capaces de recomponer el principio de autoridad desde sus raíces morales, habrá República para mucho tiempo en la Argentina. Habrá convivencia en paz. Y habrá -de cara a la celebración del Bicentenario- un país en marcha hacia la recuperación de los ideales que presidieron, hace casi dos siglos, su nacimiento a la vida independiente.

- LA OTRA ORILLA -




Enemigo del pueblo

Por Pepe Eliaschev

Diario Perfil




Sentarse a una mesa de un país de ultramar para dialogar sobre discrepancias de cabotaje es la pura revelación de un fracaso. No era inevitable que fuera así.
La morisqueta de disgusto que produce una frontera internacional cerrada gracias a una tolerancia que es deliberada omisión de quien debería haberlo impedido es la más acabada ratificación de que la Argentina sigue prefiriendo, o al menos tolerando con soterrada complicidad, la estrategia de los hechos consumados, el apriete, los episodios de fuerza que son presentados como una razón agónica e inevitable.

Colocarse en las orillas de lo superlativo para no poder retroceder: he aquí la doctrina de lo trágico que expresa el alma nacional. Primera víctima: lo posible real. Almas bonitas pergeñaron incluso un sustantivo teóricamente despreciativo: “posibilismo”. Se lo vocaliza con desdén, aunque no sea otra cosa que reclamar lo que es factible conseguir.
¿O acaso era sensato que un 26 de julio de 1952 jóvenes libertarios de Cuba atacasen el cuartel Moncada, la fortaleza militar de un régimen pétreo y sangriento? Claro que no lo era. Pero proclamar que la búsqueda de lo posible es una degradación moral tiene consecuencias y el alma argentina produce, en consecuencia, espasmos de gigantismo necio, como para acercarse a ese ideal de perfección idiota.

En 1982, se trataba de desembarcar sin matar a nadie en las islas Falkland, bautizarlas, al menos momentánea y simbólicamente Malvinas, izar la Bandera argentina y regresar a los buques. En cambio, no: los militares se quedaron, hicieron morir en una guerra imposible a casi 700 soldados y terminaron derrotados y humillados.
¿No pasa lo mismo con Botnia? Negro sobre blanco: la planta no será relocalizada y en cambio estará funcionando a régimen industrial dentro de 100 días. Llueve o truene, ése es ya un hecho incontrastable.

Hay muchas reclamaciones razonables que podrían efectivizarse en la vida real si la Argentina tuviese la sabiduría de retornar al mundo de lo posible, pero ésa es una galaxia bastante ajena al modo nacional de existencia. Ese modo, en cambio, nos emociona y conmueve hasta las profundidades: ¿acaso no queríamos convertir el Sheraton en hospital de niños, allá por los (hoy remotos) tempranos 70?
Lo necio tiene prestigio. Y no es un invento argentino, como pude ratificar esta semana tras el estreno de la nueva versión de Enemigo del pueblo, la obra del noruego Henryk Ibsen resignificada por la inteligente puesta de Sergio Renán. En ella, dos hermanos chocan con estentórea beligerancia bíblica.

¿Es acaso el siniestro intendente del pueblo, Pedro Stock-mann, un sanguinario Caín y el afable médico de familias Tomás Stockmann un apacible Abel? Ese Pedro, que compone con dureza soberbia y entrañable Alberto Segado, impone un camino crítico truculento: el pueblo que gobierna será engañado y seguirá ignorando que yace junto a las aguas venenosas de una playa contaminada. Generoso y puro, de una pureza exasperante, Tomás, compuesto por Luis Brandoni con una contundente, densa y admirable autoridad escénica, ha sido pensado por Ibsen como un casi necio: será todo o nada, no concebirá ninguna salida que signifique aliviar el choque de los planetas.

¿Qué pasaría por cabezas y corazones de los espectadores del San Martín que en todo momento alucinaban con que el pueblito envenenado de Ibsen equivaldría a la levantisca e irredenta Gualeguay-chú argentina? Seguro que muchos fantasearon con la supuesta “actualidad” de la obra, su exaltación de las épicas embriagantes, ésas que excitan con sublime imbecilidad la supuesta ventaja de exigir lo imposible como síntoma de verdadero realismo.

Aquí amamos esas exhalaciones de coraje civil, pero solemos trocar lo realizable por la gloria retórica de la perfección imposible. Días atrás, por ejemplo, anduvo conferenciando por Buenos Aires una abnegada dirigente de los derechos humanos de Sudáfrica, a la que algún medio criollo la definió como figura prominente de una supuesta “Conadep sudafricana”.

