31 de marzo de 2009

- AGUA -





31 de marzo


Día Nacional del Agua



El agua es imprescindible para el ser humano; sin ella le es imposible mantener su existencia.
Además, le es fundamental para la producción de alimentos, para transformarla en energía, para utilizarla en múltiples investigaciones, etc.





Está unida a su vida común en el aseo, en la alimentación y en el lavado.
Por eso la Resolución Ministerial 1630 del año 1970 estableció el "Día Nacional del Agua" para estimular en todos los argentinos la conciencia en el uso de los recursos públicos hídricos de nuestra nación.





Es indudable que en aquel entonces no se tenía la conciencia que hay instalada hoy an la sociedad…

Cuidemos el agua, no la derrochemos y menos la contaminemos... El agua es vida!


30 de marzo de 2009

- SUSTENTABILIDAD -





Invertir en infraestructura para salvar la economía global


De la crisis a un mundo sustentable



Jeffrey D. Sachs
Para LA NACION
Noticias de Opinión



NUEVA YORK.- La crisis económica global nos acompañará durante una generación, y no sólo durante un par de años, porque en realidad es una transición hacia la sustentabilidad. La escasez de materias primas y el daño ocasionado por el cambio climático en los últimos años contribuyó a la desestabilización de la economía mundial, que dio origen a la crisis actual. El aumento del precio de los alimentos y del petróleo y las catástrofes naturales de envergadura desempeñaron un papel importante en el debilitamiento de los mercados financieros, de la capacidad de comprar viviendas e, incluso, de la estabilidad política.

Si se lo considera desde este punto de vista, una política esencial que deberían adoptar tanto los países desarrollados como los países en desarrollo es la de construir infraestructura adecuada para el siglo XXI. Esto incluye una red de tendido eléctrico eficiente y alimentada con energía renovable; redes inalámbricas y de fibra óptica para telefonía e Internet de banda ancha; sistemas de agua, irrigación y desagüe y alcantarillado que usen de manera eficiente y reciclen el agua potable; sistemas públicos de tránsito urbano e interurbano; autopistas más seguras, y redes de áreas naturales protegidas que conserven la biodiversidad y el hábitat de las especies amenazadas.

Estas inversiones son necesarias a corto plazo para compensar la disminución de los gastos de consumo mundial que subyace a la recesión global. Más importante aún, son necesarias a largo plazo, porque un mundo atestado de 6800 millones de personas (y en aumento) simplemente no puede sostener el crecimiento económico si no adopta tecnologías sustentables, que economicen los recursos naturales escasos.

En la práctica, la crisis mundial significa que las inversiones sustentables se reducen en vez de ampliarse en el mundo en desarrollo. Como el acceso a los préstamos de los bancos internacionales, los bonos circulantes y la inversión extranjera directa se pierde, los proyectos de infraestructura planificados en el pasado quedan archivados, y amenazan así la estabilidad política y económica de docenas de países en desarrollo.

De hecho, en todas partes del mundo hay un enorme atraso de vitales inversiones en infraestructura. Ha llegado la hora de que se realice un esfuerzo global concertado para poner al día esos proyectos. Eso no es algo fácil de hacer. Casi todas las inversiones en infraestructura requieren que el liderazgo del sector público forje sociedades con el sector privado. Típicamente, el sector público debe hacer acuerdos contractuales con empresas privadas, no sólo para construir infraestructura, sino también para manejarla como un monopolio regulado o para concesionarlas.

Los gobiernos, generalmente, carecen de la capacidad técnica necesaria para diseñar esos proyectos, lo que da lugar así a la posibilidad de favoritismo y corrupción al otorgar los contratos de mayor envergadura. Suele ocurrir que se lancen tales acusaciones contra un gobierno, incluso, cuando son falsas, aunque con frecuencia son ciertas.

No obstante, el atraso de esos proyectos está ahora haciendo estragos en la economía mundial. Las principales ciudades del mundo sufren embotellamientos del tránsito y polución. La atmósfera se está llenando de gases de efecto invernadero debido al gran consumo de combustibles fósiles. La escasez de agua está aquejando a casi todos los centros económicos importantes, desde América del Norte hasta Europa, Africa, la India y China.

De este modo, los gobiernos deberían fortalecer sus secretarías de infraestructura (incluidas las de energía, vialidad, agua y servicios sanitarios, y tecnología de comunicaciones e información), así como sus bancos nacionales de desarrollo para poder cimentar proyectos y programas de infraestructura. La capacidad para compensar la crisis de una manera constructiva, por medio de la expansión de sociedades entre el sector público y el privado, determinará el éxito subsiguiente de países y regiones. Resulta interesante señalar que Estados Unidos está a punto de crear, por primera vez en su historia, un Banco Nacional de Infraestructura.

Sin embargo, los asesores económicos estadounidenses y europeos creen generalmente que un estímulo breve y poderoso será suficiente para recuperar el crecimiento económico. Eso es erróneo. Lo que hará falta es una revisión y puesta a punto de la economía mundial para encaminarla hacia la sustentabilidad.

Más aún, los políticos del mundo rico creen que pueden seguir desatendiendo al mundo en desarrollo, o abandonándolo a su propio destino en los mercados mundiales. Pero ésa es también una perfecta receta para el fracaso global, e incluso para futuros conflictos. Los países desarrollados tendrán que hacer mucho más para ayudar a los países pobres durante la transición hacia la sustentabilidad. Mientras que la mayoría de las legislaciones de "estímulo" hasta el momento han sido de corto plazo y destinadas al ámbito nacional, una mayor financiación para infraestructura sustentable en los países pobres proporcionaría un poderoso impulso a las economías más ricas del mundo.

Los países desarrollados deberían acceder a destinar fondos considerables a los países en desarrollo para financiar el incremento de inversiones sustentables. Esto podría hacerse directamente sobre una base bilateral, por ejemplo, por medio de préstamos a largo plazo de las agencias exportadoras crediticias de los países desarrollados. También puede hacerse multilateralmente, al aumentar la cantidad de inversiones para infraestructura del Banco Mundial y de los bancos regionales de desarrollo (incluidos el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco de Inversión Europeo, el Banco Africano de Desarrollo y el Banco Asiático de Desarrollo). Deberían emplearse ambas vías.

Los países desarrollados tampoco reconocen que sin una financiación mucho mayor de infraestructura sustentable en el mundo en desarrollo -especialmente de generación y transmisión de energía sustentable- un acuerdo global sobre el cambio climático será imposible de lograr en este año (o en cualquier fecha próxima). El mundo rico espera que, de alguna manera, los países pobres restrinjan el empleo de combustibles fósiles sin ninguna ayuda significativa que les permita financiar nuevas fuentes de energía sustentable. En casi todas las propuestas planteadas por los países pobres en el campo de objetivos, límites, compromisos y permisos referidos a los gases de efecto invernadero, no hay una palabra que insinúe la posibilidad de ayudar a los países pobres a financiar la transición hacia tecnologías sustentables.

La cumbre del G-20, que se realizará en Londres el 2 de abril, ofrece una esperanza de concretar un verdadero esfuerzo mundial para reparar la claudicante economía global. Ese es el momento y el lugar para lanzar el impulso mundial hacia la sustentabilidad. Si no enfrentamos ese desafío, la crisis pondrá en peligro el mundo durante muchos años por venir.

© Project Syndicate y LA NACION
(Traducción: Mirta Rosenberg)



El autor es economista. Dirige el Instituto de la Tierra, en la Universidad de Columbia, EE.UU.

29 de marzo de 2009

- SAAVEDRA -





Cornelio Saavedra


Presidente de la Primera Junta de Gobierno


Aniversario de su muerte




Su familia era de vieja raigambre americana y su hogar rezumaba prestigio y tradición. Cornelio Judas Tadeo de Saavedra vio la luz el 15 de Setiembre de 1759 en la Villa Imperial de Potosí, en lo que hoy son los Andes bolivianos. Pero las difíciles condiciones climáticas de aquella región impulsaron a la familia Saavedra a regresar a Buenos Aires, de donde era oriundo el padre. Entonces Cornelio cursó estudios en el Real Colegio de San Carlos, distinguiéndose por su inclinación a la filosofía. No obstante, siguiendo el camino de sus mayores, se dedicó al trabajo de la tierra.





