6 de mayo de 2007

- DIALOGOS -



Diagnóstico país: el año electoral en perspectiva

Las reflexiones, críticas y elogios de Juan José Sebreli, Natalio Botana y Joaquín Morales Solá sobre los interrogantes del país, en una mesa redonda organizada por LA NACION en la Feria del Libro

Por Luis Moreiro

Pensadores, escritores, intelectuales. Tres argentinos tan ciudadanos como cualquiera de los mil que se sentaron frente a ellos el jueves en la Feria del Libro para escuchar qué piensan de esta Argentina de hoy que se prepara para una nueva renovación democrática.

¿Cómo será el país de mañana? ¿Cuáles son nuestras asignaturas pendientes? ¿El bienestar económico es ficticio o real, perdurable o volátil?

Juan José Sebreli explicó por qué se sumó a la Coalición Cívica que encabeza Elisa Carrió, pero no dejó de mostrar su reparo por la aparición de Jorge Telerman como el candidato a jefe de Gobierno. "Es un hombre de lealtades frágiles", dijo, parafraseando a Joaquín Morales Solá, otro de los panelistas invitados.

"El presidente Kirchner no amenaza con la candidatura presidencial de su esposa, la senadora Cristina Fernández. Kirchner anuncia que ella será la candidata", dijo Morales Solá y arrancó sonrisas entre los concurrentes.

Natalio Botana, el tercer invitado a la mesa redonda organizada por LA NACION, se identificó como un porteño de pura cepa, pero afirmó que este año preferiría ser rosarino, ciudad de la Argentina en la que un partido político (el Socialista) logró construir una opción válida para el electorado, contrariamente a lo que ocurre en la Capital Federal, donde, dice, los partidos políticos no existen.

Una hora y media duró el encuentro. Noventa minutos a lo largo de los cuales hubo aplausos, risas y silencio, respetuoso silencio ante el análisis esclarecedor de estos tres influyentes intelectuales cuyos análisis iluminan muchas veces costados no siempre evidentes de la realidad política.

Las elecciones porteñas fueron el aperitivo, la excusa con la que Jorge Fernández Díaz, secretario de Redacción de LA NACION y moderador del encuentro, rompió el hielo.

Y las diferentes posiciones no demoraron en aparecer.

Juan José Sebreli recordó que hace cuatro años, en una conferencia que se hizo en el Malba, habló de la necesidad de promover una coalición cívica: "Lo decía ante la crisis que vivían los partidos políticos tradicionales, y lo que yo analizaba como la inexistencia de partidos -tanto de centroderecha como de centroizquierda- y que fueran, además, democráticos, racionales y modernos. Aquella idea tuvo éxito; tanto que llegó a triunfar en una elección de la Capital, que es la que tiene el electorado más sofisticado del país. Hoy se vuelve a conformar una coalición, que no es la coalición que uno sueña, pero algo se acerca."

Sebreli parece admirar la socialdemocracia europea, que le gustaría ver en el país. Sin embargo, reconoce que no es fácil. "Acá se entiende cualquier cosa por socialdemócrata, hasta Kirchner podría pasar por socialdemócrata", aseguró. Y explicó que "la coalición es de un liberalismo de izquierda. Es una coalición compuesta por restos de partidos políticos -porque aquí los partidos están liquidados-, por dirigentes sin base, por ONG y por individuos independientes, como el caso mío", sostuvo.

Fue más ácido a la hora de analizar al candidato a jefe de gobierno de su propia coalición: "Suscribo una declaración de Elisa Carrió donde dice que es un riesgo aliarse con Telerman que -como alguna vez dijo Morales Solá- es un hombre de lealtades frágiles y breves; pero, bueno, en la política todo es un riesgo".

Natalio Botana tomó la posta para expresar su preocupación por la fragilidad de las instituciones y la de los partidos políticos porteños. "La ciudad de Buenos Aires es un paradoja viviente -dijo-. Es el distrito más sofisticado del país en cuanto a cultura o nivel de ingresos. En la ciudad de Buenos Aires hoy no hay partidos políticos. Los tuvo, claro que sí. Tuvo a la UCR y al Partido Socialista, pero hoy Buenos Aires tiene facciones, no partidos. Dentro de este panorama se está gestando un partido de distrito, no nacional, que es el partido de Mauricio Macri y, frente a ello, también se gesta una prolongación de la hegemonía presidencial. También, como bien explicó Sebreli, existe la Coalición Cívica. Ahora, miren qué paradoja, porque en la Coalición el candidato a jefe de gobierno es quien detenta el poder en la ciudad. Y este dato, no es menor, puesto que es una marca que atraviesa toda la política. Porque hoy, en la Argentina, ante la fragmentación de los partidos, lo que mandan son las posiciones gubernamentales que controlan los recursos del Estado".