Pero como además de amantes de los martirologios retóricos tenemos debilidad incontenible por adorar lo que viene de afuera, pese a que pueda llegar a ser subalterno con lo propio nuestro, nadie salió a puntualizar, a 20 años de la Semana Santa de 1987, que en la Argentina, a diferencia de la Sudáfrica destrozada por décadas de apartheid, sí hubo juicios, sí hubo condenas y sí hubo ejecución de esas sentencias, mientras que el país de Mandela prefirió sólo armar una comisión catártica, de “verdad y reconciliación”, nada más.

Asesinos, torturadores y carceleros que así lo quisieron, admitieron haber participado del régimen racista, pero Mandela no juzgó ni condenó a nadie. Allí, nadie salió a pedir por las calles juicio y castigo a todos los culpables.
No digo que el modelo de Sudáfrica haya sido mejor que lo que hizo la Argentina. Creo que, al revés, aquella Argentina de los 80 le dio una lección al mundo. Lástima que la mayoría de nosotros nunca apreció aquellos juicios. Se los vivió como “muy poco” y, como suele suceder, porque se percibía que era sórdido admitir que nunca la historia produce absolutos duraderos, lo verdaderamente transformador, en su humana limitación, era aceptar que una medida de alcances restrictivos, pero dura e importante, se convirtió en bisagra histórica.

Como en el pueblo noruego donde Ibsen crea la historia de dos hermanos que se odiaban y cómo uno de ellos era el mal y el otro era el bien, las simplificaciones tan obscenas desnudan una debilidad calamitosa.
Son débiles formulaciones porque parecen mesas de arena donde ejércitos virtuales libran guerras fantasmales, unos como encarnación de la excelsitud, otros como símbolo de la maldad más horrible.

Pero no es así. Botnia ya está. Pedir todavía que la saquen para recién entonces negociar es una soberbia tontería. La Argentina debe hacer cesar su absurda (y hace ya tiempo) obsoleta clausura de la frontera con Uruguay.

No soy, sin embargo, optimista en el corto y mediano plazo: en este país suscitan una formidable sensualidad los fracasos ilustres y las hazañas vacías. Por eso aún se habla admirativamente de Charly García y de Maradona. Como si aquello en lo que han devenido hoy esas atormentadas e irritantes vidas fuese lección, al margen de la música y el fútbol, de algo bueno y recomendable.

21 de abril de 2007

- LECTURA -





Todos los lectores, el lector


Por Eduardo Fidanza

Para LA NACION




IL mondo é bello perché é vario -el mundo es bello porque es variado- suelen decir los italianos. Pensando en la lectura y en el libro -que en estos días nos convocan-, la expresión resulta certera: hay distintas formas de leer, soportes diferentes, lectores múltiples. Si nos complace la pluralidad, deberemos tal vez agradecerla a la caída de los cánones, un estallido de voces que nos precipita en la belleza polifónica.

Además de belleza, la diversidad estimula el afán clasificatorio. Los libros en sus estantes o secciones; los lectores según sus costumbres y estilos. La sociología de la lectura intenta ordenar este universo. A veces con lucidez, otras con trivialidad, nos instruye acerca de la distribución social de los lectores y los no lectores; de los motivos por los que se lee o no se lee; de los modos que adquiere la lectura, según las intenciones de quienes se acercan a ella.

Aunque condicionados por al margen de error y las metodologías que se empleen, conocemos algunas magnitudes: en la Argentina aproximadamente la mitad de la población adulta lee libros con alguna asiduidad, mientras la otra mitad no lee y tal vez, de acuerdo a sus características sociales y psicológicas, nunca lo hará. En España, para establecer una comparación, el reparto es similar. También tenemos una idea aproximada de los tipos de lectores y de su distribución: una porción menor de ellos, que equivale al 6 o 7 por ciento de la población total, son apasionados por los libros, lectores voraces y creativos; personas a las que les sería muy difícil vivir en un mundo sin libros. Otro 10 por ciento está conformado también por lectores sistemáticos, aunque de menor intensidad; se parecen a los apasionados, aman al libro y lo tienen a tiro, pero dedican menos tiempo a leer.

Luego, entre los lectores constantes y los no lectores existe una franja, equivalente a un tercio de la población, que lee circunstancialmente, al compás de estímulos externos, que van desde la publicidad hasta el llamado de atención del prójimo: lee este libro que te va a gustar, o lo vas a necesitar. Los best sellers , la literatura de divulgación, las novelas históricas, los manuales de autoayuda o de capacitación, suelen ser los géneros más frecuentados en este segmento. Aunque los críticos soberbios (no los soberbios críticos), suelen denostar ese tipo de lecturas, para la gente es motivo de genuino entretenimiento, o la oportunidad de aventurarse en temas que despiertan interés, aunque sea coyuntural y liviano. (Desde que un viejo librero me explicó que, en ciertos casos, se llega a los clásicos empezando por los best sellers , dejé de creer en los estragos de la literatura chatarra).

