23 de marzo de 2007

- NUESTRO TIEMPO -


Día Meteorológico Mundial

El tiempo y el clima no conocen fronteras geográficas, por eso en todo el mundo se considera que la cooperación internacional es un elemento imprescindible para el desarrollo de las ciencias que los estudian: la meteorología y la climatología; y también para tener acceso a los beneficios que se derivan de sus aplicaciones. Estos beneficios se reflejan en sectores tan sensibles a las condiciones meteorológicas como la agricultura, la gestión del agua, la explotación de recursos naturales, la aviación y las actividades marítimas.

En todos estos sectores (y en muchos más) contar con unas buenas predicciones meteorológicas a corto plazo es fundamental, pero también conocer cuáles son las tendencias del clima para los próximos años es de vital para muchos de ellos. Por este motivo el Día Meteorológico Mundial conmemora la fecha del 23 de marzo de 1950 en la que se constituyó formalmente la Organización Meteorológica Mundial (OMM) con la firma del convenio de sus primeros treinta miembros. Actualmente esta organización cuenta con 185 miembros (179 Estados y 6 territorios) y sus fines son la cooperación internacional en servicios y observaciones meteorológicos, promover el intercambio rápido de información meteorológica, la normalización de las observaciones meteorológicas y la publicación uniforme de observaciones y estadísticas.

Entre las última preocupaciones de la OMM está el cambio climático que han previsto, para este siglo que comienza, los expertos de Naciones Unidas. El agotamiento de los recursos naturales, la contaminación, la deforestación, la construcción de presas, están poniendo de manifiesto la posible influencia humana en este cambio. Fenómenos climáticos cada vez más virulentos como El Niño parecen confirmarlo. Otro ámbito de estudio importante es la previsión de catástrofes naturales relacionadas con la meteorología, como las tormentas tropicales o las inundaciones.

Pero la aplicación de la información meteorológica puede ser también soporte de proyectos de desarrollo. Por ejemplo, las pérdidas agrícolas que se achacan a las condiciones meteorológicas pueden acercarse al 20% de la producción anual en algunos países. Una rápida información meteorológica puede disminuir considerablemente las pérdidas causadas por plagas y enfermedades. En las zonas propensas a la sequía, como el Sahel africano, por ejemplo, la utilización de boletines meteorológicos ajustados a esa zona permite aumentar los rendimientos de los cultivos.

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