Para sorpresa de los concurrentes, Botana dijo que hubiera preferido ser santafecino. Rosarino, para más datos. "Francamente, no me siento identificado con lo que pasa en la ciudad de Buenos Aires desde el punto de vista político. Yo hoy estaría muy feliz de ser santafecino y, en especial, de Rosario. Ahí está ganando un candidato socialdemócrata, Hermes Binner, que demuestra que se puede armar un partido político sólido desde una buena gestión municipal, y la gente se da cuenta de eso y lo premia con el voto. En cambio, en la ciudad de Buenos Aires, lo que heredamos es una muy mala gestión. Lo digo con melancolía, porque esta ciudad se merece mejores gestiones."

A Joaquín Morales Solá se le pidió que analizara la postura del presidente Néstor Kirchner frente a los candidatos opositores a Daniel Filmus. ¿Prefiere el oficialismo confrontarse con Macri antes que con Jorge Telerman?

"Macri aparece como el adversario natural, en cambio Telerman parecer ser el candidato que, después de tener cierta cercanía con el Gobierno, cometió una supuesta traición. Ante esta disyuntiva es habitual que el poder se incline a elegir, para una confrontación directa, a su adversario natural, en este caso, Macri. Ocurre también que la ciudad de Buenos Aires es el primer gran distrito en el que se va a votar este año. Y, mirando hacia octubre, Macri es mucho más funcional al gobierno nacional que Telerman. El ingeniero expresa un proyecto nacional que encabezaría Ricardo López Murphy y que, en todas las encuestas, aparece muy abajo. Telerman, en cambio, forma parte de una sorprendente y atractiva coalición junto a Carrió, como bien nos acaba de explicar Sebreli. Digo sorprendente porque nadie sabía que Elisa Carrió trabajaba en secreto en esa coalición en la que aparecen tantos nombres atractivos."

Un electorado sofisticado

Todos, a su turno, coincidieron en que el electorado porteño, históricamente, se ha ganado la fama de ser el más sofisticado del país. ¿Pero es también Buenos Aires el distrito más opositor?

Para Botana, sin lugar a dudas, es así. "Buenos Aires es la ciudad más opositora del país. No olvidemos que esta es la ciudad de Leandro N. Alem, la ciudad en la que se formó Juan B. Justo, en la que se formó Lisandro de la Torre. Aquí hay un temperamento opositor muy grande que, no tengo dudas, se va a expresar en las elecciones del 3 de junio. Pero el problema al que me quiero referir es otro. Es institucional. Aquí, para elegir al jefe de gobierno se aplicará un sistema de ballotage en el que los dos candidatos que logren la mayor cantidad de votos el 3 de junio irán, tres semanas después, a una segunda vuelta. El sueño opositor es que a esa segunda vuelta lleguen Telerman y Macri, relegando al candidato oficialista Daniel Filmus al tercer lugar. Lo que olvidamos es que el 3 de junio también se votará una nueva legislatura, elección en la que se aplica un sistema proporcional absoluto que permite el ingreso de todas las representaciones políticas a la legislatura. Este sistema impide que el jefe de gobierno, que en la segunda vuelta tendrá que sumar al menos el 51% de los votos, tenga mayoría propia para gobernar. Es la eterna historia: prestamos atención a los cargos ejecutivos y muy poca a los legislativos.

A Morales Solá lo invitaron a que se acercara al mundo de los afectos; o de los desafectos, mejor dicho. Tuvo que hablar sobre la esquiva relación que ¿une? A los porteños con el presidente de la Nación. "Kirchner es el presidente que menos esfuerzos hizo para conquistar a la Capital. Kirchner no la entiende a la Capital, no la quiere entender, y creo que ha resignado cualquier esfuerzo para entenderla. El sabe que, si hay un lugar en el que no son bien vistos sus modos confrontativos, es en la Capital, pero él insiste con ese método porque sabe que cae bien en otros sectores geográficos del país y, en especial, en el Conurbano. La ciudad de Buenos Aires está conformada por una sociedad que, históricamente, quiso alejarse del poder federal."

Analista político, al fin, Morales Solá no dejó de lado una pintura de lo que vendrá. "La capital, además, será el escenario de los dos grandes combates electorales que se darán este año. El primero, en junio, con la elección de Jefe de Gobierno, y el segundo, en octubre, donde será el escenario de todos los combates electorales. Lo que lamento es que, después de la crisis de 2001, en la que se destruyeron la riqueza y los salarios, y la mitad de la sociedad quedó bajo la línea de pobreza, cuatro años después, el gran debate de la campaña electoral sea quién se llevó el dinero de las coimas. Yo, en este punto, ya no entiendo a la dirigencia política argentina, no entiendo que lleve las cosas a este punto de riesgo institucional para el país, más allá de la desprolijidad moral."