Algo más, que conviene atender, nos informan nuestros sociólogos de la lectura: las probabilidades de leer se desvanecen a medida que disminuye el nivel socioeconómico de los individuos y las familias. Es decir: la pobreza se lleva mal con la lectura. Para las familias que no llegan a fin de mes el libro no es prioridad, y, que sepamos, las bibliotecas públicas no suplen esa deficiencia.

¿Se lee más o menos que antes? Para esta pregunta recurrente no hay una respuesta taxativa. El sentido común indica que la televisión atenta cada día más contra el libro, pero faltan investigaciones sistemáticas y longitudinales para probarlo. Además, habría que definir con precisión qué entendemos por leer, porque si consideramos las lecturas múltiples que afloran de Internet, encontraremos una compensación inesperada a lo que la televisión roba. (La pantalla no siempre es verdugo, muchas veces es partera).

Cuando la sociología concluye su trabajo, la autorreflexión de lectores y escritores, su experiencia e historia, pueden decirnos algo más. La lectura data de siglos; como otras pocas actividades elementales, que requieren escasas herramientas y se valen del espíritu, atraviesa el tiempo, impávida ante el avance tecnológico y la velocidad creciente de las costumbres. Para el que hoy y aquí aprecia la lectura, es fascinante ver la cantidad de gente que lee en el colectivo, en el subte, o en los bares, indiferente al ruido de la ciudad. Estas ceremonias de la intimidad en el fárrago constituyen el prodigio; si se lee a Dan Brown o a Shakespeare puede discutirse después.

Sin embargo, y más allá de esos milagros cotidianos, es cierto que los cambios económicos y culturales impactan y hacen vacilar al lector. Modifican el concepto de lo que es leer, su sentido original, canónico. Lo que se pierde se idealiza. Hacerlo es inevitable, y sin ese ejercicio nos empobreceríamos. La lectura, como el amor, es, y ha sido, objeto de idealización. Y motivo de nostalgia, que el cambio histórico acrecienta.

Joseph Roth, el autor de novelas inolvidables, como La Marcha Radetzky y La leyenda del santo bebedor , tituló, irónicamente, una nota periodística publicada en un diario berlinés en 1922, "Necrológica del querido lector". Escribe allí el epitafio del lector próximo y fiel, aquel que atendía más al escritor que a la obra, y "podía imaginarse cómo vive come y bebe «su poeta»"; el que "se aprestaba a la palabra con deseo y devoción". Y lo contrapone al lector sin atributo -una derivación del hombre de Musil-, al que retrata como alguien que "no se preocupa por el expendedor de palabras. No conoce al productor de la mercancía intelectual que ha adquirido en la librería. Tampoco conoce el nombre del fabricante cuyo jabón ha comprado. El lector sin atributo compra palabras cuando tiene necesidad". Es el lector llano, el lector sin más.

Tener menester, dijo alguna vez Ortega en pulcro español, es el requisito para aprender. No puedo enseñarles metafísica, recordó a unos alumnos noveles, sólo puedo, tal vez, enseñarles a necesitarla. Volviendo a Roth: el querido lector era un prójimo de su autor, que escribía para él; el lector sin atributo es una consecuencia de la opacidad que introduce la mercancía. Pero ambos se parecen en un punto: necesitan el libro, sus contenidos y su contorno, siempre o a veces, por motivos profundos o por modas pasajeras, por propio deseo o por atracción inducida. Ningún adulto, en una sociedad plural, está obligado a leer. Si se lee, pudiendo hacer tantas otras cosas, es porque algo valioso se ha incrustado en el espíritu. Esta cualidad perenne tal vez alivie la nostalgia.

La fractura del canon de lectura multiplica los lectores, los temas, los textos. Y habilita la transgresión. Pero, según predica el Evangelio, la libertad viene después del pedagogo. En la escuela primaria se sigue presentando al libro como un emblema de la cultura que merece un trato especial. El docente enseña a tomarlo y a manipularlo, recuerda que sus partes no se doblan ni se dañan (ni se humedecen los dedos con saliva para pasar las hojas); explica la conveniencia de adoptar una postura corporal adecuada, y una actitud de respeto y devoción a la hora de leer.

El escritor cubano Guillermo Cabrera Infante rememora un episodio de su vida escolar, donde se trasluce el aliento inicial que la pedagogía es capaz de insuflar al libro y su entorno: "El libro que me dieron, no me prestaron, tenía una cubierta de colores vivos: el mismo libro estaba vivo. Me lo metí bajo la camisa y regresé corriendo a la escuela. En el aula se lo entregué a mi maestro, al que todos en el pueblo llamaban Ramonín. Todos menos nosotros los alumnos que lo llamábamos maestro. Ramonín tomó el libro con su mano izquierda, lo pasó de mano y con su mano derecha me lo devolvió. Es decir me lo entregó. -Es para ti. Como premio a la excelencia."

