31 de marzo de 2007

- VOLVER -



A 25 años de Malvinas


Aquel 2 de abril de 1982 eran demasiado jóvenes para ir a una guerra. Eran simples soldados, y Malvinas partió sus vidas en dos. Fueron maridos, fueron padres, encontraron en el abrazo de los amigos y la familia la contención que no les ofreció una sociedad que les dio la espalda

Alejandro Villanueva


“En un momento me di cuenta de que lo que estaba pasando era una locura: había piedras gigantes que se movían por los tiros, caían bombas, las balas salían para todos lados... Además, no había nadie en condiciones de pensar nada. La mayoría estaba para cualquier cosa; era un descontrol total. Ahí tuve momentos de despedirme de todos, de mis viejos, de mis amigos... porque por todo lo que estaba pasando alrededor mi cuenta era que ya me tocaba...”

Norberto Santo

“Me degradé mucho, hasta el punto de no querer decir que era ex combatiente. Sólo me delataba la pérdida del brazo. Todos me preguntaban qué me había pasado y yo contestaba cualquier cosa. Cuando decidí irme a vivir solo, llegué a tocar fondo. No podía abrir una lata de tomates ni atarme los cordones. Llegué a llorar 22 horas por día. En el centro empecé a recuperarme de a poco. Un día me reí de una pelotudez que dijo un compañero y estuve media hora riéndome. Y en ese momento pensé que hacía tres años que no sonreía ni sentía esa sensación que te produce la risa.”

Gustavo Caso Rosendi

“El rengo Villanueva era tremendo... Era el que conseguía comida, puchos, todo... Un día me llamó para decirme que tenía dos latas de cerveza escondidas atrás de una piedra. Fuimos a tomarlas a la nochecita. Estaba lloviznando y nosotros, todos mojados, tirados en una roca inmensa, fumando y tomando cerveza, mirando Puerto Argentino, que estaba todo iluminado. En eso, por la radio empezamos a escuchar una canción de los Beatles, creo que era Let it be. Es increíble cómo las cosas buenas se arreglan para aparecer cuando uno más las necesita.”

Gabriel Sagastume

“Los militares pretendían mantener la disciplina y la sumisión de los soldados todo el tiempo. A mí, por ejemplo, me estaquearon. Vinieron a preguntar por mí y yo no estaba, estaba en el pueblo, buscando comida. Cuando volví y me presenté, el cabo primero me preguntó dónde había estado. Entonces, me ordenó que fuera a buscar cuatro estacas. Si bien hubo algunos compañeros que se quedaron mirando, otros no lo aceptaron. Mis amigos, el Tano, el Sapo y otros más, vinieron al rato y me soltaron. Lo único que pensaba cuando estaba ahí era qué podía pasar si empezaban los bombardeos o si me agarraba la noche, que era muy jodida, porque te podías morir congelado.”

Eduardo Canitrot

“Cuando saltan los bajones volvés para atrás; las situaciones límite no las podés superar; hay momentos que son imborrables. Yo sentí la necesidad de mudarme: buscaba tranquilidad y me escapé de la ciudad. Nuestra posguerra fue en silencio, fue sólo nuestra; es otra marca muy grande que tenemos. Salir solo se puede, pero sin la familia es más duro; mi vida fue muy difícil, y sé que tengo que seguir adelante por ellos.”

Alberto Tarsitano

“Malvinas siempre estuvo con nosotros. Y, de algún modo, siempre va a estar. Cuando me separé, fue todo muy fuerte, porque mis hijos se quedaron en Olavarría y yo me volví a La Plata. Y en un punto me sentí igual que cuando volví de las islas: una parte mía había quedado en otro lado. Por suerte, me apoyé en mi familia yen mis amigos. Y fui a buscar a Pipo, que era mi compañero de trinchera y al que le estaba pasando lo mismo que a mí, porque recién se había separado. Toda la historia se volvía a repetir.”

Luis Aparicio

“No me acordaba de ese momento hasta que vi la foto. La conseguí en el ’93 o el ’94. Me la dieron los ingleses, cuando fui a declarar por unas denuncias de asesinatos en Monte London. Ahí había un montón de fotos de Malvinas. Después de declarar, nos dijeron que si nos encontrábamos en alguna nos la regalaban. En la foto, nosotros estamos prisioneros. Los ingleses pasaban haciendo relevos y nos escupían y nos pateaban... Y en eso veo a un tipo con una cámara colgando que nos hizo como un gesto de saludo y se puso a sacarnos fotos. Yo levanté la cabeza y traté de armarme, para que no me viera derrumbado. Hoy, cuando la veo, me sorprende mucho mi mirada; estaba perdido, esperando no sé qué. Ahí empezó mi regreso de las islas.”

Martín Raninqueo

“Acá están las cartas que me enviaron familiares, amigos y desconocidos. Cartas que, como gaviotas, cruzaron el mar trayéndome señales de vida. También están las tres o cuatro cartas que escribí desde las islas, tiznadas, con manchas de turba y cada día más amarillas, que viven enjauladas para siempre en esta cajita de cartón.”

Una guerra sin final

El momento tan ansiado de volver, el encuentro con familiares y amigos, las cosas materiales, dormir en sus camas, convertir en diálogo aquellas cartas que llegaron y las que no. Empezar a planificar, poder pensar en lo que vendrá sabiendo que ya no habrá más bombardeos, órdenes, contraórdenes, frío, hambre, muerte.

Confiando en el silencio sin estar pendiente de la primera señal sonora de los aviones para refugiarse donde pudieran, darse cuenta de que la guerra no termina nunca, que la lucha siempre es la misma: vivir.

La posguerra es para los soldados ex combatientes de Malvinas una dura pelea. La más importante, barajar y dar de nuevo, es casi imposible; los recuerdos son imborrables, las heridas siguen presentes y las miradas de aquellos amigos que no volvieron, sumadas a las voces de sus padres gritando sus nombres sin encontrarlos el día del regreso, quedarán grabadas por siempre.

Pasaron 25 años y aquellos chicos de Malvinas sienten que tanto en la guerra como en el retorno los abandonaron, los dejaron solos. Fue muy duro rehacer sus vidas. Las puertas se cerraban, la indiferencia, la culpa y la vergüenza de quienes apoyaron la guerra era notoria: nadie preguntaba nada. Sin embargo, la necesidad de hablar era mucha: había que sacar cosas que estaban muy adentro, y así se fue cerrando un diálogo que en realidad nunca se abrió, porque los ex combatientes sólo tenían charlas entre ellos, a modo de desahogo.

En su mayoría salieron adelante. Familiares, esposas, hijos, novias y amigos, como también los centros de ex combatientes, fueron fundamentales.

Ellos los consideran primordiales en su recuperación, en la tarea de encontrarle un porqué a esa fuerza interior para mantenerse vigentes. Las historias de aquellos soldados son todas distintas, pero coinciden en que el regreso fue tan duro como la guerra misma, los suicidios de tantos compañeros demuestran que la guerra no tiene punto final, la guerra de Malvinas sigue dañando.

Para saber más: www.photogonzalo.com

LA NACION REVISTA

- CONTAMINADOS -



Contaminación en el Río de la Plata

Hoy es el Día Nacional del Agua en la Argentina y, para celebrarlo, nada mejor que una actualización sobre la que constituye una de las realidades más preocupantes en el mundo. Efectivamente, el lema de las Naciones Unidas para este año -conocido el pasado 22, en ocasión de la celebración del Día Mundial del Agua- fue "Afrontar la escasez de agua", porque su insuficiencia y su contaminación son dos grandes amenazas.

De allí, entonces, que se imponga la necesidad de una cooperación y una integración internacional mayor, para garantizar una gestión sostenible, eficiente y equitativa de los escasos recursos hídricos.

La organización ecologista World Wildlife Fund (WWF) hizo conocer un informe, "Los principales 10 ríos del mundo en peligro", según el cual los grandes cursos fluviales del planeta se están muriendo como consecuencia del cambio climático, la contaminación y la construcción de presas. Entre los ríos mencionados en el documento están, por ejemplo, el Yangtsé, en China; el Ganges, en India; el Danubio, en Europa; el río Grande, en América del Norte, y el Río de la Plata, el único latinoamericano en peligro grave.

El principal objetivo del informe es que los responsables admitan el problema ahora, para evitar una emergencia de agua dulce de mayor escala, y que se empiece por proteger de manera más eficaz el flujo natural de los ríos y la distribución y uso del agua, con el fin de salvaguardar los hábitats y los medios de vida de grandes poblaciones humanas.

La cuenca del Río de la Plata, la segunda de América latina, recibe los afluentes de los ríos Paraná y Uruguay, y representa el 80 por ciento de la disponibilidad de agua dulce de la Argentina. Este río proporciona el agua potable para más de 10 millones de personas, pero ahora sufre una contaminación de los más variados orígenes en toda su extensión, y se ha transformado a la vez en bebedero y cloaca, sin que exista una política que trate el tema con la seriedad que merece.

Diariamente se descargan allí miles de toneladas de residuos fecales de los millones de seres humanos que habitan las ciudades ribereñas -Buenos Aires, entre otras-, que cuentan con obsoletos sistemas sanitarios prácticamente sin ningún tipo de tratamiento. También se vierten efluentes industriales, químicos, cloacales, de la industria agroalimentaria, de productos hidrocarburados, tóxicos, etcétera. Además, hay informes según los cuales en el río se encuentran metales pesados y compuestos organoclorados, como los bifenilos y los policrorados, además de los pesticidas, causantes de enfermedades como el cáncer. Como es lógico, los peces que se alimentan del fondo del lecho del río terminan incorporando estos contaminantes.

El informe de la WWF afirma que la crisis ribereña rioplatense iguala en importancia y peligrosidad los efectos del cambio climático. Según el documento, el Río de la Plata sufre, además, las amenazas de nuevos proyectos de infraestructura -entre los que se incluyen 27 represas (seis ya se encuentran en construcción)- o planes de navegación, como la hidrovía, realizados con un inadecuado proceso de evaluación de impacto ambiental.

Sin duda, la contaminación del Riachuelo y del río Reconquista contribuye de manera significativa a la del Río de la Plata. Basta observar una fotografía aérea o sobrevolar Buenos Aires para ver los grandes manchones oscuros que se disuelven en las aguas del río. De lo anterior, se desprende claramente hasta qué punto es esencial el proceso de saneamiento del Riachuelo y del Reconquista.

Resulta paradójico el anuncio de que el Ejército Argentino se abocará a la defensa de un hipotético ataque del Acuífero Guaraní, o que se ponga en riesgo la larga y amistosa relación con el Uruguay por la instalación de las pasteras en Fray Bentos, y no se tomen los mínimos recaudos necesarios para evitar los vuelcos contaminantes ilegales, cuando lo que se necesita es apurar la implementación de un eficaz tratamiento de los residuos cloacales que afectan cada día esta fuente privilegiada de agua para tantos millones de habitantes de la Argentina.

La sociedad argentina debe comprender, y pronto, que ninguna geografía, por más privilegiada que sea, podrá escapar durante mucho tiempo a la crisis hídrica que ya afecta gravemente a grandes extensiones de tierras y poblaciones, en el mundo.

30 de marzo de 2007

- LIFE -



`Life´ deja los quioscos, pero sobrevivirá en Internet

La revista Life, con más de 70 años de historia a sus espaldas, dejará de publicarse en papel para sobrevivir únicamente en la Red, según ha anunciado la compañía que la edita, Time Inc. La publicación, que ofrecerá a los internautas de forma gratuita un catálogo con más de 10 millones de fotografías, el 90% nunca han publicadas, llevará el próximo 20 de abril a los quioscos su último número.