Y por allí se coló el tema económico en el debate. Y la cuestión era la de indagar, entre los panelistas, su parecer sobre el futuro de la Argentina. Sebreli resultó ser el de la mirada más crítica. "El bienestar económico es sumamente aparente -dijo-. El modelo económico de Kirchner es un viejo modelo destinado al fracaso, que ya fue probado en la década del 40. Es un modelo para la economía interna, con industrias subsidiadas, que lleva al atraso y a una forma de capitalismo ineficiente, sin capacidad exportadora. Todo depende de los precios internacionales de los productos agropecuarios, que son los únicos con capacidad exportadora. Es un modelo que, seguramente, en el segundo mandato de Kirchner comenzará a mostrar sus efectos negativos. Uno de esos efectos malignos ya lo estamos percibiendo, que es la inflación."

Morales Solá fue menos duro con la política económica de la administración kirchnerista. "La situación macroeconómica que vive la argentina se va a mantener por mucho tiempo y las crisis que podemos tener no van a ser como las que hemos conocido. Si algo nos faltaba para mejorar la situación macroeconómica, apareció el tema del biocombustible: aunque la Argentina no haga nada al respecto, igual se va a ver beneficiada. No creo que la Argentina, por más errores económicos que cometa, como de hecho comete este Gobierno, tenga que soportar una crisis económica de la magnitud de las conocidas."

En diferentes puntos de la charla surgieron frases referidas a la simbiosis, en el caso de la política argentina, entre los gobernantes y el Estado. Intentos de hegemonía, populismo, perduración en el poder, dijeron Sebreli, Solá y Botana. Pero, ¿de qué hablaban concretamente?

Juan José Sebreli recordó haber leído un artículo de Felipe González en el que sostiene que la opción actual no es entre la izquierda y la derecha, sino entre la modernidad y el bonapartismo. "La modernidad es reformar el Estado y la economía. El bonapartismo, en cambio, es un sistema que, en la Argentina, instaló Perón y que Kirchner revive. No es otra cosa que lo que vulgarmente llamamos populismo. Y creo que hay que terminar con este sistema populista que, en el caso de Kirchner, es de derecha, aunque disfrazado de izquierda."

Botana apeló a sus dotes de historiador para avanzar sobre el tema. "Aquí los presidentes que no terminan sus mandatos son los presidentes no peronistas. Todos los presidentes peronistas terminaron sus mandatos. Menem los terminó, Kirchner lo terminará y puede ser reelegido por él o por interpósita persona. El único que no pudo terminarlo fue Duhalde, por la desgracia del puente Pueyrredón cuando mataron a Kosteki y a Santillán. Aquí hay un fenómeno muy complicado, que es el transformismo peronista. Es obvio que la ideología en el peronismo es muy fluida. El peronismo es el único movimiento que acumula poder en las personas y no en las instituciones. Lo que ha logrado el peronismo es subordinar las instituciones del Estado al apetito hegemónico del momento. Es lo que hace Kirchner hoy y lo que hizo Menem en sus dos largos períodos."

“Son todos neomenemistas”

“En este país son todos neomenemistas”, dijo en un momento de la charla Joaquín Morales Solá, cuando se le preguntó si Mauricio Macri lo era. La ocurrencia, festejada por el público, fue explicada por el analista político.

“¿Cuál es la acusación que le hacen a Macri? –se preguntó–. Haber tenido una buena relación con el presidente Menem, la misma buena relación que tuvo el presidente Kirchner, por supuesto; la misma buena relación que tuvieron los gobernadores peronistas y el 90% de los integrantes de los bloques peronistas en la Cámara de Diputados y de Senadores de la Nación. La estrategia del presidente Kirchner fue decapitar a la vieja corporación política pero no la modificó y él se colocó a la cabeza de la corporación y kirchnerizó todo lo que había sido menemista. Por eso digo que hoy todos son neomenemistas en ese sentido. Sí creo que hay un incipiente cambio de generación. Mauricio Macri, Elisa Carrió, Ricardo López Murphy y la propia senadora Kirchner pertenecen a otra generación política. Los viejos exponentes de la democracia, del 83 hasta acá, están imposibilitados de presentarse a una elección. ¿O ustedes creen que Alfonsín o Duhalde no se presentan porque no quieren? No, no se presentan porque no pueden. Menem quiere volver y si yo fuera amigo suyo le diría: doctor, usted fue el único presidente que ganó dos elecciones consecutivas en la historia de la Argentina, no se dedique ahora a competir para ver quién sale último, que es por lo que está peleando ahora. Si me preguntan, entonces, si Macri es un neomenemista por las ideas, debo decir que no. Tiene algunas ideas parecidas a las de Menem, pero también algunas parecidas a las de Kirchner. El campo de las ideas no puede ser propiedad de una persona, mucho menos cuando las ideas que prevalecieron en los 90 fueron aplicadas en todo el mundo y no las inventó Menem. Creo que en Macri hay un exponente de nueva generación de políticos, como lo hay en Carrió, López Murphy o en la senadora Kirchner. Y creo que éste es un progreso importante en lo personal, pero que no se ve reflejado en los partidos políticos ni en la renovación de éstos”.

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