26 de enero de 2008

- CV -




Currículos S.A.


Por Asher Benatar
Para LA NACION



El currículo es como una huella dactilar que redacta cada ciudadano, generalmente aspirante a obtener un puesto de trabajo. Hay currículos realmente serios, que guardan estricta relación con lo acontecido, con las fechas exactas en que cada logro fue alcanzado y con los documentos que avalan títulos realmente obtenidos. Claro, no son todos. Los otros llegan a tales alardes de fantasía que hasta podríamos calificarlos como talentosas obras de ficción.

Abstraído por crear una realidad que no es tal, el aspirante a cualquier cargo deja en libertad la imaginación, inventa jefaturas y fechas en empresas inexistentes, se embarca en aviones que nunca ha abordado, ingresa en instituciones de países lejanos en las que manifiesta haber estudiado las tendencias más trascendentes y abrevado en los talleres de los creadores más afamados. Participando de su propio engaño, este fabricante de pasados se habrá dedicado a reflexionar sobre las raíces del arte o de la ciencia que dice dominar y habrá recibido honores, cuyas pruebas nadie reclama, porque hay una especie de resignado laissez faire con respecto a este tipo de delirios.

La mentira transoceánica tiene muchos adeptos. Conozco seudopintores que, sin siquiera haber aprendido a obtener colores, han pasado largas temporadas en la India reflexionando sobre la licitud ideológica de reflejar sus "mundos interiores"; sé de distinciones proclamadas con orgullo y que nunca se han recibido; he leído fragmentos de críticas que, en su origen, eran desvalorizadoras y que, eliminadas ciertas palabras y modificada alguna coma, han devenido en ditirambos; conozco premios que, por fortuna para el falsificador, a nadie se le ocurre investigar; me contaron de gente que ha rastreado empresas desaparecidas y, al amparo de esa ausencia, se ubicó en rutilantes y ya inexistentes cargos directivos.

Los currículos sirven también para justificaciones: "El puesto era para mí, pero no me lo dieron porque estaba sobrecalificado". "La culpa es mía por no haber eliminado el Master de Pomona." De más está decir que nuestro falsario no conoce el Estado norteamericano donde está ubicada la ciudad de Pomona y ni siquiera sabe si en ese lugar hay una universidad en la que pueda obtenerse el doctorado para el que se postulaba.

De esta manera, se me ha ocurrido un negocio que puede resultar exitoso: "Currículos SA". Los folletos podrían tener el siguiente texto: "Nos encargamos de todo: fabricamos títulos; los sellos que acreditan autenticidad son de un diseño que llega al virtuosismo; las críticas de los diarios de París y de Londres son producto de un diseñador gráfico que maneja las tipografías y las convierte en palabra santa; los discursos laudatorios de las inauguraciones en el extranjero se presentan en un CD con perfecto acento británico, parisino o bostoniano; conseguimos elogios de los popes del arte o ciencia que usted desarrolla, falsificando la letra a la perfección; inventamos prefacios on delivery . Y atienda esto y, por favor, créanos: a pesar de su complejidad, podemos producir un DVD, que muestra la entrega de un premio internacional. No, espere, no sea audaz; el Nobel no. Alguno de San Marino sí, puede ser. Acérquese a nuestro show room y nos adoptará. En correo adjunto le enviamos nuestro currículo.

El autor es escritor y fotógrafo.

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