Life empezó a publicarse en 1936, primero como un semanario, de forma irregular hasta los años setenta del pasado siglo, y como un suplemento semanal de nuevo en 2004, tras un cierre temporal en el año 2000.

La revista ha apostado siempre por las imágenes de calidad y el fotoperiodismo, estando entre sus números más populares los que llevaron a sus portadas a Marilyn Monroe, Greta garbo, la obra de Robert Capa o el que ilustró la victoria de Nueva York con una fotografía de un marinero que sostenía a una enfermera entre sus brazos.

A partir del mes que viene, éstas y otras 10 millones de fotografías que forman parte del catálogo de Life sólo podrán conseguirse a través de Internet. Una colección que según la presidenta ejecutiva de Time, Ann Moore, es la más importante del mundo sobre "los acontencimientos y personajes del siglo XX", y a la que se podrá acceder de forma gratuita, siempre que el uso que se le de no sea con ánimo de lucro.


Las imágenes que Time pondrá a disposición de los internautas son, en muchos casos, inéditas, pues más del 97% del catálogo jamás ha sido publicado. Entre ellas hay obras de reputados fotógrafos, como Alfred Eisenstaedt, Margaret Bourke-White o Gordon Parks.

Una de las portadas más famosas mostró en 1945 a un grupo de soldados estadounidenses levantando una bandera en la isla de Iwo Jima, durante la Segunda Guerra Mundial, y ha dado origen recientemente a la película de Clint Eastwood Banderas de nuestros padres.

El anuncio de la desaparición de Life llega tras el rediseño de otra de las publicaciones estrella de su editora, la revista Time, que este año nombraba precisamente a los internautas 'Personajes del año' por su participación en la elaboración de contenidos para sitios como YouTube o Digg.

29 de marzo de 2007

- IGNORANCIA -





Esa Terrible Ignorancia


Sólo hay un bien: el conocimiento.
Sólo hay un mal: la ignorancia.
Sócrates

La ignorancia puede ser curada
pero la estupidez es eterna.
Matt Artson

El ignorante afirma,
el sabio duda y reflexiona.
Aristóteles

La estupidez tiene un cierto
encanto del que la ignorancia carece.
Frank Zappa

La ignorancia es la madre
de todos los crímenes.
H. de Balzac

Una buena educación no la puede
tener todo el mundo, pero todo el mundo debería
tener buenos modales.
El que seamos ignorantes no nos da licencia para ser brutos.
V.Pisabarro

Un día del hombre erudito es más
largo que un siglo del ignorante.
Posidonio

El conocimiento lleva a la unidad,
como la ignorancia a la diversidad.
Ramakrishna

La enfermedad del ignorante
es ingorar su propia ignorancia.
Amos Bronson Alcott

El hombre esta siempre dispuesto
a negar aquello que no comprende.
Luigi Pirandello

Los sabios tienen las mismas ventajas
sobre los ignorantes que los
vivos sobre los muertos.
Aristóteles

No hay mayor señal de ignorancia
que creer imposible lo inexplicable.
S. Bilard

No hay nada más fecundo que
la ignorancia consciente de sí misma.
José Ortega y Gasset

Lo poco que sé, se lo debo
a mi ignorancia.
Platón

Es imposible refutar
al ignorante en una discusión.
Kant

La felicidad está en la
ignorancia de la verdad.
Giacomo Leopardi

Sólo es posible
afirmar en geometría.
Voltaire

Lo peor no es cometer un error,
sino tratar de justificarlo, en vez
de aprovecharlo como aviso providencial
de nuestra ligereza o ignorancia.
Santiago Ramón y Cajal

Aconseja al ignorante,
te tomará por su enemigo.
Proverbio árabe

El primer paso de
la ignorancia es presumir
de saber, y muchos
sabrían si no pensasen
que saben.
Baltasar Gracian

Se necesita un gran conocimiento
sólo para darse cuenta de la
enormidad de la propia ignorancia.
Thomas Sowell

Hacer amistad con el ignorante,
es tan tonto como discutir
con el borracho.
Gibram

El saber y la razón hablan,
la ignorancia y el error gritan.
Arturo Graf

Por la ignorancia nos equivocamos,
y por las equivocaciones aprendemos.
Proverbio Romano

La Educación es el descubrimiento de nuestra
propia ignorancia.
Will Durant

- ARGENTINA -



ARGENTINOS

Como testimonio del conflictivo camino en la construcción de nuestra identidad y el deseo de vincularnos con algo firme, inmutable, esencial y a prueba de vaivenes políticos. Creemos que siempre fuimos "Argentinos".

"Argentina" fue sólo un nombre poético, deriva del latín argentum (plata). Lo llevó a la fama un soldado poeta, Martín del Barco Centenera, quien anunció la composición de "La Argentina", un largo poema en el que narraba la conquista del Río de la Plata. El nombre circuló con suerte variada hasta principios del siglo XIX..

Por entonces poetas neoclásicos y patriotas, popularizaron el adjetivo de sabor latino y desde entonces, fue nombre corriente para periódicos: "La Prensa Argentina", "El Triunfo Argentino"… El nombre estaba en el ambiente, muchos lo usaban. ¿Pero a quiénes designaba?. Se referiría, a los hijos de Buenos Aires, a quienes quizá se llamara "hijos de la Patria", "patricios" o "patriotas".

Creímos que la Nación Argentina, siempre existió, pero fueron pasos trabajosos para llegar a un final predeterminado. En 1810 fuimos las Provincias del Río de la Plata, y desde 1811 Provincias Unidas del Río de la Plata. En 1816, quizá por la renacida esperanza que insuflaba San Martín, se declaró la independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica.

Luego de la crisis de 1820, el Congreso de 1824 volvió a las Provincias Unidas del Río de la Plata. Mientras tanto, el más poético "Argentina" seguía abriéndose camino y penetrando en el vocabulario político institucional. La Asamblea del año XIII aprobó el Himno Nacional, que proclamaba "Al gran pueblo argentino salud".

En 1826 el Congreso de las Provincias Unidas creó el cargo de Presidente de la República Argentina, y después sancionó la Constitución de la República Argentina. Cierto que duró poco, pero desde entonces quedó incorporado al nombre de la comunidad política que se iba gestando. Hubo una "Federación Argentina" y una "Confederación Argentina", y éste fue el nombre que adoptó la Constitución de 1853.

En 1860 se reformó la misma y se adoptó ya definitivamente, el de: "REPUBLICA ARGENTINA".Así nos llamamos desde entonces. Corrientemente solemos decir "La (República) Argentina"; sin omitir el artículo, pues como lo escribió Del Barco Centenera, se trata de un adjetivo, que alude a un siempre prometido futuro de abundancia.

28 de marzo de 2007

- HOMBRE Y COMPU -



El hombre como organismo cibernético


Por Juan José Sanguineti
Para LA NACION


Nuestra cultura es tecnológica porque, en lugar de limitarnos simplemente a trabajar manejando artefactos técnicos, creamos un universo de aparatos que realizan el trabajo "por su cuenta" y potencian de un modo prodigioso nuestras posibilidades.

Las máquinas automáticas ejecutan con "autonomía" secuencias de acciones destinadas a obtener resultados definidos. Llegan mucho más lejos que nuestras posibilidades individuales. Y así extienden enormemente nuestro dominio de la naturaleza. Basta pensar en la ampliación de posibilidades que nace de las naves espaciales, las centrales nucleares, los aceleradores de partículas. Las usamos en el sentido de que las "manejamos": caen bajo nuestro control y dirigimos sus operaciones hacia donde nos interesa.

Con la revolución informática que se inicia a mediados del siglo XX, la automatización llegó al tratamiento de la información, por los que penetró en dominios que antes parecían reservados al procesamiento cerebral y a la potencia de cálculo de la mente individual (una potencia muy limitada).

La tecnología informática es una tecnología de la inteligencia racional. Como toda tecnología, se "separa" del hombre y se hace autónoma en los aparatos, aunque el hombre la manipula e intenta tener con ella una relación "amable". Ahora podemos fabricar robots o máquinas inteligentes, que trabajan "inteligentemente" y que nos asesoran en los aspectos técnicos implicados en nuestro trabajo profesional (ingeniería, medicina, elaboración de textos, etc.), incluso "tomando decisiones" que podemos hacer nuestras.

Lo increíble es que no todo se acaba aquí. La nueva frontera de la tecnología de la inteligencia es capaz ahora no sólo de actuar en el mundo, sino de colaborar con los procesos informáticos de tipo neurofisiológico.

Es antigua la tecnología aplicada al cuerpo, por ejemplo en la cirugía. Pero la novedad aquí es que el automatismo de las tareas informáticas puede intervenir en nuestro organismo subsanando sus defectos y mejorando sus prestaciones, especialmente sensoriomotrices. Este es el campo de la neuroingeniería computacional.

Son como tres grandes oleadas de la tecnología: el maquinismo "energético", la informatización de los procesos cognitivos y, ahora, la incorporación de la máquina informática en el cuerpo humano, concretamente en el sistema nervioso, en cuanto parte de nuestro cuerpo destinada a elaborar la información al servicio de nuestras funciones psicosomáticas y neurovegetativas.

Control por computadora

Un dispositivo electrónico implantado en una estructura nerviosa dañada (por ejemplo, una prótesis coclear como sustitución de la cóclea, parte del oído interno que transforma los estímulos sonoros en impulsos nerviosos codificados) permite oír a algunos pacientes sordos.

Y así, con la implantación de biochips en ciertos sectores del sistema nervioso (neuroprótesis), es posible lograr en pacientes la recuperación de sensaciones (vista, oído, tacto) o del control de movimientos perdidos (en sujetos tetrapléjicos y en el futuro en otras enfermedades que afectan la motricidad).

Desde una computadora se puede controlar, de este modo, la recepción de estímulos nerviosos. Y, al revés, las señales producidas en la corteza, conectadas con computadoras, pueden lograr un control muscular o incluso mover desde lejos robots, máquinas o cursores de computadoras por medio de ondas de radio (sin cables).

De alguna manera, con el solo pensamiento parece que se podría mover un miembro o un objeto externo, incluso lejano, aunque en realidad no es el puro pensamiento el que hace esto, sino el comando motor cerebral (señal nerviosa) que en el hombre deriva de su pensamiento encarnado en actos imaginativos y conectados con emociones (por ejemplo, imaginar que uno está moviendo la mano, o apretando una tecla, o moviendo un cursor).

En la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, con un experimento efectuado en 2003 se consiguió que unos monos con electrodos conectados a ciertas partes de la corteza cerebral movieran brazos robóticos distantes con sus deseos o comandos. Ejemplos como éste, también en seres humanos, poco a poco van siendo más numerosos, por ejemplo, los experimentos del neurólogo John Donoghue, en la Brown University (Providence, Estados Unidos), en relación con la interfaz máquina-cerebro.

Son notables las investigaciones que se están realizando en el campo de la neurorrobótica, en la Escuela Superior de Sant Anna (Pisa), con la dirección de Paolo Dario. Otro ejemplo es el de Kevin Warwick (Universidad de Reading, Reino Unido), profesor de cibernética que se ocupa de la implantación de chips en el sistema nervioso (proyecto Cyborg, término que alude a la unión del organismo con aparatos informáticos: "organismo cibernético").

Máquina, organismo y mente

En los próximos años la incorporación de la tecnología "inteligente" a los controles nerviosos podrá perfeccionarse, abaratarse comercialmente y extenderse a nuevas situaciones.

Estamos ante una nueva modalidad tecnológica en la que la creación de máquinas, típica del Homo sapiens , una vez más prolonga la acción del hombre en el mundo de la materia, esta vez en su propio organismo. Poco a poco nos vamos acostumbrando a que esto sea así también en el campo informático, tan propio de la vida y del psiquismo.