Después, cada uno hace su camino. Para muchos, recuerdos como éste son el último contacto con el libro. La lectura se les pierde entre los pliegues de la vida. Para otros, es la estación inicial de un viaje sin término; o el lugar al que se vuelve de vez en cuando, vaya a saber por qué. Los motivos de la lectura son tantos como los lectores: la vocación de leer como si se escribiera, en diálogo con el texto; la búsqueda de ayuda o consuelo; el puro placer o el entretenimiento; la obligación de capacitarse, el apuro por saber. La necesidad de hallar la identidad.

Marcel Proust escribió que el péndulo y el fuego no exigen respuesta. Por eso acompañan al lector sin perturbarlo, a diferencia de las solicitudes de los otros. La expresión no agota todas las formas de la lectura, pero expresa a muchas. Evoca un pacto de confianza y complicidad. La serenidad que introduce el amor incondicional. Una señora, quizás apremiada por la vida, decía en una entrevista: "Yo los tengo como compañía, son los únicos que no me apuran, los puedo agarrar y dejar y es como que está todo bien con los libros". No es Proust, pero suena a él.

Vivimos los días de la Feria del Libro. Feria quiere decir a la vez fiesta e intercambio. Transacción cara a cara. Punto de encuentro. De textos múltiples y de personas diversas. Desde el autor confeso y el sesudo lector, hasta el chico o la chica de guardapolvo blanco que engullen, distraídos, una hamburguesa en los pasillos. Cada uno en torno de la letra impresa, con razones distintas pero una sustancia común. Todos los lectores, un solo lector. Pasando las páginas del gran libro del mundo.

El autor es sociólogo y profesor de la Universidad de Buenos Aires.

20 de abril de 2007

- LA CUMPARSITA -



Los 90 del "Tango de los tangos"

Max Seitz
Buenos Aires



Su popularidad se confirma en las miles de versiones que existen de ella.
Seguramente le suena, porque "La cumparsita", la pieza creada por el músico uruguayo Gerardo Matos Rodríguez, es el tango más difundido en el mundo.
Precisamente ayer jueves se cumplieron 90 años de la primera interpretación pública de esta obra.

Más de 2.500 versiones grabadas en todo el planeta prueban la popularidad de "La cumparsita", un éxito sólo ensombrecido por el hecho de que Uruguay y Argentina se disputan la canción como una suerte de "himno nacional".
El estreno tuvo lugar en Montevideo en 1917, a cargo de la orquesta del pianista argentino Roberto Firpo, quien le dio a la pieza un empujón hacia la fama.
El uruguayo Raúl Barbero, columnista del diario El País de Montevideo y gran conocedor del tango que tiene tantos años como "La cumparsita", cuenta a BBC Mundo cómo fue esa primera ejecución.

"Se sabe que la canción nació públicamente en el café La Giralda, en la esquina de 18 de Julio y Andes, donde hoy se levanta el Palacio Salvo en Montevideo", dice Barbero.
"La pieza fue una sorpresa la noche en que se presentó el conjunto de Firpo. Para el público fue muy agradable escuchar un ritmo nuevo, que recibió con una enorme ovación".

Dice Juan Ángel Russo, de la Academia nacional del Tango
"La cumparsita" nació como un tema instrumental. Era una marcha para la comparsa de carnaval organizada por la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay.
Algunos dicen que, luego, Firpo le dio forma de tango, aunque Barbero afirma que es muy posible que ya haya surgido como un "dos por cuatro".

Sobre el origen del título, hay quienes creen que un camarero italiano bautizó así a la comparsa que integraban el joven Matos y sus amigos, quienes salían por las noches de ronda a cantar. Ese nombre se habría trasladado a la canción.
Juan Ángel Russo, prosecretario de la Academia Nacional del Tango de Argentina, cuenta a BBC Mundo que "La cumparsita" fue una pieza olvidada hasta que sus compatriotas Pascual Contursi y Enrique Pedro Maroni le pusieron la primera letra en 1924 ("Si supieras, que dentro de mi alma...").

Matos Rodríguez hizo lo propio dos años después ("La cumparsa desfila..."), pero fueron las palabras de Contursi y Maroni las que perduraron, porque Carlos Gardel, "el zorzal criollo", las popularizó en sus grabaciones.
"Después de Gardel todos cantaron esa letra", asegura Russo. Barbero opina que el texto del autor de la música no tenía el nivel del escrito por los argentinos.