Casado en 1788 con su prima hermana Francisca de Cabrera y Saavedra, ingresó a la función pública en 1797 como Regidor. Dos años después fue nombrado procurador; en 1801 Alcalde de segundo voto y en 1805 Administrador del depósito pública de trigo. De 1799 data un documento suyo poco conocido: un alegato en pro de la libertad de comercio y la libertad de trabajo.





Las Invasiones Inglesas descubrieron en Saavedra una inesperada vocación por las armas. A propósito de esta iniciación castrense, estampó en sus memorias su propia explicación: "Este fue el origen de mi carrera militar: el inminente peligro de la patria, el riesgo que amenazaba a nuestras vidas y propiedades, y la honrosa distinción que habían hecho los hijos de Buenos Aires prefiriéndome a otros muchos paisanos suyos para jefe y comandante, me hicieron entrar en ella".





En efecto, durante las invasiones ingleses, el cuerpo de Patricios lo eligió Comandante, marchando él a la cabeza como primer combatiente de este cuerpo, integrado por tres batallones y 23 compañías. Entre quienes despedían a las tropas que iban rumbo a Barracas figuraba su segunda esposa - la primera había fallecido en 1798 -, Saturnina Bárbara de Otárola y del Ribera.





Su prestigio creciente en la población de Buenos Aires lo llevó a desempeñar un papel decisivo en las jornadas de Mayo. En la reunión de comandantes del 20 de Mayo negó su apoyo a Cisneros. Dos días más tarde, en el Cabildo abierto, al votar por la destitución del Virrey, obtuvo la adhesión de 86 cabildantes, entre quienes figuraban Castelli, Belgrano, French y otros.





Presidente de la Junta del 25 de Mayo, Saavedra tuvo que enfrentar las alternativas de un clima el cual no estaba acostumbrado. Es decir, un clima político de sutilezas y argucias, de fervor revolucionario con todos los posibles excesos y deformaciones inevitables en un movimiento de esta naturaleza. Después del golpe del 5 y 6 de Abril de 1811 (en el cual Saavedra creyó fortalecerse, apresurándose a separar a los elementos morenistas) abandonó Buenos Aires con rumbo a Salta, con el objeto de reorganizar el derrotado ejército del Desaguadero.





El viaje fue aprovechado por sus adversarios para asestara varios golpes: separado del gobierno y del ejército, se intentó confinarlo en San Juan, pero, alertado a tiempo, Saavedra cruzó la cordillera de los Andes por ignotos caminos, arribando a tierra chilena en compañía de su hijo Agustín, de 10 años de edad. En 1814 decido volver a la patria, para no caer en manos españolas, pues los ejércitos reales amenazaban por entonces a Coquimbo. Y mientras vuelve a cruzar la cordillera, su esposa tramita en San Juan el ingreso de Saavedra, que es negado por el Teniente de Gobernador. Doña Saturnina, sin apela al Gobernador Intendente de Cuyo, es decir a San Martín, quien accede a la solicitud.





Finalmente, Saavedra es enviado a Buenos Aires con escolta para hacer acto de presencia en el juicio que se lo había iniciado y tras la revolución del 15 de Abril de 1815, el Cabildo le devolvió su grado militar. De inmediato, sin embargo, al asumir Alvarez Thornas el cargo de Director suplente lo relega a Arrecifes. En 1818 obtuvo la rehabilitación, Desempañó varios cargos militares, aunque de escasa importancia, y en 1822 se le otorgó el retiro absoluto del ejército.





Murió el 29 de Marzo de 1829, y dos días después el diario "El Tiempo" se hizo eco del fallecimiento en escuetas líneas: "A las 8 de la noche del domingo murió repentinamente el Brigadier General Cornelio de Saavedra. Los buenos patriotas deben sentir su pérdida, por los servicios que aquel ciudadano ha prestado el país".

28 de marzo de 2009





Madoff o la telaraña de Dios




Tomás Eloy Martínez
Para LA NACION
Noticias de Opinión



En Nueva York, el rabino David Gaffner dice: "El Talmud establece una distinción clara entre un ladrón y un asaltante. El asaltante se presenta con un arma y atraca. En cambio, el ladrón se introduce furtivamente en la casa de un semejante para robarle. Según la mentalidad judía, el ladrón es más despreciable, porque con su sigilo pretende engañar a Dios".

La estafa de Bernard Madoff, que hasta el momento trepa a 64.800 millones de dólares y es la mayor que haya perpetrado una sola persona, resulta tan escurridiza que el desafío metafísico es una explicación como cualquier otra. Muchos prefieren la alternativa más morbosa de la patología: el título que The New York Times eligió para su perfil del personaje evocaba el primer libro de la serie de Ripley, de Patricia Highsmith, El talentoso señor Madoff.

En todos los medios abundan expertos que advierten los rasgos propios de los psicópatas en la sonrisa neutra con que el detenido elude las cámaras y también en la monótona insensibilidad con que agradeció ante el juez la oportunidad de enfrentar sus crímenes: la habilidad para manipular y engañar sin sentir remordimiento, un narcisismo que los hace creer con derecho a todo.

Por último, la básica opción de la avaricia también ha ganado un lugar en la opinión pública: el hombre que de sus modestos orígenes en el barrio de Queens, donde pagaba 87 dólares de alquiler por su primer departamento de dos ambientes con su esposa Ruth, terminó por ser dueño de un penthouse en el privilegiado Upper East Side de Manhattan, de un yate que navegaba de un lado a otro en la Riviera francesa, de parte de dos jets privados y una mansión en Palm Beach, Miami, en cuyo Country Club (350.000 dólares de cuota de ingreso) reclutó a una buena porción de sus víctimas.

Por un camino o por otro, se llega a la idea predominante de que Madoff se sentía Dios. El terror que sus manías obsesivas causaban a sus empleados es materia de leyenda, como su ascenso desde una juventud de estudiante de Derecho e instalador de sistemas de riego para jardines a la plateada madurez de asesor financiero codiciado entre los ricos. Se jactaba de no buscar clientes, sino de rechazarlos, imponiéndoles un monto mínimo de inversión y negándose a explicar cómo hacía para que, aun en un mercado volátil, sus rendimientos se ubicaran entre el 8 y el 12 por ciento anual. Madoff creía que, como un dios, controlaba los destinos de sus cinco mil clientes.

Y eso era lo que hacía. Les creó un espejismo de riqueza babilónica y una mañana los despertó en el infierno. Su caída ha causado hasta el momento dos suicidios sobresalientes: el del aristócrata René Thierry Magon de la Villehuchet, que había invertido con él 1500 millones propios y de sus amigos, y el del plebeyo jubilado William Foxton, que dejó al cuidado de Madoff los ahorros de sus magros salarios, con cuyos intereses mensuales contaba para vivir. Muchas organizaciones filantrópicas han debido cerrar sus puertas y hasta la Fundación para la Humanidad de Elie Wiesel, cuyos 15 millones administraba Bernard Madoff Investment Securities, se salvó por una ola de solidaridad que repuso el vacío. "No creo que otro enemigo haya producido tanto daño en la colectividad judía de los Estados Unidos como este canalla entre canallas", dijo Wiesel, en alusión a que buena parte de la clientela de Madoff estaba relacionada con las fundaciones benéficas judías -gente como Carl Shapiro o Steven Spielberg-, y con los ricos de la colectividad de Nueva York y Miami.

Al gran historiador Simon Schama le incomoda que se identifique a Madoff como judío, cuando nadie caracteriza como católico a Carlo Ponzi, el estafador italiano de comienzos del siglo XX, cuya famosa pirámide para multiplicar dinero vacío fue el artificio que inspiró a Madoff. Todas sus víctimas pertenecían a la colonia italiana más devota de Boston. Les infundió una confianza ciega en 1920 y pocos meses después las dejó en la miseria.

El ardid de Ponzi era tan simple como el propio Ponzi, un inmigrante que lavaba platos en Canadá, donde cayó preso por falsificar la firma en un cheque, y luego le escribió a su mamma que se quedaría algún tiempo en Quebec porque había conseguido empleo como asistente del director de una cárcel. En su delirante imaginación, Ponzi creyó que podía dar el gran salto de pobre a millonario gracias a una idea que lo reveló como un genio ante sí mismo: acumular sellos postales internacionales que costaban nada en las monedas europeas devaluadas tras la Gran Guerra y venderlos luego en la próspera América. Sus fotografías en la prensa reflejaban una convincente respetabilidad: traje con chaleco, sombrero de fieltro y bastón de puño dorado. Cuando el volumen de dólares que le confiaron superó abrumadoramente el valor de los sellos postales circulantes, se supo que Ponzi había comenzado a pagarles a los viejos inversores con el dinero de los nuevos. El esquema de la pirámide acababa de nacer.