Y esto no pone en peligro nuestra identidad como personas humanas, no obstante las inevitables reacciones desmedidas que ven en este nuevo frente tecnológico la amenaza o, en el otro extremo, el sueño utópico de la creación de una nueva especie de hombre "mitad humano" y "mitad máquina" (el "hombre biónico", el cyborg ).

Los riesgos de abusos existen, sin duda, pero ya sabemos que la ética debe controlar a la tecnología. En este tema, lo que se pide es la salvaguarda de la acción personal, proveniente de un sujeto autoconsciente y libre. Siempre se podrá dañar o impedir el acto humano, con todo tipo de medios, pero no debemos hacerlo.

Las investigaciones actuales de la neuroingeniería computacional, con los ejemplos vistos, se mueven en el terreno de la potenciación de funciones sensomotrices. Con la bioingeniería podremos controlar, cuando haga falta, la dimensión neurovegetativa y somatosensitiva de nuestra personalidad, en el respeto del bien de la persona y de sus actos más significativos.

Está por verse hasta qué punto ese control puede incidir sobre las bases neurológicas de nuestro pensamiento y volición, con sus emociones y tendencias, entre las que prima el amor humano y la actitud personal ante los valores más altos (amistad, amor a la ciencia, arte, religiosidad, honestidad moral).

La parte alta de la persona (el "yo" en su sentido profundo, moral, religioso, sapiencial, personal) no nace de procesos neurales, aunque sí está condicionada por el dinamismo neurológico.

La neuroingeniería del futuro podrá facilitar el acceso mental a más información y fortificar nuestra memoria, como en otro sentido ya lo ha hecho la computación, pero no podrá causar el amor, las respuestas morales o los sentimientos espirituales más elevados y, si se pretende que sí podría hacerlo, entonces es que esa parte elevada de la persona es ignorada, o quizá dejaría de estar activada, como puede suceder también por efecto de drogas y otros atentados al psiquismo de la persona.

Cuando decimos que la tecnología "se maneja", queremos indicar que con la mano, la parte de nuestro organismo que goza de más grados de libertad de movimiento, disponemos voluntariamente de sus usos y aplicaciones. La mano, como ya vio Aristóteles, es el instrumento de la racionalidad humana en el dominio del mundo.

Aunque el control tecnológico ahora pueda correr a cargo del movimiento de los ojos o de los comandos nerviosos, no por eso deja de estar "en nuestras manos", es decir, en dependencia de nuestra libertad racional.

Todo nuestro cuerpo está implicado, en realidad, en la conducta intencional del hombre en el mundo humano: el cerebro, como procesador de información; el rostro, como órgano de comunicación humana; el aparato vocal, como instrumento físico del lenguaje; las manos, como órgano de la acción racional sobre las cosas materiales.

La neuroingeniería está dando una peculiar relevancia a la convivencia entre nuestro organismo, las máquinas y los procesos mentales, que sólo son posibles cuando nuestro sistema nervioso funciona oportunamente.

Lo que se perfila en el horizonte no es la figura del cyborg de la ciencia-ficción, sino la persona humana en una nueva etapa de su desarrollo tecnológico. Este desarrollo debe estar al servicio de los fines más hondos de la existencia humana. La dimensión ética de la vida garantiza, precisamente, el "recto orden" de la razón.

El autor es profesor de Filosofía del Conocimiento en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, de Roma.

27 de marzo de 2007

- COLAPSO -



COLAPSA BUENOS AIRES



Graves problemas de inseguridad, inundaciones por lluvias, sumideros tapados, basura de todo tipo, importante falta de suministro eléctrico, dos derrumbes en barrios centrales, reiterados accidentes de tránsito... ¡Todo mal! ¿Qué nos está pasando? Indudablemente no hay previsibilidad alguna y estamos expuestos a que ante la menor contingencia, la Ciudad literalmente “haga agua”.



Es realmente inconcebible todo lo que nos ocurre: No se ejerce presión política para tener fuerzas de seguridad propias, ni tampoco acordar un trabajo mancomunado de seguridad con la Policía Federal. La guardia urbana es una sátira de comic.

No sirven los sistemas de drenaje ante precipitaciones pluviales importantes. No se hace un seguimiento sobre las necesidades recolección de basura y limpieza. La red eléctrica está al límite de la crisis. No se inspecciona previo a la obra y se obliga a las constructoras el apuntalamiento lindero adecuado. Está la ciudad plagada de demoliciones ilegales.

No hay controles de ningún tipo. ¡Cada uno hace lo que quiere!

No se toman medidas drásticas sobre el caos vehicular reinante y creciente.

¿Hasta cuando va a morir gente aplastada por la imprudencia, negligencia e inconducta de muchísimos conductores?



Queremos un cambio y no “más de lo mismo”. Los porteños nos sentimos seriamente manoseados. Es hora de comprometernos con un proyecto abarcativo para una gestión de gobierno, donde prime la excelencia e idoneidad. No se puede seguir “ensayando” en una metrópoli como ésta.



Ricardo A. Carrasquet

- TEATRO -



27 de Marzo

Día Mundial del Teatro


Gracias a una iniciativa de la Unesco se creó este día en 1961, por el Instituto Internacional del Teatro (ITI), organización internacional no gubernamental en el dominio de las artes escénicas. Se propuso que, cada 27 de marzo, una personalidad del mundo del teatro o una figura conocida por sus cualidades de corazón y espíritu sea invitada a escribir el Mensaje Internacional, traducido a 20 idiomas, leído delante de decenas de millares de espectadores del mundo entero y difundido por los medios de comunicación de los cinco continentes.

Teatro Cervantes, otra frustración

En noviembre de 2005, en el editorial titulado "El Cervantes y la indiferencia", concluíamos que "apenas falta un lustro para la celebración del Bicentenario y el Cervantes merecería ser tenido en cuenta como uno de los escenarios principales de esos festejos. Siempre y cuando la desidia culposa de las autoridades no nos imponga tener que asistir, impotentes, a su no querida y definitiva declinación".

Casi un año y medio después, como diría Olegario V. Andrade, "todo está igual, nada ha cambiado". Más bien, todo ha empeorado. La última temporada del Teatro Nacional Cervantes, la única sala nacional de teatro de la Argentina, fue una de las peores que se recuerde y no por la calidad de las obras que en ella se expusieron. La sala estuvo cerrada durante la mitad de 2006, padeció una vez más su histórica falta de presupuesto, con una programación que fue cambiando sobre la marcha y en un clima de tensión entre los trabajadores y Alejandro Samek, el director de sala, que incluyó amenazas, denuncias y acuerdos efímeros.

Aunque el secretario de Cultura de la Nación quiera restarle importancia al tema o haya decidido esperar a que se trate, y se resuelva, en futuras paritarias, los problemas de este organismo estatal transcurren por un carril demasiado conocido. Como en el Teatro Colón, como en la Biblioteca Nacional o como ahora también en el Centro Cultural Recoleta, dos gremios aparecen en primera instancia como los responsables de trabar todas las gestiones de las más o menos preocupadas autoridades de turno. En estos organismos culturales tanto ATE como UPCN parecen tener más capacidad de mando y de respuesta que sus autoridades naturales, no importa cuál sea su rango. En el caso del primero, sus agremiados se han decidido a cumplir a rajatabla con el reglamento que los ubica como empleados administrativos (aunque en realidad su tarea es artístico-técnica), pues allí se encuentran "escalafonados"; por ello, como declaró el gremio en un comunicado, se torna "imposible toda actividad teatral. Lo que se está reclamando es la posibilidad de lograr un escalafón que reconozca la actividad y volver a levantar el telón".

Mientras tanto, el Cervantes -hijo dilecto del amor que los grandes actores españoles María Guerrero y su marido, Fernando Díaz de Mendoza, sintieron por la Argentina, y monumento histórico artístico nacional- languidece, tanto desde el punto de vista cultural como del de la preservación arquitectónica. Las razones son las mismas de hace años: un presupuesto cuya mayor parte ya está destinada a pagar sueldos y la crónica falta de entendimiento entre trabajadores y autoridades.

Triste testimonio éste, en un país que alguna vez, y con razón, se vanaglorió de la importancia que los temas culturales tenían para su sociedad y para sus gobernantes.

26 de marzo de 2007

- J. L. BORGES -



20 Años sin Borges

A 20 años del fallecimiento de Jorge Luís Borges realizamos una reseña de su vida y obra. Biografía del más importante escritor argentino, un hombre sensible que describía la realidad humana a través de sus ficciones.

Un 23 de agosto de 1899, nace en la Ciudad de Buenos Aires Jorge Luís Borges, hijo de Jorge Guillermo Borges y Leonor Acevedo. En 1901, tras el nacimiento de su hermana Norah, la familia decide mudarse a una casa más amplia en Palermo, barrio en el que Borges conocerá con el paso del tiempo las andanzas de diversos compadritos. En 1906, como su padre desconfiaba de la educación pública, Borges toma sus primeras lecciones en inglés con una institutriz británica, miss Tink.

Su padre se jubila en 1914 y emprende con la familia un viaje a Europa para someterse a un tratamiento oftalmológico. Después de recorrer Londres y París y al no poder regresar a la Argentina por el estallido de la Gran Guerra, se establecen en Ginebra (Suiza). En esta ciudad Borges cursa tres años del bachillerato en el Lycée Jean Calvin y estudia francés y alemán. Poco después del fallecimiento de la abuela materna, la familia se traslada en 1919 a Lugano (Italia) y más tarde a España, donde Borges frecuenta las tertulias de Cansinos-Asséns en el café Colonial de Madrid y forma parte del movimiento ultraísta que habría de encabezar en Argentina.

Al regresar a Buenos Aires en 1921, Borges "descubre" los suburbios porteños que aparecen frecuentemente en sus primeros libros de poesía (“Fervor de Buenos Aires”, 1923; “Luna de enfrente”, 1925; “Cuaderno San Martín”, 1929) y comienza a publicar numerosas colaboraciones en revistas literarias y periódicos. Funda, junto a otros escritores, las revistas “Prisma” y la segunda época de “Proa”. En 1925 publica “Inquisiciones”, su primer libro de ensayos. A éste le seguirán “El tamaño de mi esperanza” (1927) y “El idioma de los argentinos” (1928), excluidos de sus “Obras Completas”.

En 1931 Victoria Ocampo funda la revista “Sur”, en la que Borges se desempeñará como colaborador desde los primeros números y publicará reseñas bibliográficas, críticas cinematográficas, ensayos y, más adelante, poemas y cuentos. Es por esta época cuando conoce a Adolfo Bioy Casares, uno de sus más cercanos amigos, con quien firmará en colaboración numerosos libros y desarrollará diversas actividades literarias. Un nuevo libro de ensayos, “Discusión”, que rescatará para la posterior edición de sus Obras Completas, editadas en 1932. Al año siguiente comienza a dirigir junto a Ulises Petit de Murat el suplemento literario del diario Crítica, la Revista Multicolor de los Sábados, donde aparecen entre 1933 y 1934 los relatos que integrarán Historia universal de la infamia (1935).

Inicia en 1936 una importante serie de colaboraciones en El Hogar, donde publicará quincenalmente gran cantidad de reseñas bibliográficas, biografías sintéticas de escritores y ensayos. En 1937 Borges consigue por recomendación de Francisco Luis Benárdez un empleo en la biblioteca municipal Miguel Cané, en Almagro Sur, donde cataloga libros y, en sus ratos libres, se dedica a leer y a escribir sus primeros cuentos.