Pelea rioplatense



"La cumparsita" gustó porque era algo nuevo, asegura Raúl Barbero.
Desde el éxito de "La cumparsita", considerada por el célebre Astor Piazzola como "el peor de todos los tangos", Uruguay y Argentina no han cesado de pelearse por el derecho de apropiarse de esta pieza como su obra nacional cumbre.
Al igual que sobre el origen de Gardel (si nació en Tacuarembó, Uruguay, o Toulouse, Francia), este tango está rodeado de controversia.

En la Exposición de Sevilla de 1992, en ocasión de los 500 años del "descubrimiento" de América, la delegación argentina protestó porque Uruguay puso énfasis en el origen montevideano de la pieza.
Más tarde, en el desfile inaugural de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, los deportistas argentinos marcharon al son de "La cumparsita", lo que generó protestas por parte del gobierno uruguayo.
Una ley de 1997 declaró ese tango "himno cultural y popular" de Uruguay, pero Argentina continúa considerándolo "estandarte de la cultura porteña".

¿De los dos?

Pero, entonces, ¿a quién pertenece "La cumparsita"?
Barbero afirma: "Es un invento uruguayo, absolutamente. Los argentinos creen, con cierto fundamento, que tuvieron su cuota. Pero no es en el origen, sino en la imposición de la obra. Son dos cosas distintas".
"Recordemos que, en esa época, los artistas uruguayos tenían que ir a Buenos Aires para triunfar, donde encontraban un clima cultural propicio", añade.

Russo no está tan de acuerdo: "No hay ninguna duda de que 'La cumparsita' es de origen uruguayo, porque Matos Rodríguez lo era. Pero la reformó el argentino Firpo, de modo que lo más apropiado sería decir que es el himno del Río de la Plata, tanto de un país como del otro".
Barbero piensa que el conflicto entre ambas naciones por un tango es "ridículo". Russo agrega que respeta la opinión de los uruguayos, pero que no coincide con ellos.

Uruguaya o argentina, "La cumparsita" sigue cautivando al público de todo el mundo nueve décadas después de su primera interpretación pública.
Y a medida que aumenta su trascendencia, parece intensificarse el tironeo por su "paternidad".

19 de abril de 2007

- HEGEMONIAS -




Hegemonías con
pies de barro



En el país chocan dos procesos políticos que, en el plano social, coinciden con dos actitudes. Por un lado, experimentamos a diario el contrapunto entre las pretensiones hegemónicas del Gobierno y las reacciones colectivas que tales intenciones generan; por otro, en un nivel acaso más profundo, este duelo insistente entre la hegemonía gubernamental y la contestación de toda clase de grupos de veto confronta el ideal de una sociedad civil representada por el régimen de la democracia republicana con la agresiva realidad de una sociedad que a menudo presenta perfiles de incivilidad.

Ideales y realidades: el componente civil a que aspiramos y el componente incivil que nos interpela y desnuda nuestras incapacidades. El ideal de una democracia republicana alude a una sociedad civil apta para ejercer la ciudadanía porque sus miembros tienen igualdad de oportunidades para educarse, trabajar, tener acceso a la salud y a la propiedad y gozar, al cabo, de los beneficios de una vida digna.

La sociedad civil es, en suma, una sociedad educada por la calidad de la educación que se imparte en las instituciones establecidas a tal efecto y por la educación práctica que, en una forja continua, es capaz de desarrollar las virtudes cívicas del buen gobierno republicano.

La representación política, a través de los partidos y del ejercicio pleno de las libertades, corona este edificio que, como cualquier obra humana de larga duración, nunca estará completamente terminado. El ideal de la sociedad civil no se contrapone, pues, con la política, como predican algunas teorías trasnochadas, actualmente en boga. Lejos de ello, la sociedad civil supone la política y la integra en un mismo espacio crítico de deliberación y debate.

Desde hace por lo menos un lustro, estos ideales padecen en la Argentina los efectos de un constante deterioro.

Sobre el trasfondo de una incivilidad espontánea marcada por el crecimiento de la criminalidad y la barbarie de los accidentes de tránsito, frecuentemente fatales, se están desenvolviendo otros tipos de incivilidad: la de quienes conciben a los gobiernos nacional, provinciales y municipales al modo de un coto cerrado, impermeable al diálogo y al compromiso, y la de aquel otro conjunto de la población que, sin sentirse políticamente representado, actúa de manera directa en el espacio público, reclama, protesta y sufre en ocasiones el impacto de una acción represiva que cobra víctimas humanas. En este sentido, la incivilidad alumbra una escena en la cual la legitimidad de los reclamos se confunde con bloqueos de rutas, toma de edificios públicos, escraches, etcétera.

