6 de abril de 2007
- ROBOTS -
La genealogía del robot
Una muestra que se lleva a cabo en Berlín repasa la evolución de las máquinas mecánicas, desde los primitivos diseños de los intelectuales del Renacimiento a los mitos sobre androides inteligentes
Un brazo ortopédico y mecánico de 1504, un trompetista automático a tamaño natural de 1816 y uno de los famosos perros-robot de Sony de 2000 son algunas de las piezas estrella de la exposición "Llegan los robots. Hombres-Técnica-Comunicación", que inauguró hoy el Museo de la Comunicación de Berlín.
La muestra, que podrá visitarse hasta el 2 de septiembre, pretende repasar la evolución de las máquinas mecánicas, desde los primitivos diseños de los intelectuales del Renacimiento a los mitos sobre androides inteligentes.Así lo explicó a Efe la responsable de prensa del museo, Susanne Kiewitz, para quien la exposición, y el museo en general, pretende mostrar la relación entre el hombre y la técnica "a la que se enfrentan permanentemente y que evoluciona sin censar".
El trompetista automático del siglo XIX, vestido de soldado y capaz de tocar hasta seis melodías, se enfrenta melódicamente dentro de la exposición con la insólita banda francesa "Les Robots Music" (1958), compuesta por tres artistas de hojalata y luces de colores que interpretan hasta quinientas piezas con batería, saxofón y acordeón.La instalación, compuesta por los androides Oskar, Ernest y Anatole, fue ideada por el francés Edouard Diomgar durante su encarcelamiento en un campo de prisioneros alemán durante la II Guerra Mundial.
El artificial grupo, que hasta 1984 recorrió Francia, Italia, Bélgica y Holanda, sigue el ritmo de la música con los pies y la cabeza.El saxofonista, incluso, se sienta y levanta según la canción sea más o menos movida y su caja torácica sube y baja como prueba del "esfuerzo" que le supone tocar su instrumento.Pero el primer contacto del visitante con la vida "inteligente" del museo se produce al encontrarse con los robots Entre, Haga Algo y Pues Bien a la entrada de la exposición.
El primero, gracias a un sensor de movimiento y un detector que identifica a las personas por la forma de sus piernas, da una bienvenida personalizada al visitante, mientras que el segundo persigue una pelota por todo el recibidor y sirve de entretenimiento para los más pequeños.El museo también rinde su particular homenaje al mundo infantil gracias al préstamo de un coleccionista privado que presenta 250 robots de juguete, adquiridos en países como España, Taiwán o Japón y entre los que se encuentra desde el entrañable R2D2 de "Star Wars" a los famosos Power Rangers.
Entre los humanoides más conocidos de la muestra destaca Sabor, un robot de más de dos metros fabricado en los años 50, capaz de fumar, pasear y galantear con el público femenino de sus espectáculos o el androide al que la cantante islandesa Björk prestó su voz en su videoclip "All Is Full Of Love", de 1999.Las piezas más antiguas de "Llegan los robots", principalmente tratados y dibujos de los siglos XVI y XVII, rinden un homenaje a los visionarios que hace siglos ya imaginaron unos superhombres del futuro, cual monstruo de Frankenstein de hojalata.
Un payaso que hace chocar sus platillos o una joven tocando un xilófono son ejemplos de los primeros juguetes automáticos que recoge la exposición, en la que también tienen cabida dibujos y obras plásticas de los años veinte con robots como protagonistas.Los amantes del ajedrez también puede disfrutar de una pieza única, el Robot Adversario Novag de 1982, un tablero de ajedrez capaz de mover las piezas gracias a un sencillo brazo mecánico.
Más sofisticado que éste es el brazo mecánico industrial de dos metros que no deja de moverse ante los visitantes y que se utiliza actualmente en la fabricación de los vehículos de la clase S de Mercedes.Las películas en blanco y negro, que popularizaron a los robots con forma humana, y la medicina también disponen de un apartado importante en la exposición, que incluye piezas antiguas como aparatos de electrocardiograma de 1944 y modernas máquinas de quirófano.Y en el hogar, la muestra aglutina desde innovadores aparatos de limpieza, capaces de realizar sus tareas incluso cuando el dueño no está, hasta un servidor automático de té japonés del siglo XVI.
Fuente: EFE
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