22 de mayo de 2008

- CABILDO ABIERTO -



22 de Mayo

Cabildo Abierto



Ante la presión popular, apoyada por los mandos militares, a las 10 de la mañana, del día 21 de mayo de 1810, el Virrey convocó a Cabildo abierto.
No se trataba de una cobardía de Cisneros
Éste es un hombre acostumbrado a pelear, recordemos sus antecedentes en Trafalgar, por ejemplo las circunstancias no le permitieron otra salida. Y por otra parte es hombre de sentido común.Pero hay limitaciones.

La contestación del Virrey dice que él se esforzará con todo celo para “asegurar la obediencia al Supremo gobierno nacional que represente (a Fernando VII) durante su cautividad pues…la monarquía es una e indivisible y por tanto debe obrarse con arreglo a nuestras leyes…aún en la hipótesis arbitraria de que España se hubiese perdido enteramente y faltase en ella el Gobierno Supremo representativo de nuestro legítimo soberano”

El Exemo. Cabildo convoca a V. para que se sirva asistir precisamente mañana 22 del corriente a las 9 sin etiqueta alguna, y en clase de vecino al Cabildo abierto, que con anuencia del Exemo. Sr. Virrey ha acordado celebrar, debiendo manifestar esta esquela a las Tropas que guarezcan las avenidas de esta Plaza, para que se le permita pasar libremente.





El anterior fue el texto de la invitación que se envió a destacados vecinos de Buenos Aires, el 21 de mayo de 1810. (Arch. Gral. de la Nación)

Las palabras mas encendidas que registran los archivos son las de Castelli, Juan José Paso, el Fiscal Manuel Villota y el General español Pascual Ruiz Huidobro. Todos coincidían en que Cisneros debía renunciar, y reconocerse el gobierno a Buenos Aires.

Villota, entendía que debía aceptarse el derecho a la soberanía de Buenos Aires, pero negándole la facultad a las futuras autoridades, de disponer por el resto de los pueblos que integraban el Virreinato. Las palabras de Paso tranquilizaron el ambiente. Éste propuso la formación de una Junta provisoria y luego que el interior enviara representantes para integrar una Junta ampliada y de esa forma, tomar un decisión final y definitiva.

Terminada la medianoche, finalizó la ardua tarea-llovía dicen las crónicas-y bajo las recovas mucha gente saludó con alegría el resultado de la votación, que ya se sabía favorable a la deposición del Virrey.

La composición del Cabildo Abierto fue la siguiente: 16 funcionarios públicos, 4 miembros del Consulado; 7 funcionarios de la Real Audiencia; 13 Alcaldes de barrio; 2 Alcaldes de la Hermandad; 27 Eclesiásticos; 17 Abogados; 3 Escribanos; 1 Licenciado; 4 médicos; 59 comerciantes; 21 vecinos; 59 militares; 3 marinos; 15 sin profesión.

Al día siguiente se escrutó la votación que fue compuesta por 251 cabildantes.
158 votaron en contra de Cisneros, 67 votos por su permanencia y 26 personas no emitieron su voluntad.

Manuel de Anchorena y José de Ocampo fueron los regidores encargados de entregar a Cisneros lo dispuesto por el Cabildo, que así lo hicieron, pasado el mediodía.





Eran los comienzos del nacimiento de la patria...

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