En febrero de 1938 fallece su padre después de un ataque de hemiplejía. El día de Nochebuena Borges padece un accidente que le produce una septicemia y debe ser internado; al reponerse escribe su famoso cuento "Pierre Menard, autor del Quijote", que aparece en “Sur”. Junto a Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo compila la Antología de la literatura fantástica en 1940 y, al año siguiente, la Antología poética argentina. En 1941 publica también su libro de narraciones “El jardín de senderos que se bifurcan” que, al no resultar premiado en un concurso, suscita un movimiento de desagravio al autor.

Edita en 1942 “Seis problemas para Don Isidro Parodi”, en colaboración con Bioy Casares. Su libro “Ficciones” (1944), que recoge los cuentos de “El jardín de senderos que se bifurcan” y agrega otros bajo el título de “Artificios”, es premiado por la Sociedad Argentina de Escritores con el Gran Premio de Honor.
En 1946 se ve obligado a renunciar a su empleo de la biblioteca Miguel Cané tras el ascenso al poder de Juan Domingo Perón. Para obtener algunos ingresos con que sustentarse, Borges se ve obligado a dictar conferencias en Buenos Aires y, más tarde, en Uruguay y diversas provincias de Argentina. En 1949 publica “El Aleph”, uno de sus más importantes libros de narrativa y en 1952 sus ensayos “Otras inquisiciones”.

Borges preside la SADE (Sociedad Argentina de Escritores) durante el período 1950-1953. En 1955, tras el derrocamiento del gobierno de Juan D. Perón, es nombrado Director de la Biblioteca Nacional. Ese mismo año también es nombrado miembro de la Academia Argentina de Letras. Recibe en 1956 el Premio Nacional de Literatura y un Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Cuyo. En la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires dicta una cátedra de literatura inglesa. Desde esta fecha los médicos oftalmólogos le prohiben la lectura y pasa a depender de su madre y un círculo de amistades que gustosamente se presta a tareas de amanuense. Con Margarita Guerrero publica en 1957 en México el “Manual de zoología fantástica”.

En 1961 recibe el Premio “Formentor” compartido con Samuel Beckett que otorga el Congreso Internacional de Editores. Este importante galardón lo promueve internacionalmente y le ofrece la posibilidad de ser editado en numerosos idiomas. En compañía de su madre viaja por tercera vez a Europa en 1963, y ofrece conferencias en Inglaterra, Escocia, Francia, Suiza y España. En 1964 la editorial L'Herne de París publica un grueso tomo dedicado a su obra con ensayos de críticos de diversos continentes.

El 21 de septiembre de 1967 se casa con Elsa Astete Millán, quien lo acompaña a Estados Unidos, donde dicta un curso en la Universidad de Harvard y conferencias en distintos ámbitos académicos. Se separa de su mujer tres años después. Durante la década del setenta publica volúmenes de poesía (“El oro de los tigres”, “La rosa profunda”, “La moneda de hierro”, “Historia de la noche”), dos libros de cuentos (“El informe de Brodie” y “El libro de arena”) y varios tomos en colaboración (“¿Qué es el budismo?”, “Nuevos cuentos de Bustos Domecq”, “Breve antología anglosajona”). En 1974 reúne por primera vez en un volumen sus “Obras Completas”, editadas por Emecé. En su libro "Evaristo Carriego", Jorge Luis Borges encierra toda una definición sobre la música.

Su madre fallece a los noventa y nueve años en 1975. Durante estos años realiza numerosos viajes alrededor del mundo generalmente acompañado por María Kodama y recibe premios y distinciones significativas (diversos doctorados Honoris Causa, la Orden Bernardo O'Higgins del gobierno chileno, las llaves de la ciudad de Bogotá, la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania, la Cruz del Halcón islandesa, etc.). En 1980 firma junto a otras personalidades una "Solicitada sobre los desaparecidos" en el diario Clarín. Los conjurados, su último libro de poemas, se edita en 1985. Fallece en Ginebra el 14 de junio de 1986, poco después de haberse casado con María Kodama. Sus restos se encuentran en el cementerio de Pleinpalais.

Fue, sin duda alguna, el más importante escritor argentino, y uno de los más relevados de habla hispana. Amante del cine y el tango, luego de reunirse para concretar un disco, le permite a Astor Piazzolla a quien admiraba, ponerle música a sus poemas “Jacinto Chiclana”, “El Tango”, “Milonga de Don Nicanor Paredes”, “Oda íntima a Buenos Aires”, etc. Detrás de esa estampa seudo almidonada que algunos quisieron imponer, se escondía un hombre sencillo y tierno, casi tímido, con una visión bastante más terrenal de los problemas de la gente, que en sus inolvidables ficciones.

Ricardo A. Carrasquet
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- ELTON JOHN -



Elton John celebró a lo grande sus 60

Más de 20.000 personas acompañaron a Elton John en su cumpleaños.
Elton John festejó la noche del domingo su cumpleaños número 60 con un espectáculo en el Madison Square Garden de Nueva York, Estados Unidos, que incluyó la presencia del ex presidente Bill Clinton.

Clinton fue quien presentó en el escenario a Elton John ante una multitud de más de 20.000 personas.

"Gracias por venir esta noche a celebrar la entrada de Elton a mi club favorito: el de los 60 años", dijo el ex mandatario de Estados Unidos.

"Me encanta cada vez que canta. Me hace ver que todavía nos queda algo de juventud", agregó Clinton.

Luego de estas palabras, John hizo su aparición vestido de frac negro, ante la ovación de pie de los presentes, y cantando su hit "Sixty Years On" ("Sesenta años").

El ídolo prometió a su público que en esa noche especial resucitaría varios de sus viejos éxitos.

Elton John, nacido como Reginald Kenneth Dwight en Middlesex, Reino Unido, dijo que él ya sabía varios años atrás lo que quería hacer cuando cumpliera los 60.

"Sabía que había hecho unos 59 shows en el Madison Square Garden y dije que el único lugar donde quería estar para mi cumpleaños número 60 era la ciudad de Nueva York", explicó.

Sabía que había hecho unos 59 shows en el Madison Square Garden y dije que el único lugar donde quería estar para mi cumpleaños número 60 era la ciudad de Nueva York

Entre los personajes famosos presentes se encontraban las actrices estadounidenses Bette Midler y Whoopi Goldberg, la modelo Elizabeth Hurley, la diseñadora italiana Donatella Versace, el actor Pierce Brosnan y el rockero inglés Ozzy Osbourne.

El espectáculo siguió a una celebración privada en Manhattan. John había festejado de forma similar unos días atrás en Londres.

Uno de los momentos más memorables en los shows de John en el Madison Square Garden fue en noviembre de 1974, cuando estuvo en el escenario con el legendario John Lennon, lo que terminó siendo el último concierto del ex Beatle.

La carrera de Elton John arrancó a principios de los años 60, cuando tocó el piano en un pub cerca de su casa, y luego formó una banda llamada Bluesology.

Luego, fracasó en audiciones para bandas como King Crimson y Gentle Giant, pero cuando conoció al letrista Bernie Taupin cambió su nombre por el actual Elton John, en honor al saxofonista de Bluesology, Elton Dean, y por al músico Long John Baldry.

Su primer hit, "Your song" ("Tu canción"), alcanzó la lista de los 10 Top en EE.UU. y el Reino Unido en 1971, y desde entonces ha vendido más de 200 millones de discos.

Desde la década de los 90, John empezó a involucrarse profundamente en actividades de beneficencia contra el SIDA.

Su segunda versión de "Candle in the wind" (Vela en el viento), que cantó en el funeral de su amiga la princesa Diana de Gales, se convirtió en el sencillo de venta más rápida de todos los tiempos en el Reino Unido, en 1997.

Recientemente anunció que hará un catálogo con más de 30 discos, que estará disponible en internet.

El concierto en Madison Square Garden se transmitió en vivo por MSN y fue grabado en todo el mundo para especiales de televisión.

BBC Mundo

- FANTASMAGORICAS -




Fotografías de fantasmas

Tres exposiciones neoyorquinas ilustran los cambios en la Europa de los años 30. Las imágenes del fotógrafo Martin Munkacsi y de su discípulo, Henri Cartier-Bresson, muestran en el International Center of Photography cómo las mujeres y los atletas son desplazados por ejército hitleriano

Los grises invernales de Nueva York se correspondían bien estos meses atrás con el blanco y negro de las fotografías antiguas, y más aún con esa época de Europa que por culpa de la fotografía y de la tristeza sólo sabemos imaginar en blanco y negro. En el International Center of Photography se inauguraron simultáneamente una exposición de Martin Munkacsi y otra de Cartier-Bresson. Y en un lugar más retirado y bastante más íntimo, el Center for Jewish History de la calle 16 oeste, se muestra una colección de fotos sobre las vidas de los judíos polacos entre la Primera Guerra Mundial y la Segunda, bellamente titulada And I still see their faces: The vanished world of Polish Jews . Son fotos anónimas, en su mayor parte, tomadas por aficionados o por fotógrafos artesanales, y en muchos casos las personas que aparecen en ellas son tan desconocidas como sus autores. Pero justamente por eso adquieren delante de quien las mira una presencia más abrumadora que las de Cartier-Bresson o Munkacsi: la obra de arte absorbe para sus propios fines los materiales de los que se alimenta, aunque éstos sean tan cercanos a la vida como una escena callejera. Su valor de testimonio queda detenido en el interior de una experiencia estética, ennoblecido por ella, rescatado de la vida real, como un insecto o una hoja dentro de una gota de ámbar. La foto familiar tomada de cualquier manera, el retrato severo de un matrimonio burgués con sus hijos pequeños hecha en un estudio conservan una realidad inmediata, una capacidad de interpelación que la lejanía y el paso del tiempo no mitigan. Sobre todo cuando esas fotos son, además, los únicos restos de un mundo no desvanecido, sino aniquilado, como un país entero que se hubiera tragado la tierra.

El nombre exótico y sonoro de Martin Munkacsi no me sonaba de nada: como les habrá ocurrido a muchos espectadores, yo descubrí sus obras porque se exhibían en las salas contiguas a las de Cartier-Bresson. Pero en cuanto las vi tuve una sensación inmediata de reconocimiento: Munkacsi es uno de esos artistas que no alcanzan mucha celebridad o que no tardan en ser olvidados, pero que perviven muy poderosamente gracias a su influencia en discípulos mucho más conocidos. Richard Avedon e Irving Penn fueron dos de ellos: la perspicacia psicológica y el despojamiento formal de los retratos de Avedon, la aproximación escenográfica a la fotografía de modas y el descaro en la representación de lo femenino de Penn proceden en gran medida del magisterio de Munkacsi, que llegó a los Estados Unidos en 1934, en la gran oleada de fugitivos y expulsados de Europa que trajo a este lado del Atlántico -y en muchos casos a esta ciudad- a algunos de los mejores talentos del siglo. Visto con distancia, no deja de asombrar el empeño demente y a la larga suicida con que una gran parte de los países europeos decidieron en esa época desprenderse de muchos de sus ciudadanos más valiosos, hacerles la vida imposible o directamente llevarlos al exterminio. En ese contexto, el exilio español, lejos de ser el resultado de una melancólica fatalidad nacional -la España madrastra y no madre de sus mejores hijos-, se comprende como una variante de la gran diáspora de Europa, que dañó perdurablemente a la Europa misma y benefició en grados diversos a toda América, dándoles a ciudades como Buenos Aires o Nueva York una parte de la densa fiebre cultural, tan peculiarmente urbana, que había resplandecido no sólo en las capitales mayores, en París, en Berlín, en Viena, sino en otras ciudades menores que ya no volverían a brillar con la pujanza que tuvieron entonces: la Varsovia en la que se educaron Milosz y Bashevis Singer; la Budapest de Robert Capa, de Sandor Marai, de Arthur Koestler; la Bucarest afrancesada y moderna de la que salieron Ionesco, Mircea Eliade, Cioran, Mijail Sebastian; la Barcelona en la que estrenaban con igual éxito García Lorca, Arnold Schonberg y Alban Berg; el Madrid donde se levantaban edificios como proas Art Déco y desde donde Ortega y Gasset discutía con Victoria Ocampo los pormenores de la fundación de Sur en el curso de carísimas conferencias telefónicas. Por no remontarse un poco más atrás hacia la Petersburgo trágica de Anna Ajmátova, Osip Mandelstam y el joven Sustakovich, de la que había huido muy pronto Vladimir Nabokov.