En el caso de los gobiernos hegemónicos (que no sólo operan en el orden nacional, como lo muestra la reciente crisis de Neuquén, que costó la vida de un maestro), el temperamento predominante es la confrontación: los gobiernos hegemónicos se resisten a compartir una mesa de negociaciones y también a escuchar el punto de vista de otros actores; en el caso de los sectores en los que cunde la contestación social, el temperamento más difundido es el que se condensa en el llamado de la calle.

Esta sensación de desborde y ausencia de reglas, teñida de sangre y de mártires de la protesta, es partera del miedo de los gobernantes.

Thomas de Quincey escribió que el poder se mide por la resistencia. Si no hay resistencias visibles, el poder hegemónico avanza sin dificultades y actúa con efectividad sobre los flancos institucionales más débiles (partidos, Parlamento, Justicia, Fuerzas Armadas, burocracias, manejo discrecional de los recursos presupuestarios y fiscales); si, en cambio, hay resistencias y estas resistencias suelen estallar en la calle la hegemonía se contrae o, mejor, se encoge como tela mojada. Hay, entonces, dos hegemonías en acción: una efectiva y otra virtual, la que se ejerce con prepotencia y la que no se ejerce por cálculo o temor.

La paradoja que se desprende de este juego impregnado de bravatas y de silencios igualmente sugestivos no deja de despertar interés. Si bien la hegemonía debería generar en el país sentimientos de gobernabilidad, aun al precio de disminuir los contenidos republicanos de nuestra democracia, la contestación social con sus arrestos anárquicos arroja la impresión de un gobierno débil, encerrado en palacio, que no da la cara y no atina a reaccionar. Hegemonías de pies de barro, las hemos llamado en otra oportunidad.

Naturalmente, estos obstáculos podrían superarse si los partidos lograran recuperar la autoridad y prestigio que tuvieron en el momento en que despegó nuestra democracia y la pusimos en marcha.

Esta es la tarea que se impone. Hoy, en efecto, no tenemos una democracia con un sistema de partidos competitivo y diferenciado, sino un sistema armado en torno de un partido presidencialista que, desde esa posición predominante, acrecienta su popularidad (si las encuestas que esto señalan son confiables) y dispone de recursos. La popularidad deriva de los resultados económicos (ahora erosionados por la inflación) y los recursos del abundante superávit fiscal, del control de los impuestos en detrimento de las provincias y del aumento del gasto público.

Frente a este poder más o menos compacto de presidentes, gobernadores e intendentes, que divide a los antiguos partidos y absorbe a sus dirigentes, se alza un conjunto de coaliciones opositoras. Cada una de ellas reivindica un tipo de coalición sustentada en criterios morales (Carrió), en criterios de gobernabilidad (Lavagna) o en alianzas posibles con nuevos emergentes sociales (Macri-Blumberg). Cada una de ellas, por otra parte, comparte con las otras el rasgo común que busca colmar un vacío de mediación.

Nuestro gran problema es que no tenemos, como antaño, mediadores políticos de la sociedad civil. Los estamos recreando, paso a paso, con lentitud, porque los partidos, o su eventual renovación, no se improvisan de la noche a la mañana. Mientras tanto, en la vereda opuesta, las movilizaciones de la contestación social se organizan con mucha más rapidez. Se constituyen velozmente al ritmo de los intereses que el grupo juzga necesario defender sin tomar en cuenta otros derechos afectados, como, por ejemplo, la libertad de circulación o la garantía de entrar y salir del país.

Los mediadores de la sociedad incivil están, de este modo, mejor adaptados para aprovechar los coletazos de la crisis de representación. Les basta con volcar al terreno de las demandas públicas sus reclamos y frustraciones (muchos de ellos anclados en privaciones de justicia tan repetidas como abundantes) y aguardar a que las imágenes de la televisión difundan o amplifiquen su cometido. Los líderes políticos, en especial los más recientes, ávidos de conocimiento público, buscan a los medios audiovisuales para hacerse conocer; los medios, por su parte, buscan a los líderes de la contestación para reflejar el hecho social que protagonizan.

Este es el contexto de una campaña electoral en la que corresponde apostar, contra viento y marea, a la reconstrucción de nuestro sistema de partidos. Sin la presencia de estas asociaciones voluntarias de la sociedad civil, tal vez uno de los productos más relevantes del arte de la política, nuestra democracia seguirá renga o, lo que es aún peor, presa de la incivilidad: de la que viene de arriba y de la que proviene de abajo.

