21 de junio de 2008

- RUBENS -




MAESTRO RUBENS



Un clásico entre los clásicos





Peter Paul Rubens, nace en Siegen, actual Alemania, 29 de junio de 1577.

Pintor flamenco, uno de los más destacados de la escuela flamenca del siglo XVII, y considerado como el representante más genuino y completo del estilo barroco.
Su influencia fue enorme en la pintura europea, tanto por su amplísima producción como por la difusión de sus diseños mediante grabados.





Fue la gran figura del Barroco en la Europa del Norte. Las fuentes lo recuerdan como un gran humanista, un idealista clarividente, hombre reservado y honesto que despreció la actitud arrogante de los poderosos. Tuvo más influencia que Rembrandt a pesar de que a su pintura grandilocuente le falta algo de sinceridad.

En razón de las creencias religiosas de su padre, un abogado calvinista, pasó su primera infancia en la actual Alemania: Siegen y Colonia. En 1587, la muerte de su progenitor le permitió desplazarse a Amberes, donde estudió pintura con tres artistas poco conocidos; uno de ellos, Otto Vaenius, le indujo a realizar el tradicional viaje a Italia, que resultó decisivo para la formación del artista.





A lo largo de ocho años (1600-1608), recorrió los principales centros artísticos italianos y copió obras maestras para la colección de su mentor, el duque de Mantua. Durante el período italiano produjo sus primeras obras (La exaltación de la cruz, El bautismo de Cristo), muy influidas todavía por la pintura italiana y alejadas de su estilo de madurez. Lo más relevante de esta época es seguramente la serie de retratos aristocráticos que pintó en Génova.

Viajó a España en 1603, adonde fue enviado por el duque de Mantua para llevarle unos presentes a Felipe III y donde realizó algunas obras (Retrato ecueste del duque de Lerma). En 1608 regresó a Amberes debido a una grave enfermedad de su madre y se estableció definitivamente en esta ciudad, que sólo abandonó más adelante para la ejecución de encargos concretos. Abrió en Amberes una casa-taller en la que, con la colaboración de numerosos ayudantes especializados, ejecutó gran número de obras en respuesta a la multitud de encargos que recibía.





En las realizaciones de los años 1601-1614 (Adoración de los Magos, Anunciación, El descendimiento de la cruz), la personalidad artística de Rubens aparece ya definitivamente formada: grandiosidad y sentido dramático, dinamismo intenso, pasión por el dibujo. Paulatinamente, los intereses del artista se amplían y añade el género mitológico al religioso, así como el paisaje y el género costumbrista.

Mitológicas son, de hecho, algunas de sus obras más conocidas, como Las tres Gracias, el Rapto de las hijas de Leucipo o Diana y las ninfas, en las que resulta evidente la inclinación del artista hacia las musculaturas poderosas, las carnes sonrosadas y exuberantes y las tonalidades claras y alegres.

Rubens fue un caso extraordinario en la historia de la pintura, ya que en él se aunaban una inventiva casi ilimitada, el refinamiento del color, una deslumbrante capacidad de trabajo y, no en menor grado, habilidades comerciales y de trato personal. Su sofisticada educación y don de gentes le abrieron las puertas de todas las cortes europeas, lo que le permitió acaparar encargos. Organizó en Amberes un amplio taller, donde con la ayuda de discípulos produjo centenares de pinturas de todos los temas y formatos.

Allí falleció, un 30 de mayo de 1640.





Rubens fue un artista ambicioso, que no se asustaba ante ningún proyecto por grande que fuese (en palabras suyas), pero al mismo tiempo fue de trato accesible y muy atento con sus colegas. Llevó una vida tranquila, si bien llena de lujos, y se aficionó al coleccionismo. En Amberes subsiste la Rubenshuis, la Casa de Rubens, que recientemente exhibió una selección (forzosamente reducida) de los tesoros artísticos que reunió, luego dispersos por museos de todo el mundo.

Gracias a los encargos que le hizo Felipe IV, el Museo del Prado posee la colección más grande del mundo de obras de Rubens, con cerca de 80 pinturas catalogadas. Destacan en España otros ejemplos del artista en el Museo Thyssen-Bornemisza, Academia de San Fernando, MNAC de Barcelona, Palacio de Liria de Madrid...





Entre sus obras destacan:

Descendimiento de Cristo (de carácter religioso, realizado entre 1611 y 1612; Amberes)
Retrato ecuestre del duque de Lerma (retrato, 1603, Museo del Prado)
Las tres Gracias (mitológico, 1638, Museo del Prado)
Serie dedicada a la reina de Francia María de Médicis, en la que se encuentra El desembarco de María de Médicis en el puerto de Marsella (1622-1625, París, Museo del Louvre).
Autorretrato con su esposa Isabel Brant o Autorretrato con Isabella Brandt en el jardín del amor (hacia 1609-1610) (Múnich, Alte Pinakothek)
Los cuatro filósofos (Autorretrato con el hermano del artista, Justus Lipsius y Johannes Wouverius (hacia 1611) (Galería Palatina del Palacio Pitti, Florencia)
Caridad romana (pintura) (1612)
La caza del hipopótamo (1615-1616) (Múnich, Alte Pinakothek)
El rapto de las hijas de Leucipo (Hacia 1618) (Munich, Alte Pinakothek)
Paisaje con Filemón y Baucis (hacia 1619) (Museo de Historia del Arte, Viena)





Enrique IV de Francia recibiendo de Júpiter y Juno el retrato de María de Medicis (1621-1624) (Museo del Louvre)
El jardín del amor (1630-1638) (Museo del Prado)
Danza de aldeanos (1635) (Museo del Prado)
Juicio de Paris (1638) (Museo del Prado)
La Adoración de los Magos
También es autor de los bocetos y cartones de tapices empleados en el monasterio de Nuestra Señora de la Consolación, también conocido como Descalzas Reales (Madrid).



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