El itinerario vital de Munkacsi es el previsible: de Budapest a Berlín 1928, de Berlín a América. También son previsibles hasta cierto punto sus inclinaciones personales, las de un hombre joven y despierto en una época en la que las terribles tensiones sociales que siguieron a la Gran Guerra eran compatibles con un impulso jovial de modernidad. La decisión de hacerse fotógrafo ya tiene algo de declaración de principios: parecía que para retratar una época nueva hacía falta recurrir a un arte parcialmente nuevo aún, la fotografía, tan inmediata como el cine, sobre todo desde que se inventaron las cámaras portátiles, tan hecha de instantaneidad, tan propicia a la embriaguez visual. En Budapest, en los años veinte, Munkacsi trabajó para un medio también nuevo, las revistas ilustradas, con su diseño limpio, sus audacias gráficas, su vocación de público masivo. Amaba, inevitablemente, la vida urbana, las motocicletas y los autos, la vibración de los cafés, el espectáculo de los deportes, la animación de las playas, donde hombres y mujeres jóvenes vivían con entusiasmo la novedad de la camaradería al aire libre y el esplendor de los cuerpos al sol, cubiertos tan sólo por bañadores muy ceñidos. Los futbolistas de sus fotos tienen una majestad de héroes clásicos y un vértigo de movimiento cinematográfico. Las mujeres son jóvenes, joviales, descaradas, atléticas. Nos parece que escuchamos de fondo la música del joven George Gershwin, que esos hombres y mujeres, cuando regresen de la playa, se vestirán con trajes de noche para bailar sobre pistas lacadas al ritmo de las orquestas de jazz que llegaban de América. Según dijo memorablemente Richard Avedon, lo que emocionaba a Martin Munkacsi era el gusto de la felicidad y el amor de las mujeres.

La capital europea de las revistas gráficas era Berlín: el destino natural para un fotógrafo de éxito al que se le quedaba pequeño su país. Mirando sus primeras fotografías berlinesas me acordé de la exposición titulada Retratos alemanes , que había visto en el Metropolitan unos días antes. El Metropolitan posee el secreto de maravillar con la abundancia y la calidad suprema sin abrumar con la cantidad, con el mareo de lo excesivo. Los cuadros que se podían visitar en el Metropolitan habían sido pintados en la misma época y en la misma ciudad de las fotografías de Munkacsi, pero parecían provenir de otro mundo, retratar a otra variedad de la especie humana. Otto Dix, George Grosz, Beckmann, Christian Schad: nadie puede negar que entre los cuatro crearon un cuerpo de obras de arte que no tiene comparación en el siglo XX; nadie negará tampoco que el efecto invariable de esa pintura magnífica es la desolación. O peor todavía, el presentimiento de algo que va a ser espantoso y que será fatal, la euforia enferma de Weimar, el resplandor y el vértigo de un tiempo situado entre dos desastres, el de 1918 y el de 1933, el cataclismo anticipado por ese instinto colectivo de muerte cuyo enigma desconcertó tanto a Freud. Visto en conjunto, el repertorio humano de los retratos del Metropolitan tenía algo de parada de monstruos, de catálogo entre acusatorio y morboso de anormalidades. Tan eficaces en el desgarro eran las caricaturas cruentas de Grosz como la serenidad helada de los personajes de Otto Dix o Christian Schad. Aristócratas depravados y mirones, prostitutas con la cara cortada por un navajazo o devastada por las drogas, veteranos de guerra sin brazos o piernas y reducidos a la mendicidad, plutócratas hinchados que en lugar de cerebro tienen en el interior del cráneo una mierda humeante, coleccionistas de arte o empresarios judíos consumidos por una ansiedad que les exagera los rasgos hasta un extremo peligroso de caricatura.

Los interiores de esos cuadros tienen una luz turbia de cabaret o de prostíbulo: por las ciudades de cielos bajos y esquinas ominosas circulan prostitutas, asesinos, especuladores, veteranos mal vestidos y hambrientos. Las mismas figuras pintadas como espectros que se repiten en las canciones de Kurt Weil sobre poemas de Bertolt Brecht. No encontraremos en esas calles a ninguno de los personajes a los que fotografiaba por la misma época Martin Munkacsi, a esas mujeres modernas, empleadas de tiendas, mecanógrafas, secretarias, al filo de la emancipación, que aparecen en las comedias americanas de la época, y que fascinaban en Madrid al poeta Pedro Salinas: "Jóvenes muchachas/ que bajan de automóviles/ me llaman."

¿Qué Berlín es más verdadero, el del fotógrafo o el de los pintores, el de las prostitutas cocainómanas o el de las secretarias deportistas? Probablemente en los dos hay una parte de verdad y otra de mentira. La diferencia es que en las pinturas el daño de la guerra parece irreparable, y el porvenir sin remedio, de modo que al mirarlas proyectamos sobre ellas como una profecía nuestro conocimiento de la historia futura. En las fotos, sin embargo, el presente adquiere una soberanía luminosa, tal vez frívola o atolondrada, pero también afirmadora de la vida. Sabemos lo que vino después, pero a la vez nos damos cuenta de que no era forzoso que sucediera lo peor. El estudio de la historia conduce al fatalismo: porque las cosas llegaron a suceder de un cierto modo, damos por supuesto que tenían que suceder así, en virtud de fuerzas tan objetivas como irresistibles. Pero mirando al pasado con un poco más de atención -intentando verlo como lo hubiera visto quien lo estaba viviendo, tan inocente del mañana como las personas que salen en las fotos-, comprendemos la indeterminación del azar y también la responsabilidad escalofriante de los actos humanos.

De lo que iba a traer el porvenir fue también testigo Munkacsi: en un momento dado sus fotos empiezan a poblarse de uniformes y en vez de deportistas o de actores de cine empieza a retratar a jerarcas nazis. El fondo sonoro es ahora de botas golpeando equinamente el suelo y de marchas militares. Munkacsi, extranjero y judío, hubo de poner tierra por medio. En París debió de conocer el trato canallesco que la República francesa reservaba a los fugitivos de la crecida del fascismo sobre Europa central: la incertidumbre de los documentos, los hoteles clandestinos, las redadas de la policía. No es improbable que en París conociera a otro virtuoso de las pequeñas cámaras Leica, Henri Cartier-Bresson, quien decía que tomar una foto es como hacer un dibujo instantáneo. Según confesión propia, Cartier-Bresson descubrió su vocación al encontrar en una revista, en 1932, la foto de unos niños africanos saltando sobre las olas del lago Tanganika. Su autor era Martin Munkacsi. En los años siguientes, Cartier-Bresson fue tan viajero como su maestro, empujado por un desasosiego de conocer países y retratar a gente que ya nos parece otro signo de la época, una predisposición anticipada hacia los peregrinajes forzosos que vendrían más tarde. A Munkacsi lo fascinaba la irrupción de lo nuevo: Cartier-Bresson, muchas veces, buscaba la persistencia de lo intemporal o de lo anacrónico: los personajes rancios de París, las prostitutas pobres de España o de México, el blanco de la cal en una fachada popular de Sevilla. Munkacsi escapó a América cuando todavía era posible: Cartier-Bresson se quedó en Francia, atrapado por la guerra y la Ocupación. Desapareció y durante un tiempo lo dieron por muerto: el Museo de Arte Moderno de Nueva York estaba organizándole una exposición póstuma cuando se supo que estaba vivo, aunque prisionero en un campo alemán.

En los Estados Unidos, Martin Munkacsi recobró el tono jovial de sus fotos húngaras de los años veinte: se hizo fotógrafo de las estrellas del teatro y del cine y de las revistas de modas. Sus retratos de Jean Harlow, de Joan Crawford, de Claudette Colbert, de Louis Armstrong, de Katharine Hepburn, definieron el esplendor de lo femenino de una manera tan poderosa como las imágenes del cine. Su amor por el dinamismo y la ligereza de la vida moderna, por la gracia gimnástica, por la trepidación de la ciudad encontró en Nueva York y en Hollywood un paraíso que además no estaba amenazado por el desastre ni mordido por la pobreza, como los de Budapest, Berlín o París. Cuando retrató a Fred Astaire en diciembre de 1936, casi flotando contra un fondo blanco en un paso de baile, Munkacsi logró ese dibujo instantáneo del puro presente que buscaba siempre Cartier-Bresson. Pero esa imagen tan hermosa, cuando uno la mira más despacio, o cuando deja de mirarla y piensa en lo que mientras tanto estaba sucediendo en Europa, tiene también algo de mentira, el descaro entre insensato y cínico de quienes siguen disfrutando de los privilegios de la normalidad y de la abundancia mientras en otros lugares progresa el infierno.

Mientras Martin Munkacsi retrataba a modelos de lujo y estrellas de Hollywood y Cartier-Bresson soportaba el cautiverio, los personajes de las otras fotografías, las anónimas, las de la exposición del Centro cultural judío, no tenían ya ninguna posibilidad de escapar y estaban siendo metódicamente exterminados. La historia de casi todas las fotos es muy parecida: cuando alguien comprendía que estaba a punto de ser detenido llevaba sus fotos personales a casa de un vecino no judío para pedirle que se las guardara, en un afán instintivo por dejar al menos un rastro de memoria. Dejaban las fotos, no los objetos de valor. Lo más valioso eran de pronto los testimonios de vidas que durante mucho tiempo fueron comunes y normales: escenas callejeras, retratos formales de familia, recuerdos de un día de campo, de un domingo en la playa, fotos de boda, de ceremonias y fiestas judías. Una muchacha con melena corta y ojos risueños sonríe contra un fondo marítimo, vestida con un bañador como los que aparecen en las fotos de Martin Munkacsi, montada a caballo sobre un amigo que gatea en la arena. Leyendo el pie descubrimos que unos años después volvió clandestinamente al gueto de Varsovia para buscar a su marido enfermo, que huyeron los dos juntos, que desaparecieron para siempre en la Unión Soviética. Un grupo de escolares, sentados cada uno en su pupitre, mira a la cámara con aire de formalidad y de júbilo contenido, porque es el último día de curso y sienten la embriaguez anticipada de las vacaciones que comenzarán dentro de un rato, en cuanto termine la formalidad de posar junto a sus solemnes profesores. Pero este final de curso sucede en junio de 1939, y dentro de tres meses el país de esos muchachos habrá sido invadido y despedazado, y casi todos ellos, que son judíos, están condenados a un horror que no son capaces de imaginar. Nos asombra que sus miradas inteligentes y francas no vean el porvenir que nosotros conocemos: nos gustaría, ha escrito Elie Wiesel, viajar en el tiempo y avisarles, romper ese cristal que los mantiene tan próximos y sin embargo tan apartados de nosotros, en otro mundo que ya es el de su desgracia. En el interior de un marco grande, sobre una cartulina blanca, hay una foto diminuta, la de una cara recortada, tan gastada que apenas se distinguen los rasgos, una mujer joven, peinada a la manera de los años veinte: con un estremecimiento descubrimos que esa foto, esa mínima oblea de papel, la conservó durante sus años en Auschwitz la hija de esa mujer. Se la guardaba entre los pliegues del uniforme; la escondía en la suela de los zuecos; algunas veces, cuando la obligaban a desnudarse por completo delante de los verdugos, la tuvo pegada en el cielo de la boca o debajo de la lengua.

