22 de junio de 2007

- SIN LAGO -



Desapareció
misteriosamente
un lago


Se secó totalmente
entre abril y mayo.

Tenía 10 hectáreas y una profundidad de entre 5 y 25 metros


En apenas dos meses, desapareció como por arte de magia un lago del fiordo Témpano, ubicado en el límite de la región de Magallanes con Aisén, al oeste de Campo de Hielo Sur, en la zona austral de Chile.

Los fragmentos de glaciares que antes flotaban en el agua quedaron apoyados en terreno seco.

La inexplicable situación fue detectada por guardaparques de la Corporación Forestal Nacional de Chile (Conaf), quienes mensualmente monitorean la zona como parte del programa de control de la conservación de huemules que se mantiene en la región.

El lago tenía una superficie aproximada de alrededor de 10 hectáreas, y profundidades que van desde los cinco hasta los 25 metros.

El refugio de Conaf se encuentra a unas cuatro horas de caminata de allí, lo que equivale a una distancia de unos nueve kilómetros. A fines de marzo el grupo había recorrido la zona y observado que el lago, que hasta ahora no tiene nombre, tenía una cota de agua normal.

Sin embargo, en la visita del 27 de mayo los guardaparques se llevaron una gran sorpresa: el lago había desaparecido de la faz de la Tierra.

En vez de agua se encontraron con que los trozos de glaciar que antes flotaban ahora se encontraban en el fondo de un lecho seco, atravesado por grandes grietas.

El río que lo alimentaba, que lucía un considerable caudal, también había perdido fuerza y se había convertido en apenas un riachuelo.

"Antes, era difícil cruzarlo por el caudal que tenía. Hoy se puede transitar normalmente. Se formaron enormes grietas que deberán ser evaluadas por geólogos. No podemos especular, pero el lago desapareció y los témpanos que existían quedaron sobre el lecho", explicó el director regional de Conaf, Juan José Romero.

Desconcierto

Germán Coronado, jefe del área de Puerto Edén de Conaf, fue testigo del insólito hecho en la visita de fines de mayo.

Estimó que el lago tenía unos tres km de largo por tres de ancho y que el río que lo alimentaba tenía unos 40 metros de ancho y una extensión de 8 km. Las grietas que aparecieron en el lecho tienen hasta 25 metros de profundidad.

Respecto de probables causas, Romero dijo que "es posible que haya habido un movimiento de placas. Pudo haber sucedido en la época de los temblores en Aisén, pero son sólo conjeturas". Agregó que en las próximas semanas será necesario viajar a la zona con geólogos para revisar sobre el terreno lo ocurrido y establecer las causas.

El investigador del Instituto Antártico Chileno Ricardo Jaña no duda de que tiene que haber habido un colapso, pero cree que si efectivamente existió el alud deberían haber quedado señales en el terreno.

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