A diferencia de Ponzi, quien creyó hasta la muerte que su idea era la madre de un negocio casi perfecto, que había fracasado sólo por la falla de un engranaje menor, Madoff supo siempre que su fondo de inversión era un colosal engaño, pero estaba convencido de que, cuanto más redoblara la apuesta, más seguros se iban a sentir los inversores. Estaba creando, como alguna vez les dijo a sus contertulios de Miami, "una telaraña mejor que la de Dios".

Cuando Ronald Reagan llegó a la presidencia, en 1981, Madoff llevaba veinte años construyéndose una reputación en Wall Street y adulando en Washington a las autoridades reguladoras del mundo financiero. Echó entonces por la borda una carrera que los banqueros respetaban y comenzó su plan de defraudación. Dejó de comprar y vender valores para ganar la diferencia y, bajo la inspiración de Ponzi, cumplió sus promesas de alto interés anual pagando a los viejos inversores con fondos de inversores frescos. Su estatura se agigantó en una década y la bolsa electrónica, Nasdaq, lo recibió con orgullo como director. Hasta entonces, Madoff era el único que se dormía sabiendo que en cualquier momento la pirámide iba a derrumbarse. Sólo ignoraba si estaría vivo cuando sucediera. Eso cambió en algún momento del año 2000.

El autor del inminente primer libro sobre Madoff, Harry Markopolos, trabajaba entonces como broker y sus jefes le recomendaron imitar al genio que se llevaba los mejores clientes. Markopolos estudió la contabilidad pública de aquel triunfador y descubrió dos cosas: que en el índice internacional de Standard & Poor´s no estaba disponible la cantidad de valores que Madoff decía comerciar (así como no había tantos sellos postales en los años de Ponzi) y que incluso dando por buena esa fantasía jamás se podía llegar al porcentaje de rendimiento que declaraba Madoff.

Desde ese momento Markopolos vivió para denunciar el fraude. En 2001 colaboró con el periodista económico Michael Ocrant (ahora coautor de su libro) en un informe para una publicación destinada a inversores, que no interesó a lector alguno. Cuatro años más tarde envió una denuncia de diecinueve páginas, con modelos matemáticos que probaban la estafa, a la Securities and Exchange Commission (SEC), la agencia que regula el mercado de valores.

Madoff había cultivado tan buenas relaciones con sus funcionarios que hasta su sobrina Shana, pieza fundamental de la trama, terminó casándose con uno. La denuncia de Markopolos fue arrojada a la basura al año siguiente, cuando una investigación recomendó que Bernard Madoff Investment Securities hiciera algunos cambios cosméticos.

Si no fuera porque otros efectos de la falta de regulación alumbraron la gran crisis financiera, quizá Markopolos habría seguido luchando en vano contra el viento mientras Madoff ordenaba nuevos trajes a Kilgour, la exclusiva sastrería de Savile Row, en Londres, y dejaba doscientos dólares en la barbería Everglades de Palm Beach por un corte de pelo, una afeitada y el arreglo de las uñas de pies y manos. Pero hizo el pánico que algunos clientes quisieran retirar 7000 millones de dólares y la pirámide se vino abajo en un suspiro. Presumiblemente para proteger a su familia -sus hijos, Mark y Andrew, que lo entregaron; su mujer, Ruth, ante todo; su hermano, Peter- Madoff se declaró culpable de once cargos que se pagan con 150 años de cárcel. Le costará acostumbrarse a no fumar un Davidoff cuando se le antoje. Aun después de que la justicia había congelado sus bienes, firmó cheques millonarios y distribuyó entre sus amigos los carísimos relojes que coleccionaba.

Tres meses después de que hayan empezado a revelarse los detalles de la estafa, la personalidad de Madoff sigue siendo insondable. ¿Cómo explicarlo sólo por una falta de escrúpulos sin límites, que ha destruido a su paso huérfanos, viudas, fondos de caridad, universidades, sueños de recién casados, vidas a medio camino? Lo que ha hecho Madoff podría compararse con un ciclón o con la explosión de mil volcanes, si él no lo hubiera encarado con humor.

En la fiesta de fin de año de su empresa, les deseó a sus empleados felicidad y prosperidad cuando ya sabía que iba a entregarse y que les había vaciado los ahorros. En esa carcajada trágica de Madoff sólo se puede leer lo que dice el rabino Gaffner: un desafío a Dios.

Creyéndose insuperable e intocable, tejió una telaraña con la que pudo arrinconar a la humanidad en el infierno y salir de allí sin quemarse.

27 de marzo de 2009

- SOLDI -




Raúl Soldi


Un exponente de nuestro arte


Plástico social ligado al neorealismo





Raúl Soldi nació en la Ciudad de Buenos Aires, un 27 de marzo de 1905 y falleció en la misma, un 21 de abril de 1994.





Fue un artista plástico argentino de reconocida trayectoria internacional.
Inició sus estudios de arte en la Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina.
En el año 1921 viajó a Europa: vivió en Alemania hasta 1923, año en que se transladó a Italia, ingresando en la Real Academia de Brera (Milán) donde permaneció hasta el año 1932.





En Italia se relaciona con un grupo de artistas de vanguardia. En 1933 regresa a Argentina y es becado por la Comisión Nacional de Cultura y recorre Estados Unidos, donde trabaja como escenógrafo en Hollywood.

Desde 1930 presenta obras en el Salón Nacional de Cultura, y en diversos salones provinciales, en la Exposición Internacional de París (1937), en Nueva York (1941-1943) y, tras el reconocimiento logrado, a partir de 1934 comienzan sus muestras individuales.





Los temas que trató son variados: paisajes, retratos, temas relativos al teatro y al circo, naturalezas muertas, etc. Ilustró también libros de poesía.
Sus obras figuran en muchos museos, entre ellos, el de Arte Moderno de Nueva York y los de Florencia y Milán.

En el año 1953 comienza a pintar los famosos frescos de la Iglesia de Santa Ana, de Glew (provincia de Buenos Aires, Argentina). Esta tarea la completaría tras 23 veranos de trabajo.





En 1966 realizó la decoración de la Cúpula del Teatro Colón de Buenos Aires, cuya técnica es la tela pintada al óleo y luego al muro.

En 1968 viaja a Israel, donde pinta en la Basílica de la Anunciación de Nezardt, un mural inspirado en el milagro de la Virgen de Luján.





El Museo del Vaticano en Roma incorpora en 1987 una obra suya titulada "La Virgen y el Niño": con ésta última suman dos los cuadros de Soldi que posee la Santa Sede, la anterior se titula "Santa Ana y la Virgen Niña".

A partir de ese último año hasta la fecha de su fallecimiento, realizó varias exposiciones, la más destacada en el Museo de Arte Decorativo. La Galería de Arte Moderno de Milán incorpora a su colección un autorretrato.
En 1989, crea el mosaico Camerata Bariloche, para el Museo del Parque de Portofino, Italia.





Participó en 1993, un año antes de su fallecimiento, de una gran muestra que se realizó en el Salón Nacional de Exposiciones (llamado también Palais de Glace).

Expuso allí parte de su obra, convocando a millares de visitantes que disfrutaron del talento del pintor.





• 1947: Primer Premio en el Salón Nacional.
• 1948: Primer Premio de la Bienal de San Pablo (Brasil).
• 1951: Premio Palanza otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes, de la que posteriormente fue miembro.





• 1960: Mención de Honor en la II Bienal de México
• 1982: Premio Konex de Artes Visuales con Diploma al Mérito por Pintura Figurativa
• 1985: Ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires


26 de marzo de 2009

- LA PAZ -




La paz social, en peligro

Aún se está a tiempo de prevenir males mayores con una cuota de racionalidad, prudencia y diálogo


Noticias de Opinión
Editorial
La Nación


Más que oportuna resultó la advertencia de la Iglesia sobre la alteración de la paz social y la existencia de un caldo de cultivo para el recrudecimiento de hechos de violencia en la Argentina.

No menos oportuno fue el pedido de los obispos para que quienes tienen que expresar sus demandas encuentren canales que no sean los cortes de rutas.

En las últimas semanas, de la mano de la ya añeja disputa entre el gobierno nacional y el sector agropecuario, el clima de tensión social ha crecido en el país. Y los roces entre camioneros y productores rurales en distintas rutas, como la acción de provocadores en el medio del conflicto, constituyen sólo una muestra de la tensa situación.