Pero en muchos casos no hay nombres que identifiquen a las personas que aparecen en las fotos, ni historias que las acompañen: el vecino que las guardó se olvidó de que las tenía escondidas, y quizás sus hijos o sus nietos las encontraron al desajolar la casa familiar después de su muerte. O se olvidaron los nombres, al cabo de los años, o quien los recordaba fue perdiendo la memoria. Esas caras sin nombre son las más difíciles de olvidar. Nos miran desde la pura nada, desde la muerte, desde el olvido sin remedio. Nos advierten de que la fotografía, siendo un arte tan moderno, es también un arte íntimamente funerario, porque su materia es el presente que se vuelve pasado después del instante del disparo. En la distancia, los deportistas y estrellas de cine de Martin Munkacsi ya son tan espectrales como los buhoneros judíos de esas calles de Varsovia que también fueron arrasadas, las calles con letreros en yiddish y en polaco, con fruterías y talleres, con carros tirados por caballos, con zaguanes en sombra de los que nos parece advertir que sale un olor a especias y a humedad. A él mismo, al cabo de los años, le fue alcanzado el mismo destino de olvido en el que pereció su época, el mundo al que él había pertenecido y del que pudo escapar. Cuando murió, en 1963, nadie recordaba su gloria y ninguna universidad quiso comprar su archivo, que acabó desperdigado entre América y Europa, perdido en gran parte. De la memoria de Martin Munkacsi, como de los tres millones de judíos que vivían en Polonia cuando él era joven, sólo ha quedado lo más frágil: las huellas tenues de la luz y la sombra sobre el papel fotográfico.

Por Antonio Muñoz Molina
Para LA NACION
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25 de marzo de 2007

- CHINA -




China potencia: un despertar que inquieta al mundo



Mano de obra barata, un plan agresivo de exportaciones y la captación de inversiones extranjeras son las claves del llamado "milagro chino"

Por Luisa Corradini

Enfoques - La Nación


PARIS.- Un viejo proverbio chino postula que, para interpretar el presente y adivinar el futuro, hay que mirar el espejo de la historia. Desde que lanzaron el ambicioso programa de reformas políticas y económicas que está transformando radicalmente ese país de 1400 millones de habitantes, los dirigentes de Pekín suelen auscultar la bola de cristal. Buscan adivinar los mensajes de ultratumba que les envían Mao Tsé-tung y Deng Xiaoping, quien, en 1978, apenas dos años después de la muerte de Mao, lanzó el primer programa de reformas y acuñó la célebre frase: "No importa si el gato es blanco o negro. Lo importante es que cace ratones".

Hace una semana, China dio un nuevo paso en su transición del comunismo al capitalismo cuando los 2985 diputados de la Asamblea Nacional Popular (el parlamento) aprobaron una ley que garantiza el derecho a la propiedad privada.

No fue fácil llegar a ese momento histórico. Ese proyecto fue debatido y rechazado en 13 ocasiones en los últimos siete años. Hasta poco antes, algunos intelectuales del ala izquierda del Partido Comunista Chino (PCC), apoyados por una fracción ortodoxa del aparato, mantenían intactas sus críticas: el "regreso a la propiedad privada", afirmaban, constituye una "traición a los ideales del socialismo". Además, argumentaban que esa ley permitiría a los "corruptos" legalizar los "bienes que obtuvieron en forma fraudulenta".

Cinco años después de haber accedido al poder, el presidente Hu Jintao no sólo considera esa ley como una afirmación de la economía de mercado. Desde el punto de vista práctico, espera haber creado un auténtico seguro para proteger los bienes de los empresarios privados y los pequeños propietarios rurales, esa nueva clase media que produce dos tercios del PBI de China.

Aunque la ley no logrará destrabar de un día para el otro la complicada burocracia del coloso asiático, para Occidente -que observa entre el asombro, la preocupación y el miedo esta apabullante irrupción de China en la economía mundial-, fue una señal categórica de que la lenta marcha hacia el capitalismo es un camino sin retorno. Y de que habrá que estar preparados para ello.

Por lo pronto, el milagro económico puede leerse en cifras -en la última década, China creció a un ritmo superior a 9% anual; para los próximos dos años se espera un ritmo similar: 9,5% en 2007 y 9,1% en 2008- y la inquietud que despierta en el mundo occidental también: las exportaciones, que llegaron a 974.000 millones de dólares, produjeron tal avalancha de productos en Europa que se calcula que podría aniquilar 7 millones de empleos en un plazo de dos años.

Ese "boom" sin precedentes desde el "milagro japonés" de los años 60 le permitió a China superar a Francia y Gran Bretaña para convertirse en la cuarta potencia económica mundial. Una clasificación del Banco Mundial, divulgada el 5 de julio de 2006, la ubica detrás de Estados Unidos, Japón y Alemania con un PBI global de 2,5 billones de dólares (contra 12,9 billones de Estados Unidos).

Aun así, China produce casi 6 por ciento del PBI planetario, cifra poco significativa frente al 30,3% de Estados Unidos. Pero, al ritmo actual, pronostica la experta Maryam Khelili, en 2041 China desplazará a Estados Unidos como primera potencia económica del mundo.

El primer ministro Wen Jiabao, sin embargo, formula una previsión más modesta: "A pesar de nuestro vigor económico, China todavía es un país en desarrollo. Necesitaremos todavía 50 años al ritmo actual para llegar a ser un país medianamente desarrollado".

La clave de ese vertiginoso despegue, de todos modos, está en un sistema que le permite producir a costo mínimo para exportar a precios de "dumping" hasta barrer poco a poco a sus competidores.

Gracias a una mano de obra abundante y barata, la exportación intensiva de productos de consumo vendidos a precios imbatibles y un modelo de desarrollo basado en la radicación masiva de inversiones extranjeras, en una década consiguió monopolizar algunos segmentos del mercado mundial. China fue el país que, probablemente, supo sacar mejor provecho de la globalización: actualmente concentra 80% de la producción mundial de plumas para almohadas, 50% de zapatos y 33% de medias, 80% de bolígrafos, 40% de textiles en cachemire, 30% de corbatas, 80% de botones, 22% de cepillos de dientes, 75% de juguetes, 90% de encendedores descartables, 22% de paraguas, 25% de computadoras portátiles y 65% de la producción mundial de mouses para computadoras.

Sus exportaciones en 2006 treparon a 974.000 millones de dólares. Para saciar en parte la voracidad de su maquinaria productiva, China tuvo que salir al mercado a buscar las materias primas que necesita su crecimiento. Así, el año pasado fue el primer comprador mundial de cemento (importó 55% de la producción global), de carbón (40%), de acero (25%), de níquel (25%) y de aluminio (14%). En materia energética, fue el segundo importador mundial de petróleo, detrás de Estados Unidos. Pese a esas compras por valor de 778.000 millones de dólares, su balanza comercial arrojó un superávit de casi 200.000 millones de dólares.

Temores en EE.UU. y en la UE

El vigor de su comercio exterior durante esos años de crecimiento vertiginoso le permitió acumular reservas monetarias por valor de 1,1 billón de dólares. Una parte de esa fortuna colosal fue convertida en bonos del Tesoro norteamericano, un fenómeno que -a término- se transformará en una pesadilla para los Estados Unidos.

El economista Thomas Friedman, comentarista de The New York Times , reconoce los riesgos que presenta haber desarrollado una relación de tanta dependencia con "una potencia que no es liberal ni democrática".

El ex secretario del Tesoro, Lawrence Summers, describe esa situación como un "equilibrio financiero del terror". Según esa lógica, China seguirá acumulando bonos del Tesoro, pues en caso contrario se producirá un derrumbe del dólar con el consiguiente debilitamiento del consumo norteamericano y una fuerte inestabilidad económica mundial.

Peter Mandelson, Comisario de Comercio de la Union Europea (UE), admitió recientemente que el aluvión de artículos chinos de bajo costo puso en peligro sectores enteros de la industria en la UE. Desde que se abolieron las cuotas mundiales de textiles, el 1º de enero de 2005, las ventas de tejidos chinos aumentaron exponencialmente en Europa (534% en el caso de los pulóveres, 413% para los pantalones masculinos, 257% en las ropas de lino y 139% los tapados femeninos). Detrás de los textiles, en los últimos meses comenzó a llegar a Europa una avalancha de productos electrodomésticos y de muebles.

Sin embargo, la lluvia de dólares que recibe Pekín por sus exportaciones sólo benefició hasta ahora a una élite de empresarios orientados a la exportación, jóvenes "golden boys" de las finanzas y algunos burócratas del Partido Comunista que compraron por monedas las viejas industrias del sistema comunista. Esa prosperidad también benefició colateralmente a la incipiente clase media de las grandes ciudades de la costa del Pacífico, que abandonó la industria para aprovechar una demanda de servicios que representa el equivalente al 40% de la economía india, según cálculos de Liang Hong, economista de Goldman Sachs.

La onda expansiva del milagro económico no llegó hasta el ámbito rural. China es uno de los países con mayor desigualdad de ingresos en el mundo. Mientras que un habitante de Pekín tuvo un ingreso promedio de 7600 dólares en 2006, los recursos de un campesino, cuando no hay sequía, apenas llegan a 2000 dólares por año (contra más de 43.000 dólares per cápita en Estados Unidos, según la Oficina de Censos). Medido en paridad de poder adquisitivo (PPP), en China todavía hay 130 millones de personas que viven por debajo del límite de pobreza. En los últimos 10 años, por lo demás, hubo un claro empobrecimiento de los 750 millones de campesinos, que representan el 45% de la mano de obra pero sólo producen el 11% del PBI.

Esa situación entraña, a término, riesgos de explosión social, como consintió la semana pasada el primer ministro Wen, cuando dijo que este proceso económico era "inestable, desequilibrado, no coordinado y efímero". Por eso, como en un juego, cada pieza que monta Hu Jintao con su premier permite seguir ampliando el mecano de la nueva potencia china.

La protección de los propietarios de la clase media que se busca con la nueva ley permitirá justamente evitar que sean despojados por esa nueva clase de capitalistas inescrupulosos que surgió en los últimos años, a medida que el país abandonaba la economía planificada para adoptar progresivamente una economía de mercado. Ese sistema híbrido, sostienen los teóricos chinos, es como un "Canada Dry" económico, porque tiene el color y el sabor del capitalismo, pero todavía sigue siendo esencialmente comunista. Otros ideólogos lo llaman "comunismo democrático de mercado".

Deng, víctima de dos purgas maoístas, decidió intensificar el acercamiento con Estados Unidos que había comenzado Mao en 1972 y adoptar una "economía socialista de mercado". Para impulsar esa fórmula realista de desarrollo, que consistía en una apertura progresiva de la economía sin abandonar su régimen político, lanzó una audaz consigna ("enriqueceos") y resucitó las "cuatro modernizaciones" que había recomendado el ex primer ministro Chu Enlai (industria y comercio, educación, organización militar y agricultura).

Esa política, luego profundizada por Zhao Ziyang y Jiang Zemin, fue retomada en los últimos años por el presidente Hu Jintao. La idea de los actuales dirigentes chinos consiste en reconocer la propiedad de las tierras que recibieron los campesinos durante la reforma agraria emprendida por los comunistas después de su llegada al poder, en 1949. De esa forma esperan solucionar los mayores desequilibrios que plantea el crecimiento exponencial de la economía china.