Por Natalio R. Botana
Para LA NACION

18 de abril de 2007

- NUESTRAS UNIVERSIDADES -



Universidades distinguidas

El diario The Times , de Londres, ha elaborado una escala de méritos con universidades de todos los lugares del mundo. Cuatro casas de altos estudios argentinas aparecen en ese listado: la Universidad de Buenos Aires, en el lugar 276, la Austral (289), la Torcuato Di Tella (493) y la de Belgrano (542). Los diez primeros puestos se repartieron entre siete casas de altos estudios de los Estados Unidos -comenzando por Harvard- y tres de Inglaterra. La primera en nuestro idioma es la Universidad Autónoma de México, en la posición 74, y después de ella se ubica la Universidad Católica de Chile (228).

Por cierto que establecer un ranking universitario no es tarea fácil y los elementos de juicio que se necesitan para establecerlo pueden dar lugar a muchas y fundadas objeciones o reparos. Esto es algo similar a qué sucede cuando se intenta la evaluación de las universidades para acreditarlas, como se hace entre nosotros y en otros lugares del planeta.

Existen, indiscutiblemente, criterios objetivos que permiten certificar la excelencia, como la obtención de premios, la abundancia en la producción científica o los cargos desempeñados por los egresados. Pero siempre quedan diversos grados de incertidumbre, que muchas veces pueden ser subsanados con la apreciación que tienen las mismas comunidades educativas de los valores que poseen las casas de estudios.

Aunque la ubicación de las cuatro universidades argentinas no sea de privilegio, debe contarse como un valor que hayan sido distinguidas, dentro de una cantidad realmente impresionante, que da cuenta de la extensión que han tomado los estudios superiores en todo el mundo, incluso en países que no tenían una importante tradición universitaria.

El primer lugar alcanzado por la Universidad de Buenos Aires en la escala nacional es un hecho para destacar, porque toda su existencia y muy particularmente durante el siglo último, se caracterizó por una suma preocupante de conflictos y dificultades presupuestarias de todo tipo que se han profundizado en la actualidad. Las universidades privadas, por su parte, que han debido desempeñarse con sus propios recursos y son todas relativamente nuevas en comparación con la UBA, también merecen ser destacadas.

Entre las críticas que se hacen a estas mediciones se señala el hecho de que suelen privilegiar la actividad científica, en la cual resulta más fácil establecer parámetros comunes. De cualquier manera, se trata de un intento sumamente valioso para asignar méritos, que no es un simple cuadro de posiciones, sino un indicador altamente estimado en nivel universal para tomar decisiones, orientar a los estudiantes o elegir egresados, en un mundo donde también la vida universitaria está sometida, de muy diferentes maneras, a la globalización, que es un signo de los tiempos.

17 de abril de 2007

- LA FERIA DEL LIBRO -




Buenos Aires, ciudad de libros

Rosario Gabino
BBC Mundo




La muestra congrega a más de un millón de personas

Con el lema "libros sin frontera", este lunes comienza la 33ª edición de la Feria del Libro de Buenos Aires, con la asistencia de 1.521 expositores de 58 países.
La muestra, que convoca a más de un millón de personas, se realiza en el predio de la Sociedad Rural de Buenos Aires, que durante tres semanas se convierte en una verdadera ciudad de libros.

Este año la Feria es, sin dudas, la más ambiciosa de América Latina. Superará a la famosa Feria de Guadalajara -que otorga el Premio Juan Rulfo - y a la de Bogotá, tanto en la superficie y cantidad de expositores como en el número de países representados.

Algunos autores extranjeros que participarán este año son el cubano César López, el africano Wilbur Smith, el mexicano Carlos Monsiváis, el español Fernando Savater y el chileno Antonio Skármeta.

Cortázar, Borges, ¿y después?

La gigantesca exposición dispara reflexiones en torno al mundo de los libros. Por ejemplo, ¿qué pasa hoy con la literatura argentina?

La literatura argentina hoy es sumamente prolífica. En Argentina se escribe como en casi ningún otro país que yo conozca, dice Mario Goloboff, escritor argentino.

Muchos se preguntan por qué, luego del fenómeno mundial de autores como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Ernesto Sabato o Adolfo Bioy Casares, hoy no se destacan a ese nivel autores contemporáneos.

BBC Mundo se acercó al estudio del escritor argentino Mario Goloboff, quien también es crítico, profesor universitario de literatura argentina del siglo XX y jurado de numerosos concursos literarios.

"Me parece que eso es lógico", señaló Goloboff, "porque tampoco hay países que estén dando un Shakespeare cada diez años. Son fenómenos que se dan cada un período histórico más o menos prolongado."

"Lo mismo pasa en las literaturas europeas y la norteamericana. Tal vez no vuelvan a aparecer nunca más en Argentina figuras de la talla de Jorge Luis Borges, porque yo creo que ha sido un fenómeno absolutamente único."