La dirigencia toda, y en particular la que gobierna, debería preguntarse por qué se ha llegado a este estado y qué se puede hacer para evitar que se profundice la tendencia.

Lo que se vive hoy en diferentes rutas del país no sólo refleja la dramática situación de un sector económico, cansado de una política agropecuaria agotada y del maltrato oficial. Es el correlato de una cultura del piquete y de la anomia, alentada durante años por el propio gobierno que hoy la sufre. Es el resultado de la ausencia del Estado a la hora de hacer cumplir la ley y de garantizar el orden público. Es, finalmente, la consecuencia de la impotencia para lograr debatir propuestas concretas por los canales institucionales y por medio del diálogo civilizado.

No ha exagerado el director de prensa del Episcopado, Jorge Oesterheld, cuando afirmó que "la amistad social está puesta en duda y se empiezan a ver resentimientos que son muy difíciles de sacar una vez que se instalan".

Es lamentable que algunos de esos resentimientos hayan sido creados desde el propio Poder Ejecutivo Nacional, con discursos alusivos a una inexistente lucha de clases, cuando quienes gobiernan la Nación tienen el deber de unir y no de seguir dividiendo.

Desde que, en 2003, Néstor Kirchner accedió a la presidencia de la Nación, quedó claro un estilo de gestión basado en la confrontación y el conflicto. El ejercicio de la función pública quedó, así, asociado a la identificación casi permanente de rivales ocasionales -cuando no enemigos- a los que había que poner de rodillas. Se embistió desde la Casa Rosada contra parte de la dirigencia del justicialismo que había permitido la llegada de Kirchner al poder, contra militares y contra la Iglesia, contra empresas concesionarias de servicios públicos, contra empresas petroleras internacionales, contra algunos medios de comunicación y contra el campo.

El ex presidente de la Nación y hoy titular del Partido Justicialista se acostumbró a identificar cualquier atisbo de crítica a la gestión gubernamental con movimientos "destituyentes", ofendiendo de ese modo innecesariamente a distintos sectores, como el rural, y sembrando odios que cada vez será más difícil extirpar.

Por si esto fuera poco, el oficialismo contó a menudo con la cooperación de sectores con reminiscencias de tradicionales fuerzas de choque y de dirigentes que no dudaron en efectuar hasta manifestaciones de antisemitismo que jamás fueron condenadas debidamente por quienes, desde el Gobierno, hacen flamear la bandera de los derechos humanos.

No debería extrañar que, en este contexto, que ha tenido como preámbulo durante los últimos años al escrache, la persecución y el piquete como metodologías de acción, la violencia siga extendiéndose peligrosamente a lo largo de la Argentina.

Aún se está a tiempo, sin embargo, de prevenir males mayores con una cuota de racionalidad y prudencia. Las autoridades nacionales tienen la irrenunciable obligación de trabajar activamente por el mantenimiento de la paz interior y la tranquilidad social. Pero este objetivo, propio de cualquier sistema institucional comprometido con los ideales republicanos, no será factible sin una auténtica vocación de diálogo.

25 de marzo de 2009

- PARRAVICINI -





Florencio Parravicini


ANIVERSARIO DE SU MUERTE



Icono actoral porteño



Florencio Parravicini cuyo nombre completo era Florencio Bartolomé Parravicini Romero Cazón fue un actor argentino que nació en Buenos Aires, Argentina, el 24 de agosto de 1876 y falleció en la misma ciudad el 25 de marzo de 1941.





Era hijo de un acaudalado coronel argentino que dirigió la Penitenciaría y nieto de un terrateniente que trajo desde Italia el título de marqués. A los 14 años pensaba hacerse cura y a los 16 fue a la Patagonia a cazar lobos. Aprendió a volar y obtuvo el 20 de junio de 1910 el brevet civil n* 2 en Argentina.1 A los 25 años viajó a Europa, en cinco años gastó en fiestas y casinos la cuantiosa fortuna que había heredado de sus padres por lo que se fue a París y trabajó como cantor criollo. De regreso a Argentina viajó al sur y se hizo contrabandista en Puerto Deseado. Posteriormente trabajó como cicerone e intérprete y a partir de 1904 como artista en cafés del bajo porteño. Era excelente tirador, lo que aprovechaba para hacer espectáculos usando esa habilidad.





Jerónimo Podestá lo halló en un varieté del Bajo, lo incorporó a su compañía teatral en 1906 y debutando a los 30 años en el Teatro Apolo en el sainete El panete, de Ulises Favaro, donde personificando al desopilante personaje del título comenzó a hacer reír a la platea.
A partir de allí trabajó en más de trescientas obras y películas y llegó a ser una de las figuras más destacadas de la escena local.





Hacía despliegue de las múltiples actividades que había realizado e incluso se decía descendiente de Napoleón Bonaparte y de Casanova. En muchas de las obras escritas por Parravicini o de otros autores para ser representadas por él, se ficcionalizan esos aspectos -no necesariamente reales- que difundía el propio interesado creando para el público una imagen que explotaba comercialmente. Así por ejemplo, el personaje que representa en su obra Melgarejo es un aviador devenido chofer que llega a batirse en duelo por el honor de una dama.





En 1926 se presentó en las elecciones municipales de 1926 como candidato por el partido Gente de Teatro se convirtió en concejal porteño con el 6 por ciento de los votos. Su labor en ese cargo fue prácticamente nula y su mayor mérito fue organizarle un homenaje al Príncipe de Gales cuando visitó la Argentina.





Entre las obras teatrales en que actuó están Panete, El cabo Scamione y Cristóbal Colón en la Facultad de Medicina. Entre las películas se destacan Hasta después de muerta, Los muchachos de antes no usaban gomina, Tres anclados en París, Carnaval de antaño y Melgarejo esta última sobre su propio guión. Sabiéndose enfermo de cáncer se suicidó el 25 de marzo de 1941. En su homenaje una calle de Buenos Aires lleva su nombre.





Filmografía

Carnaval de antaño (1940)
• Margarita, Armando y su padre (1939)
• La vida es un tango (1939)
• El diablo con faldas (1938)
• Noches de carnaval (1938)





• Tres argentinos en París (1938)
• Melgarejo (1937)
• Los muchachos de antes no usaban gomina (1936)
• Gervasio Ponce, el Mocho
• Hasta después de muerta (1936)

24 de marzo de 2009

- OPINION -





En el bicentenario del escritor, su legado es no callar



Larra y el periodismo de opinión


Luis Gregorich
Para LA NACION
Noticias de Opinión



Lo que no se puede decir, no se debe decir." Es el irónico título de un breve artículo sobre la censura de prensa escrito por Mariano José de Larra, quizá el mayor escritor/periodista, o periodista/escritor (¿cuál es la diferencia?) que ha dado la lengua española. Hoy se cumple el bicentenario del nacimiento de Larra, quien siempre dijo y escribió más de lo que se podía y debía, y cuyos textos siguen siendo un ejemplo de coraje y claridad para los jóvenes que aún creen en la dignidad del periodismo y en el arte de escribir.

Nació en Madrid, cuyos tipos y costumbres llegaría a retratar con precisión de cirujano, el 24 de marzo de 1809. La ciudad estaba ocupada por las tropas napoleónicas. Su padre, afrancesado y liberal como lo sería inevitablemente él mismo, ejerció la profesión de médico en la sanidad militar de José Bonaparte. Cuando se produjo la restauración borbónica en 1813, toda la familia debió emigrar a Francia, para volver en 1818, gracias a la amnistía decretada por Fernando VII, y a que el jefe de la familia había sido médico de cabecera del infante Francisco de Paula, hermano del rey.

Larra empezó así siendo hombre de dos lenguas, pero es probable que precisamente la invasión del francés -idioma y ejército- en su niñez haya contribuido, después, a estimular y afilar su uso del español. Su maduración como escritor se produce sobre el fondo de la Década Ominosa, a partir de 1823, cuando el monarca, después de algún conato liberalizador, reimplanta un cerril absolutismo. Allí nace la voz más poderosa que clamará contra la decadencia de España, contra la tristeza de las instituciones marchitas y la pérdida de destino nacional.

