3 de julio de 2007
- EL COLON -
El Colón, joya de la corona
Por Alicia de Arteaga
La Nación
Le tocará a Mauricio Macri inaugurar las obras de restauración del Teatro Colón cuando, el 25 de mayo de 2008, nuestro mayor coliseo celebre el centenario con una función de Aida.
La ópera de Verdi abrió las puertas de la majestuosa sala, cuya construcción demoró 18 años, con la dirección sucesiva de los arquitectos Tamburini, Meano y del belga Jules Dormal. Es la perla del patrimonio y hoy el eje de la transición política en el terreno de la cultura.
Considerada de manera unánime una de las mejores, sino la mejor, salas de ópera del mundo por su acústica excepcional, se entiende por qué resolver el tema de los textiles demanda más tiempo del previsto a los equipos responsables del Master Plan, que dirige Sonia Terreno, y al grupo de asesores consultados, como la reconocida especialista Ruth Corcuera, entre otros.
La puesta a punto del Colón, la mayor en toda su historia, es la obra más importante encarada por las últimas tres administraciones de la ciudad. Comenzó con Fernando de la Rúa y seguirá con Macri, que todavía no ha definido quién será su ministro de Cultura.
Antes de partir a París, el jefe de gobierno electo se reunió con sus colaboradores más cercanos, incluido Ignacio Pablo Liprandi, su referente en el área de cultura.
Liprandi, como Eduardo Costantini, viene del mundo de las finanzas, pero el arte contemporáneo ha sido el rayo que le cambió la vida. Dejó su puesto de asesor de inversiones en una firma con base en Wall Street y se dedicó a estudiar humanidades y a definir el perfil de la colección de arte contemporáneo de artistas argentinos, salvo un LCD ( liquid cristal display ) del británico Julien Opie que instaló luego en un departamento de buena arquitectura, proyecto de Alejandro Bustillo en Barrio Norte.
Liprandi asegura que Macri nunca dijo la frase que erizó los ánimos de la gente del Colón: que "bajaría el número de empleados del teatro de 1300 a 700". No es Macri un hombre de "gran abono", precisamente, pero tiene claro el valor estratégico de este elefante blanco considerado en el imaginario colectivo un orgullo nacional. El Colón es uno de los pocos teatros líricos construidos entre fines del siglo XIX y comienzos del XX que no han padecido el flagelo del incendio que devoró, por ejemplo, La Fenice, de Venecia.
La cuestión de fondo para Macri y su equipo es determinar si los fondos que se destinan a cultura son un gasto o una inversión. Para Jorge Telerman la cultura fue una escalera a la fama, aunque no haya sido suficiente para sostenerlo en el tembladeral que planteó la presencia de Daniel Filmus, ungido candidato del kirchnerismo.
La actual ministra de Cultura de la ciudad, la arquitecta Silvia Fajre, salteña graduada en Tucumán, creció políticamente con su defensa del patrimonio y ha seguido de cerca el proyecto del Master Plan durante tres administraciones. Es obvio pensar que le gustaría ser ella quien ponga el moño de la obra financiada por el BID.
¿Estará listo el teatro el 25 de mayo de 2008? Difícil. El tema de los textiles ha llevado más tiempo que el deseado y todavía falta determinar la incidencia que los cambios, en butacas, sillas y cortinados, tendrán en la legendaria acústica. Ese misterioso equilibrio que le dio a nuestro primer coliseo fama mundial.
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