24 de octubre de 2007
- PLATERIA -
Orfebrería
Nuestra Platería Criolla
Se llama orfebrería al trabajo artístico realizado sobre utensilios o adornos de metales preciosos. Los metales que constituyen los objetos de orfebrería propiamente dichos son eminentemente la plata y el oro o una mezcla de ambos que en la antigüedad se llamaba electrón o eléctrum. Con dichos metales se trabajan desde edades muy remotas en utensilios muy variados como vasijas, piezas de adorno, joyas, monedas, estatuas siguiendo el estilo, la ornamentación y el gusto propios de la época y de la región que los elabora, como puede observarse recorriendo las principales civilizaciones.
Los primeros hallazgos de la metalistería fueron sencillos piezas de oro que datan del periodo neolítico seguidas muy pronto de las de plata, cobre y bronce, al abrirse la edad que recibe el nombre de estos últimos metales. Los objetos que se labraron con dichos materiales consistían en diademas lisas a modo de cinta, gruesos brazaletes y collares rígidos de una pieza, terminada por bolas piriformes, otros collares formados por sartas de bolitas perforadas y, en fin, anillos y pendientes de forma circular sencilla.
La ornamentación de tales preseas, cuando existe, es puramente geométrica y se limita a surquillos rectos y en zig-zag, dientes, circulillos, puntos hechos a martillo, etc. Como cosa excepcional, se existe del antiguo Egipto algún cuchillo de sílex con guarnición y vaina de oro, ornamentadas con florones y figuras de animales. Se labraron también de cobre y de bronce agujas, cuchillos y armas diferentes en forma de flechas, espadas y hachas con alguna ornamentación geométrica en el puño y con un temple y corte bastante fino en la hoja.
En la Península Ibérica, sobre todo en Galicia, se han hallado buenos ejemplares de dichos brazaletes, collares, aretes en espiral y pendientes de oro, algunos de ellos con aplicaciones de filigrana que podrían ser de la época del arte ibérico propiamente dicho.
Las técnicas empleadas en el trabajo del oro fueron muy sencillas al principio: el martillado en frío proporcionaba láminas e hilos que podían adoptar formas diferentes. Posteriormente, pero aún en una época temprana, se utilizaron el calentado y la fusión. Los avances técnicos supusieron una diversificación de las formas; no obstante, es muy difícil cuando no imposible datar las piezas tipológicamente.
Nosotros los rioplatenses, poseemos una corta pero no por ello rica historia en lo que a la platería nos compete. Básicamente por este sitio del mundo (no olvidar que Argentina deriva de Argenta: -plata- hipótesis que se demuestra con el nombre de nuestro gran río) se trabajó en lo comúnmente denominado Platería Criolla desde que tengamos registro, tanto en la Colonia como en nuestros días.
Mates, cuchillos, estribos, hebillas, taleros, estribos, etc. (todo lo que tenga que ver con lo gauchesco y sus atuendos) se labró básicamente en plata, adosando incrustaciones de oro. También se utilizó mucho la alpaca. Las empuñaduras de bastones, menaje para el té, cajas, cigarreras, perfumeros y elementos eclesiásticos han pasado por manos artesanas para plasmarse en obras que con orgullo exportamos.
Maestros como el célebre Juan Carlos Pallarols, Belgiorno ó Marenco, por nombrar simplemente algunos, no son más que emergentes de una cultura centenaria en nuestro país, transmitida de padres a hijos y más precisamente en esta zona bonaerense y porteña. Aquí el gaucho luce sus prendas de colores blando, negro y rojo con distintos enceres en plata y adorna su recado y transporte con una usanza semejante, elegante y pintoresca que se forja en talleres de nuestra Platería Criolla.
Ricardo A. Carrasquet
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