Aunque también poeta, novelista y autor teatral -hay que mencionar su novela histórica El doncel de don Enrique el doliente y su drama romántico Macías -, Larra fue sobre todo, como queda dicho, el autor de más de doscientos artículos de "costumbres", si es que esta designación es suficiente para incluir a la crítica social y política, a los comentarios sobre libros y obras de teatro, a la sátira despiadada de la vida ciudadana, y a cualquier tema del día o de la historia que disparara lo que hoy llamamos periodismo de opinión. Escribió en hojas creadas por él mismo y en periódicos prestigiosos, con diversos seudónimos que se hicieron populares, desde "el Pobrecito Hablador" hasta el definitivo de "Fígaro", con el que reinventó al ilustre barbero de la libertad creado por Beaumarchais y confirmado por Mozart y por Rossini.

Aunque Larra pertenece, sin discusión, al romanticismo naciente, su modo de ser romántico no tiene nada de sentimental, sino que se plasma mediante un extremo, desesperanzado racionalismo. Lo muestran algunos de sus artículos más logrados: por ejemplo, El castellano viejo , en el que asistimos a una grotesca comida convocada por un dueño de casa tosco y patriotero, cerrado a cal y canto a todo lo que se parezca al progreso, o Vuelva usted mañana , en el que es inútil luchar contra los demonios de la pereza y la burocracia, y lo que debería tramitarse en un día se ve sometido a semanas y meses de estúpidas postergaciones, o uno de sus textos más oscuros y pesimistas, El día de d ifuntos de 1836 (Fígaro en el cementerio), en que su ciudad, Madrid, es el verdadero cementerio, "donde cada casa es el nicho de una familia; cada calle, el sepulcro de un acontecimiento; cada corazón, la urna cineraria de una esperanza o de un deseo", y donde en el edificio de los ministerios públicos se lee: "Aquí yace media España; murió de la otra mitad". Y otra vez, volviendo al principio, la lucha burlona contra la censura y la grosería del poder: "Una cosa aborrezco, pero de ganas, a saber: esos hombres naturalmente turbulentos que se alimentan de oposición, a quienes ningún gobierno les gusta, ni aun el que tenemos en el día; hombres que no dan tiempo al tiempo, para quienes no hay ministro bueno? Examino mi papel; no he escrito nada, no he hecho artículo, es verdad. Pero, en cambio, he cumplido con la ley. Este será eternamente mi sistema; buen ciudadano, respetaré el látigo que me gobierna, y concluiré siempre diciendo: «Lo que no se puede decir, no se debe decir»".

La vida de Larra sí que estuvo gobernada por el fulgor y por el signo trágico del romanticismo. A los 20 años, se casó con Pepita Witoret, contra la voluntad de sus padres; el matrimonio llegó a tener tres hijos, pero pronto se desintegró y hubo separación de cuerpos; al mismo tiempo, Larra había encontrado al amor de su vida, Dolores Armijo, a la que durante varios años persiguió, con resultados ambiguos. El 13 de febrero de 1837, lunes de Carnaval, Dolores, acompañada por una amiga, fue a visitar a Larra a su casa de Madrid para anunciarle la ruptura definitiva. Una vez que las mujeres hubieron salido, Larra buscó una pistola y se suicidó de un tiro. No había llegado a cumplir 28 años.

El 31 de agosto de 1841, desde las páginas de El Mercurio , un joven exiliado argentino en Chile se refería así al desaparecido escritor español: "? es uno de estos espadachines de tinta y papel que, acometiendo de recio contra las costumbres rutinarias, contra un orgullo nacional mezquino y mal alimentado, contra hábitos de pereza y abandono, supo abrirse paso por entre la mezquindad y el odio de sus contemporáneos?". Y así como Larra se obsesionó con la decadencia española, Domingo Faustino Sarmiento redobla la apuesta y denuncia a su propio país: "Nosotros somos una segunda, tercera o cuarta edición de la España, no a la manera de los libros que corrigen y aumentan en las reimpresiones, sino como los malos grabados, cuyas últimas estampas salen cargadas de tinta y apenas inteligibles".

Releer a Larra hoy implica plantearse algunas cuestiones tal vez superfluas: la relación entre la literatura y el periodismo; las obligaciones civiles del periodista de opinión; la ética de la escritura para quien se dirige a un público vasto, diverso y momentáneo, ligada con el problema de la comprensibilidad y el estilo falsamente "natural". Pero esa válida relectura también podría generar dos preguntas más concretas. ¿Qué significa, en la Argentina de hoy, la libertad de prensa? (Eludimos deliberadamente la palabra "expresión", más amplia, y optamos por la más modesta "prensa", que incluye, necesariamente, la tríada escribir, publicar y leer.) ¿Qué estimularía a Larra a escribir, si viviera en la Buenos Aires de hoy?

Hay una sola respuesta que reúne a las dos preguntas. Larra se ocuparía de escribir acerca de la libertad de prensa. Mencionaría, probablemente, el hecho de que en nuestra Argentina no hay organismos de censura ni estatutos sobre qué se puede y qué no se puede publicar, y que nadie más que la Justicia puede decidir, a posteriori, si un escrito es injurioso o daña la reputación de quien ha sido mencionado en él. Enumeraría, asimismo, las amenazas (menores) a esa libertad, entre las que figuran los ataques gubernativos a diferentes medios y la distribución, políticamente selectiva, de la publicidad oficial. Sin embargo, observaría que la libertad de prensa que hoy tenemos impera sólo desde hace 25 años, no desde hace 200, y debe ser custodiada como un bien precioso. No puede olvidarse que la última dictadura militar contó con expresas oficinas de censura y elaboró "listas negras", que prohibían la actuación de artistas y la tarea de intelectuales. También hubo mártires de la libertad de prensa: periodistas perseguidos, asesinados o desaparecidos.

En este punto, Larra haría su aporte, pero diría que no es bueno tener una memoria tuerta, característica de una sociedad maniquea y acomodaticia. Menciónense, como simple ejemplo, los casos de dos periodistas que ya no están: uno de ellos, glorificado con justicia; el otro, injustamente silenciado. El primero, Rodolfo Walsh, escritor notable, militante montonero, implacable fiscal de la dictadura, es hoy reconocido hasta en las Academias, y sus textos son estudiados en las escuelas. El segundo, Manfred Schönfeld, a pesar de haber sido uno de los poquísimos que publicó, en un medio masivo, valientes denuncias sobre desapariciones y torturas, yace en el olvido absoluto. Es cierto que uno fue asesinado y el otro sólo sufrió una agresión física menor; es cierto que uno era de izquierda peronista, y el otro, de derecha liberal (y hasta partidario de Martínez de Hoz). Larra, seguramente más cercano a Walsh, habría dicho (y escrito) que también Schönfeld, a pesar de otros desacuerdos que nos suscite, merece recibir un homenaje. Sería, igualmente, un ejercicio de libertad.

Finalmente el bautizado espadachín por Sarmiento, practicando como siempre el periodismo de opinión, no habría podido menos que referirse al matrimonio presidencial que actualmente comparte el poder, y que en forma constante sostiene combates verbalmente dramatizados con órganos de prensa que (ellos creen) no les son favorables. Es una batalla a pura pérdida, porque presupone que la prensa sólo debe informar (mejor si es elogiando los actos del gobierno), y que sus lectores son una manada de imbéciles manipulables, cuyo pensamiento se moldea en los titulares de primera plana y (en el peor de los casos) en las columnas políticas. La prensa, en su mejor tradición de libertad, opina, educa y transforma la realidad, pero sólo en una creativa interacción con sus lectores, que a su vez la construyen con sus deseos y la multiplicidad de sus voces. Los abusos y las concentraciones monopólicas se reducen dando calladamente oportunidades legales y económicas de prosperar a nuevos medios independientes, no mediante la vociferación y la histeria que reclaman redes de aliados incondicionales.

En el bicentenario de Larra, vale la pena que sus jóvenes y viejos herederos sigan diciendo, con obstinación, curiosidad y falta de prejuicios, lo que se puede y debe decir, y lo que cualquier gobernante paternalista o autoritario no quiere escuchar.

23 de marzo de 2009

- DE CARO -




Francisco De Caro


Pianista y compositor



(23 de marzo de 1898 - 31 de julio de 1976)

Al desvincularse varios músicos, entre ellos Pedro Laurenz de la orquesta de Julio De Caro, el maestro reorganizó la misma y me convocó para formar la línea de bandoneones junto a Carlos Marcucci, Félix Lipesker y Romualdo Marcucci.





Yo venía de integrar pareja de bandoneones con Pedro Maffia en su prestigiosa orquesta.
Desde mi inclusión en el conjunto de Julio De Caro compartir el trabajo me aproximó a Francisco De Caro, músico a quien admiraba desde jovencito cuando los escuchaba a él y a Julio en el Select Lavalle, años 1928 o 1929.