Producción abundante

Muchos ven en Argentina una usina de escritores. Por lo pronto, la cantidad de talleres literarios que se dictan es abrumadora. Y, luego de la crisis económica de 2001, fueron surgiendo numerosas editoriales.


Goloboff cree que tal vez no vuelva a aparecer escritores como Borges.
Según Goloboff, "la literatura argentina hoy es sumamente prolífica. En Argentina se escribe como en casi ningún otro país que yo conozca. Acá hay cientos de talleres literarios y una producción masiva que se verifica en la cantidad de candidatos que se presentan a los concursos."

Goloboff recordó a la BBC que, por lo general, deben pasar varios años para que los escritores sean reconocidos. También destacó que los medios y la industria literaria muchas veces elevan a escritores que no necesariamente son los mejores.

Consultado sobre cuáles le parecen los autores actuales más destacados, el escritor citó a Héctor Tizón, Ricardo Piglia y el recientemente fallecido Juan José Saer, sobre el cual, casualmente, dictará un curso en la Feria del Libro.

Voces jóvenes

Para ver qué piensan los jóvenes escritores, BBC Mundo visitó la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires para hacer una encuesta informal.

Respecto los autores argentinos contemporáneos más interesantes, varios de los consultados mencionaron a Rodolfo Fogwill, Abelardo Castillo, Ricardo Piglia, Juan José Saer, Alejandra Pizarnik y Jorge Asís.

En cuanto a por qué hoy día no hay "pesos pesados" como Cortázar o Borges, las voces se alzaron: "Es una cuestión de tiempo. Los militares dejaron un vacío generacional. Hay que esperar", dijo Matías, estudiante avanzado de Letras.

Claudia, a su lado, arremetió: "Borges es Borges ahora y en su momento era un escritor más. Los Rolling Stones en su momento eran un grupo más. Quién es el más 'groso' (importante) de esta época, se va a ver en la época que viene."

Quizás no tenga sentido "esperar otro Borges". Por lo pronto, en estos días quien ande por Buenos Aires podrá pasar por la Feria del Libro y acceder a material de miles autores nuevos y consagrados, argentinos y extranjeros, para todos los gustos.

15 de abril de 2007

- OEA -







- 14 DE ABRIL -

DÍA DE LAS AMERICAS -



La primera vez que se celebró el Día de las Américas, fue un 14 de abril de 1931, en concordancia con la fundación de la Unión de las Repúblicas Americanas (llamada a partir de 1910 Unión Panamericana y, a partir de 1948, Organización de los Estados Americanos ó su sigla OEA). Fue en Washington DC, donde el por entonces presidente de los Estados Unidos, Herbert Hoover, fue el principal orador en una sencilla ceremonia que incluyó la siembra de un árbol en los jardines de la Unión Panamericana.
Varios países de las Américas, declararon el 14 de abril como fiesta nacional. Hubo recepciones diplomáticas, celebraciones públicas y civiles, programas en las escuelas, centros culturales y una gran cantidad de proclamaciones promoviendo los principios del Panamericanismo. Una de esas declaraciones aseguró que en el denominado “Espíritu del Panamericanismo”, las naciones de América podrían “reafirmar los ideales de paz y solidaridad continental que todos profesan, fortalecer sus lazos naturales e históricos y recordar los intereses comunes y aspiraciones que hacen a los países del hemisferio un centro de influencia positiva en el movimiento universal a favor de la paz, la justicia y la ley entre las naciones”.
El Día de las Américas simboliza así, la soberanía y la unión voluntaria en una comunidad continental, que cobija a los treinta y cinco países de esta inmensa masa terrestre. Actualmente, su secretario general es el chileno José Miguel Insulza.

- AMERICA -
Tema compuesto por Pedro Herrero
y José Luis Armenteros, con la inolvidable
interpretación del desaparecido Nino Bravo

Donde brilla el tibio sol,
con un nuevo fulgor,
dorando las arenas.

Donde el aire es limpio,
aun bajo la suave luz de
las estrellas.

Donde el fuego se hace amor
el río es hablador
y el monte selva.

CORO
Hoy encontré un lugar
para los dos
en esa nueva tierra.

América, América,
todo un inmenso jardín,
eso es América
cuando Dios hizo el edén
pensó en América.

Cada nuevo atardecer
el cielo empieza a arder
y escucha el viento
que me trae con su canción
una queja de amor
como un lamento.

El perfume de una flor,
el ritmo de un tambor
en las praderas,
danzas de guerra y paz
de un pueblo
que aún no ha roto sus cadenas.

América, América,
todo un inmenso jardín,
eso es América,
cuando Dios hizo el edén
pensó en América.

América, América,
todo un inmenso jardín,
eso es América,
cuando Dios hizo el edén
pensó en América,
¡América, América!