El principal objetivo es "fijar" los campesinos a la tierra: el sentimiento de propiedad y el interés de rentabilizar las cosechas -en lugar de entregarlas a las cooperativas agrícolas- sin duda provocará un incremento de la productividad agrícola. El objetivo de esa mecánica consiste en elevar los ingresos de los campesinos para convertirlos en consumidores y, al mismo tiempo, reducir la ola inmigratoria que comienza a asfixiar a las metrópolis industriales de la costa del Pacífico.

La prisa por acelerar el proceso de reformas traduce la inquietud que existe en la cúspide del poder por la exasperación de las poblaciones rurales, a disgusto con la forma en que se distribuyen los beneficios del milagro económico chino. El malestar de la población rural provocó en 2006 más de 23.000 incidentes graves con las autoridades. Algunos especialistas hablan de 70.000 a 80.000 disturbios. Los dirigentes del régimen temen que en esa situación explosiva se cumpla la profecía de Mao, cuando decía que "una chispa puede incendiar toda la pradera".

Una rebelión campesina, en el actual contexto de expansión económica y transición hacia el capitalismo, podría tener el mismo efecto que las manifestaciones de Tiananmen en 1989, que precipitaron la caída de Zao Ziyang y congelaron durante tres años las reformas políticas y económicas. El presidente Hu sabe de qué se trata: fue después de esos episodios cuando comenzó su vertiginoso ascenso al poder de la mano de Deng Xiaoping.

Para Hu, que trata de promover un "crecimiento armonioso", las medidas sociales en favor de las zonas rurales representan una prioridad y un pretexto para alcanzar tres objetivos: justificar la continuación de la actual política económica, mantenerse como árbitro en la pugna entre reformistas y conservadores, y consolidar su autoridad antes del próximo congreso del Partido Comunista, previsto para el último trimestre de este año.

El desafío es crucial porque la experiencia demuestra que la transición al capitalismo en los países comunistas suele precipitar una exigencia de mayor democracia. La gran duda que sobresalta a la cúpula de poder es saber si, 18 años después de Tiananmen, China está finalmente preparada para abrir el juego político.

Luces y sombras

Crecimiento económico. El PBI de China ha experimentado una media de crecimiento del 9% durante los últimos 25 años.

Menos pobres. Durante ese mismo período, iniciado con las reformas que introdujo Deng Xiaoping, unos 400 millones de chinos lograron salir de la pobreza

Migración interna. Entre 100 y 150 millones de campesinos emigraron a las ciudades en los últimos años pero, a pesar del desarrollo industrial, muchos no hallan empleo o son víctimas de explotación laboral.

Desigualdad. Según la ONU, en el índice Gini de desigualdad de ingresos, China pasó de un coeficiente de 28 en 1981, uno de los mejores del planeta, a casi 45 en la actualidad, comparable al de Uruguay.

24 de marzo de 2007

- CUIDACOCHES -



Cuidacoches, una mafia urbana

El reciente recital del músico Roger Waters dio pie para que en las inmediaciones del estadio de River Plate asistiéramos a un ejemplo más de los atropellos de una de las más persistentes e impunes mafias urbanas: la de los cuidacoches, vulgarmente denominados "trapitos". Ya fuese por espíritu ahorrativo o porque estaban abarrotados los estacionamientos legales, miles de automovilistas que trataron de estacionar en la vía pública fueron víctimas de las exacciones de esa plaga que actúa a vista y paciencia de todo el mundo, incluida la policía.

Entre 10 y 20 pesos por vehículo, según el lugar y la hora, tuvieron que abonar los conductores. Quienes se negaron a oblar ese tan insólito canon fueron amenazados y compelidos a abandonar el espacio que pretendían ocupar. Y quienes les confiaron el cuidado de su auto a esos sujetos tan particulares, obviamente comprobaron, al regresar a buscar el vehículo, que nadie lo estaba cuidando.

Como se expresó en otras oportunidades en que LA NACION se ocupó aquí de este tema, los mal llamados cuidacoches son adultos hechos y derechos, de infaltable presencia en cuanto espectáculo deportivo o festival artístico es realizado, al igual que en las inmediaciones de locales gastronómicos, clínicas privadas y hospitales públicos, museos y lugares frecuentados por el turismo. Infringen expresas disposiciones del Código Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, nadie -ni la Policía Federal ni la Guardia Urbana- controla su ingrata presencia o se ocupa de hacer cumplir la normativa vigente.

Hace poco más de tres años, las autoridades porteñas dispusieron reglamentar esa labor, que sería llevada a cabo al margen de la desarrollada por los vendedores legales de tarjetas de estacionamiento. Entidades de bien público, fundaciones y organizaciones no gubernamentales se encargarían de controlar el estacionamiento en las áreas frecuentadas por los "trapitos", mediante la designación de personal carente de antecedentes penales, provisto de un chaleco especial y facultado para ofrecer y cobrar una contribución voluntaria.

Al igual que otras iniciativas de esa misma época, el sistema tuvo efímera vigencia y muy pronto quedó de lado. Reaparecieron los cuidacoches clandestinos y sus bravuconadas, proferidas a diestra y siniestra bajo el amparo de solapados respaldos, duchos en facilitarles la posibilidad de actuar sin interferencias.

Entretanto, las autoridades locales hicieron la vista gorda a esa contravención y a cuanto se oculta detrás de ella, pues por lo menos en algunos casos -el de las amenazas- se convierte en delito liso y llano. Por desidia, conveniencia o indiferencia, se despreocuparon del cumplimiento de normas que ellas mismas han refrendado para mejorar la calidad de vida de los porteños.

La persistencia de esa molesta situación es inadmisible. Se trata de la imposición de una suerte de tributo paralelo y forzoso que es menester pagar sí o sí por causa de la inacción de quienes deberían evitarla. La solución salta a la vista: bastaría con que fuesen arbitrados los medios para resucitar con todo vigor la modalidad de hace tres años. Pero es obvio que llevar adelante esta iniciativa requeriría la decisión política de los mismos personajes que hoy están tolerando tantas y tan graves irregularidades.

23 de marzo de 2007

- NUESTRO TIEMPO -


Día Meteorológico Mundial

El tiempo y el clima no conocen fronteras geográficas, por eso en todo el mundo se considera que la cooperación internacional es un elemento imprescindible para el desarrollo de las ciencias que los estudian: la meteorología y la climatología; y también para tener acceso a los beneficios que se derivan de sus aplicaciones. Estos beneficios se reflejan en sectores tan sensibles a las condiciones meteorológicas como la agricultura, la gestión del agua, la explotación de recursos naturales, la aviación y las actividades marítimas.

En todos estos sectores (y en muchos más) contar con unas buenas predicciones meteorológicas a corto plazo es fundamental, pero también conocer cuáles son las tendencias del clima para los próximos años es de vital para muchos de ellos. Por este motivo el Día Meteorológico Mundial conmemora la fecha del 23 de marzo de 1950 en la que se constituyó formalmente la Organización Meteorológica Mundial (OMM) con la firma del convenio de sus primeros treinta miembros. Actualmente esta organización cuenta con 185 miembros (179 Estados y 6 territorios) y sus fines son la cooperación internacional en servicios y observaciones meteorológicos, promover el intercambio rápido de información meteorológica, la normalización de las observaciones meteorológicas y la publicación uniforme de observaciones y estadísticas.

Entre las última preocupaciones de la OMM está el cambio climático que han previsto, para este siglo que comienza, los expertos de Naciones Unidas. El agotamiento de los recursos naturales, la contaminación, la deforestación, la construcción de presas, están poniendo de manifiesto la posible influencia humana en este cambio. Fenómenos climáticos cada vez más virulentos como El Niño parecen confirmarlo. Otro ámbito de estudio importante es la previsión de catástrofes naturales relacionadas con la meteorología, como las tormentas tropicales o las inundaciones.

Pero la aplicación de la información meteorológica puede ser también soporte de proyectos de desarrollo. Por ejemplo, las pérdidas agrícolas que se achacan a las condiciones meteorológicas pueden acercarse al 20% de la producción anual en algunos países. Una rápida información meteorológica puede disminuir considerablemente las pérdidas causadas por plagas y enfermedades. En las zonas propensas a la sequía, como el Sahel africano, por ejemplo, la utilización de boletines meteorológicos ajustados a esa zona permite aumentar los rendimientos de los cultivos.

22 de marzo de 2007

- AGUA -



Día Mundial del Agua
22 de Marzo



El Día Mundial del Agua es una ocasión única para recordar que mientras nosotros menospreciamos un bien tan fundamental para nuestra vida, muchas personas en el mundo no tienen acceso a la cantidad de agua potable necesaria para su supervivencia.

En 1992 la Asamblea General de Naciones Unidas estableció que el 22 de marzo de cada año se celebraría el Día Mundial del Agua.

En un mundo que está cubierto en sus dos terceras partes por agua, puede parecer un contrasentido mencionar que el difícil acceso al agua potable es la causa de enfermedades y miseria para 1.500 millones de personas.

Sin embargo ésta es la realidad. El agua apta para uso humano (dulce, potable y de fácil acceso) es una parte muy pequeña del total y su escasez no se debe sólo a las condiciones naturales de determinadas regiones, sino que tiene mucho que ver con el aumento de la población, el despilfarro y la contaminación.

La situación es preocupante y muchos expertos consideran la cuestión del agua como el desafío más importante que debe acometer la humanidad en el siglo XXI.

Además del agua para beber, la agricultura, la industria, la higiene y la salud, la calidad ambiental, etc.; las posibilidades de desarrollo de un territorio y su población dependen de este líquido singular, de su calidad y de su consumo racional.

Un dato para la reflexión: el consumo medio de agua por habitante en los Estados Unidos es de cerca de 2000 m3, mientras que en Níger es de 41 m3.


El valor del agua

A los estudiantes de economía, para distinguir los conceptos de valor y precio, se les suele plantear la siguiente cuestión: ¿Cuál es el precio del agua? ¿Y su valor? Un estudiante despistado contestará que el precio del agua es muy bajo, por lo tanto vale poco. Un alumno más avispado responderá que su precio es pequeño, sí, pero su valor es gigantesco: sin agua no hay vida.

En una aldea de Kenia, un niño debe caminar durante varias horas al día hasta el pozo más próximo para llevar a su familia unos pocos litros de agua. Esta familia mide mucho cada cuenco de agua y se lo piensa dos veces antes de consumirlo.

La calidad ambiental de nuestro entorno y del planeta depende mucho del uso que todos hagamos del agua, de tratarla como lo que es, fuente de vida.

Existen tantas maneras de considerar, utilizar y conmemorar el agua como tradiciones culturales alrededor del mundo. Sagrada, el agua se sitúa en el centro de numerosas religiones y se utiliza en diversos rituales y ceremonias.

Durante siglos, el agua ha sido también fuente de inspiración para el arte, que la ha representado a través de la música, la pintura, la literatura y el cine. El agua constituye también un factor esencial en diversos ámbitos científicos.

Cada región del mundo tiene su particular forma de consagrar el agua, pero todas reconocen su valor y el lugar central que ocupa en la vida humana. Las tradiciones culturales, las prácticas indígenas y los valores sociales determinan la manera en que las poblaciones perciben y gestionan los recursos hídricos en las distintas regiones del mundo.

Hace pocos días nos enteramos que el tercer río más contaminado del planeta es el que nos da vida: el Río de la Plata.

- ESPERANDO A SAMUEL -




Hace 101 años llegó Beckett


Este año se cumplen cien del natalicio de éste extraordinario escritor, novelista y dramaturgo, nacido en las afueras de Foxrock, Irlanda, en una primavera de 1906, más exactamente un 13 de abril. Obviamente, nos referimos a Premio Novel de Literatura 1969, Samuel Barclay Beckett.