Al incorporarme a la orquesta en 1934, nos conocíamos con Francisco aunque no teníamos mucho trato. Luego sí. Mi amistad con él se acentuó y lo quería como a un hermano. Más allá de la orquesta, nos visitábamos y teníamos mucho trato personal.
Ya dije de mi admiración por él y sé que Francisco sentía lo mismo por mi trabajo.

El gran talento de Francisco De Caro se manifestaba ya a fines de los años '20. Era un pianista muy moderno, de una línea musical muy adelantada y como compositor, ni hablar. En el '27 o '28 sacó el tango "Sueño azul" que fue algo de locura. En el '28, el tango "Flores negras".





Francisco fue un adelantado para su época y una suerte de "padre" de numerosos pianistas que siguieron esa escuela. Ejemplos: Horacio Salgán, Carlitos García y otros quizá con algunas diferencias, pero que abrevaron en la maestría de Francisco De Caro. Estimo que hasta el año '50, tuvo una destacada actuación y marcó rumbos para las nuevas generaciones de músicos.

Fue un hombre muy humilde y sencillo. Aparte de sus estudios musicales, era un intuitivo. Un gran creador y notable pianista. Con esos valores se nace.





Siempre nos tuvimos un gran respeto. Cierta vez un señor Moles me comentó: «Fui a visitarlo a Francisco y en la conversación me dijo: Yo tengo un solo amigo que es Clausi, el 'Chula' que tocaba el bandoneón con nosotros».

Alguna vez cuando yo enfermaba, enviaba al Dr. Iranzi, yerno de Julio De Caro, ahí Francisco aprovechaba para venirse con el médico.

Durante mi actuación con Pedro Maffia, años '30 o '31 grabamos el tango de Francisco "Páginas muertas" que cantaba Pedro Lauga, fue cuando los De Caro viajaron a Francia.





En una visita del maestro Fritz Kralsier para actuar en el Teatro Colón, quiso oír música nuestra. Ocurrió en el salón dorado del teatro y entre otros artistas, para el tango se eligió a la orquesta de Julio De Caro. Al ejecutar el tango de Francisco "Ideal" que cantó Pedro Lauga, Kraisler, por medio del intérprete, pidió que lo repitieran porque le había impactado esa obra. El famoso maestro aprobaba con aplausos reiterando: «¡Bravo!»

Aquí tengo que mencionar un hecho lamentable. En ocasión de una elección en SADAIC, hice oír mi protesta porque gente no muy calificada emitía un voto que valía por diez y Francisco De Caro ni figuraba. Ahí recibí el apoyo de García Jiménez y finalmente se le concedió al notable pianista, un voto. Todo un sacrificio.

En 1966 me habían hablado de un trabajo en Japón y decidí armar un sexteto convocando para los violines a Elvino Vardaro y Manlio Francia; en el contrabajo Francisco De Lorenzo; Pedro Maffia y yo en bandoneones y Francisco De Caro en piano. Vardarito estaba en Córdoba y le dijo entusiasmado a Maffia «voy por el Chula».

Maffia no podía creer que Francisco pudiera unirse a nosotros. El conjunto no tenía nombre. Yo pensaba en uno que no personalizara en ninguno de nosotros de acuerdo con el prestigio que ya tenían los muchachos. Me encontré con Raúl Iglesias, pianista de Tanturi y me sugirió "Los seis de oro" no me pareció mal y a Maffia le gustó. Para ese tiempo, Pedrito Maffia enfermó y se veía muy desmejorado.





De cualquier modo, seguíamos con nuestros planes. Un día Maffia me entregó su último tango, "Heliótropo" diciéndome: «tomá, arreglalo, es un tango que se presta para unos buenos solos...». El apreciaba mucho mi trabajo. Al poco tiempo falleció. Luego del sepelio yo salía del cementerio acompañado por Ciriaco Ortiz y le comenté lo del sexteto. Le pregunté si no tenía interés en cubrir la plaza de Maffia para el viaje a Japón y me contestó: «¡Chula!, voy aunque me muera en el avión».

Mas no pudo ser, Francisco De Caro quería que el sexteto se llamara De Caro-Clausi y yo pensaba que no era justo como ya expliqué. Debe quedar claro que no había de parte de Francisco ninguna mala voluntad hacia el resto de los músicos a quienes respetaba mucho. Lo que pasaba era que él quería encabezar, al menos por una vez, un conjunto y, al mismo tiempo, resaltar mi tarea y mi nombre. Eso hizo languidecer el proyecto hasta que decidí no seguir adelante.

Cuando Francisco De Caro enfermó, lo visitaba asiduamente a su casa o al Sanatorio Anchorena y su hermano Julio, me llamaba para enterarse del estado de salud de Francisco.





El día que falleció, ingresé a la sala y a él lo asistían con oxígeno. Estuve un rato y cuando me retiraba, me dijo por última vez, levantando un brazo: «Saludos a los tuyos, saludos a los tuyos...»

En los últimos tiempos de su vida, tuvo un empleo y atendía a la gente en el Ministerio de Trabajo que funcionaba en el edificio del Consejo Deliberante. Era una tarea que le habían asignado como cierta ayuda económica, seguramente debido a sus excelentes méritos artísticos. Fue algo muy merecido.





Entre mis más caros recuerdos, siempre estará el del querido, talentoso y respetado por la mayoría de los músicos sin excepción, Francisco De Caro.

por Gabriel Clausi ("Chula")

21 de marzo de 2009

- MEDICINA -




Tendencia


Medicina a la carta


Convertidas en un boom en todo el mundo, las terapias alternativas mueven hoy 16 mil millones de dólares por año. En la Argentina, casi el 90% de la población combina la visita al doctor con reiki, yoga, flores de bach, medicina china o ayurvédica, entre otras opciones. Los riesgos de la falta de control. Qué dice la Academia y por qué hospitales y universidades empiezan a permitir el ingreso de estas prácticas a sus claustros


Por Lorena Oliva
Noticias de Enfoques
La Nación
Fotros: CORBIS / Enrqieu Villegas
Arte de Tapa: Silvina Nicastro



El auge de las terapias alternativas -de la medicina ayurvédica a la china, de la homeopatía a la medicina antroposófica, de la aromaterapia o las flores de bach o al reiki, pasando por cientos de otras variantes, entre ellas el chamanismo- es un fenómeno que no sólo no para de crecer, sino que además logró en los últimos años cruzar el cerco de la desconfianza y los prejuicios para sentar sus reales incluso en ámbitos antes exclusivos de la medicina científica, como hospitales y universidades.

No es para menos. Convertidas en un boom en todo el mundo, las terapias alternativas mueven hoy 16 mil millones de dólares por año. Las estadísticas ponen en cifras lo que la observación cotidiana ya hacía sospechar: la mayoría de la gente no agota sus necesidades de salud con los "médicos de guardapolvo".

En nuestro país, casi el 90 por ciento de la población de sectores medios y altos combina la medicina científica (a la que también se llama biomedicina, medicina hegemónica, hospitalaria u occidental) con algún otro tipo de terapia, según revelan los estudios realizados por el Centro Argentino de Etnografía Americana (CAEA) que dirige la antropóloga Anatilde Idoyaga Molina.

También la OMS puso un ojo en el crecimiento de estas modalidades: en los países en vías de desarrollo, la complementariedad entre lo científico y lo alternativo está en un promedio del 80 por ciento. En Europa, oscila entre el 20 y el 70 por ciento, según los países (en total ,unos cien millones de personas), y en EE.UU. alcanza el 70 por ciento. Pero mientras que el gobierno norteamericano respondió a esta tendencia con la creación del Centro Nacional de Medicinas Alternativas y Complementarias, al que le otorgó un presupuesto de 117 millones de dólares anuales para financiar investigación básica y clínica en esta materia; mientras que en países como Francia y Alemania muchas de las prácticas alternativas están cubiertas por los planes de salud, en la Argentina, el universo de la medicina complementaria se mueve en una nebulosa de la que se sabe poco y que se controla menos, a causa de la falta de regulación.

Esa misma falta de parámetros hace que el universo local esté integrado por un espectro de disciplinas de variado rigor científico: desde la medicina china, la ayurvédica o la homeopática -de larga tradición- hasta propuestas de bienestar muy new age como la aromaterapia o la hidroterapia.

Pero, en cualquier caso, la única ley que continúa regulando el ejercicio de la medicina sigue relegando a la ilegalidad a toda aquella actividad que no se aprenda en la Facultad de Medicina, como bien recuerda Manuel Martí, miembro de la Academia Nacional de Medicina y profesor emérito de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la UBA.

Disparador de autocríticas

Pese a esa inflexible delimitación que hace como portavoz de la medicina occidental, Martí no propicia una caza de brujas. Puesto a pensar en las razones que alimentaron el crecimiento de lo alternativo, abre el juego y acepta que debe haber lugar también para la autocrítica por parte del sistema médico.

"Si uno hiciera una encuesta en cualquier consultorio de medicina general, se encontraría con que tres cuartas partes de los problemas que hacen acudir a la gente al médico son funcionales, ocasionados muchas veces por ansiedad o estrés. Frente a esto, ¿qué es lo que suele decirles el médico a esos pacientes?: "Usted no tiene nada", admite.

Martí no carga la responsabilidad tanto en los profesionales de la salud como en la degradación del sistema médico que dio origen a una relación mucho más deshumanizada: el vínculo paciente-institución-médico. Pero reconoce que la orientación extremadamente fisiológica de la formación universitaria puede estar contribuyendo a ciertos cuestionamientos por parte de los pacientes.

Sin embargo, no son sólo ellos los que comienzan a hacerse preguntas. Un estudio realizado durante seis meses de 2001 por especialistas del Departamento de Salud Mental del Hospital de Clínicas reveló que más de la mitad de los 540 pacientes consultados (54,4 por ciento) utilizaba terapias alternativas.

La hipótesis de trabajo de los doctores Cristina Pecci y Jorge Franco, responsables de la investigación, es ésta: "La medicina científica ha desarrollado el conocimiento de la enfermedad pero ha descuidado el desarrollo de una relación médico-paciente capaz de valorar y comprender al enfermo como persona en su singularidad y con su sistema de creencias".

Aunque mantiene serios reparos con respecto a la medicina complementaria, para Alberto Agrest, médico clínico con 65 años de ejercicio, el antagonismo entre la medicina hospitalaria y las terapias alternativas existía incluso cuando la relación del médico con su paciente era más afectuosa y su autoridad no estaba tan cuestionada como en estos días.

Agrest lo explica de este modo: hay personas que no toleran la incertidumbre y, frente a determinada dolencia, prefieren tener una creencia casi religiosa, que no requiera verdades demostradas. Para este médico, también miembro de la Academia Nacional de Medicina, ése es uno de los más graves problemas de las medicinas alternativas: la falta de rigor científico.

"Hay carreras más establecidas como la homeopatía, o la quiropraxia u osteopatía en los Estados Unidos. Tienen una condición de esfuerzo más académico, pero, en general, sólo pueden ofrecer casos para demostrar su efectividad. Y, lo cierto es que cualquier charlatanería puede reclutar casos favorables", se endurece.

Sin embargo, Agrest, autor del libro Ser médico ayer, hoy y mañana (Libros del Zorzal) también apunta a las contradicciones de la medicina convencional: "La medicina científica también tiene sus pecadillos. Pienso en el énfasis que pone en medicalizar la cultura, vendiendo la idea de que es capaz de conquistar la vida eterna. Te ofrece productos que tienen detrás a los grandes complejos médicos industriales, interesados, especialmente, en recuperar inversiones. Aunque, para ello, vendan basura".

La hora de la integración
Además de habilitar cierto modo de la autocrítica entre los médicos, el avance de las terapias alternativas logró lo que hace apenas unas décadas parecía imposible: abrir el camino hacia una forma integradora de comprender el arte de curar.

De hecho, las facultades de Medicina y de Farmacia dependientes de la UBA respaldan posgrados en medicina ayurvédica y preparados homeopáticos, respectivamente.

Otros ejemplos: en el centro de salud de la localidad de Olascoaga, en el partido de Bragado, se integra medicina hospitalaria con prácticas mapuches, en tanto que en el Hospital Italiano de nuestra ciudad, que ofrece tratamientos integrativos complementarios, se incorporan técnicas modernas de tratamiento miofacial, acupuntura y osteopatía. También talleres y cursos de Chi Kung, Tai Chi y yoga, a los que los pacientes acceden, en muchos casos, por sugerencia médica.

Silvia Kochen, coordinadora de la comisión de Salud, Ciencia y Tecnología del Ministerio de Salud, aplaude este tipo de iniciativas porque considera que los médicos deben conocer las diferentes terapias para orientar adecuadamente a sus pacientes e, incluso, para evitar cualquier tipo de combinación nociva para la salud.

"Si el médico sabe cómo llegar al paciente, no desde una posición descalificadora sino, más bien, respetuosa, el beneficio es para el paciente. Así trabajamos en numerosas comunidades del noroeste argentino, por ejemplo, para la prevención del cáncer de cuello de útero. Aunque para esto es fundamental la capacitación", explica esta investigadora del Conicet.

Pero para algunos, poner la responsabilidad en los estrechos hombros de un médico es injusto, especialmente cuando es el Estado el encargado de cumplir con las recomendaciones mundiales que la OMS lanzó hace cinco años: promover la integración entre terapias convencionales y alternativas y la capacitación adecuada para hacer realidad esa integración.

A eso apunta justamente Anatilde Idoyaga Molina. "El Estado nacional es un gran mentiroso -provoca esta antropóloga-. Lo único que hizo para articular las medicinas tradicionales con la biomedicina fue inventar el cargo de agente sanitario, alguien que, en realidad, es el último eslabón de la cadena, y como tal, no puede articular nada. Lo único que hace en las comunidades que se mueven al margen de la biomedicina es verificar que la gente se haya vacunado."





De todas maneras, y en virtud de los serios cuestionamientos que en estos momentos recibe la medicina occidental, la especialista cree que el auge que experimentan estas disciplinas es absolutamente razonable. "Es cierto que la falta de apoyo desde el Estado complica su desarrollo. Pero la ley seca no impidió que la gente bebiera en lugares prohibidos."

Sin embargo, el objetivo de la OMS no era sólo favorecer el desarrollo de esos otros saberes, sino, y muy especialmente, ubicarlos dentro de los carriles de las prácticas medicinales reguladas. De hecho, el organismo dio la voz de alerta: con la masificación del uso de terapias alternativas, también aumentaron los casos de reacciones adversas. Por ejemplo, en China, en 2002 se tuvo conocimiento de 9854 casos de reacciones adversas a los medicamentos, cuando entre 1990 y 1999 se habían registrado 4000.

Lo cierto es que en la Argentina, que suele seguir las recomendaciones de la OMS, cinco años más tarde el Gobierno no cuenta siquiera con un relevamiento confiable, ni mucho menos con leyes, aunque en los últimos tres años circularon tres proyectos por el Congreso Nacional.

Uno de ellos, que tuvo media sanción en Diputados, promovía la regulación de la acupuntura. Otros dos, surgidos del Senado, impulsaban la regulación de las medicinas complementarias en general y de la homeopatía en particular (este último, presentado por el actual gobernador del Chaco, Jorge Capitanich). Todos perdieron estado parlamentario a partir de este año.

La cuestión no es menor, sobre todo si se piensa en la magnitud del despliegue de estas opciones ejercidas con diferentes niveles de seriedad. Como dice Martí: "El problema de las medicinas alternativas no reside en lo que hacen sino en lo que no hacen". Y agrega: "Si alguien que sufre de jaquecas cree que le hace bien pasarse la panza de un sapo por la cabeza no está mal, siempre y cuando no sea lo único que haga. Hace tiempo vi a una mujer con un cáncer de mama en estado hiperavanzado que había decidido tratarse con una terapia de este tipo. Murió quince días después de que la vi. Y yo estoy seguro de que si, cuando su cáncer era sólo un nódulo, hubiera consultado a un mastólogo, la historia hubiera tenido otro final", concluye enfático.

Si bien es cierto que, en lo que a muertes evitables se refiere, no hay medicina infalible (ni siquiera la occidental), la falta de controles adecuados deja en una zona liberada al ejercicio de la medicina complementaria. Y desde allí también se oyen voces de alerta.

"La actual situación hace que el control de calidad no exista y que la oferta de servicios bajo un mismo nombre incluya un universo muy disperso de calidad. Y eso se vuelve en contra de la práctica misma." El que habla es Marcelo Ikonikoff, médico integrante del área de Medicina Familiar del Hospital Italiano y homeópata en su consultorio particular.