Hijo segundo de padres protestantes, miembro de una familia de clase media acomodada, estudió en el Trinity College de Dublín. Más tarde, cuando cumplió los catorce años, ingresó en el internado donde estaba su hermano, el Portora Royal School, en Enniskillen, condado de Fermanagh, prestigioso centro de enseñanza que tenía entre sus antiguos alumnos a Oscar Wilde.

En 1927, terminó la Licenciatura en lenguas, básicamente en italiano y francés para posteriormente doctorarse.
Beckett recorrió Irlanda, Francia, Inglaterra y Alemania, al mismo tiempo que escribía poemas e historias. Hizo un breve viaje a Berlín y luego intentó instalarse en París, donde publicó traducciones de Breton, Eluard y Crevel, y un manuscrito de unas 200 páginas, del que después produce su primera novela inglesa, “More Pricks Than Kicks”, y los poemas del ciclo “Echo's Bones”. En París conoció a James Joyce y Ezra Pound.

Como consecuencia de la ola de xenofobia que asoló a Francia tras el asesinato de Paul Doumer, tuvo que marcharse a Londres y terminó en Irlanda, pagándose el viaje con el dinero que cobró por una traducción del “Bateau ivre de Rimbaud”. Durante esa época termina la primera novela “Dream of fair a Middling Women”, el cuerpo principal de ”Murphy”.

En 1934 publicó algunas notas críticas y recensiones sobre Rilke, Ezra Pound, Papini, McGreevy y O'Casey. Aparece en Londres su primer libro, “More Pricks Than Kicks”.
Una visita al Bedlam Royal Hospital le proporcionó parte del material que usó en “Murphy”, su segunda novela en lengua inglesa, escrita en 1935.
Por fin, no pudiendo adaptarse a la vida de la capital de Inglaterra, partió de nuevo para Alemania en 1936 y se quedó allí varios meses visitando diversas ciudades.

En un accidente conoce a Suzanne Deschevaux-Dusmesnil, estudiante de piano, a la que pronto sintió como su compañera de vida y como esposa, aunque no hasta el 25 de marzo de 1961, en Inglaterra, mediante una ceremonia civil que se celebró en secreto.

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Beckett estaba en Irlanda, en una de las visitas que hacía regularmente a su madre. Aunque era «neutral», por ser de nacionalidad irlandesa, regresó a París lo antes que pudo. «Prefería Francia en guerra a Irlanda en paz».
Se unió al movimiento clandestino y luchó por la resistencia hasta 1942, cuando varios miembros de este grupo fueron arrestados y fue obligado a huir con su mujer, que era francesa a la zona no ocupada, saliendo del apartamento solamente horas antes de que llegara la Gestapo.

En 1945, después de la desocupación de los alemanes, volvió a París y comenzó su período más prolífico y fino como autor (1947-1950). En los siguientes cinco años, escribió “Eleutheria” y “Waiting for Godot” además de su famosa trilogía formada por “Molloy”, “Malone Dies”, “The Unnamable”, y “Mercier et Camier”.

Entre los años 50 y los años 60, Beckett continuó con una serie de las obras maestras, incluyendo “Endgame”, con la que consiguió su posición de maestro dramaturgo.
Se implicó en varias producciones de sus obras a través de Europa y en los Estados Unidos, escribiéndolos para la radio, y creó la ficción notable innovadora de la prosa, incluyendo la epopeya “How it is” (1961) y frecuentar el “Lost Ones” (1972).

El aprecio mundial de su trabajo crecía, y por ello recibió en 1969 el Premio Nobel.
Los años 70 fueron los menos prolíficos a pesar de que manejó nuevos proyectos. Es el caso de “Words and music” para la BBC y “Eh Joe”.

En 1988 la salud de Beckett declinó. Se le diagnosticó efisema y por ello se trasladó a una clínica de reposo pequeña, Le Tiers Temps, donde vivió en un cuarto equipado, escribiendo hasta el final ya que su salud, que deterioraba, lo previno de la escritura. Allí termina su último trabajo: el poema “What is the word”.
Beckett fallece el 22 de diciembre. Su cuerpo yace en el cementerio de Montparnasse, en París, ciudad a la que él bautizó como "ciudad casera".

¿Que nos dejó este genial autor? Enumeramos algunas frases célebres y sus inmortales obras:

“Todos nacemos locos. Algunos continúan así siempre”
“Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.”
“No existe pasión más poderosa que la pasión de la pereza.”
“Nuestro tiempo es tan excitante que a las personas sólo puede chocarnos el aburrimiento.”

Sus novelas: Belacqua en Dublín, More Pricks Than Kicks, 1934, Murphy, 1938, Molloy, 1951, Malone muere, 1951, El innombrable, 1953, Watt, 1953, Cómo es, 1961, Mercier y Camier, 1970.

Textos cortos y relatos: Textos para nada, 1955, El expulsado, El calmante, El final, 1955,
De una obra abandonada, 1956, Basta, 1966, Imaginación muerta imagina, 1965, Bing, 1965
Sin, 1969, El despoblador, 1970, Primer amor, 1974, Compañía, 1980.

En teatro: Eleutheria, 1947, Esperando a Godot, 1952, Fin de partida, 1957, Acto sin palabras, 1957,
Los días felices, 1961, Comedia, 1963, Cascando, 1963, Palabras y música, 1964, Eh Joe, 1966.

Poemas: Whorsocope, 1930, Los huesos de Eco, 1933-1935, Dos poemas y Cuatro poemas 1937-1948
Detritus: 12 poemas franceses y Otros poemas, 1937, Apuntes para flauta, 1976-78. Ensayos:

Ensayo sobre Proust, 1931 Detritus: Tres conversaciones con Georges Duthuit, 1949, Dante Bruno, Vico, Joyce, 1929.

Y en cine: Film 1964, rodada por Alan Schneider, cuyo actor principal fue nada menos que Buster Keaton.

Esto es simplemente un homenaje al gran dramaturgo irlandés, que sigue presente y vigente en nuestro inconsciente colectivo a través de su obra.


Ricardo A. Carrasquet
Realizador Audiovisual
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21 de marzo de 2007

- OPINIONES TV -



De eso no se habla

Por Gustavo López
Para LA NACION


El 98% de los hogares argentinos tiene televisión y el 100% de esos mismos hogares posee, por lo menos, un aparato de radio. Es decir, que formamos nuestra opinión y nos entretenemos a través de los medios electrónicos. Sin embargo, la ley que aún nos rige es la de la dictadura militar.

¿Podemos pensar que los militares hicieron una ley que garantizara los derechos de los ciudadanos y la pluralidad de opiniones en esos medios? A nadie se le puede ocurrir semejante disparate. Pero, a pesar de ello, a más de 23 años de recuperada la democracia, la ley de radiodifusión sigue siendo aquella que establece que el organismo será comandado por un directorio formado por un integrante de cada una de las Fuerzas Armadas de nuestro país.

Desde que la radio es radio, sucesivos gobiernos establecieron una serie de normas con el único objetivo de controlar y censurar el discurso político.

En 1934, las Instrucciones para las estaciones de radiodifusión del gobierno de Agustín P. Justo establecían: "[ ] no debe permitirse que los comentaristas [ ] se desvíen al terreno de la polémica o del ataque personal o tendencioso [ ]", y que "[ ] se prohíbe la irradiación de aquellas canciones o letras cantables que contengan en cantidad abundante el lunfardo (modismo del hampa) y cocoliche (remedo de otros idiomas)."

En 1954, el decreto 25.004 estableció que "[ ] no se incluirán expresiones antiargentinas o conceptos que implícita o explícitamente atenten contra el estilo de vida colectivo [ ]", por lo que obviamente quedaba a cargo de la autoridad de aplicación establecer qué es el "estilo de vida argentino", y en 1957, la ley 15.460 restringía la participación a aquellas "expresiones políticas no democráticas", en una clara alusión de censura contra el peronismo.

Es a partir de 1972, con la llamada doctrina de la seguridad nacional, como se perfeccionan las leyes de control sobre los contenidos en los medios electrónicos. La ley 19.798 establecía un paralelismo entre la radiodifusión y la seguridad, y asignaba a las Fuerzas Armadas prioridad para el uso del sistema nacional de telecomunicaciones y creaba la Comisión Nacional de Zonas de Seguridad dentro de una ley de radio y televisión.

Finalmente, en 1980, se dicta la ley 22.285, que llevaba las firmas de Videla, Harguindeguy y Martínez de Hoz y aún hoy se encuentra vigente.

Lo curioso es que las modificaciones que en los últimos dieciocho años sufrió la ley, casi todas ellas por decretos de necesidad y urgencia, no fueron hechas pensando en los ciudadanos, sino en los dueños de los medios.

Así, la ley 23.696, en el período Menem-Cavallo de reforma del Estado, permitió la conformación de los grupos multimedia al quitarse la prohibición que pesaba sobre los diarios para adquirir radios o canales. El decreto 1062/98 facilitó la transferencias de los paquetes accionarios en momentos en que se conformaba el grupo CEI-Citicorp, que auspiciaba la segunda reelección del entonces presidente, y, en 1999, el decreto 1005 consolidó la conformación de monopolios al ampliar la cantidad de estaciones de radiodifusión por cada dueño, pasando de 4 a 24 en todo el país. De esta forma, se legalizaba la situación irregular del CEI y se abrían las puertas para la concentración. Sin debate parlamentario, claro.

Todo esto se coronó con el decreto 527 de 2005, que prorrogó las licencias por diez años, sin permitir la competencia en la materia.

Como vemos, a pesar de los años transcurridos y de la importancia vital que hoy los medios electrónicos tienen en nuestra cotidianidad, la democracia se ha ocupado muy poco de ello.

El Congreso debe una ley y el Ejecutivo la voluntad de impulsar los cambios. Cambios que garanticen transparencia, libertad, derechos, pluralidad y protección de los menores.

¿Por qué de esto no se habla? Por un lado, porque la política no termina de entender que se necesitan instituciones fuertes y democráticas en el sistema republicano de gobierno. Los países centrales enfrentan los mismos problemas de concentración de la información y de la producción de contenidos, pero tienen en cuenta que sólo con normas claras y organismos de control transparentes, que funcionen en defensa de los ciudadanos y sean previsibles, se puede regular en la materia.

Por otro lado, los grandes grupos creen que la mejor ley es la que no existe, pero cuando se trata de otros sectores de la sociedad, sí reclaman organismos de contralor que funcionen con calidad institucional. Saber quién es el dueño de un medio es un derecho del ciudadano. Si pretendemos construir ciudadanía, la regulación democrática de los medios electrónicos es fundamental para la consolidación de nuestra democracia y para mejorar la calidad institucional anhelada.

Cuando tuvimos la oportunidad lo intentamos. En el artículo 1° del proyecto de reforma a la ley que elaboramos en el Comfer, cuando fui interventor, se expresaba: "La comunicación mediante los servicios de radiodifusión, en ejercicio del derecho de libertad de expresión, constituye asimismo un bien social necesario para el desarrollo cultural, educativo y económico de la población, y esencial para el adecuado funcionamiento del sistema republicano, representativo y federal de gobierno [ ]".

Es decir que hablábamos de libertad, de cultura, de educación, desarrollo y, fundamentalmente, de democracia.

Si seguimos postergando este debate, estaremos cimentando una sociedad pretendidamente democrática, que no habla ni se ocupa de la forma en que se construye buena parte del relato de nuestro tiempo.

Debemos debatir una ley que garantice derechos, no que los cercene. Una ley que proteja al menor, no que censure. Una ley transparente, tanto para el radiodifusor como para el ciudadano.

La construcción de un país en serio requiere instituciones fuertes y democráticas. La calidad institucional no puede ser un eslogan, sino un deber para el funcionamiento de una república.

El autor fue secretario de Cultura de la ciudad de Buenos Aires e interventor en el Comfer.