A la hora de hablar sobre su singular manera de ejercer la medicina, este médico sostiene que el camino que recorre cada profesional no está definido desde el principio, sino que se construye andando. "Yo me manejo con el concepto de medicina que fui descubriendo. Para mí, la cuestión es sumar estrategias, no dividir. Creo que tanto en mi consultorio como en el hospital, la medicina que ejerzo es más completa. La lectura homeopática me deja percibir algunos problemas de mis pacientes, en tanto que en mi consultorio también despliego conocimientos de la medicina convencional. De hecho, hoy le indiqué a una paciente un estudio de colon de tecnología avanzada", explica.

Al respecto, Carlos Russo, director médico del Same, cita a un viejo profesor suyo: "Cuando hay muchas teorías sobre la misma cosa es porque ninguna de ellas tiene toda la razón". Y agrega: "La homeopatía, por ejemplo, no es buena para todo. En general, funciona muy bien en cuadros en los que no hay una falla orgánica, como las alergias, las malas digestiones. Pero, por supuesto que no funciona en casos de cáncer declarado o HIV", describe este homeópata y emergentólogo, miembro de la agrupación Cascos Blancos, que hace dos meses integró una misión en Palestina.

Convencido también del potencial de la integración de saberes, Russo no piensa que la falta de reconocimiento oficial sea absoluta responsabilidad del Estado. "En el caso de las escuelas homeopáticas, que las hay muy buenas y muy serias en nuestro país, nunca se mostraron demasiado interesadas en luchar por un mejor posicionamiento que las popularizara. Y creo que, en parte, la cuestión está relacionada con lo económico."

Sea como fuere, con críticos y defensores, las formas alternativas de medicina -desde las viejas prácticas tradicionales de diversas culturas a las más nuevas, de inspiración new age- que hoy ganaron presencia y se han instalado con fuerza en el espectro imaginario de la salud, parecen llamadas a coexistir con la medicina occidental. Si, como lo demostró el estudio del CAEA, los argentinos combinan 35 tipos de terapias distintas para tratar su salud, es evidente que la discusión ya no pasa por la disputa entre la legitimidad de unas y otras, sino más bien por encontrar el modo en que esto que ya es una realidad encuentre cauces saludables, valga la redundancia, a salvo tanto de los prejuicios reduccionistas como de las promesas de la charlatanería.

© LA NACION

- POESIA -





ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACION,
LA CIENCIA Y LA CULTURA


PROCLAMACION DEL 21 DE MARZO


COMO DIA MUNDIAL DE LA POESIA





INTRODUCCION


Durante su 30° reunion, en París en octubre-noviembre de 1999, la Conferencia general de la UNESCO decidió de proclamar el 21 de marzo, como Día mundial de la poesía. Tras haber analizado pormenorizadamente la situación de la poesía en este final de siglo, se enunciaron las consideraciones siguientes:


i) En el mundo contemporáneo hay necesidades insatisfechas en el terreno de la estética que puede atender la poesia en la medida en que se reconozca su papel social de comunicacion intersubjetiva y siga siendo instrumento de despertar y de expresion de toma de conciencia





ii) Existe desde hace veinte años un verdadero movimiento en pro de la poesía, habiéndose multiplicado las actividades poéticas en los distintos Estados Miembros , aumentado con ello el número de poetas.

iii) Se trata de una necesidad social que impulsa en particular a los jóvenes a volver a las fuentes constituyendo para ellos un medio de, interiorizacion, consiguendo que el mundo exterior los atraiga irresistiblemente hacia unconocimiento mas profundo.

iv) Además, el poeta, en su condición de persona, asume nuevas funciones, ya que , los recitales poéticos,con la lectura de poemas por los propios poetas son cada vez mas apreciados por pùblico.





v) Este impulso social hacia el reconocimiento de los valores ancestrales es asimismo una vuelta a la tradición oral y la aceptación del habla como elemento socializador y estructurador de la persona.

vi) Existe todavía una tendencia en los medios de comunicación social y el público en general a negarse a no valorar el papel del poeta. Sería ùtil actuar para librarse de esta imagen trasnochada, y conseguir que a la poesía se le reconozca el “derecho de ciudadanía” en la sociedad.





FUNCION DE LA UNESCO EN LA PROMOCION DE LA POESIA

La iniciativa de una acción mundial en favor de la poesía darà un reconocimiento y un impulso nuevos a los movimientos poéticos nacionales, regionales , e internacionales y el objetivo principal de esta accion deberia ser sostener la diversidad de los idiomas través de la expresion poética y dar a los que estan amenazados la oportunidad de expresarse en sus comunidades respectivas.





El Día se conmemoraría en todo el mundo a partir del año 2000. Se piensa también que podría iniciar las Olimpiadas Culturales que se organizarán en Delfos en el año 2001.
Como, por decision de las Naciones Unidas, el 21 de marzo està consagrado a la eliminación de la discriminacion racial , sería justo que al principio éstas dos causas fueran celebradas conjuntame.

Ademàs en estos momentos en que la poesía se halla en plena expansión, este Día podría servir de marco a las acciones y los esfuerzos que se efectúan en distintos planos para sostener la poesía, y más concretamente al fomento:

i) de los esfuerzos de los pequeños editores que tratan de entrar en el mercado del libro publicando cada vez más obras de poetas jóvenes;

ii) de la vuelta a la oralidad, o, mejor dicho, al espectáculo vivo, pues hoy en día los recitales de poesía atraen cada vez a más gente;

iii) del restablecimiento del diálogo entre la poesía y las demás artes -el teatro, la danza, la música, la pintura, etc.- y con los temas de actualidad como la cultura de la paz, la no violencia, la tolerancia, etc.;

iv) de la asociación, con motivo del Día Internacional de la Poesía, de todas las artes y de la filosofía, que está muy próxima a ellas, para que vuelva a tener vigencia lo que escribió en su diario el pintor Delacroix: “No hay arte sin poesía”;
v) de la imagen de la poesía en los medios de comunicación social para que deje de tenerse al arte poético por trasnochado y se considere que es un arte que permite a la sociedad en conjunto recuperar y afirmar su identidad.

PROGRAMA DE LA CELEBRACION

Por lo que se refiere a la celebración propiamente dicha, se invita a cada país a que celebre el Día del 21 de marzo a su manera, con la participación activa de las Comisiones Nacionales, organizaciones no gubernamentales e instituciones públicas y privadas pertinentes (escuelas, ayuntamientos, comunidades poéticas, museos, asociaciones, editoriales, medios de comunicación, autoridades locales, …).

2 Por su parte, la UNESCO se esforzará en alentar y sostener las iniciativas que se adopten en el plano nacional, enderezadas en particular a :

i) Favorecer la incorporación de la poesía como elemento importante de la educación artística en los programas escolares.

ii) Sensibilizar a los establecimientos escolares para que se celebre este Día de la manera más interdisciplinaria posible en las escuelas y por éstas.





iii) Facilitar la concesión de premios de poesía.

iv) Movilizar a las autoridades municipales para que contribuyan activamente en la preparación y la celebración del Día Internacional de la Poesía.

v) Promover la creación de una red de galardones en cada Estado Miembro (y Miembro Asociado).





vi) Elaborar un repertorio electrónico de institutos y asociaciones de poesía
en los diferentes Estados Miembros y miembros associados.

3. RESOLUCION DE LA 30° REUNION DE LA CONFERENCIA

GENERAL DE LA UNESCO ADOPTADA EL 15 DE NOVIEMBRE DE 1999.





La Conferencia General,

1. Habiendo examinado el documento 30 C/82, Proclamación del 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía, así como la Decisión 157 EX/3.4.2. relativa a esa proclamación,





2. Haciendo suyas las recomendaciones de la Reunión especial, cuyas conclusiones se exponen en el documento EX/9, que tras examinar atentamente la situación de la poesía a finales de este siglo acogió con satisfacción y entusiasmo la idea de la proclamación de un día dedicado a la poesía,

3. Persuadida de que la iniciativa de una acción mundial a favor de la poesía daría un reconocimiento e impulso nuevos a los movimientos poéticos nacionales, regionales e internacionales,

4. Consciente de que esa actividad, que responde a necesidades estéticas del mundo contemporáneo, deberá tener repercusiones en la promoción de la diversidad de las lenguas, ya que a través de la expresión poética los idiomas que se ven amenazados tendrán mayores posibilidades de florecer dentro de sus comunidades respectivas.